Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

lunes, 5 de abril de 2021

La verdad sobre el caso Apophis

 


Con el título de este post, parafraseando al de una conocida novela llevada al cine, no pretendo contradecir a quienes tienen datos científicos de los que yo no dispongo, y que saben mucho más del tema, pero sí aportar algunos elementos que no se cuentan y que pueden ayudar al gran público a entender la situación, y aclarar algunas evidentes contradicciones que se han dado en las informaciones sobre el asteroide 99942 Apophis, ya que ha vuelto a ser noticia apareciendo profusamente en los medios de comunicación en los últimos tiempos, y especialmente el pasado mes de marzo.

Esta no es tan breve como prometí en la anterior entrada, es algo más técnica de lo habitual, pero no así el anexo que aconsejo leerlo, y dejo para más adelante la anunciada continuación de aquella. 

Puedes ver lo que escribí en este blog sobre este tema hace dos años en "13 de abril ¡Cuidado Apophis!", algunas de cuyas afirmaciones se dan ahora como primicias.

Esta roca espacial de más de 300 metros de largo, el más famoso y temido de los asteroides que podrían impactar con la Tierra en los próximos siglos, cuyo nombre se tomó del dios egipcio del caos, pudo ser observado con medios sofisticados los días cercanos a su aproximación relativa a la Tierra el pasado 6 de marzo a una distancia de casi de 17 millones de kilómetros, 40 veces más que la distancia a la Luna. Se pudieron obtener imágenes por radar, e incluso parece que se pudo observar la ocultación de una estrella, lo que permitió precisar con más detalle su órbita.

Posiciones de la Tierra y Apophis en las fechas clave de 2021, en una representación con las órbitas en perspectiva, tomadas de ssd.jpl.nasa.gov y modificadas ligeramente.
A- El 6 de marzo, máximo acercamiento este año.
B- El 13 de abril, cuando la Tierra pasará por el punto de cruce de caminos
C- El 24 de abril, cuando Apophis pasará por ese punto, en el nodo ascendente de su órbita

La apreciable diferencia de fechas entre el 6 de marzo (máxima aproximación) con el 13 de abril (posición que ocupa la Tierra todos los años en el punto de cruce de las órbitas) hace que esta visita de 2021 haya sido de lejos, aunque más cercana que en años anteriores.

Una vez publicados los datos y las conclusiones sobre las citadas observaciones, ha sido a partir de finales de marzo cuando los medios de comunicación comenzaron a hablar de él, porque es un titular que vende, y sería desperdiciar audiencia el esperar 8 años, cuando en 2029 realmente será noticia, e incluso podría ser observable a simple vista, aunque no traiga ningún peligro.

Un titular que sugiere lo contrario de lo que luego se narra en la noticia

El tema es que desde que fue descubierto en 2004, levantando un enorme revuelo, no había vuelto a estar tan próximo a la Tierra y por ello estaba previsto realizar mediciones detalladas, precisamente ahora, de cerca, para confirmar lo que ya se sabía desde 2006.

Porque lo que se ha comprobado ahora es que efectivamente su órbita se ajusta a los cálculos que sobre ella se habían realizado anteriormente, se ha precisado su trayectoria con un poquito más de detalle, pero no hay ninguna novedad importante en las conclusiones.

Hace ya casi 15 años que se había "descartado" el impacto en 2068, aunque siempre se manejan probabilidades de impacto, que a pesar de ser ínfimas, ni antes ni ahora se asegura que esa probabilidad sea cero porque hay circunstancias dificilmente previsibles que pueden influír.

De hecho, aunque se diga que ahora ya estamos tranquilos gracias a las nuevas observaciones de las últimas semanas o meses, lo cierto es que ya el 5 de agosto de 2006 Apophis fue rebajado al nivel 0 en la escala de Turín, que mide el grado de peligrosidad, de 0 a 10.

Escala de Turín, que indica la peligrosidad de un asteroide teniendo en cuenta su tamaño y la probabilidad de impacto. Apophis, tras haber alcanzado en 2004 la mayor calificación que nunca se llegó a dar a ningún otro asteroide, en poco más de 2 años se quedó en la mínima

Lo que todos los titulares destacan ahora como novedoso, el hecho de que los nuevos datos descartan el posible impacto en 2068, ya se había dicho antes; y esto ha sido solo una corroboración más precisa.  E incluso el “efecto Yarkowski” que se cita ahora en algunos artículos, también se había tenido en cuenta aunque sea casi imposible predecir con exactitud su influencia en la modificación en la órbita teórica. 

Puedes comprobar todo ello en el mencionado artículo de este blog, publicado en 2019, que he linkado al principio.

Únicamente seguía en la agenda de los astrónomos de la ESA, precisamente hasta este pasado mes de marzo, porque era el momento idóneo de comprobar que todo iba según lo previsto, ya que como puede verse en el siguiente gráfico, con posterioridad a su descubrimiento nunca se ha acercado a la Tierra tanto como hace unas semanas.

No es cierto lo que se ha dicho, de que "tras 17 años de observaciones se ha comprobado que..." Porque la mayor parte de este tiempo Apophis ha estado muy alejado de la Tierra, durante varios años casi en la parte opuesta de su órbita, al otro lado del Sol a más de 200 millones de kilómetros y/o casi en su misma dirección, siendo imposible su observación, como se ilustra luego en una animación correspondiente a las posiciones de 2009.

Como Apophis tiene actualmente (y hasta el 13-4-2029) una órbita ligeramente más pequeña que la de la Tierra, viaja alrededor del Sol un poco más rápido que nosotros, se ha ido alejando de nuestro planeta por delante de él, como un atleta ligeramente más veloz va dejando detrás a otro mientras dan vueltas en un estadio, "corriendo durante varias vueltas en la parte opuesta de la pista" hasta que se le acerca por detrás sacándole una vuelta, lo que ocurrió en 2005 y 2013, lo hace en 2021 y lo volverá a hacer en el decisivo encuentro de 2029.

De las 3 aproximaciones desde su descubrimiento por estar ambos astros cerca del punto de cruce de las órbitas (en 2006, 2013 y 2021) esta ha sido la más próxima por ocurrir relativamente cerca del nodo descendente y, con mucho, la que ha ofrecido mejores posibilidades de observación.

Posiciones de Apophis cada año, cuando la Tierra se encuentra en el punto de cruce de las dos órbitas (en este siglo, siempre el 13 de abril). Aunque solamente se han representado las posiciones de los diferentes años en esa fecha, solo puede ser en sus proximidades donde pueden acercarse de manera apreciable.

En los momentos del adelantamiento no ha habido peligro de choque porque los caminos no son exactamente iguales, solo se cruzan en un punto (en el nodo descendente de la órbita del asteroide), y no han ocurrido ahí los mencionados adelantamientos, sino en lugares donde las órbitas estaban muy separadas.

Pero como se ha dicho, durante la mayor parte del tiempo ambos astros se encontraban muy alejados y sin posibilidades de observación, como se aprecia en esta animación correspondiente al año 2009, que cité antes.


En este otro gráfico se recogen esos puntos de adelantamiento en 2006 y 2013, además de otros elementos de las órbitas, para una mejor visualización de las situaciones. Se han incluido también las posiciones de ambos en el momento del descubrimiento, en junio de 2004.

      Aunque pueda pensarse que en los momentos cercanos a los adelantamientos podrían haberse realizado observaciones determinantes, la posición de Apophis en la misma dirección que el Sol lo hace imposible. 
Si un hipotético encuentro relativamente cercano con Venus modificase la órbita de Apophis, casi con seguridad nos solucionaría el problema porque cambiarían las posiciones de los nodos. En cualquier caso eso no se producirá antes de 2029, y tampoco después porque la nueva órbita del asteroide lo alejará de la del segundo planeta.

Sí se producirá un adelantamiento en el lugar del cruce de las órbitas (en el nodo ascendente) cuando nuevamente el asteroide le saque vuelta a nuestro planeta, el 13-4-2029, cuando el acercamiento parecía que podría ser fatal, pero nos libraremos por muy poco. 

Entonces Apophis cambiará su órbita por influencia de la gravedad terrestre, ampliándola. Disminuirá su velocidad como un atleta agotado tras un esfuerzo excesivo realizado para alcanzar a su contrincante, y será nuestro planeta quien se tome la revancha en esta carrera y el 13-4-2036 recuperará una de las vueltas que perdió y eso también sucederá precisamente muy cerca del cruce de caminos. 

La carrera “desmadejada” de Apophis debido al efecto Yarkowsky (como expliqué en “El asteroide del farolero”) parece que evitará precisamente el choque en 2036.

Órbitas de Apophis antes y después del 13 de abril de 2029


Será precisamente en 2029 (o incluso en 2036), cuando ya haya cambiado su órbita y se vaya alejando de la influencia gravitatoria terrestre pero aún no esté muy lejos, cuando podrán realizarse abundantes observaciones muchísimo más precisas que las de 2021, y con datos fidedignos de la nueva órbita, para predecir posteriores acercamientos.


Para concluir, varias aclaraciones en este anexo:

- Las noticias sobre este asteroide son un ejemplo claro de que no debemos fiarnos de lo que se publica por ahí: Las observaciones de Apophis debido a su acercamiento en estos meses, comenzaron en octubre de 2020, y entonces lo que se difundió fue muy diferente:

Noticia de octubre donde, al contrario que ahora, no se descarta el impacto en 2068

Numerosos medios recogieron esta noticia hace solo 5 meses, que justamente decía lo contrario de lo que se afirma ahora.

Las observaciones más importantes realizadas en marzo se hicieron desde EEUU, y tal como un responsable de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha afirmado recientemente, "Allí hay un trabajo muy serio para descubrir todos estos objetos, pero en Europa esa faceta de descubrimiento no la teníamos cubierta de una manera sistemática". 

Sin embargo, no hay que olvidar que, si bien es cierto que la ESA ha tardado en implicarse, la primera organización a nivel mundial que se encargó de coordinar el cálculo de órbitas y seguimiento de asteroides peligrosos fue NEODyS, con sedes en las universidades de Pisa y Valladolid. 

El observatorio granadino de La Sagra ostentaba (al menos hasta hace poco) el segundo lugar en el ranking mundial en cuanto a número de asteroides descubiertos, y quien fue su director (el cirujano maxilofacial Jaume Nomen) ha descubierto más de 60 de estos astros, tanto desde dicho observatorio, como anteriormente cuando como astrónomo aficionado, colaborase con NEODyS en la localización y el seguimiento de posibles asteroides impactores, y descubrió el asteroide que más se iba a acercar a la Tierra sin impactar, por primera vez antes de la máxima aproximación (es habitual descubrir éstos una vez que han pasado)

Instalaciones de la empresa Elecnor Deimos Space en Ciudad Real, que junto al observatorio de La Sagra en Granada, o el de Mallorca, han realizado una importante función en la detección de asteroides peligrosos, colaborando con NEODyS, antes y después de que la Agencia Espacial Europea gestionase el creciente trabajo, ante la  petición reiterada de éstos.

Algún día escribiré algunas de estas interesantes y curiosas historias.

- Aunque la ESA ha publicado ahora que Apophis ha salido de su lista de riesgo de impactos de asteroides peligrosos, la idea que se ha transmitido quizás no sea correcta.

La información completa en https://neo.ssa.esa.int/-/latest-news

Conviene aclarar que Apophis sigue siendo uno de los asteroides PHA (potentially hazardous asteroid - asteroides potencialmente peligrosos), que se pueden acercar a la Tierra menos de 0,05 UA y de un tamaño que provocaría una catástrofe en caso de impacto, que se intentan monitorizar continua o periódicamente por si un leve cambio en sus órbitas pudiera provocar un impacto.

De hecho, nuestro protagonista puede acercarse a nuestro planeta menos de 0.0025 UA, 20 veces más que el límite oficial establecido para los PHA, por lo que sigue siendo (con mucho) uno de los asteroides potencialmente peligrosos.

Otra cosa es que una vez que las nuevas mediciones del pasado mes de marzo parece que confirman los datos anteriores de que no impactará con la Tierra durante este siglo, los organismos que se dedican a estudiar estos peligrosos astros e intentar afinar sus posibilidades de impacto, hayan dejado el trabajo fino sobre el dios del caos para sus nietos, y se centren ahora en detalle en otros asteroides menos conocidos.

Porque con los quebraderos de cabeza que tenemos actualmente en el tercer planeta, no merece la pena perder ahora más tiempo en seguir a 99942 Apophis.

jueves, 1 de abril de 2021

De nuevo en marcha - La influencia de la Luna (1)

 


Aprovechando la noticia de la semana, he utilizado un título ambivalente.

Hoy voy a hablar del canal de Suez, pero antes de ello es obligado empezar por otro asunto totalmente diferente.

1-Este blog, de nuevo en marcha.

Dos meses de parón. Motivos personales y astronómicos. Circunstancias trágicas en el tercer planeta y absurdos relativos al segundo, que ahora no vienen a cuento.

Pero un dicho popular afirma que "no hay mal que por bien no venga", y este blog necesitaba una pausa para renovarse después de más de 5 años de andadura, con casi 300 artículos publicados (uno por semana de promedio) y habitualmente demasiado extensos.

He diseñado este logotipo para ponerlo en la cabecera de cara a esta nueva etapa, con los astros enredados en una cinta de Moebius; el objeto tridimensional con una sola cara que siempre me ha fascinado.

Alternando con el formato habitual, tengo la intención de publicar post más breves, escuetas reseñas referidas a temas que surjan en los noticiarios… Aunque es un propósito varias veces repetido y casi siempre incumplido, voy a intentarlo de nuevo aunque sea escribiendo artículos segmentados en varias entregas.

En este regreso ha influido la Luna, porque ha sido una noticia relacionada con ella, que ha tenido en vilo al mundo entero, lo que me ha impulsado a volver a escribir.



2-El canal de Suez desatascado gracias a la Luna.

Uno de los muchos temas de los que he solido hablar en diferentes conferencias es el de la supuesta influencia de la Luna en distintos ámbitos. Sin duda es el más controvertido de los muchos de los que he hablado, e intuyo que es el motivo por el que hayan dejado de llamarme de alguna entidad en que periódicamente me pedían colaboración. 

Yo lo tengo muy claro, pero hoy voy a empezar con la estrategia del “abogado del diablo”

“¡Claro que la Luna influye! Ahí están las mareas”, he oído muchas veces.

Bajamar y pleamar en la ría de Bilbao, el pasado día 30. Nuestro satélite, principal artífice de este enorme cambio en el paisaje.

Sí. Y ¡de qué manera ha influido nuestro satélite al comienzo de esta semana! En la apertura del tránsito por el famoso canal, en muchas industrias que podrán reanudar su actividad tras haberse quedado unos cuantos días sin suministros, en reducir el impacto negativo en la economía de algunas empresas, o en atenuar el retraso en la llegada a puerto de muchos marineros.

Porque gracias a la marea más alta del año en Suez, pudo por fin liberarse el barco que había quedado varado en el estratégico canal. Por supuesto, ayudado por el trabajo de las dragas y remolcadores, pero que de no haber coincidido precisamente en estos días de mareas vivas, todo indica a que habría sido necesario ir quitando gran parte de la carga con un gran retraso en la apertura del canal y unos daños económicos muchísimo mayores.

Altura de las mareas en Suez el día en que el barco encalló y el que fue liberado

El día 23 cuando el barco quedó encallado había mareas muertas (muy leves), lo cual no fue lo que provocó el incidente, sino todo lo contrario, ya que lógicamente la bajamar fue muy suave, como se ve en el gráfico.

Precisamente las mareas vivas son los momentos más "adecuados" para desencallar (en pleamar) y más peligrosos para encallar (en bajamar), como casualente ocurrió ese mismo día con un pesquero en el puerto bizkaíno de Ondárroa:

Este no tuvo tantos problemas para ponerse de nuevo en marcha, como se ve en la foto, y solo tuvo que esperar unas horas; pero ambos estuvieron bajo la influencia de las mareas vivas de mayor amplitud de todo el año, al ser favorables 3 de los 4 factores astronómico-lunares que influyen en este tema.

Que les pregunten a los patrones de estos dos barcos si influye o no influye la Luna.

Como voy camino de liarme con muchas explicaciones e incumplir mi promesa de brevedad, dejo aquí este post y próximamente escribiré sobre el fenómeno de las mareas, en detalle.    

CONTINUARÁ

miércoles, 3 de febrero de 2021

Los exoplanetas resonantes y el discordante

La semana pasada se difundió la noticia del descubrimiento de un nuevo sistema planetario con unas características aparentemente sorprendentes.

Dos noticias complementarias sobre el tema, publicadas por el mismo medio los días 26 y 30  de enero, una con mayor acierto que la otra y que, al igual que prácticamente todas, destacan el tema de los movimientos coordinados de los planetas del sistema

Aunque pueda ser inusual, no es la primera vez que se encuentra un sistema planetario interpretando ese tipo de ballet cósmico alrededor de su estrella según unos ritmos a los que técnicamente se les da el nombre de “resonancias”.

Ya se conocen otros ejemplos de sistemas de exoplanetas resonantes incluso más completos que éste, siendo el más famoso el de los Trappist-1 del que se habló mucho hace 4 años, pero como la prensa actual necesita titulares novedosos, los busca donde no los hay.

Imagen artística de Trappist-1, un sistema con más exoplanetas y resonancias que el de ahora.

Pero en realidad parece que sí hay una primicia en el descubrimiento de este sistema llamado TOI-178, que es el nombre de la estrella alrededor de la que giran estos planetas “bailando rítmicamente”, aunque la novedad no está en el tema de las resonancias, sino en cuanto a las densidades de los planetas del sistema y su distribución, tan diferente al ejemplo de nuestro sistema Solar y de otros sistemas extrasolares, que parecía que nos daban unas pautas claras sobre las teorías de formación y migración planetaria como se explicó muy bien en algunos medios:

Tal como nos tiene acostumbrados, el astrofísico Santiago Pérez Hoyos aclara perfectamente la situación en el laureado programa de divulgación científica “La mecánica del Caracol” de Radio Euskadi que puedes oír en este enlace, a partir del minuto 33:45, aunque ya en 30:10 habla de exoplanetas y del sistema Trappist-1

Esta vez la agencia EFE recogió y difundió adecuadamente la noticia, aunque al principio del texto se insiste extensamente en lo menos novedoso y es también con lo que comienza el titular:

El hecho de la “rítmica danza” da atractivo al titular, pero no es lo más importante de cara a "afinar las teorías...”. He incluido un párrafo sobre el que incidiré más adelante. Puedes leer la noticia completa en este enlace.

El asunto de las resonancias

Aunque quizás sea contradictorio por mi parte, voy a aprovechar la noticia para hablar del aspecto que más se ha difundido y del que, como matemático, puedo hacerlo con mayor conocimiento de causa.

En todos los casos se ha remarcado que los planetas TOI-178 están en resonancia. y por eso lo de la "danza rítmica". Concretamente se refiere a una especie de baile sincronizado donde los periodos de traslación de los diferentes planetas están en relaciones de números enteros sencillos. 

Por ejemplo, que cuando uno de ellos da 3 vueltas alrededor de la estrella, el siguiente da casi exactamente 2 (resonancia 3:2), o el caso más sencillo cuando uno de ellos da el doble de vueltas que otro casi exactamente en el mismo tiempo (resonancia 2:1). En el segundo anexo explico lo de “casi”.

Con una resonancia 2:1 coincidirán siempre en la misma dirección respecto a la estrella cuando un planeta ha dado una vuelta y el otro 2. Cuando la diferencia de vueltas es mayor que 1, lógicamente coinciden en varios lugares de la órbita, por ejemplo con una resonancia 3:1 el primer adelantamiento se produce cuando el más lento ha dado solo media vuelta, o si es 5:2 en 3 lugares cada tercio de vuelta, como se puede ver en este post sobre la reciente conjunción Júpiter-Saturno

Además de los satélites galileanos de Júpiter que suelen citarse en la mayoría de los lugares, también entre los planetas y astros menores del Sistema Solar existen unos cuantos casos de resonancias, por ejemplo el que acabo de citar de Júpiter con Saturno que motiva sus conjunciones cada 20 años.

Con unos periodos relativamente próximos a los 30 y 12 años, cuando Saturno da dos tercios de vuelta, Júpiter da una vuelta y dos tercios. Al cabo de 3 repeticiones de este proceso Saturno habrá dado vueltas (3 x 2/3=2) y Júpiter 5 (3 x 1+2/3 = 3 x 5/3 =5) y estarían en resonancia 5:2.
Como se dijo, esto es aproximado.

Recogí más información y ejemplos de resonancias en nuestro sistema en el artículo “
A los planetas  les gustan los números enteros, a los asteroides no”  y en  “El baile sincronizado de los satélites galileanos” 

Como todo esto es bastante técnico, en este blog que presume ser “para todos los públicos” he preferido colocar las explicaciones en los adjuntos para no "torturar" a quienes no les gustan los números (espero no haberlo hecho ya), que ya encontrarán otros temas “más amables” en próximos artículos. Sin embargo, como no son cuestiones complicadas, te sugiero que sigas leyendo si tienes curiosidad, aunque pases de los números que no te interesen.

Antes de ello también hay que insistir en que estas situaciones de resonancia no son casualidades numéricas, sino una consecuencia de interacciones gravitatorias que han influido en la evolución de la disposición del sistema a partir de su situación original y en la migración de estos planetas, de manera que se ha llegado a una configuración donde los parámetros orbitales son estables. Los números no son por lo tanto un punto de partida, sino una consecuencia.


En el sistema TOI-178 se han descubierto 6 planetas, que siguiendo la norma establecida se designan con el nombre de la estrella seguido de las letras b, c, d, e, f y g  (la “a” no se utiliza) y excepto el más cercano a la estrella (el TOI-178 b) que parece que va a su aire, y podemos olvidarnos de él, los otros 5 están en resonancia según una relación completa de 18 : 9 : 6 : 4 : 3

Ello significa que cuando el planeta “c” completa 18 vueltas el siguiente (el “d”) ha dado 9, el “e” 6, el “f” 4 vueltas y el “g” 3.    Considerando los planetas de los extremos, cuando el último de ellos (el “g”) da una vuelta, el primero de los resonantes (el “c”) completa 6 vueltas (ya que 18/3=6). O tomándolos dos a dos, las relaciones en las parejas de planetas vecinos serían 2:1,   3:2,   3:2  y  4:3.  Viendo la frase que me ha quedado, y poniendo un poco de humor, espero que los fríos números no destrocen esas relaciones de pareja.

O así es como se suele explicar, pero luego lo matizo porque los números no son exactos.

Tal como he mencionado antes, en el sistema Trappist-1 ya se encontró este tipo de resonancias pero con más bailarines (hay un planeta más) y mejor coordinados (las relaciones numéricas son más exactas):    En aquel caso se descubrieron 7 planetas, 6 de ellos resonantes y el que iba a su aire era el último, en vez del primero. La secuencia completa de resonancias es  24:15:9:6:4:3, o considerando las relaciones del periodo del vecino más cercano de 8:5,   5:3,   3:2  , 3:2  y  4:3.

Pero volviendo al de ahora, las citadas relaciones numéricas de los TOY-178 se pueden deducir y comprobar a partir de los valores de sus periodos que se recogen en esta tabla:

Todo expresado en días y redondeando a 3 decimales, como en los siguientes resultados, aunque en los cálculos he utilizado más dígitos.
En todo el artículo (espero que no se haya colado ninguna excepción) he utilizado la coma para indicar los decimales. No confundirlo con el signo habitual de los millares que en mi época escolar estaba claro y se ponían a diferente altura, pero actualmente se ven diferentes criterios con el uso de la coma y el punto, y se presta a confusión.

Haciendo las divisiones entre cada pareja de estos números correlativos, se obtiene casi el mismo resultado que dividiendo los números enteros citados. Por ejemplo con la última pareja 20,709/15,232= 1,359  aunque  4/3=1,333

¿Hay algo que no cuadra con las noticias? 

Bueno, repasando todo antes de publicarlo, he repetido los cálculos (también con el primer planeta -el b- sin darme cuenta de que tenía que olvidarme de él) y parece que también hay una resonancia entre él y el siguiente según la relación 5:3 como se puede comprobar teniendo en cuenta que su periodo es 1,915 días: (3,238/1,915=1,691 y 5/3=1,667). 

No modifico lo que ya tenía escrito, y al final del artículo he añadido las razones por las que todo el mundo ha ninguneado al primer bailarín, el pobre TOI-178 b.

Como ya habrás visto con estos números, normalmente no son resonancias exactas y en este caso aunque la relación entre los planetas d y c se dice que es de 2:1, en realidad cuando el planeta d completa exactamente una vuelta el c  había completado las dos ligerísimamente antes, y concretamente ha dado 2,025 vueltas; con lo que cada adelantamiento no se vuelve a producir exactamente en el mismo lugar que el anterior sino un poquito antes y esto, que ocurre en todos los casos, lo retomo en el siguiente anexo por si quieres conocer los curiosísimos detalles, ya que estos desajustes guardan una sorpresa.


Como se ha dicho antes, el baile rítmico de estos planetas TOI-178 se ha anunciado como una primicia, cuando en realidad hay al menos un ejemplo casi idéntico, el citado Trappist-1, pero más completo (un  planeta más), muy anterior (descubierto en 2017) y con el agravante de que fueron muy famosos, y se habló muchísimo de ellos. Yo desarrollé algunos aspectos de aquel sistema en “Los cielos de los planetas de trappist1” , aunque no insistí mucho en este aspecto de las resonancias.



Diferencias con las resonancias exactas

Un aspecto importante a tener en cuenta, que ya he citado varias veces y lo vuelvo a repetir, es que los números que se dan en estas resonancias planetarias no son nunca exactos. Ya se ha dicho que en el caso de TOI-178 c y TOI-178 b cuando éste da una vuelta el otro no da justamente 2, sino 2,025 vueltas (diferencia de 0,025 vueltas), y unas diferencias del mismo orden se dan en las otras parejas (concretamente 0,019,  0,029  y  0,026). Esto es el “casi” que anunciaba al principio.

En el caso del planeta b, del que se dice que no está en resonancia, la diferencia con la relación 5/3 respecto al c es 0,025. Totalmente análoga.

En el sistema Trappist-1 las diferencias con las proporciones exactas son muy inferiores: 0,003,  0,006, 0,006,  0,009  y  0,012, con lo que se acercan mucho más a las resonancias numéricas exactas.

Por tomar de nuevo el ejemplo de Júpiter y Saturno, tampoco aquí la resonancia es exacta e incluso la diferencia entre el cociente de sus periodos (29,46 y 1,86 años) respecto a la relación 5/2 es de 0,12,  mucho mayor que los ejemplos anteriores.

Al ser solo dos astros esta diferencia no influye en otros, pero condiciona la cercanía de los dos planetas en las diferentes conjunciones y los periodos de tiempo entre conjunciones próximas, como se explicó en su día.

¿Por qué se dice que TOI-178 b es un bailarín no coordinado con los otros 5?

Porque en los otros 5 estas diferencia que acabo de citar (respecto a las proporciones de números enteros) están coordinadas de manera que las posiciones relativas de esos cinco planetas se vuelven a repetir (aunque no sea justo cada 18 vueltas de c, como suele anunciarse por simplificar la situación) 

Es lo mismo que en el caso de los satélites galileanos, que recogí en el mencionado post en que hablaba sobre ellos

Allí se señalaba que aunque las resonancias no son exactas y por ello los satélites repiten sus posiciones relativas a lo largo del tiempo en lugares ligeramente diferentes, el punto de adelantamiento de un astro a otro se va moviendo poco a poco.   Pero eso no desajusta al tercero, que también se desplaza de manera que las diferencias con las resonancias exactas están totalmente coordinadas para que las figuras geométricas que forman los lugares de adelantamiento se mantengan y vayan girando. 

Evidentemente todo tiene su origen en las interacciones gravitatorias, pero en aquel caso las configuraciones de las diferentes conjunciones parecían trazadas "a propósito" por un maniático geómetra perfeccionista, y las recogí en este gráfico:

Posiciones en las que se producen los “adelantamientos” o “conjunciones vistas desde Júpiter” de los 3 primeros satélites galileanos.
Si las resonancias fuesen exactas esos puntos permanecerían invariables. Aunque no lo son, toda esta figura va girando lenta y solidariamente según la dirección de la flecha roja pero sin perder su forma.

¿Es posible que esto ocurra también con los cinco planetas exteriores de TOI-178, pero no con el primero, a pesar de estar también en resonancia con su vecino, y por eso se diga que no participa del baile? 

EFECTIVAMENTE:

No es al cabo de 18 vueltas de TOI-178 c (58,292 días) cuando las posiciones de los planetas vuelven a repetirse, sino exactamente cada 57,581 días (la coma indica decimales). Y en este tiempo, cada uno de los planetas ha dado el siguiente número de vueltas:

El c 17,780 (en vez de 18), el d  8,780 (en vez de 9), el e 5,780, el f 3,780, y el g 2,780 vueltas, con lo que a partir de las posiciones en cualquier momento dado, volverán a coincidir en el mismo sitio pero girado 0,780 vueltas, es decir 280,8º, o bien 79,2º antes.

Excepto el "desajustado" planeta b, que en ese tiempo habrá dado 30.075 vueltas, y con ese "pico" de 0,075 vuelta (que son 27º) se habrá "adelantado" un buen tramo a sus compañeros (que se quedaron en 0,780 de la vuelta anterior) destrozando la coreografía.

Si dos cualesquiera de esos planetas resonantes en un determinado momento se encuentran alineados con su estrella en la dirección 1 (en el gráfico, a la derecha de la estrella), al cabo de 57,581 días volverán a estar alineados pero en la dirección 2.  
Si el planeta TOI-178 b se encontrase al principio también en 1, al cabo de ese tiempo estaría en 3

Mi trabajo me ha costado descubrir esos feos números: Intuir la situación, plantear la ecuación adecuada, comprobar los resultados... Pero ahí están, demostrando que las matemáticas subyacen en todos los procesos astronómicos y en este caso han servido para comprobar que todos los planetas de este sistema siguen armoniosamente el baile menos TOI-178 b, que ha perdido el paso.

martes, 26 de enero de 2021

Febrero 2020: Efemérides diferentes para un mes diferente

Llega el segundo mes del año, el que en principio era el último y por eso se quedó más corto que los demás. Este artículo ya habitual, que recoge algunas de las efemérides más destacadas, va a ser distinto de los anteriores fundamentalmente porque no hay tantos fenómenos llamativos en el cielo como otras veces.

- Los planetas se esconden. Excepto Marte, que se mantiene visible la primera mitad de la noche, pero ha bajado enormemente su brillo y ya no es ni sombra de lo que fue, los demás planetas observables a simple vista se encuentran muy cerca angularmente del Sol, tienen su conjunción en fechas próximas a este mes (Mercurio el 9 de febrero, Júpiter y Saturno al final de enero y Venus en marzo) y por ello están en la peor situación posible para ser observados ya que pasan casi todo su tiempo por encima del horizonte cuando es de día.

Posiciones a comienzo del mes de Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno, todos ellos en la constelación de Capricornio, donde también está el Sol y por ello angularmente cerca de él (Estarán ahí los 4 hasta el día 23 en que Venus se marchará por el oro lado). 

Esta imagen, que evidentemente no podremos observar desde la Tierra, sí será visible desde la Luna porque allí no hay atmósfera, y por eso la he representado en un hipotético paisaje lunar desde donde las posiciones de los astros serían iguales que desde aquí.


Tampoco hay lluvias de estrellas importantes, ni ningún eclipse, ni ocultación destacada, no se espera ningún visitante espacial llamativo… Pero habrá noticias.


Por todo ello, junto a algún fenómeno menor, voy a referirme a otras circunstancias que aunque no supongan aspectos observables en el cielo, puedan tener interés de por sí. Y lo voy a recoger en un infograma más reducido de lo habitual con una línea (semana) menos, porque curiosamente este febrero será un mes con solo 4 líneas en los calendarios (en el formato de aquí, donde las semanas van de lunes a domingo), lo que no ocurría desde hace 5 años.

En cuanto a fenómenos observables, durante este mes el hemisferio sur es más favorecido

- Miércoles 10

Fina Luna y los planetas Venus, Júpiter y Saturno visibles al amanecer. Solo desde el hemisferio Sur, debido a la inclinación de la eclíptica por el horizonte Este de madrugada ya avanzada la estación, en el Norte muy poco inclinada. 

Venus y Júpiter aparecerán muy bajos junto al horizonte pero el gran brillo del primero permitirá la localización de ambos. Saturno mucho mejor situado, pero mucho más débil podría encontrarse con las referencias de los otros dos y la finísima luna de poco más de un día antes de la fase nueva.

Posiciones de la Luna y los planetas al comienzo del crepúsculo civil matutino (Sol a -6º). En la latitud 35º S ocurre 30 minutos antes de la salida del Sol y 22 minutos en el Ecuador.

- Jueves 11

Conjunción de Venus y Júpiter: En el mismo contexto que en la madrugada anterior, aunque la Luna ya no sea visible, se produce el máximo acercamiento angular entre Venus y Júpiter, que con una separación de casi 30´ no será tan cerrado como la gran conjunción de Júpiter y Saturno del pasado mes de diciembre, pero también entrarían en el mismo ocular de un telescopio sin demasiados aumentos, justo con cualquier configuración en que pueda verse la Luna entera. Habrá poco tiempo para su observación antes de la salida del Sol, pero con mucha precaución pueden seguir viéndose aún de día utilizando telescopio.

Relación de las distancias mínimas entre los planetas en las conjunciones del pasado diciembre y ésta de febrero. Los tamaños de los planetas están a la misma escala de las distancias; Venus se verá muy pequeño, pero si hubiera estado cerca de la conjunción inferior (paso de visibilidad vespertina a matutina) se habría visto más grande que Júpiter y con una atractiva fase fina. Otra vez será.  

En una latitud media de la península Ibérica (40º N ) los planetas salen solo 23 minutos antes que el Sol y su observación visual será casi imposible, pero desde el ecuador serán 40 minutos y en la latitud 35º S (zona cercana a Montevideo o Buenos Aires), 50 minutos antes, por lo que desde la la mayor parte del hemisferio sur sí podrían verse.

 

- 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Una celebración que merece la pena resaltar de cara a lograr la necesaria igualdad y en reconocimiento a las muchas mujeres que han aportado sus descubrimientos también en el campo de la astronomía.

Algunas astrónomas como Caroline Herschel, Henrietta Leavitt o Jocelyn Bell no fueron debidamente valoradas en su día, aunque sus logros son reconocidos actualmente. Pero otras muchas han quedado en el olvido.

En mis muchos años de docencia de Matemáticas y Astronomía en secundaria, aunque tuve alumnos brillantes, la mayoría de quienes destacaron fueron chicas. Y en general su actitud era más positiva.


- Jueves 18 

Llegada de Mars 2020 con su rover Perseverance a Marte.

Esta misión de la NASA que investigará la posible existencia de vida en el pasado en el planeta rojo, aunque sea considerada la más relevante no será la única que llegue allí este mes. También la sonda china Tianwen 1 tiene previsto posarse en el cuarto planeta en febrero y la misión Hope de los Emiratos árabes llegará a sus proximidades y quedará orbitando el planeta.

Como siempre en estos casos, la NASA busca atraer la atención del público y siguiendo su costumbre ya ha anunciado como "Los siete minutos de terror" la fase crítica del descenso de la sonda. Yo cambiaría la palabra "terror" que tiene una connotación negativa por "expectación", o incluso "emoción", aunque esas películas vendan menos.

Imágenes artísticas de los vehículos espaciales de Emiratos árabes, China y Estados Unidos

Sobre estas misiones puede encontrarse mucha información en la red. Sobre todo de la estadounidense, pero también de las de China y Emiratos Árabes que se suman así a las otras 5 agencias espaciales que han enviado naves al planeta rojo anteriormente.


- Viernes 19

Marte está situado muy cerca de la estrella Aldebarán de Tauro y ese día la Luna en cuarto creciente se cuela entre los dos. Como al igual que el cuarto planeta esa estrella también es rojiza, harán una pareja muy llamativa. Además el brillo muy variable de Marte será ahora muy parecido al que tiene Aldebarán, siendo solo un poco mayor.

El marco en que este encuentro se produce, junto a la zona de las constelaciones más espectaculares del cielo, hará totalmente recomendable un paseo por alguna zona sin mucha contaminación lumínica para observar los astros a simple vista aunque la temperatura sea baja.


El próximo mes de marzo se producirá una situación análoga, pero aún mejor.


- Viernes 26  

Mercurio, Júpiter y Saturno repiten triángulo como el pasado 10 de enero, pero esta vez más alargado e isósceles y de madrugada(entonces fue casi equilátero al comienzo de la noche. También esto se verá mejor desde el hemisferio sur, aunque se puede intentar desde el norte si el horizonte Este está limpio, y utilizando prismáticos para localizar a Saturno y Mercurio.

Desde la latitud media de la península Ibérica, con el Sol a -6º, unos 30 minutos antes de su salida, Saturno alcanzará una altura de 8º sobre el horizonte teórico y por su poco brillo costará distinguirlo más que Júpiter o incluso Mercurio.

miércoles, 20 de enero de 2021

La Tierra se acelera

Es posible que lo hayas oído, porque se ha publicado en muchos medios: Este pasado año 2020 la Tierra se ha puesto a rotar más deprisa.

¡Lo que le faltaba a este año tan especial! Si casi todo había sido diferente por culpa de la pandemia, también en esto el tercer planeta se ha comportado de manera extraña.

Es algo curioso, una de esas cosas que pueden llamar la atención al público y que, como suele ocurrir en ocasiones, partiendo de un dato real se han colado algunos errores de concepto en la redacción de la noticia en casi todos los medios. Vamos, que por querer poner ejemplos que queden llamativos han metido la pata porque, tal como explico luego, no es cierto que el 19 de julio la rotación o el día hayan durado 1.46 milisegundos menos que los 86400 segundos.

Pero los titulares son correctos, la rotación de la Tierra se ha acelerado y la duración media de los días de este pasado año ha sido la más corta desde que se tiene constancia exacta por medirse con precisión con relojes atómicos, al menos la más corta desde 1973. 

No solo eso, sino que desde entonces 2020 ha sido el único año en que, de promedio, nuestro planeta ha ido más deprisa que el estándar que se tomó, para la definición exacta del segundo como unidad básica de medida del tiempo.

No es nada preocupante, la diferencia es mínima, de solo algún milisegundo en algunos días (luego recojo datos más concretos), el total acumulado en todo el año no llegó ni por mucho a media décima de segundo, y no tiene ninguna consecuencia negativa. Incluso podría decirse que si esta tendencia continúa, como parece que indican las previsiones, ayudaría a compensar en parte el desajuste que se ha ido acumulando estos últimos años donde, por cierto, la diferencia con el estándar fue mucho más grande que en este 2020, pero en el sentido contrario.

Tiempo que se ha ido acumulando de desfase (entre o que indican los astros y los relojes atómicos) a lo largo de la última década. En el recuadro aparece ampliada la situación en los 3 últimos años. La curva desciende cuando la rotación es lenta y se acumula retraso.

Hay que tener en cuenta que en un solo día la diferencia máxima nunca ha sido mayor de pocos milisegundos, y se observa que en 2020 también hubo días más lentos del estándar, en los intervalos en que la curva desciende, sobre todo en los primeros meses.


No hay problema, los ajustes están previstos.

La diferencia entre la duración de la rotación (medida por las posiciones de los astros) y la duración teórica medida con los relojes atómicos que nos marcan la hora con precisión, se va acumulando y cuando se aproxima a un segundo a final de junio o de diciembre se reajusta añadiendo o eliminando ese segundo de manera que la hora queda determinada nuevamente de manera adecuada a la orientación de la Tierra.

Desde el año 1972 en que se reguló y comenzó esta práctica se han añadido 27 de estos segundos, llamados “intercalares”, y de momento nunca se ha eliminado ninguno, lo que sí podría producirse si la tendencia de 2020 continuase unos cuantos años más.

De esta manera la curva se ajusta para que la diferencia entre la hora que marcan los relojes atómicos y la que indican las posiciones de los astros, que en definitiva es el criterio de referencia, sea mínima.
Desfase entre el tiempo que indican los relojes atómicos (UTC) y las posiciones de los astros (GMT), corregido por la implantación de los segundos intercalares, que se sitúan en las líneas verticales a trazos. El tramo en rojo corresponde a las previsiones para el año 2021.
Se ha elaborado completando un gráfico tomado de Wikipedia.

En el gráfico se aprecia que en los años 70 la Tierra giraba bastante despacio (aún teniendo en cuenta que las diferencias son muy pequeñas), o que entre 2000 y 2005 se aceleró algo, sin llegar al estándar aunque con periodos breves más rápidos que él, pero bastante menos que en 2020.


Motivos de esas diferencias:

Aunque durante toda una vida (más de un siglo) puede decirse que la rotación de la Tierra es uniforme si se mide con una precisión de segundos, si somos más meticulosos y lo medimos con los relojes atómicos, se pueden apreciar diferencias de milisegundos debido fundamentalmente a que el núcleo del planeta no es sólido y, al poder alterarse su distribución, se ocasionan estas pequeñísimas irregularidades.

También influyen en menor medida los terremotos, movimientos del aire derivados de fenómenos meteorológicos y variación de la presión atmosférica que pueden disminuir o acelerar levemente la velocidad de rotación de manera imprevisible.

Además de ello, se produce una progresiva disminución de la velocidad de rotación debido a la influencia gravitatoria de la Luna y su efecto en las mareas que, aunque cuantitativamente es menor que la producida por las anteriores causas, a diferencia de éstas es acumulativa, siempre actúa en la misma dirección, y con el paso de los millones de años va ocasionando un efecto enorme. Hace unos 3000 millones de años la rotación terrestre duraba solo 6 horas, y dentro de otro tanto será de varios días, hasta que teóricamente se igualase al periodo de traslación de la Luna. Todo ello está recogido en el post "Midiendo el tiempo", pero eso es otra historia, mucho más amplia que el tema concreto de hoy.

Volviendo al tema, aparte de algunas apreciaciones subjetivas no muy afortunadas, en casi todas las noticias que se han publicado estos pasados días sobre este tema se han producido errores numéricos por haber confundido los conceptos de día sidéreo con el día solar y sus diferentes acepciones. 
Por ejemplo, cuando se dice que "el día más corto fue el 19 de julio". Porque aunque se produjo entonces la rotación más rápida, apenas 1,5 milisegundos menos del estándar, a mediados de septiembre los días son siempre unos 4 segundos más cortos.

Son cuestiones que no tienen trascendencia a nivel de divulgación de la noticia, pero al intentar sacar conclusiones se han plasmado en afirmaciones totalmente falsas, que voy a precisar a continuación por si te apetece conocerlo.




Conceptos astronómicos y detalles numéricos: Curiosamente estas circunstancias determinantes en el tema de hoy están muy relacionadas con el post que publiqué hace solo unos días (“La ecuación del tiempo”) donde incidía en la diferencia entre diferentes conceptos relativos a la duración del día, claves en los detalles de esta historia. Ha sido una tremenda casualidad que la noticia a la que me refiero hoy haya aparecido en los medios de comunicación solo 5 días después que escribí con una excusa totalmente diferente. 
Alguien me ha dicho (en broma y teniendo en cuenta ésta y otras cuantas coincidencias) que debo tener premonición, pero eso no existe.

Recojo nuevamente algunos conceptos fundamentales en este tema:

1- Un día sidéreo es la duración de una rotación respecto a las estrellas. Es lo que realmente tarda la Tierra en completar una vuelta tomando una referencia externa y tiene una duración de 23 horas 56 minutos y 4,09 segundos. Y con esa precisión, es constante al menos durante varios siglos.

2- Un día solar verdadero es el tiempo que, visto desde la Tierra, tarda el Sol entre dos pasos consecutivos por el meridiano del lugar, o dicho de otra manera lo que un teórico observador situado en la posición del Sol cronometraría hasta que la Tierra le vuelve a mostrar exactamente la misma cara: Una vuelta respecto al Sol, (unas 24 horas, pero es variable y oscila en varios segundos) que es observable y medible pero no es un criterio objetivo porque nos estamos moviendo también en traslación. 

La diferencia de casi 4 minutos respecto a la duración de la rotación se debe, como se explicaba en el mencionado artículo, a que cuando la Tierra completa su rotación (tomando como referencia una estrella lejana) se ha movido un poco en su órbita, y para repetir su posición respecto al astro rey debe girar un poquito más.

Repito el gráfico y algunos datos para homogeneizar este artículo y pido disculpas a mis lectores fieles por la reiteración:

En la posición 1 en el punto donde arranca la flecha es mediodía. 
En 2 se ha completado una rotación después de 23h 56m (aproximadamente)
En 3 se ha completado el día al cabo de 24 horas (unos días unos segundos más, otros días menos) porque vuelve a ser mediodía en el mismo punto.

Como se vio en el mencionado artículo, la duración del día solar verdadero varía a lo largo del año debido a la ecuación del tiempo, con una diferencia máxima de 51 segundos: El día más largo (día + noche) es el 22 de diciembre con una duración de 24 horas y 30 segundos, y el más corto el 16 de septiembre con 23 horas, 59 segundos y 39 segundos.
Paradójicamente, el día de la lotería en España es el más largo del año (considerando día+noche) y el más corto (día arriba, día abajo) considerando solo el día al margen de la noche. En el hemisferio sur coinciden.

3- Día solar medio: Tomando la media de todos los días del año (días solares verdaderos) se obtiene la duración del día solar medio de las conocidas 24 horas. Como cada hora tiene 60 minutos y cada minuto 60 segundos, un día solar medio dura 86400 segundos.  Esto es exactamente así utilizando la definición de segundo que se tomó en 1960 cuando hubo que fijar con precisión la unidad de medida del tiempo al implantarse el Sistema Internacional de Medidas.

Como debía hacerse una definición rigurosa y en aquella época los primeros relojes atómicos ya habían detectado ligeras variaciones en milisegundos en la duración de la rotación y por ello del día solar, se utilizó la media de la duración de los días entre los años 1750 y 1890, y se definió el segundo como una parte entre 86400 de la duración del día solar medio en esos 140 años.

¿Cómo se conoció exactamente la duración de los días en esas épocas en que no había relojes atómicos? Por las referencias de fenómenos astronómicos que se habían registrado. Aunque lógicamente la precisión de las mismas no podía ser elevada, al tomar un intervalo de más de 100 años y hacer la división, esa precisión queda perfectamente delimitada.

La observación y registro de fenómenos astronómicos durante más de un siglo en una época en que ya había medios tecnológicos suficientes, permitió obtener una definición rigurosa del segundo a pesar de no contar con relojes de tanta precisión entonces. La imagen corresponde a un enorme telescopio de W. Herschel. 


Los errores de las noticias

No se trata de sacar los colores a nadie porque, como digo siempre en estos casos, todos nos equivocamos alguna vez, frecuentemente de los errores es de donde más se aprende, y quizás éste sirva a algunos lectores para entender la diferencia entre los conceptos astronómicos mencionados. O quizás a mí, si alguien me indica y razona que yo soy el equivocado, porque me parece increíble que se hayan colado en tantos sitios los  mismos "gazapos". Pero mientras tanto lo tengo muy claro. 

Antes de nada, conviene decir que en este caso y de manera sorprendente el error más repetido no ha estado en la agencia de noticias que lo ha difundido o los medios que lo han reproducido, sino en la fuente de donde lo ha recogido (timeanddate.com) y que, en principio parece que debería ser fiable porque está especializada en el tema. Quizás alguien tuvo un mal día porque no salieron las cosas como quería y estaba un poco descolocado, que a cualquiera le puede ocurrir, o probablemente quien lo escribió interpretó incorrectamente el dato que le dio el científico que lo había calculado,...

Resumiendo: se confunden y se mezclan 3 conceptos diferentes: día sidéreo (duración real de la rotación), día solar verdadero y día solar medio. Los 86400 segundos que aparecen en todas las noticias corresponden a este último concepto, pero se les ha aplicado a uno de los otros dos, según el caso, llegando a conclusiones paradójicas o absurdas.

La agencia EFE recogió la noticia de la fuente original, y fue ampliamente difundida en medios de comunicación. Lógicamente todos lo repitieron y así nos enteramos de que la Tierra se ha acelerado, aunque no hayamos entendido muy bien eso de los 86400…, ni tampoco nos importa mucho. Y mejor así, porque es incorrecto.

Refiriéndose al día más corto de 2020, donde dice “1,4602 milisegundos menos de 86400 segundos", va a ser que no.

Es imposible medir la diferencia de la duración del día o de la rotación respecto a los 86400 segundos, y no se puede obtener con ninguna medición el resultado que se dice. Sencillamente es falso:

Si se ha medido la duración de la rotación con respecto a las estrellas, se habría obtenido el valor de la rotación (los 86164,092 segundos que son 23 h 56 m 4,0916s) restados los mencionados 1,462 milisegundos,  y si fuera con respecto al Sol, se habría obtenido 86403,50 menos 1,462 milisegundos ya que por el tema de la ecuación del tiempo el día solar el 19 de julio dura 24 horas y 3,50 segundos.

En ambos casos claramente diferente a lo que se ha publicado.

Lo lógico parece que se hubiera detectado esa diferencia de 1,462 milisegundos respecto a las estrellas (que son las referencias que se toman en estas medidas) pero se haya querido adornar utilizado los 86400 en vez de 86164,09 porque aunque es falso queda más llamativo y es la cifra que aparece en la primera definición oficial del segundo.

En realidad el día (solar) que menos duró (como todos los años, y ya lo he citado antes) fue el 16 de septiembre con 23 h 59 m 39 s, que serían 86379 segundos, prescindiendo de los dichosos milisegundos que no van a cambiar el primer puesto de la clasificación de días cortos.

Aparte de eso en la noticia hay otro "despiste", aunque no sea tema astronómico, sino en el concepto de lo que significa "batir un record", y lo comento luego. 

Aunque a veces los problemas pueden estar en una traducción inadecuada, leyendo la noticia original en inglés de timeanddate.com parece que no es el caso, aunque hay que tener cuidado con la coma decimal y el punto de los millares que, aunque por el contexto queda claro, en cada lugar es diferente e incluso en la anterior se mezclan.


Artículo original del que la agencia Europa Press tomó la información de manera literal y luego distribuyó a los diferentes medios, alguno de los cuales sacaron conclusiones de "cosecha propia". 

Por si acaso, tengo que decir que el resto de la noticia es correcta salvo algún detalle semántico, interesante y con datos muy precisos, por lo cual extrañan aún más las mencionadas "imprecisiones". Quizás aunque tengan claro cual es la idea correcta (así debe ser lógicamente) hayan optado por simplificar de cara a difundir la noticia ya que si tienen que explicar los diferentes conceptos la gente dejaría de leer. Pero se debería haber evitado dar la cifra de 86400 segundos.

Aparece también un gráfico con la duración de los días a lo lago del año 2020, y su diferencia respecto al estándar:

Gráfico de timeanddate.com, al que he añadido una línea roja con la referencia del anterior record.

Si el record anterior se batió por primera vez el día 21 de junio y definitivamente el 19 de julio, a mi no me salen las 28 veces que se batió en 2020. Aunque hubiese habido 28 días más cortos que el anterior record (en el gráfico faltan los datos de los últimos 15 días del año), según el gráfico solo se bate 3 veces. Pero esto es un tema semántico al margen de los conceptos astronómicos.

El pie de ese gráfico: "Variation of daylength throughout 2020. The length of day is shown as the difference in milliseconds (ms) between the Earth's rotation and 86,400 seconds" se vuelve a cometer el error en el término "rotación" y el dichoso numerito.

Es posible que yo esté exagerando y sacando pegas donde no es para tanto. Evidentemente los autores conocen todos los términos técnicos y es posible que solo hayan simplificado para poder llegar a los lectores, que dejarían a un lado el artículo con todos estos tecnicismos. O que el fallo esté en quien lo ha redactado, que no los conozca y haya aportado algo "de cosecha propia". Pero quiero insistir (soy un pesado) en que la utilización reiterada del dichoso numerito 86400 y el asociarlo a "lo que no es" lleva a un callejón sin salida correcta. 

Otros ejemplos:

Dejando a los del timeanddate, su alerta respecto a la aceleración de nuestro planeta ha hecho que otros medios se hayan animado con el tema, hayan hilado por su cuenta en general con lógica correcta, pero partiendo de esas frases "imprecisas o falsas", con lo que los errores han ido aumentando:

Se refiere al domingo 3 de enero de 2021, cuando la rotación parece que habría durado 0,1073 milisegundos menos de lo que debiera, y es lo que quiere indicar. Pero lo que se dice es erróneo porque no debería restar de 24 horas, sino de  24 horas y 27 segundos que es lo que dura el día solar el 3 de enero, por el asunto de la ecuación del tiempo.

Ya que he recogido esa cita y he hecho publicidad a este medio, no me puedo reprimir e incluyo este párrafo del mismo artículo, cuya última frase podría figurar en la "antología del disparate", solo para que hagáis unas risas, después de leerla despacio:


¡Lo que da de sí un número tan redondo como el 86400! Que parece haber convertido el punto de los millares en coma (en caso contrario, el planeta giraría a velocidad infinita al reducir su rotación en toda su cuantía) en una frase absurda por su significado porque aún 86 y pico son muchos segundos. 
Y eso de que hayan sido los relojes atómicos quienes lo hayan descubierto ese numerito... Mucho antes de que se inventaran el día tenía 86400 segundos (24 horas de 60 minutos y cada uno 60 segundos) y fueron esos artefactos diabólicos los que lo pusieron en entredicho. 

Hay que tomárselo con humor, y este anexo de los dos rombos empieza a parecerse a aquel otro que utilicé al principio de la pandemia con algunos chistes para animar un poco, y cuya cabecera he incluido en la última cita.

Y ya puestos, otro detalle de Crónica.com, aunque este ¿es algo más serio? No lo creo, y te animo a que lo busques, lo leas entero, y ...


Por una parte se habla de 0.05 milisegundos y a continuación de 0.5 segundos: ¿dos temas diferentes que no explica? ¿pero por qué 0.5 segundos? ¿cambio de unidades con factor equivocado y en sentido contrario? ¿Me estoy volviendo demasiado suspicaz ...?

Pero, sin duda para darle sensacionalismo a algo que no lo tiene, se dice que esta mayor velocidad de rotación “podría provocar un gran impacto en nuestra vida cotidiana”, lo cual es totalmente falso, y en realidad ocurre lo contrario: desde que se mide el tiempo con precisión con los relojes atómicos, justamente este año 2020 es el que se ha comportado de manera más regular, por lo que en este aspecto es cuando menos problemas pueda haber creado.

Si en los últimos 47 años la Tierra se ha ido retrasando a una velocidad mucho mayor que lo que se ha acelerado en 2020 y no hemos tenido ningún problema por ello, ahora que precisamente con este leve adelantamiento lo que hace es reducir un poco el desfase y comportarse “como debe ser”, o mucho más parecido a ello, puedes dormir tranquilo porque toda esta historia no nos va a añadir ningún problema a los muchos que ahora mismo ya tenemos en el tercer planeta.