Coge los prismáticos y a partir
de la puesta de sol (aquí los adultos podemos salir a pasear entre las 20 y las
23 horas) aprovecha para fisgar a Venus, justo en su mejor momento.
No conozco cómo está la situación en
otros países, pero espero y deseo que en gran parte de ellos también se pueda
salir a la calle y aprovechar.
Por supuesto, si tienes telescopio,
disfruta de la imagen todos los crepúsculos vespertinos en que las nubes no te
lo impidan.
Evolución de la fase de Venus
Además del atractivo que tiene la
visión de Venus como astro más destacado de nuestro cielo después del Sol y la
Luna (tal como recogí en “La estrella de este invierno …”), sin duda lo más llamativo son sus
fases, aunque solo se pueden apreciar con ayuda óptica de un telescopio o,
precisamente ahora, en el periodo más espectacular durante 3 o 4 semanas del ciclo de
más de 9 meses, también con prismáticos.
Al igual que la Luna, el segundo
planeta también tiene fases, que cambian según la zona iluminada por el Sol y
la que vemos desde aquí. Pero su evolución es muy diferente y solo son claramente apreciables durante un periodo de tiempo relativamente corto.
Algunas imágenes que he obtenido, comparadas con la que presentó durante los primeros meses de su aparición vespertina y la que teóricamente tendrá los últimos días de la misma:
Algunas imágenes que he obtenido, comparadas con la que presentó durante los primeros meses de su aparición vespertina y la que teóricamente tendrá los últimos días de la misma:
Pensé publicar este artículo una vez finalizado el ciclo, recogiendo las fotos más espectaculares. Habría quedado más riguroso y bonito, pero he preferido anunciarlo ahora para que la gente pueda observarlo. |
Seguiré actualizándolo
Diferencias con las fases de la Luna
De las fotografías anteriores se
deducen varias circunstancias:
Por un lado la orientación de la
imagen: Si vista desde el hemisferio norte la Luna menguante tiene forma de
letra C (y la creciente de D), Venus es al revés, y ahora que tiene la curvatura a la derecha como una letra D, está menguando.
Desde el hemisferio Sur todo al contrario.
Desde el hemisferio Sur todo al contrario.
Por otra parte, mientras que en la Luna la duración de cada una de las fases (la Luna llena, nueva y los cuartos) es muy similar, en Venus no: De la fase llena a cuarto menguante pasan unos 7 meses (en el presente ciclo desde el 15 de agosto de 2019 hasta el pasado 26 de marzo, y de cuarto menguante a nueva (o casi nueva, porque a veces queda un finísimo arco y no desaparece del todo) poco más de 2 meses, concretamente eso ocurrirá el próximo 3 de junio.
Además, dependiendo de la fase el
tamaño varía mucho: En la Luna solo a veces se ve con un diámetro 14% más
grande que otras (tomando los valores extremos) y este cambio de tamaño no está
relacionado con la fase. En Venus si: Siempre cuando nos presenta todo el disco
iluminado el tamaño aparente es el mínimo, y según va menguando la fase ese
tamaño aumenta enormemente.
Todo ello es debido a las posiciones que ocupa Venus respecto a nuestro planeta, como se puede apreciar en este gráfico:
Posiciones de Venus respecto a la Tierra, junto a la fase y el tamaño aparente que observamos desde aquí. Aunque evidentemente el tamaño de los astros y las órbitas no están a la misma escala, las 4 representaciones de su visión desde aquí sí lo están entre ellas. |
También Mercurio tiene una mecánica de
fases similar, pero son muchísimo más difícil de apreciar, al igual que el
propio planeta. Galileo enseguida dedujo que Mercurio también tendría fases, pero su observación no estaba al alcance de su primitivo telescopio.
¡CUIDADO!
Como he dicho más de una vez, Venus
puede verse en pleno día, y conociendo aproximadamente su elongación o mejor
sus coordenadas horizontales (su acimut y altura) ayudado por unos prismáticos,
barriendo la zona, puede localizarse fácilmente. Bajando luego en vertical
hasta el horizonte y tomando una referencia concreta, puede intentarse después
a simple vista.
Ahora incluso, es más atractivo
olvidarse de ese objetivo y eliminar el último paso, porque en estas 2 o 3
semanas el espectáculo no estará en pillarlo in fraganti de día, sino en
cotillear su fase.
Pero este método para verlo de día ahora
puede estar CONTRAINDICADO E INCLUSO SER PELIGROSO.
Debido a que Venus ya se va a situar cercano angularmente al
Sol, en esa búsqueda es muy fácil que nos topemos con el astro rey y el efecto
de las lentes podrían ser FATALES PARA NUESTRA VISTA.
Por eso, aunque ahora cada vez es más
reducido el intervalo de tiempo desde la puesta de Sol hasta la de Venus, si n o somos expertos debemos esperar a que el Sol se ponga para proteger nuestra salud ocular.
No obstante, aunque solo sea para
recordar viejos tiempos y la evolución de los instrumentos, en el anexo recojo
mi experiencia en este tema utilizando el telescopio.
El título del post.
De acuerdo. Utilizo títulos
llamativos, pero eso lo hace todo el mundo que quiera que alguien le lea. Pero
intento que siempre estén justificados y sean rigurosamente correctos.
En este caso la coletilla final suena
a doble sentido, como otras muchas frases, según la interpretación que se les
quiera dar.
Porque todo esto es solo para mayores
de 14 años, al menos en España donde son esos a los que se les acaba de abrir la
posibilidad de salir de casa de 20 a 23 horas, precisamente cuando podemos ver
a Venus.
Los niños no, porque a las 18
horas tienen que volver a casa. Pero ellos tendrán otras muchas oportunidades,
la primera dentro de 19 meses cuando la situación se repita y esperemos que no
haya restricciones para salir de casa. Por eso, como dice el título del post
estas sesiones son solo “para mayores” de 14.
Si tienes algún niño que quiera ver la
fase de Venus con los prismáticos, no te queda más remedio que buscar una
ventana con la orientación adecuada, aunque es posible que la mayoría de la gente no la tenga. Una vez que
lo tengas localizado y antes de enseñárselo deberías fijarlos en un trípode
porque si no, a él le costaría encontrarlo. Pero tiene toda la vida por delante
y la oportunidad, si sigue interesado en el tema, de ver otras situaciones
similares.
Localización segura de Venus de día
con un telescopio
Si tenemos un telescopio, por supuesto
nos podemos olvidar de los consejos que he dado y de los prismáticos porque las
imágenes nítidas y de gran tamaño que Venus nos ofrecerá a través de cualquier
ocular, serán magníficas.
Utilizando adecuadamente los métodos
de búsqueda del telescopio podemos localizarlo y verlo de día sin el problema
de que el Sol se cuele accidentalmente en el ocular. Recuerdo que cuando no
existían las monturas computerizadas, normalmente yo conseguía encontrarlo casi
siempre después de varios intentos, pero ahora disponiendo de ellas no hay
ningún problema, con solo comprobar previamente la nivelación correcta de la
montura e introducirle los parámetros de tiempo y lugar, poniéndolo en estación
con el Sol. ¡Cuidado! En este proceso previo nunca mirar por el ocular si no
tenemos un filtro solar, sino por proyección.
Aunque casi siempre sale “a la primera”, no dejo de sentir un punto de euforia o admiración cuando, después de ordenarle que vaya a Venus, el telescopio comienza a moverse solo, se detiene, miro por el ocular y ¡Ahí está el segundo planeta! Destacando con su brillo sobre el cielo de día, y en estas fechas luciendo su imagen más atractiva.
Recuerdo que ya hace muchos años,
utilizando una montura ecuatorial ponía en estación el telescopio a partir de
la posición del Sol o de la Luna durante los días en que (según la fase) ésta
era fácilmente localizable y estaba más cercana a Venus, y con las coordenadas
de éstos y del planeta, lo encontraba.
No siempre al primer intento porque la
puesta en estación (orientación exacta según el eje terrestre) en pleno día y
sin tenerlo en una ubicación fija, no era fácil y tuve que aprender algunos
trucos: El Sol lo colocaba fácil en la pantalla proyectado por el ocular, pero
si no coincidía exactamente la declinación y A.R. del telescopio con lo que me
decían las efemérides, era porque no lo tenía perfectamente orientado y había
que ir girando la montura en azimut hasta que coincidiera.
Las fases de Venus, argumento clave
para el sistema heliocéntrico.
Como parece que fue Galileo quien primero utilizó un telescopio para observar el cielo, fue él quien descubrió, aparte de otras muchas cosas, que el segundo planeta presentaba fases, y junto al hallazgo de los 4 satélite que no giraban en torno a la Tierra sino alrededor de Júpiter, la evolución de las fases de Venus dejaba claro que el sistema geocéntrico era incorrecto.
De hecho fue esta la principal prueba
que confirmaba su aceptación previa del sistema Copernicano del que antes no se
atrevió a defenderlo públicamente porque solo tenía indicios indirectos.
Desde principios de 1610 Galileo dispuso
de un instrumento con mucha mayor calidad que los que había elaborado
anteriormente y que le proporcionaba 30 aumentos. Si en las primeras semanas de
ese año se centró en la observación de los satélites de Júpiter, tuvo mucha
suerte con Venus porque en mayo el segundo planeta tuvo su conjunción superior, y como consecuencia unas semanas después de ella el comienzo de su aparición vespertina, y Galileo pudo
observar toda la evolución de su fase y su tamaño aparente.
Según el sistema geocéntrico, representado en la imagen, tanto en las proximidades de las posiciones 1 y 3 (en ambas conjunciones con el Sol), Venus debería mostrar una fase muy fina, y desde aquí en ningún momento del recorrido por su epiciclo sería posible ver más del 50% de su superficie iluminada.
Las observaciones nos muestran que en las proximidades de la posición 3 se ve el disco completo y que las fases recorren todos los porcentajes, siendo en la mayoría de las fechas de una entidad imposible según el esquema geocéntrico pero perfectamente de acuerdo con lo que podría esperarse del sistema heliocéntrico. |
El 17 de diciembre la fase ya estaba
en un 50%, lo que podríamos llamar el cuarto menguante, y vio como los días
siguientes seguía menguando con un aspecto “cornudo”. Pero incluso antes de
eso, concretamente el día 11, con suficientes indicios, algo de miedo a
equivocarse pero también a que alguien le quitara la primicia, envió un mensaje
cifrado a Giuliano de Médici “conteniendo un poderoso argumento a favor de la
constitución copernicana”, añadiendo que “A su debido tiempo publicaré su
descifrado y otros particulares”
Pero una vez comprobado que todo continuaba como él suponía, Venus mostraba ya una fase inferior al 50% y no pudiendo reprimir la emoción de su
hallazgo, el 30 de diciembre le envió una carta a Cristóforo Clavio narrando en
detalle el proceso “que he observado en Venus de tres meses a esta parte”, y
augurando lo que ocurriría en el futuro con gran precisión “Comienza ahora a
tornase en una figura notablemente cornuda, e irá menguando así mientras que
sea vespertina, y a su debido tiempo la veremos matutina con sus cuernecillos
sutilísimos y apartados del Sol” y siguió con la descripción de lo que seguiría
ocurriendo con la fase y el tamaño aparente, durante toda la futura aparición
matutina.
Añadió luego frases vehementes fruto
sin duda de la emoción de su descubrimiento, como “Tengo el modo de verla tan
clara, tan pura y delimitada, como vemos la propia Luna con la visión natural,
y la veo con un diámetro igual al radio de la Luna a simple vista. He aquí,
señor mío, aclarado cómo Venus (e indudablemente lo mismo hará Mercurio) va en
torno al Sol, centro sin duda alguna de las máximas revoluciones de todos los
planetas”
Yo también la ví desde mi balcón, de la misma manera que describe Galileo: Composición de dos imágenes del día 27, con la Luna y Venus (éste ampliado por telescopio) mostrando casi la misma fase, aunque la del satélite esté creciendo y la del planeta menguando. Yo le puse a mi telescopio el doble de aumentos que Galileo (los mínimos que me permiten mi equipo con focal 1500 y ocular de 25) y por eso el diámetro de Venus lo veía igual al diámetro (no al radio) de la Luna. |
Solo 2 días después, el 1 de enero de
1611, volvió a escribir a Giuliano de Médici porque “Ya es hora de que descifre
las letras transpuestas … ya que estoy completamente seguro de la verdad del
hecho”
Los textos y datos de la historia
están tomados del libro “El mensaje y el mensajero sideral” que recoge textos
originales escritos por Galileo y Kepler.
Una auténtica joya (tal como se deduce de su estado) y su autor principal. |
Estamos en esta fase, dentro del proceso de la evolución de la fase de Venus, en que Galileo
debió sentirse eufórico porque todas sus previsiones se iban confirmando. Es el
momento de coger nuestro telescopio o prismáticos e imaginarnos dentro del
cuerpo y el espíritu del sabio florentino y revivir su emoción.
Interesante y completo.
ResponderEliminarCreo haber leído que Galileo y da Vinci enviaban cartas encriptadas a sus amigos y rivales científicos describiendo descubrimientos de los que no estaban muy seguros pero tenían ciertas evidencias de manera que cuando los confirmaban les enviaba la clave para que pudieran descifrar lo que les habían enviado con anterioridad y poder demostrar que ellos habían sido los primeros....
Si. Algo de eso había. En ese libro aparecen varios casos.
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