Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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martes, 6 de agosto de 2024

Ocultación de Saturno

  

Después de que en meses anteriores ocurriera en otros lugares del planeta, (recogí en mayo los detalles de lo que se vería entonces en el cono sur americano) llega el día en que la ocultación de Saturno podrá verse desde España. 

Será el 21 de agosto, y aunque la hora no será la más adecuada porque el fenómeno se desarrollará de madrugada, teniendo en cuenta que es verano por lo que no debiera hacer mucho frío y que además mucha gente estará de vacaciones, incluso de fiesta en esos momentos, la hora no debería ser un gran impedimento.

Imagen simulada del final del fenómeno. Saturno con su anillo muy fino, apareciendo por el borde de la estrecha franja de zona oscura de la Luna cerca del mar de la Fecundidad y su llamativo cráter Langrenus. Antes que el planeta aparecerá su satélite Titán, ese puntito a su derecha abajo, que le precederá en unos 5 minutos.

Ya una vez comenzada la noche en España, aproximadamente una hora tras la puesta de Sol podría verse la salida de una luna casi llena (menguante de poco más de un día) apareciendo por el horizonte. Y aunque esto de por sí ya sería un espectáculo, esperad un poco porque ligeramente a su izquierda pocos minutos después aparecerá el planeta anillado. A simple vista como una estrellita, y con telescopio con el anillo ya muy fino.

Pero cuidado que no nos despiste la fecha, porque será en la noche del martes 20 al miércoles 21, y estos preámbulos corresponden al martes.

Durante la noche ambos astros se irán acercando (En realidad la Luna se moverá hacia Saturno por la traslación del satélite aunque parezca lo contrario, que es Saturno el que persigue a la Luna, por el movimiento de rotación terrestre), y ya de madrugada Saturno desaparecerá tras la Luna para volver a aparecer más de una hora más tarde.

Horas de ocultación y reaparición desde 3 lugares que se han elegido por las horas extremas, y no deja de ser curioso que las trayectorias de Saturno por detrás de la Luna se cruzarían

Como se recoge en este gráfico, en el territorio español el fenómeno se desarrollará, comenzando aproximadamente a las 3:50 en Canarias, y ya en la península debutará en Huelva a las 5:13, siendo Girona el último lugar donde se producirá la ocultación, a las 5:25, con los horarios oficiales en cada caso (lo que supone solo unos minutos de diferencia entre la península y Canarias) según el lugar de observación, si bien el comienzo a nivel mundial habrá ocurrido casi 2 horas antes en el Pacífico y acabará en Europa oriental poco más de una hora después.

Concretando horarios, desde la península la duración del fenómeno desde el comienzo de la ocultación hasta el final de la reaparición estará entre una hora y 2 minutos en A Coruña y una hora y 7 minutos en Almería, y los lugares del borde lunar en que ocurrirán estarán también entre estos dos casos recogidos en el gráfico, y marcado por las líneas roja y verde:

Desde cualquier lugar de la península la ocultación se producirá en un punto de la línea roja y la reaparición en la verde. Las flechas indican el movimiento aparente de Saturno ocultándose y reapareciendo, aunque en realidad es la Luna la que se mueve en sentido contrario.

Debido a la fase lunar, la reaparición ocurre en el lado no iluminado, por lo que puede resultar sorprendente ver al planeta surgiendo como de la nada, ya separado de la zona iluminada de la Luna.

En nuestra zona, la ocultación, desde que el borde del anillo empieza a esconderse detrás de la Luna hasta que el otro extremo de dicho anillo termina de ocultarse, dura aproximadamente un minuto, y otro tanto la reaparición.

En América ya habrá ocurrido antes, cuando allí era todavía el día 20. Como se aprecia en el siguiente mapa comenzará en una zona en el pacífico desde donde se vería solo la reaparición (Curioso, pero el fenómeno de la ocultación globalmente comienza con la reaparición de Saturno), y desde tierra el primer lugar en que podrá observarse será al Sur de Guatemala al principio de la noche nada más salir la Luna (en esta zona la ocultación será rasante) y luego en el oeste de Perú y las islas Galápagos, donde ya podrá verse la ocultación y la reaparición.

El fenómeno concluirá en Europa oriental cuando ya sea de día y podría verse la ocultación con un telescopio pero no la reaparición porque para ese momento la Luna ya se habrá puesto.

Detalles de las diferentes zonas:

- En el óvalo granate (1) se verá solo la reaparición porque cuando salga la Luna Saturno ya estará ocultado.

- En la franja gris (2) se verá el fenómeno completo de noche, la situación ideal: en Sudamérica excepto el cono sur, noroeste de África y Europa occidental.

- En la zona amarilla (3) la ocultación se produce con el Sol aún debajo del horizonte y la reaparición ya de día.

- En la franja azul (4) se verá todo el fenómeno pero de día: en gran parte de Europa oriental.

- En el óvalo verde (5) se verá solo la ocultación, porque se pone la Luna antes de la reaparición.

- En las líneas de los bordes superior e inferior de todo el gráfico se producirá una ocultación rasante, que quizás sea la más atractiva porque aunque Saturno no se llegue a ocultar totalmente se moverá por el borde lunar, tocando al satélite con el fino anillo y durante más tiempo que en una ocultación normal.

- Al Oeste del óvalo granate no se verá porque cuando salga la Luna ya se habrá acabado el fenómeno. 

- Al este del óvalo verde no se verá porque la Luna se pone antes de comenzar la ocultación.

- Por el norte de toda la zona la Luna pasará por el Sur de Saturno, y lo contrario por el sur de la misma, en ambos casos sin ocultarlo.

En enero volverá a ser visible otra ocultación desde la península Ibérica, aunque menos espectacular porque los anillos estarán casi de canto y el cielo estará aún más brillante que ahora, al atardecer.

Visto que no es un fenómeno aislado, puede ser interesante analizar las diferentes ocultaciones en conjunto y encontrar algunas claves: 


El grupo de ocultaciones:

Desde el pasado abril hasta febrero de 2025, todos los meses  podrá verse desde algún lugar de la Tierra que la Luna oculta al planeta anillado. De hecho, estos fenómenos van siempre por grupos, pasando varios años desde el grupo anterior y hasta el siguiente.

Estos son los mapas de las 12 situaciones, (en mayo ocurrió 2 veces, a principio y final de mes)

Grupo actual de ocultaciones. Mapas tomados de efemeridesastronomicas.dyndns.org
En las zonas limitadas por las líneas azules ocurrirá de noche y en la rojas de día 

Pueden observarse diferentes circunstancias:

- La fase lunar va cambiando

En las primeras ocultaciones la fase es menguante, pero de una ocultación a la siguiente va cambiando, cada vez en fase un poco anterior (unos 2 o 3 días), porque aunque Saturno se mueve (pero poco) los 27.3 días que tarda la Luna en completar una traslación son menos que los 29.53 que tarda en completar el ciclo de fases. El pequeño movimiento de Saturno hacia el Este sobre el fondo estrellado hace que la Luna tarde un poco más en pillarlo y por eso, y las acumulaciones del pico y los redondeos, hace que en algunos casos sean 3 días. Pero de julio a agosto apenas cambia un día la fase porque Saturno está retrogradando y la Luna lo encuentra antes.

- Geometría de las zonas de observación

En cada ocultación los lugares desde los que se aprecia el fenómeno van de Oeste hacia el Este. Aunque el giro de la Tierra hace que si están alineados con un punto A más tarde con un punto B situado al Oeste, por otra parte la Luna se mueve hacia el este respecto al fondo de las estrellas. Esto ocurrirá siempre.

- Grupos de ocultaciones e intervalos de separación entre unos y otros

Como se ha dicho, las ocultaciones de Saturno van por grupos de varios meses seguidos, separados por varios años sin ninguna ocultación.

Al igual que en los eclipses de Sol, un dato importante es que la ocultación se produce solo si Saturno está cerca de uno de los nodos de la órbita lunar. En el caso del eclipse, de una lunación a otra el Sol se ha movido apreciablemente y normalmente no se repetirá al siguiente, pero Saturno se mueve muy poco, y en una lunación el nodo también. Así el planeta continúa cerca del nodo y vuelve a haber unas cuantas ocultaciones seguidas.

El nodo de la órbita lunar se va desplazando de la posición 1 a la 7, con lo que lo mismo ocurrirá con las trayectorias de la Luna. En el primer caso (1) no habrá ocultación, y en el ultimo (7) tampoco, pero hay 5 seguidas (en realidad en la actualidad son 12, pero se ha simplificado el gráfico para una mejor comprensión)

Después de la última ocultación los nodos siguen desplazándose y será el nodo contrario (el descendente) el que después de unos cuantos años se aproximará a la posición de Saturno y volverá a haber ocultaciones

Como se ha dicho, en 2024 se producen 12 ocultaciones en meses seguidos (centradas en las de agosto y septiembre), mientras que las anteriores habían sido en 2019 (14 ocultaciones centradas en mayo-junio) y las próximas serán en 2031 (10 ocultaciones centradas en julio-agosto). Se aprecia que los intervalos entre los distintos grupos no son iguales, y esto depende de la latitud eclíptica de Saturno (su valor y su posición al este u oeste del nodo) y de cuál de los nodos lunares intervenga (ascendente o descendente)  

Esto es debido al movimiento de los nodos de la órbita lunar y en menor medida al desplazamiento de Saturno sobre el fondo estrellado.

 Tal como ocurre con los eclipses, los nodos de la órbita lunar juegan un papel decisivo: En el eclipse de Luna ésta debe estar muy próxima al nodo para que haya eclipse porque el Sol está en la eclíptica. Al mes siguiente el Sol ya se ha movido y normalmente no hay eclipse. En el caso de las ocultaciones Saturno apenas se mueve dentro de un ciclo (p. ej de los 12 actuales), pero el nodo va retrogradando y por eso llega un momento en que no hay ocultación.  

Si Saturno estuviera siempre en la eclíptica los periodos de los diferentes grupos serían iguales, y teniendo en cuenta el movimiento de los nodos (periodo de 18.6 años, o su mitad del ascendente al descendente) y el movimiento del planeta, sale un periodo teórico de 6.74 años entre la ocultación central de cada grupo (porque 360A/30=360A/9.3 -180     12A=38A-180    A=6.74)

Sin embargo estos periodos no son totalmente iguales porque Saturno puede encontrarse al norte o al Sur de la eclíptica y eso influye en el tema, como se puede deducir del gráfico :

Ahora en 2024 Saturno está al Sur con nodo ascendente de la Luna por lo que las ocultaciones se producen antes de pasar la Luna por el nodo. En 2031 estará también al Sur con la Luna en el nodo descendente (los nodos se van alternando), por lo que las ocultaciones ocurrirán después de pasar la Luna por el nodo. Así, el intervalo en este caso entre uno y otro grupo será algo mayor de lo habitual (7 años). 

De las del 2019 a las actuales de 2024 solo hay poco más de 5 años, ya que en el 2019 Saturno se encontraba ligeramente por encima de la eclíptica, y cerca del nodo descendente.

Toda esta mecánica es diferente en los otros planetas de Mercurio a Júpiter porque se mueven mucho más rápidos: Habrá menos ocultaciones en cada grupo, pero de un grupo a otro pasará menos tiempo.

Por ello podemos disfrutar de las oportunidades que este año nos brinda el planeta anillado, y recordar que en enero habrá otra oportunidad desde España (en peores condiciones) e incluso alguna más desde zonas de Sudamérica, pero luego habrá que esperar hasta 2031.

miércoles, 29 de mayo de 2024

Saturno y la Luna, los encuentros de la pareja más vistosa del cielo.

Siempre que he organizado una observación con telescopio para todo tipo de público, lo primero que enseñaba era la Luna, y luego Saturno. Si ambos astros estaban en el cielo, claro.

Los cráteres lunares y los anillos del sexto planeta era sin duda lo más llamativo, y lo que provocaba expresiones de asombro por parte de los asistentes, aunque para ver a Saturno haya que cambiar el ocular y poner más aumentos.

Este próximo viernes día 31 estarán ambos muy juntos dando una preciosa imagen, aunque no creo que se lo enseñe a nadie porque por aquí serán visibles solo de madrugada cuando no hay muchas personas dispuestas a acudir a una convocatoria de este tipo: O “que estoy ya camino del trabajo”, o “que me gusta dormir” pueden ser excusas repetidas.

Posición relativa en que se verán desde España. Se ha aumentado ligeramente la imagen  de Saturno en esta composición.

Pero quizás la cosa cambie en el cono sur americano, en Chile, Argentina o Uruguay, porque allí se producirá un fenómeno muy especial que es posible convenza a mucha gente para ponerse al pie del telescopio, en plena noche, unas 4 horas antes de amanecer. Desde allí se producirá una ocultación: 

La Luna en su movimiento de traslación alrededor de la Tierra pasa por delante de Saturno tapándolo de la vista del observador, y después de un tiempo el planeta reaparecerá por el otro lado … Como el fenómeno ocurre solo un día después del cuarto menguante las imágenes de la pareja serán atractivas, Saturno desparecerá por la zona iluminada de la Luna y reaparecerá por su parte oscura, con lo que la espera (un punto brillante apareciendo de repente como de la nada) tendrá algo de misterio.

Además de la fase de la Luna en estos fenómenos también cambia la inclinación del ecuador de Saturno aunque mucho más despacio, un poco año a año. Ahora los anillos están casi de perfil, mostrándonos una fina línea. Quizás no es la imagen más atractiva pero tiene su interés. 

En esta foto tomada por Paul Stewart en una ocultación en 2014 los anillos estaban muy abiertos.


¿Por qué en Europa no se produce la ocultación? Visto desde aquí, la Luna pasa en esta ocasión por el sur de Saturno. Como está mucho más cerca, si nos desplazamos hacia el Sur, por ejemplo a África, por el efecto de paralaje la imagen de nuestro satélite la veremos más hacia el norte, hasta que tape a Saturno. Por si acaso hay que decir que en las zonas de Africa en que se viese esta ocultación ocurriría en pleno día, pero con un telescopio podría observarse.

Otro motivo por el que desde algunos lugares no se vea, es que aunque en una proyección teórica taparía a Saturno, por ejemplo en puntos del sur de Asia, esto ocurre con los astros debajo del horizonte.

Desde Luego la Luna puede ocultar a todos los planetas, pero la ocultación más llamativa es la de Saturno porque se aprecia cómo va desapareciendo parte del anillo, luego el cuerpo del planeta, y la reaparición también será así.

Aprovechando el fenómeno del día 31 de mayo voy a tratar de explicar los detalles que suelen aparecer en los mapas, concretamente en el de ahora, y tiempo habrá para los siguientes:

- En la franja azul clara se verá todo el fenómeno pero de día: en gran parte de África ecuatorial y del Atlántico Sur.

- En la franja gris se verá el fenómeno completo de noche, la situación ideal: en Uruguay, gran parte de Chile y Argentina, y una pequeña zona del sur de Brasil.

- En el óvalo verde se verá solo la ocultación, porque se pone la Luna antes de la reaparición.

- Al este de esta zona no se verá porque la Luna se pone antes de comenzar la ocultación, por ejemplo en el cuerno de Somalia.

- El el óvalo granate se verá solo la reaparición porque cuando salga la Luna, Saturno ya estará ocultado. 

- Al Oeste de esta zona no se verá porque cuando salga la Luna ya se habrá acabado el fenómeno. 

- En la zona central amarilla la ocultación se produce con el Sol aún debajo del horizonte y la reaparición ya de día.

- En las líneas de los bordes superior e inferior de todo el gráfico se producirá una ocultación rasante, que quizás sea la más atractiva porque aunque Saturno no se llegue a ocultar totalmente se moverá por el borde lunar, tocando al satélite con el fino anillo, según la zona, como puede verse en el siguiente vídeo que se ha realizado utilizando Stellarium.

- Por el norte de toda la zona la Luna pasará por el Sur de Saturno, y lo contrario por el sur de la misma.


Después de la última, que fue en 2019, y ahora nuevamente durante un año, todos los meses habrá ocultación. Las dos primeras, a principio y final de abril, habrán tenido muy pocos observadores porque solo se vio desde la Antártida; pero hasta febrero de 2025 los dos astros no fallarán a la cita desde lugares menos inhóspitos, y luego se despedirán hasta marzo de 2031. En cada caso será visible en una región del planeta diferente.

Todo este proceso, con los motivos y claves geométricas espero recogerlo el próximo mes de agosto cuando la ocultación será visible desde la península Ibérica, así como también en diciembre.



jueves, 26 de mayo de 2022

Otra buena razón para madrugar

Si hace unos días fue el eclipse de Luna, mañana viernes tenemos un nuevo espectáculo en el cielo de madrugada. La Luna ha cambiado de look mostrando ahora una fina fase menguante mucho más atractiva y se va a encontrar con Venus, el planeta más brillante, y como siempre en estos casos darán imágenes espectaculares.

Pero hay mas: Ya llevan unos meses casi todos los planetas dejándose ver a esas horas, como recogí en estas animaciones que vuelvo a poner porque incluyen lo de ahora.

- En el hemisferio norte:

- En el Sur, desde donde será mucho más fácil y la actuación durará más tiempo ya que Venus y la Luna saldrán por el horizonte con el cielo más oscuro:

Hace dos semanas aparecían en línea Venus, Júpiter, Marte y Saturno guardando las distancias hasta el próximo encuentro



Concretamente ahora, este 27 de mayo con la presencia de la fina Luna menguante, nos ofrecerán una bonita estampa. Habrá que levantarse pronto y una hora antes de la salida del Sol todo estará preparado: 

Por un lado, Júpiter alcanza a Marte y aunque el máximo acercamiento será el domingo 29 (en las animaciones escribí el 27 para incluir el tema de la Luna), ya se verán muy próximos. Habrá que intentar observarlos cuando todavía el cielo esté oscuro porque Marte ahora no brilla mucho.

Pero sobre todo la Luna junto al brillante Venus llamarán la atención, como siempre que ambos astros se encuentran. y desde el hemisferio norte aparecerán por el horizonte en el crepúsculo (sobre las 5:30 en la longitud geográfica media de la península Ibérica)

Mi colega y amigo Sebastián Cardenete obtuvo ayer estas preciosas imagenes desde Málaga, cuando la Luna estaba junto a Júpiter y Marte, y Venus más a la izquierda y abajo.

Aquí dos fotos del trío con una mayor focal, apreciándose la luz cenicienta, o con un toque de paisaje:

Las tres imágenes las tomó Sebastián el 25-5-2022 desde Málaga


Parece que las previsiones meteorológicas, al menos para la mayor parte de la península Ibérica, son favorables, y podremos admirar y aplaudir esta nueva actuación astronómica.

Previsiones de tutiempo.net para mañana antes de amanecer

Una vez ocurrido el espectáculo, espero poner imágenes aquí mismo.

ACTUALIZACION 28-5
Y mereció la pena el madrugón. Ya están puestas las fotos en un nuevo post



martes, 19 de noviembre de 2019

Las visitas mensuales de la Luna a Júpiter y Saturno

Con este artículo de hoy voy a intentar volver a una faceta del blog más atractiva y visual.

Porque desde comienzo de este curso 19-20 he recogido de manera continuada aspectos teóricos y difícilmente observables o artículos de opinión sobre cambios y husos horarios.

Y después del último post sobre un fenómeno extraordinario, pero solo al alcance de unos pocos, en esta ocasión hablaré de algo más habitual que nos produce el placer de levantar la vista al cielo y apreciar algo bonito, mucho más fácil de observar y sin duda más fotogénico: Los espectáculos que frecuentemente nos dan la Luna y los planetas. 

Además este post es solo el prólogo de otro que espero publicar este próximo viernes anunciando un fenómeno concreto de éstos, muy llamativo. O incluso dos, o tres.

A la Luna le gusta visitar a los planetas. No pierde la ocasión de hacerlo en cada ciclo, en cada vuelta, y como si disfrutara con las “relaciones sociales” nunca se olvida de los colegas de su compañera la Tierra. O eso es lo que nos parece desde el tercer planeta, donde a estos fenómenos, cuando son muy cercanos, les damos el nombre de "conjunciones"
El día 1 de noviembre mi colega de la AAV Román Almela, a quien dedico este artículo, obtuvo esta preciosa imagen con su móvil desde Castro Urdiales: La Luna situada entre Júpiter y Saturno. Estaba de camino de uno a otro, después de encontrarse con el planeta gigante la noche anterior y a la espera de visitar la joya anillada al día siguiente.

Una de las muchas anécdotas derivadas de ser “el raro ese que se conoce las estrellas” ha sido que en numerosas ocasiones me han hecho una pregunta extraña. Y lo es no solo porque no tiene mucho sentido, porque el día que me lo preguntan no suele ocurrir lo que me refieren, sino también porque incluso la he oído de labios de personas cultas y observadoras:
- ¿Cuál es esa estrella tan brillante que está al lado de la Luna?


La Luna, próxima a ponerse en el horizonte de Bilbao el día 3 de octubre junto a la hilera de farolas,  acompaña Júpiter con quien ha pasado toda la tarde. El planeta casi se confunde con una de las luces.
Aunque es casi seguro que la pregunta indicada se refiera a un planeta, y sin pensarlo demasiado podría responderle, para asegurarme y para hacer recapacitar a mi interlocutor, prefiero hacerlo con otra pregunta:
- ¿Qué día?

Porque de un día a otro la posición de la Luna cambia ostensiblemente de ubicación sobre el fondo estrellado. Al cabo de casi un mes vuelve a repetirse, quizás alguien vuelva a fijarse, y refuerce la idea de que todos los días es así. Las circunstancias no llamativas se olvidan (los días intermedios en que la Luna estaba sola).
Aunque la calidad le la imagen es mala porque la cámara de mi móvil no da para mucho, sirve para reflejar la situación:
Incluso desde el centro de la ciudad, la Luna acompañada por una brillante "estrella" y enmarcada por los árboles y el tejado de un edificio emblemático, invita a fijarse en la situación. ¿Será la misma que la de la otra vez? En este caso si, pero después de haberla abandonado durante casi un mes.
Pero durante todo el verano y lo que llevamos de otoño de este 2019 no ha hecho falta esperar tanto, y dos noches después de haber estado situada la Luna junto a una brillante “estrella” parece que ocurre nuevamente, aunque “la estrella” no haya sido siempre la misma y, por cierto que como he dicho antes, nunca ha sido una estrella, sino un planeta: Primero Júpiter y luego Saturno.
En realidad estas situaciones se llevan produciendo todos los meses desde principio de año aunque hasta junio, de madrugada, seguro que no fueron muy observadas.


También en septiembre, y a pesar de las nubes (o más bien adornada por ellas), pudo verse a la Luna moviéndose hacia Saturno (un puntito a la izquierda de la imagen), después de haberse despedido el día anterior de Júpiter (a la derecha)
Todo esto, por supuesto, es lo que vemos desde aquí, desde el tercer planeta, proyectado en nuestro cielo. Pero sabemos que en realidad la Luna está muchísimo más cerca de nosotros; miles de veces más cerca que Júpiter o Saturno.

La Luna viajera
  
El movimiento de la Luna alrededor de nuestro planeta, completando una traslación cada 27.3 días y un ciclo de fases cada 29.5 (si esto te sorprende te aconsejo que veas el artículo 28 días, el bulo de la Luna) hace que de una noche para otra, además de cambiar ligeramente su fase haya cambiado su posición unos 12º  hacia el Este respecto al fondo estrellado.
Este movimiento está enmascarado por el efecto de la rotación terrestre, mucho más rápido, que hace que la veamos moverse claramente hacia el Oeste, al igual que el Sol y las estrellas, de una manera evidente según pasan las horas, aunque un poquito más despacio que los demás.

La consecuencia de su traslación según pasan los días es que vaya “visitando” diferentes zonas del cielo, diferentes constelaciones y diferentes astros.
Los planetas siempre aparecen situados en una estrecha franja en el cielo, que precisamente corresponde aproximadamente al camino de la Luna. Por eso, para que estos encuentros de la Luna con algún planeta sean frecuentes, solo es necesario que “haya planetas en el cielo nocturno”.


En el verano del año pasado (2018) aparecían 4 planetas escalonados a lo largo de las inmediaciones de eclíptica, marcando claramente la zona donde siempre los encontraremos.
Sin embargo durante varios de los meses anteriores apenas se podía ver ninguno a horas prudenciales.
La Luna sigue siempre su ciclo imperturbable, fácilmente predecible incluso por personas no entendidas en la materia si se fijan durante una temporada, pero la posición de los planetas en principio parece un poco anárquica. Pero solamente lo parece. En otra ocasión explicaré sus ciclos, que visto desde la Tierra pueden ser muy diferentes de sus periodos de traslación.

De los 5 planetas visibles sin ayuda de instrumentos ópticos, como cada uno tiene su ciclo, hay épocas en que no se ve ninguno a horas prudenciales de la noche, y otras que hay uno o varios durante largas temporadas. En esos casos serán visitados por la Luna cada mes, y como los planetas parecen estrellas muy brillantes, estas situaciones pueden ser llamativas.

Esto es lo que ha ocurrido desde principio de 2019 con Júpiter y Saturno, y que se ha podido observar al principio de la noche a partir del mes de junio en todas las lunaciones. El primero situado en la constelación de Ofiuco, cerca de Escorpio y el segundo en Sagitario, constelaciones típicas veraniegas desde el hemisferio norte e invernales desde el Sur.


Imagen tomada en Consuegra el 17-6-19, donde se aprecian Júpiter y Saturno (los dos puntos más brillantes) rodeados de estrellas y cerca de la Luna eclipsada (a la izquierda fuera de imagen) después de completar sus visita mensual a ambos planetas.
Sin intentar ser exhaustivo, sin premeditación, y solo aprovechando las circunstancias casuales y meteorológicas que me lo han permitido, he recogido en estos meses algunas imágenes de las visitas de la Luna a Júpiter.
Son diferentes porque las aproximaciones no han sido siempre iguales, y he aprovechado las más cercanas para aumentar el Zoom y captar detalles de la “viajera”, aún manteniendo a los dos protagonistas en escena.

Una de ellas está “trucada”, pero era importante ponerla por necesidades del guión. A ver si adivinas cuál es.      
El 13 de julio, entre la bruma aparece la Luna y sobre el tejado se intuye Júpiter
El 9 de Agosto, en un cielo limpio

5 de septiembre, dirigiéndose hacia Júpiter (a la izquierda de la imagen)

Al día siguiente, 6 de septiembre, la Luna se deja intuir detrás de las nubes, después de haberse despedido ya de Júpiter, que en contraste aparece muy brillante en un claro. Este mes no se pudo ver muy cerca de Júpiter desde Europa o América, pero sí desde el Pacífico

3 de octubre

31 de octubre
1 de noviembre: Debido al mal tiempo que tuvimos en Bilbao y alrededores, no pude pillarla en su visita a Júpiter, y solo obtuve, al día siguiente, una imagen entre nubes, aproximándose a Saturno (arriba a la izquierda). La foto está sobreexpuesta y por ello la fase parece mayor de lo que era.
No muy lejos, en Castro Urdiales, el cielo estuvo  mucho más limpio y permitió a Román obtener la bonita imagen que abre este post.


La Luna presumida, en cada visita utiliza diferente traje.

Como se aprecia en la serie de fotos de arriba, en cada ocasión la fase lunar ha sido diferente. A partir de la luna casi llena 3 días antes del eclipse de julio, siempre en creciente pero cada vez más fina. 
Esto lo observaremos siempre que nuestro satélite se encuentre con los planetas exteriores, sobre todo Júpiter y Saturno. (También Urano y Neptuno, pero estos no se ven sin telescopio) porque, debido a la traslación de la Tierra, con el paso de los meses la elongación oriental de estos planetas “lentos”  va disminuyendo (el ángulo con que se les ve a la izquierda del Sol, o a la derecha si estás en el hemisferio Sur).

Por ello, a partir de la zona opuesta al astro rey (la Luna, lógicamente estará llena) cada vez los veremos más cerca del Sol (angularmente), y la Luna, cuanto más cerca se vea del Sol muestra una imagen más fina, como se muestra en el siguiente gráfico:


En los diferentes encuentros a partir del que ocurre en luna llena, la fase va disminuyendo.
Este es solo un esquema explicativo y no se han mantenido las escalas en los tamaños ni en las distancias.
Lo contrario ocurre cuando los “encuentros” son visibles más bien de madrugada. Sabemos que la Luna a esas horas solo se ve en menguante, y en ese caso la fase irá aumentando cada mes, mientras que la elongación occidental del planeta va aumentando.


Perspectivas diferentes:
  
Tal como se puede apreciar en la serie de imágenes que he recogido de los pasos de la Luna cerca de Júpiter, ha habido meses en que han visto mucho más próximos entre sí, que otras. A veces pillé a la Luna antes de llegar a las proximidades del planeta gigante, y otras veces después de despedirse de él, a distancias diferentes.
¿Por qué no he recogido precisamente la máxima aproximación en cada uno de los casos?

La razón es que desde mi ubicación concreta, como desde cualquier otra, solo durante unas horas de la noche he tenido por encima del horizonte a la Luna, y evidentemente no siempre ha coincidido con la mayor aproximación.
Un ejemplo claro puede verse en las imágenes del 5 y 6 de Septiembre: en la primera todavía le falta bastante y en la segunda ya se había pasado.

A medida que rota la Tierra, la Luna irá apareciendo en el cielo de diferentes lugares (antes en un lugar situado más al Este que otro). Durante el tiempo que tarda en aparecer sobre el segundo de ellos, ha ido moviéndose alrededor de la Tierra y vista desde aquí se habrá movido respecto a las constelaciones, con o que desde el segundo lugar se verá en el cielo en un punto más hacia al Este.

En los casos en que la "visita" la realiza la luna casi llena, que coincidirían con la oposición del planeta, tendríamos muchas horas de observación y un margen mayor para pillarla en un mejor momento (en esta serie, en los meses de abril a julio), más próxima al planeta, pero cuando la fase es más fina, las horas nocturnas en que puede verse son pocas. 
Siempre habrá un lugar en el tercer planeta donde en ese mejor momento de máxima proximidad sea de noche y además la Luna esté sobre el horizonte, pero puede estar a unos cuantos miles de kilómetros de nuestra casa.

Para el próximo año 2020, intentaré preparar una guía completa previa, de las distintas circunstancias y lugares más adecuados de observación.

Pongo dos imágenes (tomadas de la página https://www.spaceweather.com/) captadas en la misma fecha, la noche  del 30 al 31 de octubre pero desde dos lugares lejanos entre sí (no en el mismo momento)  donde se pudo ver a la Luna y a Júpiter un poco antes y en un momento en que estaban más cercanos, que cuando los pude ver yo. Desde donde yo vivo en ambos momentos era de día, y cuando pude ver a ambos protagonistas la Luna ya se había separado más de Júpiter.


Imagen obtenida por Moaddmed Al Asfoor desde Baréin, poco antes antes de la conjunción
Desde Estocolmo, Peter Rosen obtuvo esta otra, posterior a la conjunción.
En ambas imágenes se puede distinguir a Ganímedes, el mayor satélite de Júpiter.

Además de este tema debido al horario, o momento en que es de noche en diferentes lugares, está el tema del paralaje, si los lugares de observación son muy distantes: Aún siendo visible la Luna simultáneamente en ambos, desde cada uno de ellos aparece ligeramente desplazada en fondo de estrellas respecto al otro, y también respecto a los planetas..




Las próximas veces
  
La próxima vez, que la Luna se encuentre con Júpiter será el 28 de noviembre. Será la última de esta serie ya que al mes siguiente (en diciembre) el planeta gigante estará casi en la misma dirección que el Sol, y será inobservable.
Pero será, sin duda, la mejor. Muy espectacular por dos motivos. Pero no quiero adelantar acontecimientos ni desvelar las claves tan pronto. El siguiente post, que espero publicar este próximo viernes, irá dedicado íntegramente a esa situación y a dos aspectos relacionados con ella.

Casualmente, esta serie de visitas de la Luna a Júpiter han coincidido dentro del mismo año ya que la primera fue en enero, cuando Saturno todavía estaba casi detrás del Sol y la última, como digo, el último jueves de este mes de noviembre. No te la pierdas.
Por cierto, que la siguiente serie, ya en 2020, promete mucho porque Júpiter y Saturno estarán más cercanos entre sí, y la Luna les visitará prácticamente a la vez. Empezará en febrero, concretamente el día 20, y la última visita será en diciembre. También dentro del año 2020 la serie completa.

Pero es que además ese año toca Marte. Que, con sus mejores galas, hará la competencia a nuestra pareja, con ventaja.
Atención a la madrugada del 18 de marzo cuando la Luna encontrará reunidos a los tres, y en una sola noche cumplirá con sus “obligaciones sociales” de visitarles. Un amanecer que no hay que perderse. También será sugerente el del 15 de abril.
Va a ser un año de madrugones (al principio), búsqueda de lugares despejados, y cámara de fotos preparada. Posiblemente merezca la pena que lo detalle más cuando vaya a empezar la temporada, ju to con detalles técnicos que hoy han quedado en el tintero.

Antes de acabar, y no dejarte con la intriga, la solución de la pregunta sobre mi “trampa” o montaje en una de las fotos de la Luna y Júpiter: La imagen trucada era la del 13-7. la Luna entre la bruma es del día siguiente cuando Júpiter estaba fuera de campo y lo he añadido en la posición que debió ocupar respecto a la Luna el día 13, por encima de las nubes que me impidieron verlo.

Y ya sí, lo último y muy importante: si estás leyendo este post antes del viernes 22 de noviembre (de 2019). No te olvides de buscar el que voy a publicar ese día, o probablemente te perderás el (los) espectáculo(s)

miércoles, 30 de enero de 2019

Preparando el escenario

El pasado verano los planetas nos ofrecieron espectáculo al principio de la noche, pero la situación ha cambiado y actualmente Marte es el único que nos ha quedado a esas horas. Los demás se están dejando ver en el cielo de madrugada y el Sábado (2-2-19) precisamente antes del alba, hay un nuevo espectáculo celeste, quizás incluso más llamativo que el que la Luna nos brindó el pasado lunes día 21, porque es menos frecuente y se desarrolla de manera más rápida. 

Se trata de una ocultación del planeta Saturno por la Luna. Los protagonistas son los dos astros más fotogénicos vistos con un telescopio sencillo, y además estarán acompañados por otros personajes que ya están preparando la coreografía. Y que en otros escenarios ofrecerán en fechas futuras otras variantes del mismo espectáculo.
El problema vuelve a ser nuevamente la hora, ya que ocurre de madrugada, poco antes de salir el Sol, y en muchos lugares (como los alrededores de donde yo vivo) las previsiones meteorológicas vuelven a ser nefastas.

Pero quienes estos días han madrugado y no han tenido muchas nubes, ya habrán podido observar que hay “movida por el Este” El mismo día del eclipse, al finalizar éste podían verse por la zona opuesta del cielo dos brillantes luceros, Venus y Júpiter muy próximos entre sí. Y al día siguiente, aún más, como se aprecia en esta imagen obtenida desde Málaga por mi colega y amigo Sebastián Cardenete


Los dos astros más brillantes de la noche, aparte de la Luna uno junto al otro, el día 22 que fue cuando más se aproximaron. Antes de ese día Venus estaba más al Oeste, y ahora es al revés. 

Más cercano aún al horizonte Este se encuentra estos días Saturno, no tan brillante y casi pasando desapercibido, pero mucho más espectacular visto con un telescopio, y quizás el protagonista principal de la función que se desarrollará el sábado antes del amanecer.
Y por otro lado está la Luna, que tras su eclipse en fase llena como es de rigor, día a día va disminuyendo dicha fase y acercándose al escenario opuesto al que actuó recientemente, a donde llegará muy fina, solo dos días antes de la luna nueva.


La Luna, Júpiter y Venus, el último ya más hacia el Este, y la Luna acercándose a la zona. Imagen obtenida el día 29, también por Sebastián Cardenete.

martes, 6 de marzo de 2018

El cielo del planeta anillado


Uno de los objetos más vistosos que se pueden observar por un telescopio es sin duda el sexto planeta. Saturno, el de los anillos.
Pero hoy no vamos a mirarlo en nuestro cielo (ahora mismo solo puede verse de madrugada a horas intempestivas), sino que vamos a pensar cómo se vería el cielo desde allí, y éste será uno más de los artículos de la serie “los cielos de otros mundos” en la que ya he dedicado un capítulo a cada uno de los anteriores planetas.
Al igual que en el caso de Júpiter, como Saturno no tiene superficie sólida vamos a suponer que podemos situarnos en el borde de su atmósfera y mirar desde allí hacia arriba.

Por supuesto, la imagen más especial y totalmente diferente del cielo de los otros planetas sería la visión de los anillos,
Aunque se han catalogado varios anillos, solamente son claramente apreciables los denominados A y B, que están separados por la llamada división de Cassini. A estos anillos me referiré en todos los casos.
Pintura de Ron Miller sobre la que se han indicado los anillos A, B y división de Cassini.

Los anillos vistos desde Saturno

Según la latitud, la imagen de los anillos será muy diferente: Desde las zonas cercanas a los polos no se pueden ver al quedar por debajo del horizonte, pero al ir viajando hacia el ecuador, aproximadamente a partir de la latitud 60º ya se podría apreciar su borde más lejano sobresaliendo sobre el horizonte nuboso en dirección sur (si estuviéramos en el hemisferio norte de Saturno), como se aprecia en las siguientes ilustraciones.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Una cosa pequeñita llamada Dafne

Mañana 15 de septiembre de 2017 la misión Cassini terminará su largo periplo de 13 años desde que llegó a las inmediaciones de Saturno, sumergiéndose en la atmósfera del fotogénico planeta y desintegrándose. 
Además de suministrar importantes datos científicos que nos permite conocer cada vez mejor las características del sexto planeta, de sus anillos y de sus satélites, nos ha dejado imágenes impresionantes. Seguramente habrá sido la misión espacial que ha dado lugar a una galería de imágenes más espectacular por su cantidad, variedad y belleza.
Ilustración artística de la Nave Cassini en las cercanías de Saturno. (NASA/JPL Caltech)
Pongo a continuación varios enlaces en los que puedes encontrar información sobre la misión Cassini (los dos primeros de la NASA y el tercero un audio de Radio Euskadi), pero te sugiero que las dejes para luego, porque hoy quiero hablar solo de un minúsculo capítulo de esa historia.
Como lo cortés no quita lo valiente, y teniendo en cuenta que recientemente he criticado la política de divulgación seguida por la agencia espacial norteamericana con motivo del pasado eclipse de Sol, en este caso debo decir: “Gracias NASA”

- Aquí una información exhaustiva de la misión (en inglés)
-En esta otra, la galería de imágenes:
https://www.nasa.gov/mission_pages/cassini/images/index.html
- Si quieres escuchar un breve resumen de la misión y al científico principal de Cassini en la ESA (Agencia Espacial Europea) Nicolas Altobelli, explicando el final de la misma, a partir del minuto 30:40 en este audio: http://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/la-mecanica-del-caracol/audios/detalle/5066364/arqueologia-fantastica-gran-final-cassini-virus-oceanicos/

En cualquier caso, para ir abriendo boca te pongo varias imágenes obtenidas por Cassini, que he seleccionado de entre las muchas que me han gustado especialmente, antes de meterme con el tema de hoy.
Saturno a contraluz con el Sol detrás.   (NASA/JPL-Caltech/SSI)
Los extraños satélites Hiperión y Pan con aspecto de esponja, y ravioli o ala de sombrero  respectivamente. Hay otro satélite (Atlas) de aspecto muy parecido a Pan (NASA/JPL-Caltech/SSI)
 Aunque parece un eclipse anular, el anillo luminoso es la atmósfera de Titán casi a contraluz, con los anillos de Saturno delante y Encélado en primer plano. En estos dos satélites se han descubierto, gracias a los datos aportados por la misión Cassini-Huygens, condiciones que incluso podrían hacer pensar en la posibilidad (de momento es solo una elucubración poco probable) de existencia de vida microbiana. (NASA/JPL-Caltech/SSI)

Pero a mí personalmente, lo que más me ha impresionado de todo lo que en estos 13 años nos ha mostrado Cassini ha sido el descubrimiento de un satélite muy pequeñito llamado Dafne.
Este satélite de apenas 7 kilómetros se mueve entre los anillos de Saturno, en la llamada división Keeler.
Ya lo conocía “de oídas” antes de ver las imágenes de Cassini, y alguna vez he hablado de él en alguna conferencia, de su órbita situada en un hueco del anillo A (el más exterior de los dos anillos más brillantes) y de las interacciones que tiene, al igual que otros satélites pastores, con las partículas de los anillos. Pero las fotos que ha obtenido la sonda que ahora finaliza su viaje me parecen sencillamente impresionantes. No las imágenes del satélite en sí, sino de “la movida” que monta con su paso.

Conocí a una chiquilla menuda, aparentemente muy poquita cosa, pero que también provocaba alboroto a su alrededor. Se llamaba Dafne y siempre me ha venido a la memoria cuando he oído hablar o cuando he visto imágenes del astro que lleva su mismo nombre.

Este satélite, el tercero en distancia al planeta, mide menos de 7 kilómetros y, por su tamaño, desde luego que no merecería hablar mucho de él.
Entonces ¿por qué le dedico un artículo del blog?

Por esto:
En una determinada zona los anillos parecen extrañamente removidos. Esto delató la existencia de Dafne antes de ser encontrada.
Creo que entenderás mis razones:
Al moverse entre los anillos, en la llamada división de  Keeler  que, por supuesto, el satélite ha ocasionado, provoca esas ondulaciones en los bordes de ese surco. 

Hay algún otro satélite que también hace algo parecido aunque una escala muy inferior. Pero...
En esta otra foto, con una iluminación del Sol casi en la dirección del plano de de los anillos se ve algo más: el relieve.
Fijándose en las sombras, tanto la de Dafne como sobre todo las de esas líneas sinuosas, se aprecia que las llamativas ondulaciones sobresalen por arriba y por abajo del plano de los anillos formando unos relieves extraños.

Entre las muchísimas sorpresas que hemos descubierto en las cercanías del sexto planeta gracias a Cassini, desde luego para mí ésto es de lo más curioso.  


Existen otros satélites, tanto de Saturno como de Urano, llamados satélites pastores porque de alguna manera pastorean las partículas de los anillos con su atracción gravitatoria manteniendo sus bordes bien definidos, y algunos de ellos también ocupan estrechos huecos en el anillo. 
En alguna ocasión hablaré de ellos y la curiosa mecánica gravitatoria que les convierte en "pastores", pero hoy el protagonista es Dafne porque es especial ya que en los otros casos no se producen esas ondulaciones tan llamativas.

Ello es debido a que la órbita de Dafne no está exactamente en el mismo plano que los anillos, sino ligeramente inclinada. Por eso durante la mayor parte de su órbita (que tarda poco más de 14 horas en completarla) está situado por encima o por debajo del plano de los anillos y periódicamente, cada 7 horas aproximadamente, atraviesa dicho plano.

Cuando está por encima de los anillos, atrae hacia arriba a las partículas, formando una elevación, y el efecto contrario cuando está por debajo.

Todo parece lógico, pero si levanta las partículas a su paso tanto a su izquierda como a su derecha ¿Por qué a un lado del hueco las ondulaciones están solo después de la posición del satélite y al otro están antes?
Es una consecuencia lógica teniendo en cuenta la velocidad con que se mueven en su traslación alrededor se Saturno. Según la distancia a la que se encuentre del planeta, una partícula o un satélite tiene determinado totalmente su periodo (se puede calcular por la tercera ley de Kepler) y por lo tanto su velocidad.

Las partículas del anillo situadas en el borde exterior de la división de Keeler se mueven más despacio que Dafne porque están más lejos del planeta, y por eso la ondulación producida por el satélite (por ejemplo cuando se encuentra éste por encima del plano del anillo) se va retrasando respecto a él. Al cabo de una vuelta de Dafne, volverá a estar nuevamente encima del plano y se encontrará con la zona del anillo anterior a la ondulación y producirá una nueva onda delante de esa. Así van surgiendo sucesivas ondulaciones, cada vez ligeramente adelantadas, aproximadamente cada 14 horas una sinusoide completa con su zona superior e inferior.

Lo contrario ocurre con el borde interior de la división de Keeler, donde las partículas se mueven más rápido que Dafne y las nuevas ondulaciones aparecen detrás de las anteriores, según el sentido de giro alrededor de Saturno.

Si tomamos como referencia la posición del satélite, las partículas del anillo exterior (del borde exterior de la división de Keeler) se van moviendo respecto al satélite en sentido horario visto desde el Norte, y las del anillo interior en sentido contrario. 
La siguiente imagen corresponde a la cara sur de los anillos y por eso el sentido del movimiento es al revés.

Si nos imaginamos que estamos situados en Dafne, veríamos como subimos y bajamos respecto al plano del anillo, mientras las ondulaciones creadas por él anteriormente, a uno y otro lado, se van separando y dejando hueco para que surjan otras nuevas.


Aunque todo se mueve en el mismo sentido, respecto a la posición de Dafne los dos grupos de ondulaciones se van separando y en el espacio que dejan se irán formando otras. La imagen corresponde al momento en que Dafne empieza a salir del plano del anillo hacia el frente de la imagen (cara Sur) y está a punto de originar dos nuevas ondulaciones (una a cada lado de la división de Keeler) en una zona todavía plana.


Así unas ondulaciones se van adelantando y otras retrasando respecto a Dafne y siempre las más recientes y evidentes estarán próximas a la posición del satélite.

Las imágenes más impresionantes y clarificadoras se aprecian cuando el plano de los anillos está casi en la dirección del Sol, porque al llegar la luz casi “de canto” las sombras se proyectan sobre el anillo y se hacen evidentes. Eso ocurre en periodos cada 15 años y teniendo en cuenta el tiempo que Cassini ha estado por ahí, fue solo alrededor de 2009 cuando pudo obtener las mejores fotos de la movida. 

La influencia gravitatoria de Dafne sobre las partículas de los anillos no se reduce a lo que aquí he contado y, como he escrito antes, actúa igual que otros satélites pastores frenando o acelerando dichas partículas y modificando de esta manera sus órbitas. 
Pero hoy me quedo con esta historia que ocurre en un lugar minúsculo de las proximidades del sexto planeta, y podemos hacernos una idea del contexto en estas dos imágenes:

En la foto de la izquierda aparece ese diminuto puntito que es Dafne haciéndose notar apenas por su sombra y por lo que monta a su alrededor, y en la de la derecha una visión más amplia de los anillos y el borde del planeta. Como referencia se ha indicado en esta segunda imagen la situación de las dos líneas oscuras de la anterior: la división de Encke y la de Keeler que en esta segunda foto casi ni se intuye.

Dafne es así: pequeña pero revoltosa.