El presente
artículo es muy diferente de lo habitual en este blog, porque creo que en la
variedad puede estar su atractivo, y el tono en ocasiones va claramente en
broma aunque en el contenido intento ser riguroso.
Hoy 20 de enero es una fecha clave en una
historia en la que hay un protagonista muy especial a quien no tengo el gusto
de conocer, pero me he guiado por lo que ha ido diciendo por ahí de manera muy
frecuente en los medios de comunicación y de las opiniones de algunos que le
conocen más de cerca.
Para empezar tengo que decir que este
hombre debería ser de Bilbao.
Aunque haya nacido en Huntsville, ya es sabido que
por aquí se dice que los de Bilbao nacemos donde nos da la gana (¡faltaría
más!), y es que aquí en mi ciudad le acogeríamos de mil amores porque parece
que cumple con el requisito principal que se nos atribuye (Si no conoces
nuestra fama de arrogantes estrafalarios, este link te lo dejará claro)
Y hasta se le podría nombrar bilbaíno
de honor aunque se trate de un asesino.
Si. Alguien que ha confesado su
crimen, e incluso se ha vanagloriado de él.
Alguien a quien la ley no puede
castigar, pero que a causa de su fechoría mucha gente le odia:
Ante ustedes … El
prestigioso astrónomo del California
Institute of Technology Michael Brown.
Este es el asesino confeso |
Y esta es su cuenta de twitter
donde alardea de su crimen: @plutokiller
Todo esto va porque, según algunas
opiniones, Brown tiene una personalidad muy especial y un ego algo subido. O
más bien alguien diría que es un bromista: Un cualificado astrónomo que, además
de conseguir unos enormes logros científicos, sabe ponerle chispa a su trabajo y
así deje de ser algo aburrido para el gran público.
Aunque yo opine diferente que Mike, en el fondo me cae muy bien porque con su estilo verbal ha conseguido que la gente se
interese por él y, en lo que hoy nos ocupa, por su apuesta respecto a la existencia de
un gran planeta aún no descubierto en el Sistema Solar, allá por los barrios periféricos de nuestro hogar, con lo que muchas personas se acercarán al campo de la astronomía, que también es el mío.
Pero dejemos al protagonista y vayamos
al fondo de la cuestión ¿Existe un gran planeta más allá de Neptuno que haría
el número 9 en nuestro Sistema, tal como Brown afirma?
Mi apuesta es que NO. Lo dije guiado por la intuición y por algunas incongruencias apreciadas en la noticia, cuando el 20-1-2016 Mike lo anunció a bombo y platillo esgrimiendo indicios que él decía concluyentes e incluso daba plazos para su
descubrimiento, y lo reitero ahora cuando ya hay muchas voces que dudan de su
teoría y cuando todos los plazos que él dio para encontrarlo se han cumplido sin éxito.
Como a veces mis relatos están
escritos en sentido figurado y reconozco que yo también exagero algunas
circunstancias para darle chispa, hoy voy a incluir sobre todo extractos seleccionados de
noticias que recogen frases textuales de Mike Brown, u opiniones sobre su trabajo.
Preámbulos de esta historia:
El asunto empezó mucho antes, en los primeros años de este siglo, o incluso podría decirse que antes de acabar el anterior, con una apuesta; y aunque
el prólogo pueda ser más extenso que el propio tema, merece la pena porque en
mi opinión ahí está la clave para evaluar la fiabilidad del pronóstico del "nuevo" noveno planeta.
Era la época en que ya oficialmente teníamos 9 planetas porque Plutón todavía lo era a pesar de haberse calculado con sorpresa su pequeño tamaño, y cuando a falta de una definición rigurosa sobre lo que diferenciaba a los planetas de otros astros menores del Sistema Solar, el criterio era que los primeros fueran al menos del tamaño del mencionado Plutón.
Era la época en que ya oficialmente teníamos 9 planetas porque Plutón todavía lo era a pesar de haberse calculado con sorpresa su pequeño tamaño, y cuando a falta de una definición rigurosa sobre lo que diferenciaba a los planetas de otros astros menores del Sistema Solar, el criterio era que los primeros fueran al menos del tamaño del mencionado Plutón.
Mike Brown, junto con otros colegas
especialistas en el estudio del cinturón de Kuiper, ese conjunto de astros
helados que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno, buscó un nuevo
planeta y encontró un astro (que luego fue llamado Eris) que cumplía las
condiciones.
En este artículo de carácter didáctico se cuenta este
descubrimiento y se recogen citas en primera persona del propio Brown: https://www.scienceinschool.org/es/2011/issue21/pluto
Te puede resultar interesante leerlo
completo, pero yo he seleccionado algunos párrafos significativos para el tema de
este post. Al igual que luego en otros casos, los vuelco tal como aparecen
porque si los transcribo alguien pudiera pensar que exagero.
Pero no fue solo el haber ganado la
apuesta, sino la trascendental consecuencia de su descubrimiento lo que parece
que finalmente envalentonó a Mike a pesar de no haber pasado a la historia como
el descubridor del décimo.
Porque aunque efectivamente, el astro
que él descubrió estuvo a punto de convertirse en un nuevo planeta en el
congreso de la UAI en Praga en 2006, a última hora se rectificó y fue el causante de que ni él ni Plutón
figurasen en la lista oficial definitiva de esta categoría de astros, tal como lo relaté en el artículo "10 años con uno menos". Si cuando acabes de leer el presente post ves que te ha gustado, te aconsejo vivamente que pinches el enlace.
Así nuestro astrónomo se quedó sin la
autoría del descubrimiento de un posible décimo planeta, que según sus palabras
le hacía mucha ilusión, pero consiguió algo mucho más notable como era eliminar
al hasta entonces noveno: matar a Plutón, el planeta mimado por todos los
norteamericanos.
Parece que incluso para la mujer de
Mike fue una decepción, mucha gente llegó a odiarle por las consecuencias de su
descubrimiento, y él mismo se disculpó, como se recoge en esta entrevista:
Es curioso el tono que utiliza Mike y el atractivo que da al tema porque, aunque parezca pueril, puede promover el interés del lector. |
Aclaro, por si acaso, que yo voy a
seguir utilizando la misma ironía según el “registro” de Mike.
Muchos no se lo han perdonado, pero
él, como algunas personas que se crecen con el castigo, lejos de amilanarse se vino arriba y se vanaglorió de haber matado a Plutón.
Publicó un libro con un curioso título: “Cómo maté a Plutón
y por qué se lo merecía”
Y se declaró el asesino oficial de
Plutón en su perfil de twitter.
Pero no había pensado que esto le iba
a traer más problemas familiares. No solo fue el disgusto de su mujer cuando
vio que Eris no había sido reconocido como planeta, sino que después de unos
años tanto alboroto llegó a oídos de su hija que, apenas recién nacida cuando Plutón
fue “asesinado”, cuando fue creciendo y se enteró de lo que había hecho su
padre, también se enfadó con él, según ha contado reiteradamente el propio Mike.
A por el noveno
Y aquí empieza la segunda parte de la
historia. En varias entrevistas Mike declara que ya que había quitado un
planeta a su hija, tenía que regalarle otro.
Así, parece que envalentonado por su
fama de asesino e intentando recuperar la paz familiar y el cariño de su hija,
dio un paso más:
Ya que no le habían concedido el
décimo, se fue a por el noveno que había quedado vacante por su culpa, y trabajó
duro para encontrarlo.
Y hace hoy 4 años, publicó un trabajo
(realizado junto a su colega Konstantin Batygin, alguien bastante más discreto que él) que proponía la existencia de un gran planeta en el Sistema solar mucho más alejado
que Neptuno.
Konstantin Batygin, que seguramente no es tan famoso porque no es tan expresivo, junto a Mike.
|
Los dos investigadores descubrieron que 6 objetos del cinturón de Kuiper tenían órbitas con ciertas
particularidades comunes: Muy excéntricas (alargadas), con su perihelio (el
punto más cercano al Sol) situado en una misma región y una orientación
similar. Según ellos esto sería consecuencia de la acción gravitatoria de un
nuevo planeta de gran tamaño, porque si la situación se debiera al azar la probabilidad de que se
dieran esas circunstancias sería ínfima: de solo un 0.007%.
Órbitas de los 6 objetos mencionados y del supuesto planeta 9 |
Calcularon cómo debería ser la órbita
del nuevo planeta y por dónde debería estar actualmente y Mike, amigo de las
apuestas, volvió a hacer otra afirmando que en dos años sería encontrado.
Y lo reiteró al cabo de unos meses:
Pero como les suele ocurrir a todos
los ludópatas, que con la euforia de una apuesta ganada hacen otra más
arriesgada y la pierden, ésta última ya la tiene perdida aunque le dieran los 5 días de
margen como en la primera, o incluso 2 años.
El 15 de febrero de 2017, cuando ya se iba reduciendo el plazo, pidió ayuda
en Twitter:
Pero en estos 4 años que hoy se
cumplen se han realizado búsquedas exhaustivas y no se ha encontrado nada.
Aunque se me tache a mí también de bilbaíno (que lo soy, y además nací en Bilbao) tengo que decir que desde el
principio me entraron dudas del razonamiento empleado, porque daba la impresión de haber un sesgo de selección en los datos de trabajo, circunstancia que los expertos favorables a la teoría de Brown que yo consulté no me consiguieron aclarar:
¿Los datos utilizados eran representativos, o era una muestra sesgada que se había buscado donde les interesaba a Brown y su colega? ¿Los 6 objetos del cinturón de Kuiper analizados habían sido elegidos a propósito para que concordaran con la teoría del noveno planeta, sin tener en cuenta a otros de otras regiones?
En mi fuero interno aposté desde el
principio en contra el arrogante Mike.
Es curioso que ahora me entero de que la
NASA ya había pedido cautela desde un principio, como se recogió en la siguiente noticia.
Sin embargo la reacción de Mike (que he remarcado en rojo al final del texto)
zanja totalmente la cuestión (perdón por la ironía).
Pero como suele ocurrir casi siempre, se
difundió lo espectacular y no lo prudente. Esta declaración de la NASA apenas
tuvo eco en los medios y, a pesar de ella, se volcaron en lo que sería la
noticia impactante; en lo que vendía.
Todo lo que llegó al gran público es que
teníamos un planeta nuevo. Artículos de divulgación, conferencias,... anunciando la buena nueva.
A Brow se le acabó el tiempo.
Sin haber tenido tanto eco como el anuncio inicial, han ido surgiendo otras opiniones
diferentes que además se van reforzando con el paso del tiempo.
En el siguiente articulo (del que al igual que en los otros solo he seleccionado los párrafos que me parecen más significativos) los datos en contra son abrumadoramente mayores y más consistentes que los datos a
favor
Algunos son mucho más rotundos, como un prestigioso divulgador científico que basado en las investigaciones del Outer Solar System Origins Survey citadas en este artículo afirmó: “Ahora mismo quedan descartadas todas las pruebas sobre la existencia del supuesto noveno planeta.”
Por supuesto, podría haber un noveno planeta e incluso otros más, muy lejanos y difíciles de detectar, pero el de Brown, el que justificaría los datos que aportó y que haría que su estudio fuera consistente, el que quería regalar a su hija, ese parece que no.
Incluso desde la publicación de las investigaciones de Mike y Batygin el tiempo ha ido pasando, los medios de observación han
mejorado, pero su supuesto nuevo planeta no aparece.
¡Yo sigo admitiendo apuestas! La pena
es que no lo hice públicamente cuando mi opción se hubiera pagado muchísimo más
que ahora, y lo que no tengo muy claro es cuál será la apuesta actual de
nuestro amigo Mike.
------------------------------------------Mike Brown hace unos añitos ¿Quizás la madurez y el tiempo pasado desde aquella época le hayan hecho ser más prudente? |
ACTUALIZACIONES
- 22-2-2021
Aunque sea redundante, hay que decir que con el paso del tiempo las investigaciones siguen quitando credibilidad a Mike respecto al regalo que quería hacerle a su hija.
Aparece ahora en la revista Investigación y ciencia un artículo titulado "Sin rastro del Planeta Nueve" (Pongo a continuación la cabecera pero puedes leerlo en el enlace) que recoge la publicación de nuevos análisis de otros objetos del Cinturón de Kuiper que cuestionan los argumentos de Batygin y Brow, y redundan en un sesgo de selección.
Es curioso que, tal como se cita ahí, Mike Brow ha protestado diciendo que esos análisis no han tenido en cuenta a los 6 objetos que él estudió, cuando precisamente el "no tener en cuenta otros objetos" es el pecado que él cometió en 2016, y lo que le daba esa probabilidad estadística para la existencia del Planeta Nueve.
Además hay una cosa clara: El que un supuesto nuevo planeta condicione las características orbitales de determinados objetos, y se encuentren varios de ellos con esas características, hace que sea probable la existencia del planeta, pero no segura. Sin embargo si se encuentra uno solo que también debería estar afectado por el supuesto planeta y se ve que no lo está, eso demuestra definitivamente que el planeta no existe (Este es el método que los matemáticos llamamos de "reducción al absurdo"). Con los nuevos datos, todo indica que esta última situación es la más factible.
- Pues parece que nuestro personaje sigue con su idea,
aunque una vez cumplido el plazo no le queda otra opción que ampliarlo. He encontrado este vídeo , en el que se puede ver que Mike continúa apostando:
Afirmaciones de Mike Brown, ya con un aspecto "más serio", y con un final menos arrogante porque ya no se postula a sí mismo como descubridor. |