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Vera Rubin |
“Tan
pronto como me interesé en la astronomía decidí que eso era lo que haría
durante el resto de mi vida.
Pero no sólo era la astronomía, era la maravilla
de todo.
Pensaba cómo se podía vivir en la tierra y no querer estudiar todas
esas cosas.
Al empezar todo parecía misterioso y quería descubrirlo, no
entendía como podía estar rodeada de todas esas cosas sin conocerlas”
Vera
Rubin.
Pero siempre tiene que haber una primera vez y en este caso
merece la pena. Por casualidad me he enterado en facebook que acaba de morir
una astrónoma que, debo confesar, no me decía nada su nombre.
Soy tremendamente despistado con los nombres y las caras,
muy frecuentemente meto la pata por ello y suelo hacer el chiste de que
cualquier día me olvido del mío. Incluso algunas mañanas me asusto cuando
todavía medio dormido veo a un tipo con bigote en el espejo del cuarto de baño;
alguien que, por supuesto, aparenta muchos más años que yo.
En contra de mi costumbre, he pinchado el link que acompañaba
a la entrada de facebook y me he encontrado con el artículo del blog “Los
mundos de Brana” que he linkado copiado arriba.
Siempre suelo mirar todo de pasada, deprisa y corriendo, aunque tengo la esperanza de que quienes leen lo que yo
pongo sean más consecuentes, tengan más tiempo, y no hagan lo mismo.
Pero al abrirlo me he encontrado con ese párrafo textual de
Vera Rubin, que me ha llegado al alma porque la última parte es algo muy muy
parecido a lo que yo pensé durante la época que siguió a aquel 17 de
julio de 1978, el día (bueno, ya era de noche) que marcó mi vida cuando perdí
aquella apuesta sobre cual era la estrella polar y decidí que no volvería a
perder más dinero por no conocer las estrellas que nos rodean.
Según acabo de leer, Vera era bastante más joven que yo cuando
se enamoró del cielo y yo no pude
decidir, como ella, dedicarme solo a eso durante el resto de mi vida porque mi
formación ya me llevaba en otra dirección, pero el resto del párrafo y las
sensaciones que lo motivaron pudieron ser similares.
Pero incluso compartimos también el interés por las matemáticas y la costumbre de jugar con los números de las matrículas de
los coches que vemos por la calle.
Debería pedir disculpas por haber utilizado la muerte de
una eminente científica para hablar de mi mismo, y de algún modo ser tan
pretencioso como para suponer que un simple divulgador como yo compartiera
pensamientos y sensaciones con alguien tan relevante en la historia de la
astronomía. Aunque es posible que a ella no le hubiera importado.
Quería acabar poniendo un gráfico o una imagen obtenida por
mí (si no, sería el único post de este blog que no la tuviera) y pensé en la estrella
polar, de la que he hablado; pero como ya hay una magnífica imagen de esa zona
celeste en el artículo que he linkado y la mía iba a desmerecer, pongo otra de algo que también me impactó.
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Algunas de esas cosas que nos rodean.
Constelaciones de Escorpio y Sagitario en lo más alto del cielo, imagen obtenida la madrugada del 7-4-2013 desde S. Pedro de Atacama |