En vacaciones tenemos mucho
tiempo libre y quienes solemos mirar los astros, como cualquier otra persona, también aprovechamos para cultivar nuestra afición. Pero aunque en nuestro caso parece que
parte de ese tiempo de asueto no nos sea útil porque es de día, podemos
aprovechar también las horas diurnas porque con un telescopio también de día se pueden ver estrellas.
Todos sabemos que aunque la
luz del Sol nos impida verlas, las estrellas siguen ahí en el cielo. A simple
vista no podemos verlas pero sí con ayuda de un telescopio, y aunque en este
blog pocas veces propongo realizar observaciones que no sean a simple vista,
ésta es una de ellas.
Hoy voy a hablar de algo de
lo que no soy experto. Por ello sólo voy a contar mi experiencia, aunque lo que
yo hice quizás no fuera lo más adecuado y es posible que sepas mucho más que yo
de observaciones diurnas y no te merezca la pena seguir leyendo. Pero lo voy a
contar porque fue muy gratificante para mí, me gustaría que para otros-as
también lo fuera y creo que debo compartirlo. Además sé que mucha gente que
mira el cielo con su telescopio no ha explorado nunca esta faceta.
Por eso me gustaría que pudieras sentir la misma emoción que yo, cuando por primera vez tuve esa experiencia, o como cuando, el verano pasado, fui encontrando una detrás de otra y sin demasiada dificultad, la mayoría de las estrellas que fui buscando, más de 15 en dos sesiones diferentes, hasta la magnitud 2.
La primera estrella que vi de día fue Arturo (la
más brillante de la constelación de Boyero). Fue hace ya unos años utilizando un
telescopio con montura ecuatorial, que orientaba de manera precisa utilizando
las coordenadas del Sol. Una vez situado, sin más que utilizar los círculos
graduados de la montura para colocar las coordenadas de la estrella, podía
dirigir el telescopio a la posición que ocupaba en el cielo, mirar por el
ocular y allí debía estar mi estrella. Es el método que había utilizado
frecuentemente para ver a Venus a quien solía localizar en pleno día al cabo de
uno o más intentos. Con una estrella es mucho más difícil, pero en una ocasión
lo conseguí.