Al
principito, de la obra de Antoine de Saint Exupéry, que vivía en el asteroide B612,
cuando estaba triste le gustaba ver puestas de sol sentado en una
silla.
Pero
no se conformaba con una, sino que veía varias seguidas, en una ocasión
hasta 43, un día que debía estar realmente muy triste
El principito podía hacerlo con solo adelantarse un poco tras haber contemplado como se iba el Sol
porque la curvatura de su pequeño asteroide le permitía ver de nuevo al astro
rey retroceder ascendiendo sobre el horizonte por donde se acababa de ir
mientras él se movía con la silla hacia adelante, hasta un lugar en que todavía
fuese de día, y volviendo a sentarse le veía nuevamente cómo se ponía.
Hay que reconocer que las puestas de sol son estéticas, y tienen un punto casi mágico con el paso del día a la noche. A mí siempre me había dado mucha
envidia el principito, hasta que hace poco caí en la cuenta de que nosotros
también podemos ver varias puestas de sol seguidas en nuestro planeta si buscamos
un sitio adecuado, aunque a diferencia
de él deberíamos mover la silla hacia atrás.
Si
tu motivación es la misma que la del personaje de Saint Exupéry, espero que no
lo hagas muchas veces. Desde luego el principito podría hacerlo sin límites,
pero nosotros no, y no solo por la incomodidad de caminar llevando la silla
hacia atrás con el riesgo de tropezón.
Hace
unas semanas encontré un lugar donde calculo que podría haber visto más de 20 puestas de sol a lo
largo de poco más de una hora. No fui tan compulsivo y me fijé solo en 4 o 5 de ellas. Estas son las imágenes de la primera y la última, obtenidas a las 19:36 y 20:43 respectivamente. Muy diferentes una de otra.
Dos imágenes tomadas casi desde el mismo lugar, el valle del río Bañuelos en Caleruega, el 29-8-18 pero muy diferentes |
Hay muchas personas a las que les gusta ver las puestas de
sol. No solo cuando casualmente se
encuentran en el lugar y momento adecuado, sino que sistemáticamente intentan
ir a cazarlas. Hoy quiero dedicar este post a una de ellas que solía elegir
casi siempre este mismo lugar de la siguiente imagen para verlas. No porque estuviera
triste, sino porque para ella era algo especial y le daba alegría. Desde luego,
sino por ella nadie hubiera escrito nunca este blog. Hace tiempo que no podía ir allí, pero seguro que ahora puede ver todas las puestas de
sol que quiera.
Desde el alto de la Iglesia de A. de Torre |
Puestas de sol en el
asteroide B612:
Las
situaciones que se presentan en “El principito” no pueden ser reales ni el
autor lo pretendió, pero sólo por elucubrar y hacer un ejercicio sencillo de
geometría, se puede calcular cómo tendría que moverse el principito para ver
sucesivas puestas de sol.
En
todo el artículo vamos a considerar puestas de sol completas, desde que se
oculta por el horizonte la parte inferior del disco solar (los astrónomos dicen "limbo solar"), hasta que lo hace el último punto, el de la parte superior del
limbo y nos llega el último rayo de luz.
Supondremos
un diámetro del asteroide de 3 metros (como se deduce aproximadamente en los gráficos originales del libro). Si su rotación fuera de unas 20
horas, que es aproximadamente la media
de rotación de los asteroides, y si estuviera situado en la zona
central del cinturón principal, desde donde el Sol se vería con un tamaño aparente
de solo 0,2º, entonces la puesta (desde que el Sol toca el horizonte hasta que
se oculta totalmente) duraría unos 40 segundos con el principito quieto,
sentado en la silla.
Luego
habría que adelantar la silla al menos 0.2º grados, que en su pequeño
asteroide sería apenas medio centímetro, y el escenario estaría de nuevo preparado.
Supongamos que se adelantase un poco más por el tiempo que tarde en moverse
con la silla y por ver el Sol todavía sin tocar el horizonte para que el
espectáculo fuera más completo con el astro rey acercándose, tocando el horizonte y
ocultándose totalmente.
El
proceso no tiene límite porque el pequeño tamaño del astro hace posible que
pueda dar la vuelta completa, volver al lugar inicial caminando despacio sin
cansarse y luego dar todas las vueltas que quiera.
¿Hasta qué tamaño de
asteroide sería posible?
A
pesar de las ilustraciones del libro, que evidentemente no pretenden ser realistas,
debemos suponer un asteroide mucho más grande para que el principito pudiera vivir
en él. Si el diámetro fuese 1000 veces mayor, de 3 km, y suponiendo el mismo
periodo de rotación de 20 horas, tendría que mover la silla más de 5 metros para
ver una nueva puesta de sol, y aquí sí que tarda un momento en caminar esa
distancia, el Sol he habría ido un poco en ese tiempo y tendría que caminar un
poco más.
Cuanto más grande, lógicamente habría que moverse más deprisa de una a otra. ¿Qué distancia puedes recorrer en 20 horas? Divídela entre 2PI (6,28) y tienes el diámetro máximo del asteroide donde podrías emular al principito. (siempre suponiendo que te muevas en su ecuador). Bueno, mejor vete a un asteroide un poquito más pequeño porque hay que tener en cuenta el tiempo de desplazamiento de una puesta a otra.
Por supuesto si rotase más lento se podría ampliar el tamaño del astro, y si rotase mucho más rápido como el asteroide del farolero, no sería necesario moverse y desde el mismo sitio cada minuto se vería ponerse el Sol.
El asteroide del farolero completa su rotación en un minuto, con lo que cada minuto vería una puesta de sol sin moverse, si no estuviera ocupado en encender el farol.
|
Puestas de Sol en nuestro planeta:
Siguiendo el mismo procedimiento que el principito sería imposible ver varias puestas de sol desde aquí. Si después de ver una de ellas nos moviésemos hacia adelante (hacia el Oeste) para seguir al Sol poniéndose, deberíamos viajar a una velocidad de 1280 km por hora en nuestro paralelo (en una latitud media de 40º). En el ecuador aún más deprisa. Pero además deberíamos cogerle una cierta ventaja (0,5º) si queremos ver como se pone el disco solar de un borde al otro. Imposible.
Pero
si moviéndonos hacia adelante no es
posible, quizás hacia atrás: Podríamos buscar un lugar alto en el horizonte
Oeste (Un monte) y después de ver la puesta de sol movernos hacia atrás, hacia el Este, donde
todavía pegue el sol y esperar una nueva puesta. Aunque sea muy artificioso,
colocándonos a mediodía en el borde de la sombra de un alto edificio, y
moviéndonos con ella, podríamos ver ocultarse durante toda la tarde una y otra vez. Pero esto
¿son realmente puestas de sol?
Más
natural sería una montaña o un risco que cae con pronunciada pendiente. Pero tomemos una
situación mucho más cotidiana para no exagerar. Una pequeña loma de solo 10
metros de altura, que desciende y podemos colocarnos a su pie a 50 metros de la
cima (los números son relativos, solo por hacer cálculos), hacia el Este y a partir de ahí el terreno es llano:
El gráfico es solo indicativo, no está a la escala indicada y se han exagerado los ángulos para mayor claridad de la situación. |
Con los datos indicados, desde
el punto A veríamos ocultarse el Sol cuando su altura fuese de 11º (en el gráfico se ha exagerado). En cuanto se
oculta nos movemos rápidamente hacia atrás hasta verlo entero y repetimos la
observación. Si somos muy rápidos moviéndonos, teóricamente podríamos verlo ocultarse 22 veces (los 11º a repartir en intervalos de 0.5º que ocupa el Sol), pero en la práctica bastantes menos menos porque en las últimas
nuestra velocidad debería ser tremenda. Concretamente deberíamos recorrer en un instante los más de 500 metros que hay desde el punto B hasta el C lo cual evidentemente es imposible.
Pero
este inconveniente puede evitarse en un valle encajonado orientado aproximadamente Norte-Sur, como
comprobé yo este verano y he citado antes: El valle del río Bañuelos, con una profundidad de unos 6 u 8 metros, que permite ir subiendo para ver las últimas puestas.
Al final la
sombra no corre tanto porque va subiendo y es posible observar las últimas puestas sin tener que moverse excesivamente rápido.
Imagen del pequeño valle, desde el lugar en que ví la última puesta. |
La salida de la Luna
Con
la Luna lógicamente la situación es similar, aunque lo mismo que siempre se
habla más de las puestas de sol que de las salidas, fundamentalmente porque son
mucho más observadas debido a la hora, en el caso de la Luna es al revés.
Porque solo llama la atención la Luna llena, y ésta lleva los horarios
contrarios que el Sol.
La salida de la Luna llena, o próxima a llena, ocurre al comienzo de la noche, buena hora para observar.
Una excepción: la puesta de la Luna llena al final de la noche, un día en que la vi por la ventana y la puede fotografiar entre las prisas de ir al trabajo. |
La salida de la Luna llena, o próxima a llena, ocurre al comienzo de la noche, buena hora para observar.
Esa
aparición espectacular, a veces rojiza, precedida de una cierta claridad en el
horizonte, y que incluso en ocasiones a alguien le parece que es un incendio.
El resplandor de una luna ya menguante el 30-7-18 saliendo de detrás del arbusto en plena noche tres días después del eclipse. |
Si
queremos ver varias salidas de la Luna, en principio deberíamos movernos hacia
el Oeste, al contrario que las puestas de sol, retrasando ahora también la
silla que la tenemos mirando al Este.
Puede
verse también a primeras horas de la noche la puesta de una luna creciente muy
fina, pero como no tiene un brillo
destacado, si no nos fijamos no lo apreciaremos, y siempre es menos
espectacular porque la vemos irse, a diferencia de cuando aparece de improviso.
Puesta de la fina Luna creciente camuflada entre las luces del horizonte |
Por
eso mismo la salida de la luna llena (o casi) puede ser mucho más impresionante
que la puesta de sol porque es imprevista, y además se puede uno quedarse
mirándola sin problemas y ver los detalles con prismáticos o telescopio.
Como
el tamaño aparente de la Luna y el Sol y
la velocidad con que se mueven en el cielo son similares, todos los cálculos
nos sirven.
Me
puse a pensar en el tema de este post con esta historia simple y un poco tonta,
después de que el otro día vi salir la Luna 9 veces seguidas en poco más de
media hora,
pero lo excepcional es que solo tuve que moverme unos pocos metros. (Si, aunque soy de Bilbao, aquí no exagero y te pongo las fotos).
pero lo excepcional es que solo tuve que moverme unos pocos metros. (Si, aunque soy de Bilbao, aquí no exagero y te pongo las fotos).
Desde aquí mismo obtuve (hace 4 años) la primera imagen que puse en el primer post de este blog:
El descubrimiento de ese lugar tan especial fue a la vez buscado y casual: Hace 7 años, después de recorrer kilómetros por el campo, brújula en mano, buscando un lugar desde donde pudiera ver salir la Luna entre árboles, llegué a éste que me sirvió. Con la superluna de agosto de 2014 repetí, hice una larga serie de fotos con el orto completo, y me dí cuenta que moviéndome un poco "hacia abajo" se escondía la Luna y repetí las series varias veces. Este pasado verano fui a propósito a ver cuántas salidas de la Luna completas podrían hacerse y conseguí fotografiar 9.
El descubrimiento de ese lugar tan especial fue a la vez buscado y casual: Hace 7 años, después de recorrer kilómetros por el campo, brújula en mano, buscando un lugar desde donde pudiera ver salir la Luna entre árboles, llegué a éste que me sirvió. Con la superluna de agosto de 2014 repetí, hice una larga serie de fotos con el orto completo, y me dí cuenta que moviéndome un poco "hacia abajo" se escondía la Luna y repetí las series varias veces. Este pasado verano fui a propósito a ver cuántas salidas de la Luna completas podrían hacerse y conseguí fotografiar 9.
Otras
formas de repetir espectáculos
Por supuesto, hay muchas circunstancias diferentes que pueden permitirnos ver varias puestas o salidas de Sol o Luna.
-
La configuración del horizonte: Muchas veces hemos ido en coche y después de
ver un amanecer o una puesta, al cabo de un tiempo vemos otra porque la altura
del horizonte y nuestra perspectiva ha cambiado al movernos.
-
Cambio rápido de altura:
Una
vez leí en un libro cuyo título era “El aviador” como un piloto de
avión durante la guerra ve amanecer, luego hace un picado para evitar a un
enemigo y ya mucho más abajo se sorprende de ver salir el Sol nuevamente.
La
experiencia contraria (ver ponerse el Sol en el aeropuerto) y luego al tomar el
avión y ascender ver nuevamente el Sol y luego ponerse, lo conté en "Desde más arriba":
-
Cerca del polo.
En
un lugar situado cerca del polo. Por ejemplo, a 5 kilómetros de uno de los
polos (latitud 89º57´18´´, el paralelo mide solo 31 km, que teóricamente podría
recorrerse “siguiendo” al Sol en 24 horas. El lugar debería ser suficientemente plano, dato
que ignoro. Podríamos ver el momento en que se pone el limbo superior del sol,
pero no todo el proceso.
Habría
que tomar la fecha en la que el Sol sale
y se pone por el horizonte un instante, ya que la mayoría de los días ahí es
noche perpetua o día perpetuo. Por ejemplo en el mencionado lugar (latitud
Norte) ocurre alrededor del 25 de septiembre.
-
En el mismo polo. En los equinoccios teóricamente el Sol recorre el horizonte
rozándolo pero sin ocultarse en las 24 horas. En realidad el centro del Sol va
un poco más alto por la refracción.
Unos
días después del equinoccio de otoño será el limbo superior del Sol el que
recorre el horizonte. Moviéndonos hacia el Sol y retrocediendo podríamos ver
puestas de Sol durante las 24 horas. De todas formas esto no es como en el
resto de los casos en que el observador ha permanecido quieto durante el
proceso de puesta.
-
En el planeta Mercurio.
Concretamente
en el meridiano 90º-270º todos los días hay pos puestas de sol (una detrás de
otra) porque el astro rey retrocede en el cielo sin necesidad de moverse el
observador, tal como lo conté en "Algo extraño está ocurriendo en Mercurio".
Como
en el artículo se dice, también en esos mismos lugares todos los días el Sol
sale dos veces
Este post,como seguro supones,me ha encantado.
ResponderEliminarMe alegro mucho
ResponderEliminarSuper interesante Esteban.
ResponderEliminarGracias, Julen
Eliminar