Se lo dedico a quienes me habéis apoyado con vuestras palabras, en los comentarios en el post anterior, en los whatsapp de la AAV y de otros grupos, a la gran familia de Apea, la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía, con cuyo escudo y el ariete, preparado y exhibido en el enorme chaparrón de correos que llegaron a la cuenta del grupo, era imposible que el problema no se solucionase, y por supuesto a Begoña y a Míkel, que han sido capaces de encontrar el método para que hoy también amaneciera.
Se que es una tontería y un juego sin sentido pero quizás
alguna vez te has hecho esta pregunta (por supuesto en broma): ¿Y si mañana el Sol no saliese?
Sabemos que el futuro no se puede predecir, pero hay
circunstancias que estamos seguros que sí ocurrirán.
Como decía no hace mucho, los astrónomos sabíamos, antes de
que ocurriera, que en los últimos días de agosto los planetas jugarían a
encontrarse y separarse como algunas parejas con sus vaivenes de amores y odios.
Sabíamos que el primer día de Septiembre la Luna y el Sol se iban a confabular para fabricar
un magnífico anillo, de un tipo tan especial que no lo encontraremos en ninguna
joyería.
Eso lo sabíamos los que nos gusta mirar hacia arriba y
observar los astros. Pero hay otras cosas que pasan en el cielo que todo el
mundo sabe que ocurrirán, aunque a veces las circunstancias son tan adversas y todo se ve tan negro, que podría pensarse que hasta eso que ha ocurrido todos los días, hoy no va a
pasar. Todo el mundo sabe que mañana amanecerá.
Y esta vez también, por
fin, amaneció.
En esta imagen que obtuve casi media hora después de la que puse en el post anterior, en la que aparecían Venus y Mercurio, la claridad del cielo confirma que la aparición del Sol es inminente |