El
próximo martes día 18 de junio, al
atardecer se podrá observar un bonito fenómeno celeste. Desde el hemisferio
norte no será demasiado fácil porque el cielo aún no estará oscuro por la zona
en que se produce, pero eso puede ser un aliciente más para intentar verlo, y
una mayor satisfacción si se consigue.
Los
dos planetas más pequeños del Sistema Solar, Mercurio y Marte, se verán muy
próximos en nuestro cielo durante el crepúsculo vespertino sobre el horizonte Oeste- Noroeste, casi juntos, separados apenas por 15 minutos de arco (la mitad del
tamaño aparente de la Luna). Aunque muchos no los reconocerán.
Porque
mucha gente pudo observar Marte el pasado verano, aquella brillante estrella
roja que dominaba el cielo, y su aspecto no tiene nada que ver con el actual.
4 días antes de la conjunción, ya aparecen próximos los dos planetas. Imagen tomada en Bilbao el día 15 y añadida con posterioridad a la publicación del post. |
Creo
que lo vio mucha más gente de lo que yo pensaba, porque este curso en el Aula
de Astronomía de Durango se ha repetido casi diariamente la misma situación:
pregunto a los alumnos si creen que los planetas puedan verse sin telescopio.
Después de una respuesta general negativa, alguien rectificaba recordando que
sí habían visto a Marte en verano:
Efectivamente
el cuarto planeta destacó sobremanera en las noches estivales, y aunque
estuviera acompañado por Júpiter, Saturno (y Venus en el crepúsculo), fue el
astro más brillante en plena noche cuando no había Luna, y acompañó a ésta con
su mismo color durante el eclipse del 27 de Julio. Pero ahora está
irreconocible.
Marte cerca de la Luna eclipsada el 27-7-18. El anuncio del eclipse hizo que mucha gente descubriera al “brillante” Marte |
Respecto
a Mercurio, poca gente ha visto alguna vez este planeta, sobre todo desde el hemisferio
norte, porque aquí solo aparece unos
pocos días al año y solo en los crepúsculos, nunca en plena noche. Es sin duda el planeta más esquivo.
Pero
en esta ocasión en que ambos se encuentran, las cosas serán diferentes. El primer planeta brillará mucho
más que el cuarto y será la referencia para encontrarlo porque Marte se ha
alejado mucho de la Tierra (esos días estará a 376 millones de kilómetros, unas 6 veces más lejos que el pasado verano, a unos 60) y por eso ha perdido mucho
brillo.
Aunque
casi siempre más cerca angularmente del
Sol, Mercurio se encuentra ahora casi en su máxima elongación (separación aparente del Sol), mucho más próximo a la Tierra que Marte, a 136
millones de km, y lo vemos más brillante, siendo sus magnitudes respectivamente
0.11 y 1.8.
De hecho, como ocurre en la mayoría de las fechas, Mercurio es ahora el planeta más cercano a la Tierra
De hecho, como ocurre en la mayoría de las fechas, Mercurio es ahora el planeta más cercano a la Tierra
Cuando
desde aquí les veamos el uno junto al otro, debemos imaginar que en realidad
Marte está mucho más lejos, pero en la misma dirección que Mercurio.
De
todas formas, y tal como se ha dicho, no será muy fácil localizar la pareja de
planetas porque aparecerán en el crepúsculo vespertino relativamente cerca del
horizonte con el cielo en esa zona relativamente brillante. Pueden ayudar
Cástor y Pollux las dos estrellas más brillantes de Géminis, que aparecerán por
encima de los planetas, en una zona de cielo ligeramente más oscuro.
Otra
referencia puede ser Capella, que aparece a la derecha de la siguiente imagen,
con un brillo similar al que mostrará Mercurio.
Montaje en el que se representa la situación el 18-6-19. |
Pero
aunque no sea demasiado fácil encontrar el par de planetas juntitos, tampoco
será imposible: el pasado 31 de mayo pude localizar y ver a Mercurio
perfectamente con prismáticos y dificultosamente a simple vista, y en estos
días la situación va mejorando apreciablemente. Ayer mismo (11-6) pude volver a verlo
en un claro entre las persistentes nubes.
Las
condiciones ideales para realizar “la caza” serían teniendo un horizonte Oeste-Noroeste lo más bajo posible y, por supuesto, que
no hubiese nubes o bruma por esa zona.
Lo más conveniente para localizarlos es barrer con unos prismáticos la zona del cielo próxima al horizonte a partir de unos 40 o 45 minutos después de la puesta de Sol intentando ver un punto brillante sobre el cielo aún con bastante claridad, que sería Mercurio. Si no lo conseguimos, esperar unos minutos y repetir el intento.
Una vez localizado con prismáticos, tomar una referencia en su vertical en el horizonte e intentar verlo a simple vista. Luego por un método u otro localizar Marte junto a él. Y disfrutar hasta que se oculten tras el horizonte o la bruma, mirando a simple vista (Marte no será fácil), con prismáticos o mejor con telescopio para ver bien al débil planeta rojo, porque entrarán ambos en el campo de visión con un ocular de no demasiados aumentos.
Lo más conveniente para localizarlos es barrer con unos prismáticos la zona del cielo próxima al horizonte a partir de unos 40 o 45 minutos después de la puesta de Sol intentando ver un punto brillante sobre el cielo aún con bastante claridad, que sería Mercurio. Si no lo conseguimos, esperar unos minutos y repetir el intento.
Una vez localizado con prismáticos, tomar una referencia en su vertical en el horizonte e intentar verlo a simple vista. Luego por un método u otro localizar Marte junto a él. Y disfrutar hasta que se oculten tras el horizonte o la bruma, mirando a simple vista (Marte no será fácil), con prismáticos o mejor con telescopio para ver bien al débil planeta rojo, porque entrarán ambos en el campo de visión con un ocular de no demasiados aumentos.
No
se puede dar una hora concreta a la que observar porque depende del lugar y del
momento en que allí se ponga el Sol. Los dos planetas se mantienen muy próximos
durante una cuantas horas, pero desde cada lugar se les verá durante un tiempo
reducido y a hora diferente. La referencia, como se he dicho, será la puesta de
Sol, que por ejemplo en Galicia es unos 45 minutos después que en Cataluña, en
Montevideo otros 45 minutos más tarde (¡¡Solamente!!, por la diferencia de estación) o en
México 4 horas y media después que en Montevideo.
Como
todavía quedan unos días, podemos ir familiarizándonos con la localización de
los dos planetas (sobre todo será más fácil encontrar Mercurio) aunque todavía
no estén muy próximos entre sí. De hecho, el mejor día para observar Mercurio
es el sábado día 15 en que se producirá su máxima elongación, o máxima
separación angular respecto al Sol.
En estos pasados días ha habido dos imágenes muy bonitas cuando la Luna
en fino creciente, se colocó sucesivamente junto a cada uno de nuestros dos
protagonistas, como queriéndoles visitar antes de su encuentro: el día 4 de junio la luna de un solo día (que ponía fin al
Ramadán) al lado de Mercurio y el día siguiente se colocaba junto a Marte.
También el próximo día 15 pasará muy cerca de Júpiter.
En
ambas ocasiones tuve el cielo nublado pero me ha cedido amablemente esta
magnífica imagen mi colega y amigo Federico Fernández para ilustrar
este post.
La Luna de un solo día y Mercurio. Créditos Federico Fernández Porredón |
En
esta otra imagen, la Luna junto a Marte el día siguiente
Luna de 2 días a la izquierda de Marte: Puede apreciarse Mercurio al borde de la bruma. Créditos Giuseppe-Pappa |
Lo
cierto es que durante estos días Marte ha ido perdiendo altura respecto al
horizonte al comienzo de la noche y Mercurio la ha ido ganando hasta poco
antes del momento del encuentro.
Usando
un lenguaje figurado en clave de la mitología griega clásica, no sabemos si
Hermes le llevaba algún mensaje a Ares, o el dios de la guerra requirió la
presencia del mensajero del Olimpo para que le ayudara a anunciar algo. Lo que
sí parece claro es que es Mercurio el que se acerca a Marte, le rodea y se
marcha por donde vino, mientras el dios de la guerra no iba precisamente al
encuentro de su colega porque sigue su camino.
Como
se ha dicho, la visión de esta conjunción planetaria será breve porque con el
fin del crepúsculo y la llegada de la noche ambos se ocultarán por el Noroeste,
pero si se tiene ese horizonte despejado merecerá la pena. No obstante, si
estás en el hemisferio Sur no tendrás problema porque desde allí se verán los
dos planetas durante mucho más tiempo incluso en noche cerrada.
Marte
es el planeta que más cambia de brillo en nuestro cielo, porque es el que más
varía su distancia a la Tierra. Desde menos de 60 millones de km hasta casi 380,
siendo su ciclo sinódico de poco más de 2 años. (780 días), y como ejemplo dos
imágenes:
A principios de agosto de 2018 Marte (el punto más brillante de la imagen) presentaba una magnitud de casi -2.8 en esta imagen en la que también aparece Saturno en Sagitario. |
De
cara a su observación tiene alternativamente un año bueno y otro malo. Si 2018
fue excepcional, este 2019 está pasando totalmente desapercibido. Justamente las conjunciones con Mercurio se
producen en los años “malos” porque es cuando lo vemos cerca del Sol.
Por
su parte el ciclo de Mercurio visto desde la Tierra ronda los 4 meses, aunque
es muy variable debido a la excentricidad de su órbita y con ello su distinta
velocidad. Pero aproximadamente 3 veces al año puede verse al atardecer (o en
ocasiones 4) y otras tantas al amanecer, en las
proximidades de sus máximas elongaciones.
Esta
conjunción del día 18 es extremadamente cercana, con una separación de 15´ entre los dos
planetas, y es muy poco probable que se pueda observar otra similar en unos cuantos
años, porque además se produce a solo 5 días de la máxima elongación de Mercurio.
Cada
poco menos de 2 años y dos meses (el periodo sinódico de Marte es de 780 días)
se produce la conjunción de Marte (con el Sol), y visto desde la Tierra el
planeta rojo se sitúa angularmente cerca de nuestra estrella, por lo que en
fechas próximas estará en sus cercanías y se encontrará con Mercurio varias
veces con el ir y venir de éste alrededor del Sol (habitualmente 3 veces),
aunque la mayoría demasiado próximas a nuestra estrella como para poder ser
observadas, pero con una mayor prevalencia desde el hemisferio sur muy clara.
Por
ejemplo la próxima conjunción (coincidencia en A.R.) de Marte con Mercurio serán el 7 de julio, solo 3 semanas
después de ésta, porque Mercurio que había adelantado a Marte aumentando su
elongación, da la vuelta y vuelve a pasar cerca de él.
En este caso no se aproximarán mucho (apenas 4º) debido a la situación geométrica de los planos orbitales, y además será más difícil de apreciar. Incluso Mercurio habrá perdido mucho brillo, y destacará un poco menos que Marte. Con una menor elongación que ahora, desde latitudes medias del hemisferio norte será prácticamente imposible, pero desde zonas de Sudamérica las condiciones serán incluso mejores que ésta desde aquí, aunque el débil brillo de Mercurio lo hará difícil.
En este caso no se aproximarán mucho (apenas 4º) debido a la situación geométrica de los planos orbitales, y además será más difícil de apreciar. Incluso Mercurio habrá perdido mucho brillo, y destacará un poco menos que Marte. Con una menor elongación que ahora, desde latitudes medias del hemisferio norte será prácticamente imposible, pero desde zonas de Sudamérica las condiciones serán incluso mejores que ésta desde aquí, aunque el débil brillo de Mercurio lo hará difícil.
La
siguiente conjunción Marte-Mercurio de esta tanda será el 2-9, pero en este caso será imposible de ver desde ningún sitio por
ocurrir en la dirección del Sol.
Sabemos
fijo que no habrá conjunción de los dos planetas en 2020 ni en 2022, … Porque
Marte lo vemos lejos del Sol.
Posiciones sucesivas del Sol, Mercurio y Marte respecto a las estrellas (se han puesto como referencia Cástor y Pólux) |
Habrá
una similar a ésta, con la separación entre los planetas también de unos 15´ el
18-8-2021, pero la elongación será de solo 16º frente a los 24º de ahora. Desde
el hemisferio norte será muy difícil. (En otoño la eclíptica está muy poco
inclinada respecto al horizonte en la puesta de sol). Desde Buenos Aires, por
ejemplo, será más fácil incluso que la presente desde latitudes medias norte,
ya que los planetas se pondrán con el Sol a -16º (en ésta a -14º)y allí la
eclíptica está casi vertical en primavera.
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