Un año más, llega la lluvia de estrellas fugaces de las Perseidas, conocidas popularmente como "las lágrimas de San Lorenzo", habitualmente el espectáculo celeste más anunciado del verano.
Trazo dejado por una perseida pasando por la zona de cielo cercana a la galaxia M31 de Andrómeda, que pude fotografiar hace 2 años. |
Como ya he escrito en varias
ocasiones sobre esta lluvia, solo voy a destacar que este año 2021 será propicio
porque la noche del máximo, del jueves 12 al viernes 13 de agosto, la Luna creciente
de poco más de 4 días se pondrá pronto (desde la península Ibérica sobre las
23:30) y su luz no molestará, permitiendo observar incluso meteoros más débiles.
Por ello de madrugada, cuando habitualmente se dan las
mejores condiciones para ver perseidas, Selene no será un obstáculo, y tampoco para la mayoría de los observadores ocasionales, que solo mirarán antes de
medianoche.
Esta puede ser una observación propicia para ambos. Y el público en general, que habitualmente se decepciona porque ha visto muchas menos de las que le han anunciado, podrá ver una bonita puesta de la Luna creciente al principio o durante la observación.
Al principio de la noche una fina Luna destacará en el cielo, pero afortunadamente se irá pronto y no molestará. |
Para no repetir siempre lo mismo, incluyo el enlace al artículo del pasado año, que daba información sobre las perseidas y otras lluvias de meteoros.
Solo añado que teóricamente el
momento del máximo de este año está previsto para el día 12, poco antes de la medianoche en España, aunque este
dato suele ser solo una estimación, y si se retrasara podría coincidir con las
horas de madrugada en que independientemente de ese máximo las condiciones geométricas siempre son más favorables.
También la noche anterior, del miércoles 11 al jueves 12 puede ser propicia para ver unos cuantos meteoros, y aunque en mucha menor cantidad, pueden verse varios días antes y después de estas fechas.
Por si no has pinchado el enlace, añado brevemente que estas partículas de poco más de un milímetro que se queman en la atmósfera a unos 100 kilómetros de altura y al ionizarse producen la estrella fugaz (el meteoro) se desprendieron del cometa Swift-Tuttle probablemente hace muchos años. Este cometa tiene una órbita que casi corta a la de la Tierra y deja diseminadas las partículas que se van distribuyendo por las cercanías de toda su propia órbita. Cuando la Tierra pasa por ese punto de cruce de caminos, siempre en las mismas fechas, se encuentra con ellas y se produce el espectáculo.
El último paso del Swift-Tuttle por las cercanías de la órbita terrestre fue en 1992 pero las que ahora veremos no son de ese paso, sino de otros anteriores.
A la izquierda la órbitas de la Tierra y del cometa ambas de perfil, y a la derecha en perspectiva |
Añado también los consejos de siempre, alguno medio en broma, que ya he mencionado alguna otra vez:
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