Pudiera parecer que no sea ahora el momento más propicio para escribir sobre el segundo planeta.
Ya fue noticia su ocultación tras la Luna en junio. Y su largo protagonismo como astro más destacado al comienzo de la noche durante el invierno y parte de la primavera ha dado paso a sus sesiones matutinas, al alba, que tendrán muy pocos espectadores durante este mes de agosto con mucha gente de vacaciones, y sin ganas u obligación de madrugar.
Pero está claro que una cita con
la diosa de la belleza siempre tendrá su encanto, aún en pleno día, y merece la pena recoger los resultados de la misma aunque sea de manera más escueta de lo habitual.
Con un cielo limpio es posible
admirar a Venus a simple vista, con lo que además tiene de sorprendente eso de
ver un astro distinto del Sol o la Luna en pleno día. El descubrimiento de esa "estrella" que puedo ver de día produce una sensación increíble.
Utilizando la montura del
telescopio yo lo suelo localizar sin problema y una vez visto en el ocular le
intento fisgar directamente. Pero siempre es más sencillo los días que recibe
la visita de la Luna.
Ayer y hoy, con una fase
menguante (a solo 3.5 y 2.5 días respectivamente de la luna nueva), se ha situado próxima a
Venus y con esa referencia una vez localizado nuestro satélite no ha sido
difícil fotografiar y ver al planeta.
Si la observación a mediodía de un Venus matutino y por ello ya descendiendo en el momento de mayor iluminación del Sol pudiera parecer complicada, el seguimiento con el telescopio permitió visualizarlo durante toda la tarde, incluso distinguir su luz en el momento de su ocaso.
Al día siguiente ya la Luna se había separado y la observación diurna sería un poquito más complicada. Pero la aparición de los dos astros de madrugada, casi simultánea, prometía espectáculo.
La Luna, que acababa de salir, vuelve a ocultarse por la nube rasante con el horizonte. |
Con la práctica del día anterior, la tarea de cazar a la pareja en pleno día parecía sencilla, pero la fase lunar más fina y la mayor separación entre ambas lo hizo mucho más complicado y dio un resultado menos llamativo. Ni siquiera el buitre se dignó acudir esta vez a una escena menos vistosa, pero unas semillas de diente de león adornaron con su vuelo la situación.
Es mucho más difícil que en la imagen del día anterior apreciar a Venus, e incluso también a la Luna, porque al estar más separadas hay que abarcar más campo utilizando menos zoom.
Como probablemente la pérdida de calidad que sufre la imagen al subirla a Blogspot dificultará apreciarlo, añado una fracción muy ampliada de la misma foto donde Venus aparece en el centro de la imagen.
Ya de paso, era obligado obtener la correspondiente imagen a través del telescopio, para continuar con la serie de la evolución de la fase de Venus que ya he puesto en varias ocasiones, pero cada vez con más elementos.
Durante las próximas fechas los dos astros se situarán cada vez más alejados entre sí y no volveremos verlos cercanos hasta el 14 de septiembre. Entonces habrá otra oportunidad de intentar citarnos con la diosa del amor y la belleza, en pleno día.