Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Y Betelgeuse se oscureció

 

Aunque no fuera total, y a la espera de hacer estudios de su curva de luz en las observaciones realizadas y la situación geográfica de cada una, la anunciada ocultación de la estrella Betelgeuse por el asteroide Leona ocurrió la madrugada del día 12 como estaba previsto.


            Momento preciso de la ocultación, obtenido por Oscar Martín Mesonero (startrails.es)

Hay que resaltar que, tal como se dijo, es la primera vez que se tiene constancia de un fenómeno de este tipo: una ocultación parcial y progresiva de una estrella por un asteroide, que aunque las ocultaciones ocurren a menudo, siempre son instantáneas y totales. Por tanto hay que valorar y justificar la emoción que se aprecia en algunos audios, ya que puede decirse que ha sido algo histórico.

Es por ello que he decidido recoger, aunque me salga del esquema habitual de usar mis materiales, varias observaciones con el permiso de sus autores, a quienes se lo agradezco.

Desgraciadamente la transmisión en directo que anuncié en el anterior post fue suspendida a causa de las nubes en el lugar de observación:

Pero pero voy a poner a continuación algunas imágenes y vídeos del fenómeno, que pudieron verse desde otros lugares en que hubo más suerte.

- A pesar de las nubes altas que hubo durante toda la observación, mis colegas de ApEA y amigos Sensi Pastor y José Antonio de los Reyes desde su observatorio de Cehegín, a 14 km de la teórica línea central de la ocultación obtuvieron este vídeo, donde Betelgeuse aparece a la derecha de la imagen:

En esta curva de luz que elaboraron, se aprecia la caída de la magnitud de la estrella entre las 1:15:15 y 1:15:25 (TU)



- Desde Cieza (Murcia), justo en la teórica línea central, a donde se desplazó Oscar Martín Mesonero (startrails.es): 

Y obtuvo este magnífico vídeo, con varias secuencias de la ocultación al final tomadas con diferentes ampliaciones:


Que se puede ver en Youtube https://www.youtube.com/watch?v=SWHkEqFgtmA&t=51s y realmente merece  la pena.

- Un vídeo donde también se ve claramente la bajada de brillo de Betelgeuse es el que obtuvo José Franco de Astroingeo (Alicante):



- Un estético montaje realizado por Leonor Ana Hernández, con imágenes de Orión y Betelgeuse eclipsada y sin eclipsar, enmarcadas en otra con mayor campo desde La Sagra (Granada)

Leonor publicó esta imagen en Twitter, como siempre acompañada de comentarios jugosos y emotivos, que te aconsejo lo veas:  https://twitter.com/LeoAstronomada/status/1735002158884425781/photo/1


- Aquí otro vídeo de la ocultación (hay imagen a partir del segundo 10), en este caso obtenido desde La Romana (Alicante) por Josep Masalles, que tuvo como colaboradores a Toni Selva, Rafael Quiles, Carles Schnabel, Carles Perelló y Jordi Juan: 


Que además recogen en https://astronomia.josepmasalles.cat/transits-i-ocultacions/ocultacio-de-betelgeuse-per-lasteroide-leona-2023-12-12/ los detalles de la observación y resultados obtenidos.

Analizando los diferentes datos y emplazamientos de las observaciones se obtendrán sin duda mejoras en la órbita de Leona, la posición de Betelgeuse, los tamaños de ambas,... Tal como se indicaba en el post anterior.

Es posible que vaya añadiendo algún dato más, pero quería dejar constancia cuanto antes de este fenómeno que ocurrió ayer 12-12 y quedará en los anales de la astronomía.


viernes, 8 de diciembre de 2023

Un fenómeno quizás nunca visto antes

Imaginemos que el próximo 11 de diciembre estamos en Córdoba o en Alicante, o en un lugar cercano a la línea que une estas dos capitales. Trasnochamos y algo después de las 2, ya del día 12, estamos mirando al cielo. Sería muy probable que dirigiésemos nuestra vista hacia la zona de Orión por ser la constelación más llamativa, que aparece en una extraña posición vertical, y quizás nos detendríamos en Betelgeuse, su estrella más destacada que a esa hora estará en la esquina superior izquierda de la constelación.

Justamente a las 2:15 veríamos algo extraño: Durante unos 10 o 12 segundos, que quizás nos parecieran mucho más, el brillo de esta estrella rojiza empezaría a debilitarse, quizás se apagase del todo, para volver a encenderse y alcanzar su brillo habitual.

Simulación de lo que podría ser la ocultación

No sería un efecto de nuestro subconsciente, sino algo que realmente había ocurrido y que no se tienen referencias de que haya sido observado antes: La ocultación parcial de una estrella por un asteroide.

Zona de la península Ibérica desde donde podría observarse la ocultación. El mayor oscurecimiento de la estrella se vería previsiblemente desde la línea roja y hay probabilidad de ver algo dentro de la franja, aunque disminuye según nos alejamos de la línea central. Imagen de cloud.occultwatcher.net

En general, este fenómeno de ocultaciones de estrellas por asteroides es frecuente porque hay un gran número tanto de unas como de los otros, y suele ocurrir que un asteroide, que evidentemente no tiene luz propia y por su pequeño tamaño prácticamente no nos llega la luz que refleja, pasa por delante de la estrella y bloquea la luz que nos llegaría de ella. Vemos cómo la estrella se apaga. Pero otros observadores que estuvieran en otros lugares no lo verían:

Desde el punto A de la superficie de la Tierra se apreciaría en ese momento la ocultación, pero desde el punto B no. La distancia a la estrella es infinitamente mayor que la reflejada en este esquema.

Pero esto suele ocurrir con estrellas débiles porque su número es muchísimo mayor, aunque en este caso se trata de una de las estrellas más brillantes del cielo, y no solo eso sino que es la de mayor tamaño angular vista desde la Tierra. 

Esa es la clave para que su ocultación sea "diferente" y no se tenga referencia de la observación de algo igual.

Exceptuando el Sol, las estrellas están tan lejos que se ven como puntos, pero Betelgeuse fue la primera que pudo detectarse como un disco. Por ello en cualquier otra ocultación el punto de luz de la estrella desaparece repentinamente pero en este caso la luz de Betelgeuse irá debilitándose y hasta es posible que desaparezca, aunque las previsiones indican que probablemente será un eclipse anular y si el cielo está limpio no llegará a apagarse del todo.

La mejor imagen de Betelgeuse de que se dispone, obtenida por el gran telescopio VLT



El asteroide que provocará este fenómeno se llama (319) Leona, y se conoce su forma y tamaño aproximado precisamente porque se han analizado dos ocultaciones que produjo en dos débiles estrellas hace pocos meses.

¿Cómo se hace para conocer tamaño y forma, además de su rotación?

Una red de observadores situados en diferentes lugares cronometran el tiempo que dura la ocultación y la hora en que se produce, y como la lejanía de la estrella hace que es como si proyectara su forma sobre la superficie de manera directa, la diferencia de latitud de los dos lugares más alejados desde los que hubo observación y la diferente duración de la misma en distintos puntos intermedios darán las dimensiones del asteroide según su orientación en ese momento.  A partir de su sombra se obtiene la forma del asteroide.

Digo “sombra” en sentido figurado porque no es que oscurezca, evidentemente, porque la estrella no nos alumbra, sino que dejamos de verla cuando estamos bajo la “sombra” del asteroide.

En el punto A se vería una ocultación mucho más breve que en B y que en C. Empezaría a la vez que en B y terminaría a la vez que en C

Como la trayectoria de los lugares desde los que se ve la ocultación de la estrella es larga, (en este caso se podrá observar de China a México) tardará unos cuantos minutos de un punto a otro  y el asteroide va girando, con lo que los diferentes resultados de las observaciones permiten estimar su rotación. 

En este caso no solo podrán determinarse de manera más exacta las características de Leona, que ya se sabe que tiene un tamaño entre 50 y 80 km siendo irregular y ligeramente elíptico, sino también el tamaño real de Betelgeuse o su posición real en el cielo, ya que al ser de gran tamaño es más difícil que con otras estrellas. Además su superficie tiene zonas más claras y más oscuras, y su disco no es uniforme, y esto quizás también podría estimarse con los datos de la ocultación.

Da también la casualidad de que el tamaño aparente de Betelgeuse y de Leona (vistos desde la Tierra) son muy similares, del orden de 50 milésimas de segundo de arco, pero el asteroide no es circular sino de bordes irregulares, por lo que según la orientación de Leona podría producirse una ocultación total o anular.

Curiosamente en 2019 se apreció un paulatino debilitamiento de Betelgeuse e incluso se pensó que eso indicaba una próxima explosión como supernova, aunque finalmente se comprobó que se debía a una gran eyección de masa en su superficie que luego formó una nube de polvo que bloqueó la luz de la estrella, en un fenómeno que nunca se había observado anteriormente y que duró varios meses. 


Imagen de Betelgeuse obtenida por el VLT en diciembre de 2019 donde se aprecia el polvo que oscurece parte de la luz de la estrella. Créditos / ESO/M. Montargès

Lo de ahora no tiene nada que ver con aquello, será muchísimo más breve pero más evidente para quienes tengan la suerte de verlo, y también será un fenómeno único.

En cualquier caso, se trata de un fenómeno excepcional por su rareza y, aunque no podamos verlo directamente, habrá transmisiones vía internet, por ejemplo en este enlace

También hay proyectos de ciencia ciudadana relacionados con la ocultación, como el organizado por Starblink.org . En su web (que incluye un interesante simulador) y en otras páginas técnicas se describen los materiales y los procedimientos a utilizar para obtener datos que se puedan luego compartir; pero si lo que quieres es disfrutar del excepcional evento solo necesitas desplazarte a la franja de observación, que no haya nubes por la zona, y abrir los ojos.

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12-12-23

Próximamente incluiré imágenes y vídeos de la ocultación, obtenidas esta madrugada por astrónomos aficionados, en un nuevo y breve post.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Eclipses: Parejas y tríos


Atendiendo a una petición, y aunque sea con algo de retraso, voy a tratar algunos aspectos relativos a los eclipses

Sin duda los eclipses son los fenómenos astronómicos más relevantes sobre todo de cara al gran público.

Hace un par de meses ocurrieron dos eclipses, el 14 de octubre de sol y el 28 de Luna

Alguien me dijo que parecía una casualidad, dos tan seguidos, aunque lo cierto es que siempre ocurre algo parecido. Precisamente los próximos serán el 25 de marzo, penumbral de luna, y el 8 de abril, total de sol.  Pero podrían haber sido tres.

Como en la mayoría de las relaciones humanas, los eclipses normalmente van por parejas pero de vez en cuando también aparecen los tríos. Dos de luna escoltando a uno de sol o al revés, todos ellos separados por 14 o 15 días.


Veamos las razones, empezando por el principio:

Si la órbita en que la Tierra gira alrededor del Sol (la eclíptica) y la de la Luna alrededor de la Tierra estuvieran en el mismo plano, en todas las lunas llenas y nuevas habría eclipse:

Pero entre ambos planos orbitales hay una inclinación de poco más de 5º, y los puntos en que se cortan (en los que la Luna se ve en la eclíptica) se llaman nodos. La Luna estará en el nodo ascendente (que se representa por la letra omega) cuando pasa del sur al norte de la Eclíptica, y el descendente (una omega invertida) el contrario.

Para que se produzca un eclipse la Luna debe estar cerca de uno de los nodos y así se interponga en la dirección del Sol (eclipse de Sol) o entre en la sombra de la Tierra (eclipse de Luna). Además, tal como se ha dicho, deberá ser luna llena o nueva para que los 3 astros estén alineados

Tanto en A como en B se han representado las dos posiciones de la luna en llena y nueva. En A no hay eclipse porque aunque están alineados los tres astros, la Luna no está en la eclíptica y las sombras pasan por debajo del otro astro. En B hay eclipses.

Después de un eclipse en que la sombra pase exactamente por el nodo, debido a la traslación de la Tierra, en cada lunación la línea Sol-Tierra-Luna (o Sol-Luna-Tierra) va apuntando a lugares diferentes y se va alejando del nodo (cada media lunación va retrasando el paso por el nodo) de manera que no se producirá un nuevo eclipse, aunque el nodo también se desplaza pero mucho menos:

En 1 hay eclipse de luna al coincidir la luna llena con el paso por el nodo (en este caso el ascendente). En la siguiente lunación en 2 no hay eclipse porque la Luna no está en el nodo y la sombra de la Tierra pasará por encima de ella.

Si la Luna nueva está exactamente en el nodo se producirá un eclipse total o anular de sol, y si la luna llena está en el nodo (o muy cerca de él) se producirá un eclipse total de Luna. Pero no es necesario que esté exactamente en el nodo para que ocurra un eclipse, y considerando también los parciales y penumbrales, es suficiente que la Luna (nueva o llena) esté a una distancia al nodo menor de 16.4º  en los de sol y 15.7º en los de luna, tal como se calcula en el anexo. Estos números pueden variar ligeramente según las distancias entre los 3 astros ese día, de manera que estos números son los valores medios.

Por ejemplo, el siguiente gráfico representa la situación del último eclipse de Luna, del 28 de octubre de 2023, donde la distancia de la Luna (en el momento del máximo del eclipse) al nodo es de 14.52º después de pasar por él. Al ser menor que 15.7º se produjo el eclipse, pero al no estar muy cerca del nodo fue bastante pobre.

Si la distancia de la Luna al nodo durante el eclipse hubiera sido menor, como en el siguiente caso, la parte eclipsada de la Luna lógicamente habría sido mayor.

Estas imágenes planas son la representación de una porción de la esfera celeste, por lo que la distancia del nodo al centro de la sombra de la Tierra es un ángulo y se expresa en grados, siendo prácticamente igual a la distancia del nodo a la posición de la Luna.

Como se ha dicho, la clave está en que los eclipses ocurren necesariamente en luna nueva o llena, y cerca de los nodos de la órbita lunar, con los márgenes indicados antes. Tal como se representa en el siguiente gráfico, si ocurre un eclipse antes del nodo (por ejemplo de Sol y luna nueva en la posición 1) al cabo de media lunación ocurrirá otro (en luna llena -2-) después de pasar la Luna por el otro nodo.

Debido a que la Tierra se ha desplazado en esas 2 semanas en su movimiento de traslación, la posición relativa respecto al nodo de la luna llena o nueva no será la misma y en la mayoría de los casos en la siguiente ocasión ya se habrá alejado y no habrá eclipse. Como se verá luego, también influye en menor medida el ligero desplazamiento de los nodos.

Pero en ocasiones hay margen para que ocurran 3 eclipses también separados por 2 semanas del primero al segundo y del segundo al tercero: de Luna-Sol-Luna como en el siguiente gráfico, o de Sol-Luna-Sol.

En este caso el primero (1) ocurrirá con la Luna relativamente alejada del nodo, aunque dentro del margen indicado, el segundo (2) muy cerca del nodo con lo que será un eclipse muy bueno, y el tercero (3) con la Luna alejada también del nodo.

Esta situación, vista desde la Tierra, se representa en el siguiente gráfico, donde se ha desplegado toda la línea de la eclíptica en una recta:

Se ha situado el primer eclipse (a la derecha) justo en el borde del margen para ver la situación más favorable para que ocurran más eclipses. Aún así, y aunque se producen 3 eclipses, el tercero está casi en el otro borde, por lo que es extremadamente difícil que en las situaciones medias, ocurran 3 seguidos: A poco que el 1 se acerque al nodo, el 3 se saldría del margen.

Para mayor detalle repito el mismo gráfico con más parámetros que, aunque puedan hacerlo más engorroso, justifican mejor el resultado. 


Al igual que en el gráfico anterior y el siguiente, todo está a escala

Por tanto, cabe justo justo un trío comenzando y acabando con eclipses penumbrales mínimos (en el borde de los márgenes), pero sería mucha casualidad.

Una pareja siempre entrará, porque el primer eclipse (1) siempre estará en el margen previo al nodo (antes de él, porque si estuviera después del nodo habría ocurrido otro eclipse antes), con lo que media lunación después (en 2) también habrá eclipse porque estará también en la zona dentro del margen del siguiente nodo, pero si el primer eclipse no ocurre al principio del margen como antes, en 3 ya se saldrá y no habrá más, como se aprecia en este otro gráfico:

En este caso se producen solo dos eclipses seguidos, que es lo más habitual.

Todo esto se obtiene redondeando y utilizando valores medios de los parámetros, pero que varían ligeramente según las posiciones de la Tierra y la Luna en sus órbitas. En el anexo se calculan los diferentes parámetros y se recogen en los gráficos.

 

¿Hay muchos tríos?

Tal como puede deducirse de la anterior explicación y los gráficos, no son muchos.

Concretamente entre 1950 y 2050 ocurren 22 tríos frente a 184 parejas. Los tríos son 10 de Sol-Luna-Sol y 12 de Luna-Sol-Luna. 

El último fue en 2020 y el próximo será en 2029, ambos en junio y julio. De todas formas no hay que decir la frase de "¡Todavía faltan más de 5 años!" porque una pareja es más interesante que un trío, ya que los de los extremos de éste son eclipses muy pequeños (los de sol solo parciales y visibles desde latitudes muy altas, y los de luna solo penumbrales) 

Por ejemplo, desde la mayor parte de la península Ibérica se verá un extraordinario eclipse de sol total y un eclipse de luna casi total en agosto de 2026. ¡Ya queda menos!

Es muy curioso constatar que todos los tríos de este periodo ocurren en la misma época del año:

De los 22 citados, 9 fueron en junio-julio, 7 en julio-agosto, 3 en agosto-septiembre y 2 en mayo-junio y 1 en abril-mayo

Claramente prevalece las cercanías a julio y en esos 100 años no ocurre nunca en invierno ni en otoño.

Esto es porque en el afelio (principios de julio) la Tierra se mueve más despacio y por ello la lunación es más corta (como se explica en el anexo de este artículo). Con ello se acortarían los intervalos entre las lunas nuevas y llenas, y como se deduce de los gráficos anteriores entrarían más fácilmente dentro de los márgenes. En los meses próximos a enero ocurre lo contrario: al pasar la Tierra por el perihelio las lunaciones son más largas, la distancia entre la posición 1 y 3 de los gráficos anteriores será más grande y será difícil (aunque no imposible) que ambas queden incluidas en los márgenes con lo que normalmente no habrá tríos.



En este anexo aparece mucha geometría y trigonometría, para deducir el tamaño de los márgenes de los eclipses. Si no te gustan esas cosas, te aconsejo que no lo mires.

Vamos a obtener los diferentes parámetros numéricos que se han utilizado en la explicación, concretamente los márgenes en torno al nodo, dentro de los cuales se producen los eclipses. 

- En los eclipses penumbrales de Luna: (su margen será el máximo incluyendo todos los tipos de eclipses lunares)

a) Cálculo previo. Gráfico en alzado, con la eclíptica de perfil.

Como el cono de penumbra está determinado por las rectas que tocan el Sol y la Tierra cruzándose entre los dos astros, se calcula primero la distancia del borde del cono, a la Tierra (Y). Se utilizan como datos la distancia media del Sol a la Tierra y el radio de los dos astros, utilizando triángulos semejantes.

  

b) Se calcula la distancia máxima de la Luna al eje del cono de la sombra para que se produzca un eclipse penumbral (Z), y luego el ángulo desde la Tierra del eje del cono al centro de la Luna Se traza desde el centro de la Tierra porque el gráfico no está a escala y el tamaño a escala de nuestro planeta sería mínimo. (z)

c) El siguiente gráfico está en un plano perpendicular al anterior, delante de él. Está en alzado, con la eclíptica horizontal. Se calcula la separación máxima u de la Luna respecto al nodo, se le llama n al valor obtenido de alfa, y está a escala.

 

- En los eclipses de Sol

Tal como se representa en el siguiente gráfico, en principio para que haya eclipse la distancia angular entre el centro del Sol y el de la Luna debería ser menor de 0.5º porque cada uno de ellos tiene un radio aparente de 0.25º. Pero desde cada lugar de la Tierra se ve la Luna en diferente posición por el paralaje, y los eclipses de Sol no se ven igual desde diferentes lugares. Desde una posición media la Luna puede verse a 0.95º desde un extremo, tal como se calcula.

Así al sumar 0.95º + 0.5º queda 1.45º a los que estaría la Luna separada del Sol como máximo para que se produzca el eclipse.


Si buscas estos datos en internet, es probable que encuentres valores diferentes. Eso es porque aquí se han tomado valores medios y en el caso de los eclipses de luna en ocasiones se no se consideran los penumbrales.

Eclipse parcial.

a) Si queremos obtener el margen para un eclipse parcial, habrá que empezar calculando la longitud del cono de sombra de la Tierra (Z), que en promedio, será:

b) Distancia máxima de la Luna al eje del cono de la sombra para que se produzca un eclipse parcial (La Luna tocará el cono de sombra, o mejor dicho lo intersectará muy levemente)

c) Ángulo desde la Tierra del eje del cono al centro de la Luna. Se traza desde el centro de la Tierra porque el gráfico no está a escala y el tamaño a escala de nuestro planeta sería mínimo. Se toma el centro de la Luna porque es la referencia que se utiliza para determinar su situación:

d) Finalmente en un triángulo esférico situado en un plano perpendicular a los anteriores se calcula el margen N:

10.5º es el margen medio para un eclipse parcial. Si queremos calcular el margen máximo, que es lo que suele aparecer, el cálculo será igual pero con la Tierra en el afelio  (distancia al Sol 152100000 km) y la Luna en el perigeo (a una distancia de 356600 k)
 
Margen máximo de un eclipse parcial

Se obtiene exactamente igual que en el cálculo anterior pero tomando la posición de la Tierra en el afelio (Distancia Tierra-Sol= 152000000 km) y la Luna en el perigeo (Distancia Tierra-Luna = 356595):

Este es el valor que se suele encontrar: "Un eclipse lunar solo puede ocurrir cuando la luna está  a menos de 11.4º de uno de los nodos" 
Pero cuidado, que esta condición es necesaria pero no suficiente.

Eclipse total de Luna

 Los cálculos serían igual que los anteriores, pero en el apartado c) en vez de sumar el radio lunar (0.25º) habría que restarlo porque toda la Luna debe quedar dentro del cono de sombra.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Así no.

Cuando comencé a escribir este blog ya en el primer post indiqué literalmente que  “Aunque seguramente no lo consiga, intentaré no ser demasiado duro con los despropósitos de algunos medios de comunicación”.

Quizás en algún caso me pasé, pero creo que no he criticado demasiadas veces a los medios.

Lo hice en un principio, pero lo fui dejando porque está claro que eran muchos los errores, sobre todo en el ámbito de información generalista, y quizás no era algo muy relevante.

Pero esta mañana (escribí esto la semana pasada), según me he levantado y he encendido el móvil, en esas noticias que te pone Google sin que se las pidas, me ha aparecido esto que me ha sacado de mis casillas.

¡Y yo que creía que National Geographic era una publicación seria!


Dirán que han puesto una imagen llamativa aunque falsa para atraer lectores y que luego el texto era correcto. NO. No es solo un gancho. Está diciendo claramente que ASI PODRÁS VER, lo cual es totalmente falso.

No es solo el que la imagen corresponde a algo totalmente diferente a lo que se anuncia (giro aparente de las estrellas por la rotación terrestre), sino que sugiere un espectáculo llamativo que no tiene nada que ver con la realidad. Una mentira flagrante que quizás convenza a alguien para observar, y no verá nada que tenga que ver con esa imagen.

¿Así si?

En cambio, esta imagen tomada de METEORED, donde se han acumulado estrellas fugaces caídas a lo largo del tiempo sí es real aunque pueda inducir a error al aparecer todas simultáneamente.


Pero volviendo al principio,  la noticia no se queda solo en mostrar una imagen que no tiene nada que ver con el tema, porque calificar de "Impresionante lluvia" a algo donde con suerte podrás ver un par de estrellas fugaces cada hora, o quizás no veas ninguna, es más que una exageración.

Además el texto tiene varias imprecisiones:

“La lluvia de Taúridas Está dispuesta a dar dos espectáculos en 2023

No, en realidad son dos lluvias y aparecen todos los años: Las taúridas del norte y las taúridas del sur

“Los cometas podrían verse opacados por el brillo de la Luna”

El que haya personas que no distingan entre cometa y meteoro no puede justificar el error de un periodista en un medio tan prestigioso.

Como en muchos otros ámbitos, se habla de las 4 lluvias de meteoros en noviembre: las Oriónidas (que aunque el máximo es en octubre, siguen viéndose en noviembre), Las Taúridas norte y sur, además de las Leónidas. Todas ellas son lluvias menores, con pocos meteoros visibles, y cuyo único efecto puede ser el desanimar a la gente que después de no ver nada de lo que se anunciaba no se apunten a observar las Gemínidas de diciembre que, esas si. Espero que al menos, las mejores del año, las anuncien como se merecen.

Incluso las famosas Leónidas, estos años tienen muy poca actividad y habrá que esperar a 2032 para que haya un auténtico espectáculo con miles de ellas. ¿Qué nos contarán entonces?


Bueno, acabo de encontrar algo que me indica que esto de lo que me estoy quejando puede ser habitual: 


Será normal o estará aceptado engañar al personal con una primera imagen falsa para que entre a leer el artículo?   

Por lo que veo en muchos otros campos en internet parece que sí, porque es habitual empezar con un titular sorprendente, algo que no se explica hasta el final después de pasar innumerables pantallas y machacando con publicidad.

Pero volviendo a astronomía: ¿Sabrá el director de la publicación que la imagen no corresponde a lo que se explica en el artículo?

Puestos a recoger errores o exageraciones, alguna vez me he hecho eco de informaciones que hablaban de las superlunas, los asteroides que se dirigían a chocar con la Tierra y algunas otras meteduras de pata, pero quizás lo más increíble fuese esta noticia donde se decía que la luna nueva (estaba en esa fase porque había eclipse de Sol), al estar algo más cerca de la Tierra brillaría más de lo normal.


Pero... ¿Alguien vio alguna vez la Luna Nueva?


martes, 14 de noviembre de 2023

Un asteroide,... dos,... tres.


Hace poco más de 2 años la nave de la misión espacial Lucy partió con el objetivo de estudiar de cerca y obtener datos de varios asteroides, la mayoría de los llamados “troyanos” en la órbita de Júpiter. Puedes ver el post que le dediqué, aunque no es imprescindible en esta historia.

Como es habitual en estos casos suelen surgir pequeños problemas, y en esta ocasión uno de los dos grandes paneles solares de Lucy no se abrió totalmente. El asunto pudo dejarse prácticamente solucionado pero entre unas cosas y otras habría que corregir el rumbo de la nave.

Esto tampoco es un hecho muy extraño, en todas las misiones suele haber comprobaciones del rumbo y se realizan pequeñas correcciones utilizando la energía de la propia nave. Pero en esta ocasión como iba a pasar relativamente cerca de otro pequeño asteroide de un tamaño de 1 kilómetro llamado Dinkinesh (maravilloso), ya el pasado mes de mayo se modificó muy levemente la dirección para que se acercara un poco más a dicho asteroide (a solo 425 Km) con una precisión concreta y utilizando la asistencia gravitatoria del astro corrigiera la órbita de manera adecuada.

Según otras versiones los técnicos, con posterioridad al lanzamiento, quisieron que sobrevolara Dinkinesh para probar un nuevo sistema de seguimiento y navegación.

El caso es que al acercarse a Dinkinesh, hace solo unos días surgió la sorpresa: Las imágenes de Lucy mostraban claramente que este asteroide de 790 metros tiene un satélite de unos 220 metros, que curiosamente no se había detectado previamente aunque parece que algunos lo habían intuido por las variaciones de brillo que mostraba.

Primera imagen que se difundió de Dinkinesh y su satélite.
Créditos: NASA/Godard/SwRl/Johns Hopkins APL/NOAO

Aunque en esta imagen pudiera parecer que están en contacto, las sucesivas demostraron que era un satélite, como se ve en este montaje:

Créditos: NASA/Goddard/SwRI/ASU

Pero el día 8 (el pasado miércoles) aumentó la sorpresa, porque se ha visto que en realidad el satélite de Dinkinesh son dos lunas de contacto entre ellas (tocándose) y que en las imágenes anteriores no se apreciaban porque una tapaba a la otra.

Dinkinesh y sus dos lunas

Por lo tanto estas circunstancias nos ha llevado a conocer que no es solo un asteroide, ni dos, sino 3.

Anteriormente, gracias al proyecto Lucy, y posteriormente a su lanzamiento, ya se descubrió que Polymele, uno de los asteroides troyanos que visitará esta nave, también es binario.

Y también lo es otro de ellos: Patroclo-Menoetius, aunque esto ya se sabía desde hace mucho.

Por ello, aunque antes del lanzamiento se hablaba de que Lucy iba a visitar 6 asteroides (o 7 contando a Menoetius), al final contando las lunas, van a ser 11. Y eso si no aparecen más.

 

Asteroides con satélites: 

Se conocen ya más de 400 asteroides que poseen uno o varios satélites, o con indicios de tenerlos, y por supuesto que habrá más. ​Pueden parecer muchos, pero teniendo en cuenta el más de un millón de asteroides descubiertos hasta ahora…

Estos asteroides binarios, o con satélites pueden ser originados por un impacto o por atracción gravitatoria en un encuentro a baja velocidad relativa.

El primero que  se detectó fue (243) Ida con su satélite al que se llamó Dáctil, descubierto por la sonda Galileo. ​ Ida y Dáctil comparten muchas características físicas, lo que sugiere un origen común para ambos. 

Ida y el pequeño Dáctil que, aunque parece lo contrario, está en primer plano

El segundo fue (45) Eugenia, a quien en 1998 se le encontró un satélite que se le denominó Petitprince por el personaje de Saint Exupery, y en 2004 se le encontró otro aunque parece que no fue anunciado hasta 2007.

Sin embargo Eugenia no fue el primero en tener oficialmente 2 satélites, porque a (87) Silvia  en 2001 y 2005 se le descubrieron dos pequeños asteroides orbitándola, que recibieron los nombres de Rómulo y Remo, que en la leyenda romana eran hijos de Rea Silvia. 

Silvia, Rómulo y Remo

Se conocen casi 20 asteroides triples, entre ellos (216) Cleopatra con sus satélites Alexhelios y Cleoselene, (93) Minerva o (3122) Florence, aunque seguramente habrá muchos más.

Y más que chocante, echándole imaginación sería emocionante el practicar un nuevo deporte de riesgo, el asteroiding, o salto (con o sin cuerda) entre 2001 SN 263 de poco más de 2 km y sus cercanos satélites.

Esquema de los tamaños y distancias, a la escala que aparece, de este trío de asteroides 

Su pequeño tamaño, y por tanto pequeña atracción gravitatoria, haría que con un salto se pudiera vencer su velocidad de escape y salir al espacio. Y si se ha calculado bien la dirección, llegar a otro de los componentes del trío. Habría que calcular donde estaría nuestro destino cuando llegásemos a él, porque también se iría moviendo durante nuestro “salto”.

Otro ejemplo muy similar es 1994 CC, aún más pequeño (diámetro 0.65 km) y con sus satélites aún más próximos que los del anterior, a solo 1.7 y 6.1 km   


 Estos dos últimos se aproximan en ocasiones a la Tierra (son NEOs) e incluso se han obtenido imágenes de 1994CC que han permitido elaborar esta animación:



Se conoce también un asteroide con 3 lunas. Se trata de (130) Elektra de 182 kilómetros, cuyos satélites miden 6, 2 y 1.6 kilómetros, este último descubierto en 2022, y cuyas órbitas se representan en esta imagen:


Asteroides binarios de contacto

Al igual que los dos satélites de Dinkinesh hay otros casos de asteroides o cometas en que su extraña forma indica que se han formado por la unión de otros dos. Estos, con el paso del tiempo, se habrían acercado entre sí y habrían tenido un impacto suave con lo que quedarían unidos formando los astros binarios de contacto, como los recientemente descubiertos por Lucy.

Más ejemplos que se pueden mencionar podrían ser, el asteroide (216) Cleopatra citado antes por sus satélites y con una forma muy extraña, (25143) Itokawa  (486958), el lejano Arrokoth del que tenemos imágenes por haber sido visitado por la nave New Horizons después de acercase a Plutón, o el famoso cometa Churyumov Gerasimenko entre otros muchos.

La primera es una recreación artística, y las otras son imágenes reales

Estos astros también podrían haber surgido después de un fuerte impacto con otro cuerpo celeste, haberse separado en trozos y volverse a juntar.

La tercera posibilidad, de ser dos astros lejanos que se han cruzado sus caminos como en el caso anterior, pero haber quedado unidos, es menos probable porque con toda probabilidad la velocidad de impacto sería muy elevada y se habrían destruido.

En cualquier caso, las situaciones extrañas en el mundo de los asteroides son muchas, como el caso de (90) Antiope: un asteroide doble con componentes similares de gran tamaño con casi 90 km cada uno y muy próximas entre ellos que, aunque no sea así, da la impresión de que en cualquier momento fueran a impactar o a juntarse formando un binario por contacto:

Imágenes de Antiope

Parece que tienen rotación síncrona por lo que habría una zona en cada uno de ellos que está siempre mirando hacia el otro,  desde donde se le vería ocupando casi todo el cielo, cercano, amenazante, como a punto de desplomarse sobre el observador.

Aunque todos los citados lo serían por tener algo llamativo cerca, quizás Antiope fuese el mejor destino para cuando el turismo espacial llegue hasta allí