Este post es consecuencia de un comentario realizado en el anterior. Intentando profundizar sobre un tema que se me preguntaba, he aprendido algunas cosas (siempre se aprende buscando respuestas) y por ello se lo dedico a Pablo José, ya que si no fuera por él, esto no habría salido a la luz. Y también a Leticia, que seguramente lo estará esperando.
Si una noche de éstas en que esté
despejado nos fijamos en Júpiter, ese punto brillante hacia el Sureste, el más
destacado de esa zona (o al nordeste si estamos en el hemisferio sur) o de todo
el cielo si ya se ha ocultado Venus, veremos que está situado junto a un par de
estrellas (son delta y gamma de Capricornio).
Volvamos a mirarlo dentro de unos
días o varias semanas y con la referencia de esas dos estrellas, veremos que se
ha movido alejándose de una de ellas y acercándose a la otra. Pero teniendo en
cuenta el movimiento en su órbita del planeta en sentido contrario a las agujas
del reloj visto desde el norte, ¿No deberíamos verlo desplazarse en sentido
contrario?
En la antigua Grecia se conocían dos tipos de astros en el cielo: las estrellas fijas y las errantes, que literalmente les llamaban asteres planetai (πλανήτες αστέρες)
Por lo tanto la palabra “planeta”
proviene del término griego planetai que significaba “errante” y así fueron
llamados estos astros que se movían sobre el fondo de las constelaciones de
estrellas fijas. Aunque entre estas errantes estaba el Sol y la Luna, el resto
tenían aspecto de estrellas y son precisamente Mercurio, Venus, Marte, Júpiter
y Saturno, los 5 planetas que pueden verse sin ayuda óptica, y su movimiento
aparente en el cielo es realmente llamativo.
Si las estrellas fijas se mueven
todas a la par, manteniendo la forma de las constelaciones, las 5 errantes
mencionadas, aparte del movimiento diario conjuntamente con todas las
constelaciones, se van moviendo de día en día hacia el Este sobre el fondo de
las estrellas, pero de vez en cuando retroceden hacia el Oeste durante un
tiempo, para volver luego a su sentido habitual. A este retroceso se le llama
retrogradación.
Precisamente Júpiter y Saturno
ahora mismo están retrogradando
Desde el siglo XVI se sabe que
estos astros errantes se mueven alrededor del Sol lo mismo que la Tierra, pero
anteriormente se creía que todo giraba en torno a nosotros, y para explicar
esas extrañas retrogradaciones se imaginaron complicados esquemas con órbitas
giratorias llamadas epiciclos que se trasladaban alrededor de la Tierra según otras trayectorias llamadas deferentes.
Explicación de la retrogradación en el antiguo sistema geocéntrico |
En realidad, todo es más sencillo
y la mayor parte del tiempo los vemos moverse hacia el
Este (hacia la izquierda desde el hemisferio norte) debido a su giro alrededor
del Sol, pero cuando la Tierra adelanta a un planeta exterior éste parece
retroceder respecto al fondo, moviéndose hacia el Oeste, como ocurre cuando adelantamos a un vehículo que
circula más lento que nosotros y en el momento del adelantamiento le vemos
moverse hacia atrás sobre el fondo.
En el caso de un planeta interior
(Mercurio o Venus) que se mueven más rápido que la Tierra, el efecto es similar aunque la situación es
totalmente diferente, ya que vemos moverse al planeta en la dirección que lleva
realmente, retrogradando cuando nos adelanta siguiendo una trayectoria hacia el
Oeste visto desde aquí; pero cuando están en la parte opuesta de su órbita se
mueven hacia el Este. Si en el primer caso el movimiento de la Tierra era la causa de la
retrogradación, en este último hace que la retrogradación dure menos que si
estuviera quieta.
Posiciones sucesivas de la Tierra, Venus y Marte con retrogradación de los dos planetas |
Trayectorias sobre el fondo estrellado durante la retrogradación.
Si los planos orbitales de los planetas coincidieran con el de la Tierra, los veríamos desplazarse siempre siguiendo la línea de la eclíptica. Normalmente hacia el Oeste, y retrocediendo hacia el Este exactamente sobre la misma línea desandando el camino durante la retrogradación para seguir luego nuevamente hacia el Oeste, es decir que pasarían 3 veces por unos mismos puntos, como se ha representado en el siguiente gráfico:
Pero no es así, sino que describen llamativas trayectorias en forma de lazo o de "Z" (o de Z invertida) debido a la inclinación de sus órbitas respecto a la órbita terrestre.
Distintos tipos de trayectorias en la retrogradación |
Conviene distinguir entre el plano de la eclíptica (plano en el espacio que contiene la órbita de la Tierra) y la línea de la eclíptica que es la proyección de ese plano sobre la esfera celeste y que es eso: una línea. Nosotros estamos situados dentro del plano de la eclíptica pero la línea de la eclíptica está en nuestro cielo, atravesando las constelaciones zodiacales.
Si el planeta está en el nodo lo vemos exactamente en la línea de la eclíptica, sea cual sea la posición de la Tierra porque ambos están en ese mismo plano. |
Habitualmente vemos todos los planetas a una cierta distancia de la línea de la eclíptica que va aumentando o disminuyendo hasta que atraviesan esa línea justo en el momento en que se sitúan en uno de los nodos. Al ángulo con el que vemos un planeta separado de dicha línea de la eclíptica se le llama latitud eclíptica y otra cosa será la altura respecto al plano de la eclíptica, en unidades de longitud.
Existen dos motivos para que las
trayectorias planetarias dibujen lazos o “zetas” en la retrogradación: La
inclinación de sus órbitas y la distancia desde la Tierra en cada momento.
Analizando el primero y dejando de lado el segundo:
Como la órbita del planeta está situada en un plano inclinado respecto al de la eclíptica lo vemos moverse acercándose o alejándose continuamente de la línea eclíptica (variando su latitud eclíptica), atraviesa en esta línea justo cuando está en uno de los nodos, y por eso cuando retrograda no lo hace en una misma línea.
Si durante la retrogradación pasa por el punto B del gráfico anterior, antes y después de ese momento tendrá una menor latitud eclíptica y realizará un lazo con la curva en el norte (lazo tipo 1), lo contrario ocurrirá si pasa por el punto D, trazando un lazo tipo 2.
Si en ese periodo pasa por el nodo ascendente A, antes y después irá aumentando la latitud eclíptica y trazará una Z (tipo 3) y en caso de que pase por el nodo descendente C trazará una Z invertida (tipo 4).
En todos los casos desde el hemisferio sur la imagen se vería invertida (mejor dicho, girada 180º), y desde el ecuador girada 90º
Una retrogradación en forma de Z, desde el hemisferio Sur seguirá pareciendo una Z y desde el ecuador una N si se observa el planeta hacia el Oeste, o una N invertida si está hacia el Este |
En principio parece que también si durante la retrogradación no pasase por esos puntos de máxima o mínima separación con el plano de la eclíptica B o D, se produciría una Z o Z invertida porque la variación de la latitud eclíptica en todo ese tramo tendría la misma tendencia ascendente o descendente.
Pero en ese caso se producirían muchos menos lazos y más zetas que los que en realidad ocurren (ver tabla al final), por lo que hay que considerar el otro factor que interviene: como se ha dicho, la distancia al planeta.
Las retrogradaciones siempre se
producen cuando la distancia entre el planeta y la Tierra es mínima, y al
disminuir esa distancia aumentará el ángulo de separación (la latitud eclíptica hacia el Sur o hacia
el Norte) respecto a la línea de la eclíptica.
Para visualizarlo, supongamos que
el planeta está por encima del plano de la eclíptica pero no cambia su separación con dicho plano (no es real
pero sirve para entender la situación), como en el siguiente gráfico. Al comenzar la retrogradación lo veríamos que se va separando de la
eclíptica, alcanzaría la máxima separación angular en el momento central
(momento de mayor proximidad) y luego iría disminuyendo, de manera que lo
veríamos trazar un lazo:
Cuanto más cerca esté la Tierra del planeta, más separado de la eclíptica se verá |
Por ello, la trayectoria con forma de lazo es más frecuente, y solo se verá una Z (normal o invertida) cuando durante la retrogradación el planeta cambia mucho su separación con el plano de la eclíptica, es decir cuando en ese periodo pasa por uno de los nodos, o sus cercanías.
El siguiente cuadro recoge los periodos de retrogradación y relación del tipo de trayectorias de cada planeta.
Todo son valores promedios, y en
el caso de Marte y sobre todo de Mercurio, pueden variar bastante por la excentricidad de sus órbitas, de manera que duran menos y tienen una menor amplitud cuando el
planeta está cerca del perihelio en la retrogradación.
Podemos deducir:
- Todos los años habrá
retrogradación de Júpiter y Saturno (al menos en parte, porque sumando 365 más la duración de la retrogradación es mayor que el periodo sinódico), cada 2 años de Marte,
cada año y medio de Venus y al menos 3 veces al año de Mercurio, pero estas
últimas son totalmente inobservables por su proximidad al Sol.
- La duración de la retrogradación es mayor cuanto más lejos del Sol está el planeta porque se mueve más despacio, siendo de casi 5 meses la de Saturno, por lo que aún sin llegar al 50% en un momento cualquiera es relativamente probable que esté retrogradando.
- En todos los casos el número de "lazos" es mayor que el de "zetas", siendo el triple en Marte y solo 3 de cada 5 en Venus, donde además se dan las figuras más amplias (mayor diferencia en latitud eclíptica durante la retrogradación) debido a que, excepto Mercurio, es el que tiene la mayor inclinación orbital y también es el que más se acerca a la Tierra. Incluso algunos lazos lo son por muy poco, como el próximo que trazará a final de este año y comienzo de 2022, representado en la siguiente figura.