Cuando
en Astronomía se habla de ortos y ocasos normalmente se refieren a la salida y
la puesta del Sol. Pero por supuesto, podemos referirnos a cualquier otro
astro, en los momentos en que aparece por el horizonte o desaparece tras él.
Éstos
son mucho más difícil de observar porque, como el brillo del astro será
muchísimo menor que el del Sol, es fácil que deje de verse antes de llegar a
ponerse, o no sea observable hasta un tiempo después de salir, debido a la
bruma del horizonte y al fenómeno de extinción atmosférica porque al estar a
baja altura su luz debe atravesar una mayor capa de aire antes de llegar a
nuestros ojos.
Hoy
me voy a referir a algunos de éstos porque la pasada noche, con menos de 6 horas de
diferencia, he podido observar dos espectáculos muy especiales: la puesta de
Mercurio y la salida simultánea de Venus y la Luna. Por las circunstancias en que se han producido para mí han sido únicos; la primera vez que se han dado esas condiciones.
Lo voy contar ya porque durante unos pocos días podrá verse algo parecido, por si lo lees a tiempo y quieres intentarlo, aunque el segundo fenómeno no lo verás exactamente igual que yo.
Lo voy contar ya porque durante unos pocos días podrá verse algo parecido, por si lo lees a tiempo y quieres intentarlo, aunque el segundo fenómeno no lo verás exactamente igual que yo.