Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Esta semana mareas excepcionales


Las mareas de esta semana, especialmente las del día 18 y 19, podrían ser las más vivas en unos cuantos años.

Sobre este tema ya escribí en "Mareas vivas, mareas muertas" pero como justo ahora se produce la circunstancia mencionada, me ha parecido interesante recordarlo. Las mareas se deben a la atracción gravitatoria de la Luna, y en menor medida la del Sol, sobre el agua del mar.

Tal como apareció allí hay 4 factores astronómicos que determinan la amplitud de las mareas: Por orden de importancia,

1-La fase lunar: las más favorables son la fase llena y nueva porque las atracciones de la Luna y el Sol están en la misma dirección

2- La distancia Tierra-Luna, cuanto más cercana más efectiva será la atracción

3- La proximidad de la fecha al equinoccio por la dirección adecuada de la atracción solar

4- Proximidad de la Luna a los nodos por la confluencia en la atracción de la Luna y el Sol

Podría pensarse que también influiría la cercanía entre la Tierra y el Sol, pero las fechas están en contraposición con las del equinoccio (factor 3) por lo que no tiene relevancia

Además también influye el contorno de la costa y la presión atmosférica, aunque evidentemente esto no puede predecirse a medio plazo.

Las cuatro circunstancias precisamente serán favorables este 18 de septiembre:

- Luna en fase llena,

- La Luna estará situada en el perigeo justo el día anterior (el punto más cercano a la Tierra), a solo 357289 km.

- Estará situada en el nodo porque precisamente ese día hay eclipse (en  realidad al ser eclipse parcial coincide en el nodo dos días antes).

- Aunque no es exactamente el equinoccio (que será el 22) está a solo a 4 días de distancia.

Aunque los números no sean exactos la proximidad con todos ellos es sorprendente y se produce esta circunstancia muy favorable par unas mareas muy vivas.

Con ello se ha calculado que en Bilbao los valores de la pleamar y bajamar serán los siguientes:


Que son excepcionales teniendo en cuenta que el máximo registrado en las tablas de mareas es de 2.4m y la altura mínima de -2.5m

Pero no tan infrecuentes como se ha anunciado:

Los valores son similares a los que se produjeron hace 9 años, concretamente el 28-9-2015 también con la Luna en el perigeo (ligeramente más cercano) a solo 356882 km, también con eclipse y a 5 días del equinoccio (ese año fue el día 23)

Las mareas en Bilbao casi llegaron a los máximos posibles (incluso algún decimal más que ahora). Habrían llegado si todas esas circunstancias se hubieran producido el día 23, cuando comenzó el otoño.

Por tanto, aún siendo una situación llamativa no es excepcional y las situaciones volverán a ser similares  el 20-3-2034 (con eclipse de sol), el 29-9-2034 (de luna) y sobre todo el 30-9-2042 (también de luna)



Los motivos de toda esta historia los expliqué con más detalle en un post hace 3 años, pero para mayor comodidad lo copio aquí:

POR ELLO, TODO LO QUE SIGUE ESTÁ ESCRITO EN LA PRIMAVERA DE 2021

1- La fase lunar

Este es sin duda el factor más decisivo, de tal manera que las mareas vivas siempre se dan en las fechas próximas a las fases llena y nueva, y las de menor amplitud en los cuartos.

Esto es lógico ya que en las fases citadas los efectos del Sol y de la Luna se suman, al estar ambos astros en línea con la Tierra.

Tanto este gráfico como los siguientes son solo esquemáticos, indican el efecto que se señala, pero las proporciones del mismo están muy exageradas.

Quizás te extrañe alguna situación recogida en el gráfico, en relación con las dos pleamares en lugares opuestos de la Tierra. Lo expliqué en el anterior capítulo sobre este tema: "Dos pleamares al día

Habitualmente las mareas más extremas no se dan exactamente en las fechas de plenilunio y novilunio, sino con un cierto retraso de uno o dos días, de manera similar a lo que ocurre con la hora de culminación y la pleamar, debido a la inercia y la configuración de la costa, por lo que en cada lugar ese retraso es diferente, no siendo siempre el mismo en un determinado lugar porque depende de la proximidad de los otros factores.

Pleamares y bajamares diurnas en la ría de Bilbao los días 30 de marzo y 6 de abril. Una de las mareas más extremas del año, dos días después de la luna llena cercana al equinoccio (factor 3), y coincidiendo con el perigeo (factor 2) seguida una semana después por las mareas muertas un día después del cuarto menguante.


Recojo también la gráfica de estas dos mareas diurnas, tomadas de https://tablademareas.com/



Como en una semana la Luna pasa de una fase a otra (por ejemplo de llena a cuarto menguante), las mayores variaciones se producen en solo 7 días. Pero hay otras diferencias, mucho menos importantes y de periodos mucho más largos, que cuando coinciden con la fase adecuada dan lugar a mareas más extremas, como las de la anterior animación.

 

2- La distancia de la Luna.

Debido a la excentricidad de la órbita lunar, la Tierra no está en el centro de la misma y las distancias entre los dos astros varían entre 357000 en el perigeo (punto más próximo) y 406000 km en el apogeo (el más lejano), aunque estos números solo son aproximados porque la forma de la órbita lunar va cambiando ligeramente. 

Lógicamente cuando la Luna está más cerca, la marea será más viva.

Aunque el tamaño de los astros y la amplitud de la marea no están a escala, sí lo están las distancias entre la Tierra y la Luna, aproximadamente en una proporción 7/8.

Lo mismo que ocurre con la órbita terrestre (ver “¿Tienes algo tan redondo como la órbita de la Tierra?") las diferencias en las distancias no se deben a la forma de la órbita, que aunque ligeramente elíptica es casi un círculo perfecto, sino a que la Tierra no está situada en el centro geométrico de la misma, aunque esto sea una consecuencia de aquello.

Órbita de la Luna. El tamaño de la Tierra está exagerado pero todas las distancias y parámetros orbitales están a escala, y se aprecia que la órbita es casi circular.

El efecto de la posición de la Luna en el perigeo sobre la intensidad de la marea es de casi un 15%  superior a la situación media, como puede calcularse con la fórmula de la gravitación universal, y por tanto este segundo factor es mucho menor que el primero (fase llena o nueva), que tal como se recogió en el anterior capítulo era de casi el 50%  al sumar el efecto del Sol al de la Luna.  

Las mareas serán mucho más extremas si los factores 1 y 2 son favorables simultáneamnete, lo que ocurre en las llamadas “superlunas” (fase llena y en el perigeo), que últimamente tanto se publicitan, y también cuando el perigeo coincide con la luna nueva. Además los perigeos más próximos se producen en esos momentos de coincidencia con el plenilunio o novilunio (ya se ha dicho que no todos son igual de cercanos, y varían hasta en un 4%). Precisamente ha ocurrido el pasado martes (27-4-2021), y también ocurrirá el próximo 26 de mayo, pero aunque en esa ocasión la Luna estará ligerísimamente más cerca, y también ser favorable el factor 4 (Luna en el nodo), la marea será menos intensa porque el factor 3 (proximidad al equinoccio) es menor:

En la superluna de mayo las mareas no serán tan intensas como en la de abril. Gráficos tomados también de https://tablademareas.com/

Como el periodo del paso de la Luna dos veces consecutivas por su perigeo es inferior a la duración del ciclo de fases, no es fácil determinar los momentos en que nuestro satélite está en las situaciones más favorables o desfavorables sin recurrir a tablas o efemérides. Se van desplazando respecto a las fases, y si se quieren tomar referencias de un año a otro, la situación más favorable en que coincide la luna llena (o nueva) con el perigeo, cada año ocurre 41 días (en fecha) después que el anterior.

En mucha menor medida también influiría la distancia de la Tierra al Sol. Este dato sí es fácil de recordar, ya que el paso de la Tierra por el perihelio de su órbita, y por tanto la menor distancia Tierra-Sol, se produce siempre los primeros días del año, pero no es significativo porque proporcionalmente las diferencias son mucho menores (la órbita terrestre es aún menos excéntrica que la de la Luna) y la influencia del Sol es menor que la de nuestro satélite.

3- Proximidad al equinoccio

En los equinoccios el Sol está en el plano ecuatorial, y la Luna, que no se separa angularmente del astro rey más de 5º, estará también cerca de ese plano.

Debido a la rotación de la Tierra, la ola de marea se desplaza de Este a Oeste y por ello el efecto de la atracción gravitatoria será mayor en los equinoccios porque “tira” en el sentido del movimiento.

En una situación teórica sin continentes, en los equinoccios el abultamiento máximo de la marea se produce en el ecuador, con lo que se desplaza de manera paralela a la rotación de la Tierra y es más eficiente que en otras fechas donde ese abultamiento va cambiando de hemisferio de una pleamar a la siguiente.

Por poner un símil, es como si quisiéramos mover un vagón situado en una vía tirando de una cuerda. Si nos situamos en la vía delante de él será más eficiente que si estamos fuera de la vía y tiramos un poco en diagonal respecto al sentido del movimiento.

Es curioso que este efecto cuantitativamente es similar o incluso ligeramente inferior al anterior (2), y sin embargo el “saber popular” suele referirse a las mareas vivas equinocciales como las más extremas.

Puede ser lógico porque todo el mundo sabe cuando son los equinoccios, tenemos la referencia memorizada, y dos veces todos los años solemos comprobar el efecto. Pero normalmente no sabemos cuando está la Luna en el perigeo, y aunque también entonces haya mareas vivas se nos pasa más inadvertido y en este caso no funciona el "sesgo de confirmación". 

Aunque con la moda, que tantas veces he criticado, de anunciar las "superlunas" quizás algún día además de las tonterías habituales se cite la relación con las mareas vivas (que es un aspecto mucho más observable y destacado que el tamaño aparente de nuestro satélite), tengamos una nueva referencia, y yo deba rectificar mis críticas. En cualquier caso, esto solo nos proporcionaría la mitad de las situaciones favorables, a no ser que se repita el tremendo error que se difundió hace 5 años de aquella superluna que iba a brillar un montón, a pesar de que era luna nueva.

Como ejemplo de esto, las mareas equinocciales con luna llena el pasado mes de marzo en Bilbao fueron muy amplias, como se aprecia en la animación que he puesto antes, y se comparan con las de abril en este gráfico:

La luna llena de marzo, aunque no coincidió con el perigeo (como sí lo hizo la de abril) provocó una amplitud de marea ligeramente mayor por estar más cercana al equinoccio, aunque esa máxima amplitud se retrasó 2 días, y se dio precisamente en la fecha del perigeo.


4- Luna cerca de los nodos.

Los 5 grados de separación angular máxima entre la Luna y el Sol que se han citado antes se reducen a cero cuando nuestro satélite está en los nodos (puntos de corte de la órbita lunar con el plano orbital terrestre). Entonces ambos astros tirarían exactamente en la  misma dirección y lógicamente sería más eficiente.


Todos los meses la Luna pasa una vez por cada uno de los dos nodos, pero coincide con la luna llena o nueva (factor principal), precisamente en las fechas de los eclipses. Por ello cabría pensar que los días en que haya eclipse las mareas serían más vivas, pero este último factor es el que menos influye de los 4, y todo estará condicionado a las situaciones de los factores 2 y 3. Como ejemplo, el próximo 26 de mayo habrá un eclipse de Luna con nuestro satélite en el perigeo, pero tal como reflejan los datos recogidos antes, las mareas serán menos vivas que en abril y en marzo, porque está lejos del equinoccio (factor 3)

Pero las cuatro circunstancias precisamente fueron favorables el 28-9-2015. El día que muchos medios anunciaron como el de “la superluna de sangre” la Luna estuvo en el perigeo y se produjo un eclipse lunar, y por tanto luna llena en el nodo. No fue exactamente el equinoccio, pero casi, a solo 5 días, y efectivamente, la amplitud de las mareas fue excepcional.

Las mareas en Bilbao casi llegaron a los máximos posibles. Habrían llegado si todas esas circunstancias se hubieran producido el día 23, cuando comenzó el otoño.

Pero parece que ese día nadie habló de las mareas.

La intensidad de los efectos 3 y 4 varían según la latitud y otros factores, por lo que es problemático cuantificarlas en general. Concretamente las mareas equinocciales en determinados lugares pueden ser tanto o más extremas que aquellas en que la Luna esté en el perigeo en otras fechas, y el factor 4 es claramente inferior a los demás. 
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Existen también otros factores en que las circunstancias locales influyen en la amplitud de las mareas:

5- Pleamares desiguales en fechas cercanas al solsticio.

Teóricamente en un momento dado la pleamar debería alcanzar su valor más alto en el lugar de la Tierra que estuviera la Luna en su cénit o, debido al retraso por la inercia y la configuración de la costa, en un lugar donde hubiera estado horas antes. Pero también en la zona opuesta de la Tierra, por la doble pleamar diaria simétrica, como se explicó en el capítulo anterior ("Dos pleamares al día")

Como se ilustra en el siguiente gráfico, en latitudes medias, fuera de las zonas intertropicales pero no demasiado lejos, la mayor altura del Sol cerca del solsticio de verano provocaría pleamares diurnas altas con luna nueva (1) que también estaría en la misma dirección, pero la pleamar nocturna (2) (simétrica a la 5 debida a la posición de la Luna que en el otro hemisferio está baja a mediodía) sería mucho menor. En esas mismas fechas la luna llena alcanza una altura mínima y la pleamar nocturna (4) en su dirección será leve, pero la diurna diurna (3) simétrica a la posición de la Luna en la parte opuesta sería más alta.

En fechas próximas al solsticio de invierno, las correspondiente pleamares diurnas (5 y 8) no serían notables, pero sí lo serían las nocturnas (6 y 7). Aunque el gráfico solo recoge una estación en cada hemisferio, los resultados son iguales en ambos porque las estaciones ocurren en fechas opuestas.

 

Tanto en la luna nueva como llena, la pleamar diurna en las proximidades del solsticio de verano es más alta que la nocturna, y al contrario ocurre en el solsticio de invierno.

Las mareas equinocciales (factor 3) siempre serán más vivas que las del solsticio, pero en las lunas llenas y nuevas cercanas a los solsticios también una de las mareas diarias será destacada según el hemisferio y dependiendo de la latitud, e incluso parece que el "saber popular" ha recogido estas mareas, que en una misma fecha tienen amplitud diferente.

6- Presión atmosférica.

Cuando la presión atmosférica es superior a la media, este "peso del aire" hace que el agua suba en la pleamar menos de lo que debiera, y lógicamente ocurrirá lo contrario cuando hay baja presión. Evidentemente esto nunca se puede prever con mucha antelación y no se incluye este factor en los cálculos para elaborar las tablas de mareas.

Con esta configuración de isobaras, en la costa occidental de la península Ibérica las pleamares serían menos altas de lo previsto, al contrario que en la costa suroccidental de Francia o en las costas mediterráneas.

7- Configuración de la costa

Como se ha dicho en los anteriores artículos, este aspecto tan desigual y con un efecto tan difícil de cuantificar teóricamente tiene una importancia fundamental en el tema y debido a él pueden encontrarse ejemplos que aparentemente maticen en gran medida todo lo dicho.

Buena excusa para cubrirme y aunque en mi ciudad parece que todo funciona según lo dicho, con las correcciones debidas al "establecimiento del puerto", si encuentras algún ejemplo que contradiga alguna de las afirmaciones, ya sabes por qué puede ser.







jueves, 12 de septiembre de 2024

La Luna no para: un eclipse y dos ocultaciones

 

Si ya en los últimos post he recogido varias ocultaciones lunares, entre el día 17 y el 18 de septiembre en menos de 24 horas, se van a producir otras dos ocultaciones y un eclipse. Aunque solo sea una casualidad, ocurren además solo 3 días después de la noche internacional de la observación de la Luna.


- Por un lado hay que mencionar una de las ocultaciones de Saturno, que ya cité en este post y que en este caso será visible en parte de Norteamérica y Oceanía. Aunque al coincidir la luna casi llena su brillo hará que la imagen de Saturno no destaque tanto como en otras ocasiones.

Zona donde se produce la ocultación de Saturno

Aunque desde Europa no haya ocultación, el día 16 una vez haya oscurecido se le verá a Saturno que ha salido muy cerca de la Luna, al Este (a su izquierda) mientras que el 17 habrán intercambiado posiciones, circunstancia llamativa para un neófito

- El martes 18 Saturno adornará el eclipse, que sin duda es el plato fuerte de estos 3 fenómenos, situándose relativamente cerca de nuestro satélite, que por cierto estará en el perigeo, el lugar más próximo a la Tierra y se verá un poquito más grande. Muchos hablarán del eclipse de la superluna.

Este nuevo eclipse de Luna, en Europa ocurrirá concretamente en la madrugada del dia 18 de septiembre, y al igual que los últimos de estos fenómenos vistos desde aquí  no será total (desde enero del 2019 no se ha visto uno total en la península ibérica). Estos fenómenos son simultáneos, pero en cada lugar la hora y el momento del día puede ser diferente.

Esta imagen corresponde a un eclipse ocurrido hace algunos años, y representa aproximadamente la máxima porción de Luna que se eclipsará ahora, aunque no es por la misma zona lunar.

La Luna, después de quedar casi limitada por la zona de penumbra, que atraviesa de manera rasante solamente se introducirá ligeramente en el cono de sombra de la Tierra, y quedará oscurecida solo en una pequeña zona, pero no por ello deja de tener interés.

Gráfico obtenido a partir de https://eclipse.gsfc.nasa.gov/

Los eclipses de Luna solo pueden verse de noche, cuando la Luna llena está en el cielo, y por ello suele ocurrir que a veces solo son visibles a horas no muy cómodas y en este caso, aunque desde América se verá al principio de la noche, desde Europa habrá que madrugar bastante para verlo. 


Pero si tenemos una ventana con vistas hacia el oeste podemos observarlo tranquilamente desde casa.

Las horas son válidas para cualquier lugar con horario UTC+2 (horario oficial en España) aunque la orientación puede variar, y estos son desde Madrid.
En el principio y final del eclipse parcial se han tomado imágenes donde ya es evidente, unos 3 minutos después y antes de los contactos con la sombra, para visualizar el lugar. Imágenes tomadas de Stellarium.

Aunque la fase penumbral apenas es perceptible se ha incluido para intentar apreciar la diferencia con la luna llena sin eclipsar. Evidentemente para notarlo hay que tener presente ambas imágenes.

Además será el último eclipse de este tipo, el que anuncie algo mejor para la siguiente ocasión, porque el que viene dentro de 6 meses ese sí nos mostrará una luna roja totalmente oscurecida por la sombra terrestre.

De todas formas, y aunque este no sea espectacular, el hablar de eclipses en la península Ibérica nos trae e la mente el fenómeno celeste de nuestra vida que ya se acerca: el eclipse total de Sol de agosto de 2026.

Y debemos aprovechar lo que hay porque estamos en la zona en que se verá el fenómeno completo:

La geometría de los eclipses de Luna no cambia según el lugar y en este caso se verá la zona eclipsada en el Mare frigoris al norte del satélite. Tal como se ha dicho son simultáneos y solo puede variar la posición de la Luna respecto al horizonte y su giro respecto a éste. Por ejemplo Desde la península la zona lunar eclipsada será la parte derecha pero desde otros lugares puede ser la inferior o cualquier otra.


Evidentemente la hora en que se vea en diferentes países será distinta si tienen diferente hora oficial. 

- Es curioso que pocas horas después del eclipse la Luna ocultará a Neptuno. No será nada fácil de observar el débil planeta junto a la luna llena, pero no deja de tener su interés porque se da la circunstancia de todos los meses, hasta febrero en que finalizan ambos ciclos, al día siguiente de producirse la ocultación de Saturno ocurre la de Neptuno. La posición de ambos planetas ligeramente al sur de la eclíptica y a una distancia casi constante de 13º  es recorrida por la Luna en un día que se mueve precisamente en la dirección adecuada:

La Luna oculta a Saturno y a Neptuno en todos los pasos, hasta que en marzo de 2025, habiéndose desviado lo suficiente el nodo ascendente, pasa por el norte de ambos sin ocultarlos. Es solo un gráfico explicativo. Los planetas se moverán muy poco en este tiempo.

Volviendo a lo de estos días, por supuesto no serán visibles los tres fenómenos desde muchos lugares, pero por ejemplo en el oeste de Canadá y USA, 15 horas después de ver la ocultación de Saturno se verá el eclipse y 5 horas después ocurrirá la ocultación de Neptuno.

Zona donde se produce la ocultación de Neptuno

Conviene señalar que el eclipse de luna es simultáneo desde todos los lugares en que sea visible, pero no ocurre así con las ocultaciones.


ACTUALIZACIÓN 18-9-24

Al comienzo del eclipse estaba nublado, pero en un momento despejó y pude obtener unas imágenes que añado aquí.


Las pongo por si hay alguien que entra ahora y siente curiosidad. Como la mayoría de la gente no las verá porque ya leyeron el post, tengo intención de recogerlas en un artículo próximo, junto con otras fotos de este verano en la misma situación.

viernes, 30 de agosto de 2024

El segundo planeta se hace de rogar


Frecuentemente Venus permite captar bonitas imágenes en el crepúsculo, cuando debido a su elevado brillo puede superar al fondo de cielo e incluir además elementos del paisaje, aunque ahora no es para tanto.


El 27 de agosto, 40 minutos tras la puesta de Sol, Venus aparece en el centro de la imagen aunque apenas se distinguía a simple vista

Cuando se hace presente ya en plena noche es el planeta que más destaca en nuestros cielos. El que mayor brillo llega a alcanzar, en algunas ocasiones hasta cerca de la magnitud -5 (solo superado por la Luna), y por eso no es extraño que personas que no estén acostumbradas a mirar el cielo se sorprendan ante esa luz tan brillante que incluso en alguna ocasión llegaron a pensar que es un ingenio artificial.

A pesar de las luces de la ciudad pudo verse sin problemas entre los elementos urbanos cuando aparecía ya en noche cerrada, como un punto muy brillante.
Ese día me ocurrió la mencionada anécdota de alguien que preguntó: "¿Será un dron?"

Debido al movimiento de la Tierra y Venus, el segundo planeta tiene alternativamente ciclos matutinos (durante los que puede verse antes de la salida del Sol) y vespertinos (al anochecer), de poco más de 9 meses y medio de duración. Por ejemplo el ciclo vespertino actual va desde el 4 del pasado junio hasta el 23 de marzo del año próximo, momento en que comenzará el ciclo matutino hasta el 6 de enero de 2026. Sin embargo puede decirse que en la práctica no son 9 sino solo unos 7 meses cuando puede verse claramente, porque cuando está angularmente cerca del Sol es difícil de apreciar.

Recorrido de Venus y la Tierra durante el presente ciclo vespertino y el próximo matutino

Lógicamente Venus es más observado en sus apariciones vespertinas (en las matutinas habrá que madrugar), y en cuanto se produce la conjunción con el Sol y su separación angular con él (su elongación) va aumentando, es de esperar que el segundo planeta se haga visible en los crepúsculos vespertinos destacando con su elevado brillo, e incluso ya al principio de la noche.

Pero este año en latitudes norte parece que algo no funciona como debiera, porque como se ha dicho la conjunción fue el 4 de junio, ya han pasado casi 3 meses y no solo es que no llame la atención, sino que hay que saber exactamente dónde está para poder localizarlo muy débilmente a simple vista, y eso no es algo habitual.

Es cierto que ya llegará su momento espectacular, y que por ello no debe haber prisas, pero en este caso  anuncié su aparición en “Los dos planetas interiores ...” y podría parecer una contradicción.

De hecho en latitudes de la península Ibérica ahora se pone prácticamente una hora después que el Sol cuando el cielo aún está brillante por el horizonte Oeste, y no llega a verse claramente a simple vista antes de ocultarse, sobre todo si hay algo de bruma, a no ser que sepamos exactamente dónde está. Las siguientes imágenes pueden ser clarificadoras. Se han obtenido mediante un teleobjetivo que resalta mucho más la imagen.

El día 6 de julio pude captar esta foto, solo 36 minutos después de la puesta de Sol, pero con el cielo todavía muy brillante y sin apreciar visualmente al planeta aunque con la cámara sí.

Ese puntito situado en la parte superior del centro de la imagen es Venus

Y el día 16 de agosto: 55 minutos tras la puesta de sol, Venus a punto de ocultarse

Incluso el 23 de agosto en que la bruma era muy leve, se pudo obtener esta imagen mucho más clara, 45 minutos tras la puesta de sol:


Y pudo verse también una puesta sobre el horizonte, pero de manera muy dificultosa:

Venus se pone mientras pasa un barco. Aunque podría recordar el título de una canción de Mecano, lo cierto que solo descubrí el barco al ver luego las imágenes.

De todas formas no nos debemos desaminar si no lo podemos ver ahora, porque las circunstancias serán cada vez mejores. Casi una hora después de la puesta de Sol Venus se oculta ahora casi exactamente por el oeste, unos 11 grados a la izquierda de donde se fue el Sol. (Referencias pera latitudes medias del hemisferio norte)


Conviene aclarar que la espectacularidad de este planeta es mucho mayor al final del ciclo vespertino y comienzo del matutino que en el resto de tiempo, porque se encuentra mucho más cerca de la Tierra y tiene un movimiento aparente más rápido. 

Como puede apreciarse en estos gráficos al final de la fase vespertina Venus se mueve angularmente respecto al Sol mucho más rápidamente (los ángulos alfa son muy diferentes), por lo que ahora que estamos en la situación opuesta hay que tener paciencia.

Elongaciones dos meses antes o después de las conjunciones el comienzo y final del ciclo vespertino actual (esta última mucho mayor)

Se puede representar en un gráfico la diferencia en tiempo entre la puesta de Sol y de Venus, lo que indicará su diferente visibilidad. En este caso de 2024 se ve:


La línea negra representa el momento de la puesta de Sol y la azul el retraso en horas de la puesta de Venus respecto al Sol. Cuanto más separada esté, más de noche se verá Venus y más destacará, por ejemplo en febrero próximo. En estos 3 meses, desde junio, se ha mantenido más baja de lo habitual, si comparamos con otros casos.

De todas formas en la presente situación hay dos motivos que hacen que no sea precisamente favorable:

Por una parte al principio de todos los ciclos vespertinos el aumento de la elongación es poco a poco, como se recoge en el anterior gráfico con las órbitas (ángulo alfa). En los ciclos matutinos ocurrirá lo contrario y Venus enseguida destacará.

Por otro lado ahora, una vez pasados casi 3 meses del comienzo de la presentación vespertina y cuando ya debería destacar claramente, estamos ya cerca del comienzo del otoño en el hemisferio norte y por ello la eclíptica está casi horizontal. Aunque podría parecer que la elongación sería suficiente, el ocaso de Venus se produce muy pronto por este motivo:


Una explicación mucho más completa se puede ver en "
La eclíptica"


En el hemisferio sur la situación es la opuesta y se pueden ver con los dos gráficos comparados.

En 40º S (línea roja) actualmente Venus se pone mucho más tarde (respecto al Sol) que en 40º N, ya que la gráfica está más arriba.

Al comienzo de este ciclo la visibilidad de Venus es mucho mejor desde el hemisferio Sur porque allí está próxima la primavera con la eclíptica en el horizonte oeste más vertical , mientras que al final del ciclo se verá mejor desde el hemisferio Norte con el comienzo de la primavera aquí.

En este otro caso, comparando la  actual situación en el hemisferio norte, con la de 2021, en el mismo hemisferio:

En 2021 el periodo vespertino ocurrió en el primer mes de primavera, con la eclíptica más vertical que ahora, aunque no demasiado

Y aquí con otro caso más extraño ocurrido en 2018 en que al coincidir el principio del ciclo no muy lejos de primavera y el final con el otoño, las situaciones son casi simétricas al compensarse el efecto de inclinación de la eclíptica con las tendencias de principio y fin de ciclo. Por supuesto, en el hemisferio norte. En el sur serían muy diferentes.

En todos los casos la situación actual en 2024 sale perdiendo con mucho, quedando su gráfica en los primeros meses por debajo de las demás y por ello Venus se nos está mostrando tan remiso.

Pero de cualquier manera ya hemos esperado bastante, y en pocos meses tocará disfrutar de la presencia del espectacular segundo planeta en nuestros cielos al principio de la noche. Una buena oportunidad será el 5 de septiembre en que aparecerá al lado de la Luna a su derecha, y más adelante puede depararnos imágenes como las que recogí en este blog hace cuatro años


jueves, 22 de agosto de 2024

El turno de las Pléyades

 Si este pasado miércoles 21 se ha producido la ocultación de Saturno por la Luna, solo 5 días más tarde,  el lunes 26 y también a horas de madrugada, nuestro satélite se paseará por las cercanías del cúmulo de las Pléyades ocultando a algunas de sus componentes.

Ya en febrero escribí sobre el tema, en un artículo con mucha parte teórica que explicaba la ocurrencia de sucesivas ocultaciones hasta 2029 y prometí que avisaría brevemente antes de que cada una de estas se fuera produciendo.

Momento en que va a producirse la ocultación de la estrella Atlas desde Madrid. Desde cualquier otro lugar de la península habrá poca diferencia.

Esta ocultación de agosto es especial para España porque es la primera ocasión de toda la serie en que desde aquí se llegue a ocultar una de las estrellas más brillantes del cúmulo (Atlas) (en realidad a dos de las más destacadas si incluimos a Pleyone), y porque desde abril no se han podido ver los acercamientos entre el satélite y el cúmulo debido a la fina fase lunar y por ello su ocurrencia en pleno día.

En este caso y por primera vez en la serie, la Luna está menguante por lo que la ocultación de las estrellas ocurrirá por la parte iluminada de la Luna y la reaparición por la parte oscura, tal como ha sucedido con la ocultación de Saturno, dándole un aspecto más “misterioso” a dicha reaparición.

Desde Madrid la ocultación de Atlas será a las 5:16 y la reaparición a las 6:24. 

No creo necesario dar más datos horarios ya que en toda la península varían muy poco, y no se trata de un fenómeno puntual sino de observar como la Luna se va desplazando por el cúmulo, pero sí recoger un par de situaciones más amplias del proceso.

Desde Bilbao: Se han recogido los momentos de la máxima aproximación a Merope (4:25) y de la ocultación de Atlas (5:25) y su reaparición (6:27), que casi coincide con la de Pleyone

Además desde Canarias la Luna rozará también Alcione otra estrella destacada del cúmulo:

Desde Las Palmas a las  1:52 , 2:44 y 3:53

Analizando otros lugares más lejanos:

Desde la mayor parte de Sudamérica cuando salga la Luna ya habrán finalizado las ocultaciones, aunque en la costa norte de Venezuela y Brasil podría verse la reaparición de Atlas casi coincidiendo o un poco después de la salida de la Luna. Por otra parte desde zonas del centro de África la ocultación será de lleno y se llegarán a ocultar la mayoría de la estrellas destacadas del cúmulo, como puede verse en la siguiente simulación:




La mecánica y desarrollo de estas ocultaciones es muy diferente a la de las ocultaciones planetarias como la que se acaba de producir de Saturno. En este caso se producen muchas más porque el cúmulo es algo más que un solo punto y la secuencia depende solo de los movimientos de la Luna (las Pléyades está fijas en la bóveda celeste) y no como antes en que también el planeta se movía. Pero hay que considerar otros factores como la distancia a la eclíptica.

Como dato significativo, las ocultaciones de Saturno se producen en 12 meses seguidos, y las de Las pléyades en periodos de amplitud de nada menos que 5 años.

Si te interesan los detalles, la mecánica y los motivos geométricos, te recomiendo el artículo "La Luna se acerca a las Pléyades", sobre todo la parte final

martes, 6 de agosto de 2024

Ocultación de Saturno

  

Después de que en meses anteriores ocurriera en otros lugares del planeta, (recogí en mayo los detalles de lo que se vería entonces en el cono sur americano) llega el día en que la ocultación de Saturno podrá verse desde España. 

Será el 21 de agosto, y aunque la hora no será la más adecuada porque el fenómeno se desarrollará de madrugada, teniendo en cuenta que es verano por lo que no debiera hacer mucho frío y que además mucha gente estará de vacaciones, incluso de fiesta en esos momentos, la hora no debería ser un gran impedimento.

Imagen simulada del final del fenómeno. Saturno con su anillo muy fino, apareciendo por el borde de la estrecha franja de zona oscura de la Luna cerca del mar de la Fecundidad y su llamativo cráter Langrenus. Antes que el planeta aparecerá su satélite Titán, ese puntito a su derecha abajo, que le precederá en unos 5 minutos.

Ya una vez comenzada la noche en España, aproximadamente una hora tras la puesta de Sol podría verse la salida de una luna casi llena (menguante de poco más de un día) apareciendo por el horizonte. Y aunque esto de por sí ya sería un espectáculo, esperad un poco porque ligeramente a su izquierda pocos minutos después aparecerá el planeta anillado. A simple vista como una estrellita, y con telescopio con el anillo ya muy fino.

Pero cuidado que no nos despiste la fecha, porque será en la noche del martes 20 al miércoles 21, y estos preámbulos corresponden al martes.

Durante la noche ambos astros se irán acercando (En realidad la Luna se moverá hacia Saturno por la traslación del satélite aunque parezca lo contrario, que es Saturno el que persigue a la Luna, por el movimiento de rotación terrestre), y ya de madrugada Saturno desaparecerá tras la Luna para volver a aparecer más de una hora más tarde.

Horas de ocultación y reaparición desde 3 lugares que se han elegido por las horas extremas, y no deja de ser curioso que las trayectorias de Saturno por detrás de la Luna se cruzarían

Como se recoge en este gráfico, en el territorio español el fenómeno se desarrollará, comenzando aproximadamente a las 3:50 en Canarias, y ya en la península debutará en Huelva a las 5:13, siendo Girona el último lugar donde se producirá la ocultación, a las 5:25, con los horarios oficiales en cada caso (lo que supone solo unos minutos de diferencia entre la península y Canarias) según el lugar de observación, si bien el comienzo a nivel mundial habrá ocurrido casi 2 horas antes en el Pacífico y acabará en Europa oriental poco más de una hora después.

Concretando horarios, desde la península la duración del fenómeno desde el comienzo de la ocultación hasta el final de la reaparición estará entre una hora y 2 minutos en A Coruña y una hora y 7 minutos en Almería, y los lugares del borde lunar en que ocurrirán estarán también entre estos dos casos recogidos en el gráfico, y marcado por las líneas roja y verde:

Desde cualquier lugar de la península la ocultación se producirá en un punto de la línea roja y la reaparición en la verde. Las flechas indican el movimiento aparente de Saturno ocultándose y reapareciendo, aunque en realidad es la Luna la que se mueve en sentido contrario.

Debido a la fase lunar, la reaparición ocurre en el lado no iluminado, por lo que puede resultar sorprendente ver al planeta surgiendo como de la nada, ya separado de la zona iluminada de la Luna.

En nuestra zona, la ocultación, desde que el borde del anillo empieza a esconderse detrás de la Luna hasta que el otro extremo de dicho anillo termina de ocultarse, dura aproximadamente un minuto, y otro tanto la reaparición.

En América ya habrá ocurrido antes, cuando allí era todavía el día 20. Como se aprecia en el siguiente mapa comenzará en una zona en el pacífico desde donde se vería solo la reaparición (Curioso, pero el fenómeno de la ocultación globalmente comienza con la reaparición de Saturno), y desde tierra el primer lugar en que podrá observarse será al Sur de Guatemala al principio de la noche nada más salir la Luna (en esta zona la ocultación será rasante) y luego en el oeste de Perú y las islas Galápagos, donde ya podrá verse la ocultación y la reaparición.

El fenómeno concluirá en Europa oriental cuando ya sea de día y podría verse la ocultación con un telescopio pero no la reaparición porque para ese momento la Luna ya se habrá puesto.

Detalles de las diferentes zonas:

- En el óvalo granate (1) se verá solo la reaparición porque cuando salga la Luna Saturno ya estará ocultado.

- En la franja gris (2) se verá el fenómeno completo de noche, la situación ideal: en Sudamérica excepto el cono sur, noroeste de África y Europa occidental.

- En la zona amarilla (3) la ocultación se produce con el Sol aún debajo del horizonte y la reaparición ya de día.

- En la franja azul (4) se verá todo el fenómeno pero de día: en gran parte de Europa oriental.

- En el óvalo verde (5) se verá solo la ocultación, porque se pone la Luna antes de la reaparición.

- En las líneas de los bordes superior e inferior de todo el gráfico se producirá una ocultación rasante, que quizás sea la más atractiva porque aunque Saturno no se llegue a ocultar totalmente se moverá por el borde lunar, tocando al satélite con el fino anillo y durante más tiempo que en una ocultación normal.

- Al Oeste del óvalo granate no se verá porque cuando salga la Luna ya se habrá acabado el fenómeno. 

- Al este del óvalo verde no se verá porque la Luna se pone antes de comenzar la ocultación.

- Por el norte de toda la zona la Luna pasará por el Sur de Saturno, y lo contrario por el sur de la misma, en ambos casos sin ocultarlo.

En enero volverá a ser visible otra ocultación desde la península Ibérica, aunque menos espectacular porque los anillos estarán casi de canto y el cielo estará aún más brillante que ahora, al atardecer.

Visto que no es un fenómeno aislado, puede ser interesante analizar las diferentes ocultaciones en conjunto y encontrar algunas claves: 


El grupo de ocultaciones:

Desde el pasado abril hasta febrero de 2025, todos los meses  podrá verse desde algún lugar de la Tierra que la Luna oculta al planeta anillado. De hecho, estos fenómenos van siempre por grupos, pasando varios años desde el grupo anterior y hasta el siguiente.

Estos son los mapas de las 12 situaciones, (en mayo ocurrió 2 veces, a principio y final de mes)

Grupo actual de ocultaciones. Mapas tomados de efemeridesastronomicas.dyndns.org
En las zonas limitadas por las líneas azules ocurrirá de noche y en la rojas de día 

Pueden observarse diferentes circunstancias:

- La fase lunar va cambiando

En las primeras ocultaciones la fase es menguante, pero de una ocultación a la siguiente va cambiando, cada vez en fase un poco anterior (unos 2 o 3 días), porque aunque Saturno se mueve (pero poco) los 27.3 días que tarda la Luna en completar una traslación son menos que los 29.53 que tarda en completar el ciclo de fases. El pequeño movimiento de Saturno hacia el Este sobre el fondo estrellado hace que la Luna tarde un poco más en pillarlo y por eso, y las acumulaciones del pico y los redondeos, hace que en algunos casos sean 3 días. Pero de julio a agosto apenas cambia un día la fase porque Saturno está retrogradando y la Luna lo encuentra antes.

- Geometría de las zonas de observación

En cada ocultación los lugares desde los que se aprecia el fenómeno van de Oeste hacia el Este. Aunque el giro de la Tierra hace que si están alineados con un punto A, más tarde lo estará con un punto B situado al Oeste, por otra parte la Luna se mueve hacia el este respecto al fondo de las estrellas. Esto ocurrirá siempre.

- Grupos de ocultaciones e intervalos de separación entre unos y otros

Como se ha dicho, las ocultaciones de Saturno van por grupos de varios meses seguidos, separados por varios años sin ninguna ocultación.

Al igual que en los eclipses de Sol, un dato importante es que la ocultación se produce solo si Saturno está cerca de uno de los nodos de la órbita lunar. En el caso del eclipse, de una lunación a otra el Sol se ha movido apreciablemente y normalmente no se repetirá al siguiente, pero Saturno se mueve muy poco, y en una lunación el nodo también. Así el planeta continúa cerca del nodo y vuelve a haber unas cuantas ocultaciones seguidas.

El nodo de la órbita lunar se va desplazando de la posición 1 a la 7, con lo que lo mismo ocurrirá con las trayectorias de la Luna. En el primer caso (1) no habrá ocultación, y en el ultimo (7) tampoco, pero hay 5 seguidas (en realidad en la actualidad son 12, pero se ha simplificado el gráfico para una mejor comprensión)

Después de la última ocultación los nodos siguen desplazándose y será el nodo contrario (el descendente) el que después de unos cuantos años se aproximará a la posición de Saturno y volverá a haber ocultaciones

Como se ha dicho, en 2024 se producen 12 ocultaciones en meses seguidos (centradas en las de agosto y septiembre), mientras que las anteriores habían sido en 2019 (14 ocultaciones centradas en mayo-junio) y las próximas serán en 2031 (10 ocultaciones centradas en julio-agosto). Se aprecia que los intervalos entre los distintos grupos no son iguales, y esto depende de la latitud eclíptica de Saturno (su valor y su posición al este u oeste del nodo) y de cuál de los nodos lunares intervenga (ascendente o descendente)  

Esto es debido al movimiento de los nodos de la órbita lunar y en menor medida al desplazamiento de Saturno sobre el fondo estrellado.

 Tal como ocurre con los eclipses, los nodos de la órbita lunar juegan un papel decisivo: En el eclipse de Luna ésta debe estar muy próxima al nodo para que haya eclipse porque el Sol está en la eclíptica. Al mes siguiente el Sol ya se ha movido y normalmente no hay eclipse. En el caso de las ocultaciones Saturno apenas se mueve dentro de un ciclo (p. ej de los 12 actuales), pero el nodo va retrogradando y por eso llega un momento en que no hay ocultación.  

Si Saturno estuviera siempre en la eclíptica los periodos de los diferentes grupos serían iguales, y teniendo en cuenta el movimiento de los nodos (periodo de 18.6 años, o su mitad del ascendente al descendente) y el movimiento del planeta, sale un periodo teórico de 6.74 años entre la ocultación central de cada grupo (porque 360A/30=360A/9.3 -180     12A=38A-180    A=6.74)

Sin embargo estos periodos no son totalmente iguales porque Saturno puede encontrarse al norte o al Sur de la eclíptica y eso influye en el tema, como se puede deducir del gráfico :

Ahora en 2024 Saturno está al Sur con nodo ascendente de la Luna por lo que las ocultaciones se producen antes de pasar la Luna por el nodo. En 2031 estará también al Sur con la Luna en el nodo descendente (los nodos se van alternando), por lo que las ocultaciones ocurrirán después de pasar la Luna por el nodo. Así, el intervalo en este caso entre uno y otro grupo será algo mayor de lo habitual (7 años). 

De las del 2019 a las actuales de 2024 solo hay poco más de 5 años, ya que en el 2019 Saturno se encontraba ligeramente por encima de la eclíptica, y cerca del nodo descendente.

Toda esta mecánica es diferente en los otros planetas de Mercurio a Júpiter porque se mueven mucho más rápidos: Habrá menos ocultaciones en cada grupo, pero de un grupo a otro pasará menos tiempo.

Por ello podemos disfrutar de las oportunidades que este año nos brinda el planeta anillado, y recordar que en enero habrá otra oportunidad desde España (en peores condiciones) e incluso alguna más desde zonas de Sudamérica, pero luego habrá que esperar hasta 2031.