Uno
de los objetos más vistosos que se pueden observar por un telescopio es sin
duda el sexto planeta. Saturno, el de los anillos.
Pero
hoy no vamos a mirarlo en nuestro cielo (ahora mismo solo puede verse de
madrugada a horas intempestivas), sino que vamos a pensar cómo se vería el
cielo desde allí, y éste será uno más de los artículos de la serie “los cielos de
otros mundos” en la que ya he dedicado un capítulo a cada uno de los anteriores
planetas.
Al
igual que en el caso de Júpiter, como Saturno no tiene superficie sólida vamos
a suponer que podemos situarnos en el borde de su atmósfera y mirar desde allí
hacia arriba.
Por
supuesto, la imagen más especial y totalmente diferente del cielo de los otros
planetas sería la visión de los anillos,
Aunque se han catalogado varios anillos, solamente son claramente apreciables los denominados A y B, que están separados por la llamada división de Cassini. A estos anillos me referiré en todos los casos.
Pintura de Ron Miller sobre la que se han indicado los anillos A, B y división de Cassini. |
Los anillos vistos desde
Saturno
Según
la latitud, la imagen de los anillos será muy diferente: Desde las zonas
cercanas a los polos no se pueden ver al quedar por debajo del horizonte, pero
al ir viajando hacia el ecuador, aproximadamente a partir de la latitud 60º ya se podría
apreciar su borde más lejano sobresaliendo sobre el horizonte nuboso en
dirección sur (si estuviéramos en el hemisferio norte de Saturno), como se aprecia en las siguientes ilustraciones.
Un
poco más al sur se vería un magnífico arco sobre el horizonte meridional cada
vez más estrecho pero abarcando una zona más amplia del cielo entre los lugares
del horizonte en que surge. Serían unas franjas de gran belleza. Al llegar al
ecuador apenas se verá una fina línea atravesando el cielo exactamente del Este
al Oeste pasando por el cénit. La anchura real de los anillos apenas es de
varias decenas de metros y desde allí se vería de perfil.
Desde
un lugar concreto de Saturno, en primavera y verano (en total 15 años
terrestres porque allí el año dura 30 de los nuestros) el Sol iluminará la cara
de los anillos que se nos muestra a nuestro lado, y en otoño e invierno la cara
del otro lado. Pero como no son opacos, reflejan y dejan pasar la luz del Sol y
se verán iluminados más tenuemente.
Otra
de las cosas más sorprendentes que descubriríamos, debido a esa circunstancia, es
que desde allí las noches no son oscuras. Siempre hay bastante claridad porque los
anillos reflejan la luz del Sol e iluminan el ambiente en gran medida. Aunque sea
de noche y el Sol no ilumine esa cara del planeta sí lo hace con los anillos
que, como se ha dicho, brillarán más intensamente en primavera y verano y menos
en otoño e invierno. Según esta circunstancia tanto de día como de noche podría
conocerse la estación, e incluso la proximidad de los solsticios o equinoccios.
Solo
habrá noches oscuras cada 15 años, justo en los equinoccios cuando el Sol
incida de perfil sobre los anillos y por ello apenas reflejen la luz.
La
trayectoria aparente del Sol a lo largo del día visto desde el sexto planeta no
es paralela a los anillos, sino algo más cerrada. Según la latitud habrá unos
días en invierno en que a mediodía el astro rey se cuele por la división de
Cassini iluminando de pronto con mayor intensidad y permaneciendo el resto del
día detrás del anillo proporcionando una luz tamizada mucho más débil. Esto ha
ocurrido, por ejemplo, en el pasado solsticio de invierno en el hemisferio sur
en 2017, en una latitud de 40º S y sucederá, en el próximo en 2032 en el h. norte, también en la latitud 40º.
En
otras fechas más lejanas del solsticio será dos veces al día, una por la mañana
y otra por la tarde cuando el Sol atraviese la división de Cassini, mientras
que en primavera y verano, o también en fechas no muy próximas al solsticio de
invierno, estará siempre por el exterior de los anillos.
Recorridos diarios del Sol en la latitud 20º en tres fechas de invierno. Se han marcado 3 momentos en que su luz pasaría a través de la división de Cassini. |
La sombra del planeta en los anillos
y de los anillos en el planeta
Por
la noche la sombra de un planeta se proyecta hacia arriba, pero no se puede ver
porque no hay ningún objeto iluminado sobre el que incida. Desde la
Tierra sí se ve en los eclipses de Luna. En el caso de Saturno su sombra se
proyecta sobre los anillos que excepto en esa zona seguirán iluminados por el
Sol en plena noche.
La sombra del planeta irá girando sobre los
anillos, a primeras horas de la noche estará hacia en Este, a medianoche hacia
el Sur (Desde el hemisferio Sur hacia el Norte) y al final de la noche hacia el
Oeste. Utilizando esa sombra se podría calcular la hora y funcionaría como un
reloj de Sol.
Un
reloj solar muy curioso porque, al contrario de los que se elaboran en nuestro
planeta, funciona solo de noche.
Al
igual que alguno de nuestros relojes de sol, en épocas cercanas al solsticio de verano también es un calendario donde la fecha irá marcada por el extremo
de la sombra. En otras épocas el extremo de la sombra se sale de los anillos.
De
día, en una amplia franja del planeta se proyectará la sombra de los anillos,
de manera que se produce un eclipse solar continuo durante todo el día. Esta
franja va variando según pasan los años (terrestres), o mejor dicho según
transcurren las estaciones en Saturno, y durante mucho tiempo en determinadas
latitudes de Saturno no se hace totalmente de día. Pero tampoco se hace
totalmente de noche, tal como se ha dicho, y también a causa de los anillos.
La sombra de los anillos sobre el planeta. Imagen obtenida por la misión Cassini. Nasa/JPL-Caltech |
El Sol y las lunas
Desde
Saturno el Sol se ve muy pequeño, con un diámetro de solo 0.06º poco más de la
décima parte de como lo vemos aquí.
Su
mayor satélite, Titán, es bastante más grande que nuestra Luna, pero está más
alejado del planeta. Por eso su tamaño aparente es de solo 0.25º, la mitad del
tamaño con el que vemos la Luna en nuestro cielo.
Aunque
Saturno tiene más de 60 satélites, la mayoría son muy pequeños y solo 6 de
ellos se ven más grandes que el Sol y pueden producir eclipses totales de Sol: Mimas que
se ve de un tamaño angular de 0.18”, Encelado 0.16”, Tetis 0.25”, Dione 0.2”,
Rea 0.19”, además del citado Titán 0.25”. Otro de ellos, Japeto, aunque es el tercero en tamaño está demasiado lejos, ocupando en el cielo un ángulo de solo 0.023”
Los
grandes satélites están casi en el plano ecuatorial, lo mismo que los anillos,
por lo que desde el ecuador del planeta se verían junto a la línea que allí
dibujan éstos o incluso detrás de ella. La excepción es Japeto, que se separa bastante porque su órbita si está inclinada apreciablemente, pero debido a su pequeño tamaño aparente en ocasiones no se localizará fácilmente.
Al haber tantos satélites será frecuente ver algunos en conjunción o muy próximos unos a otros, como en este gráfico, correspondiente a la situación el próximo 5 de junio.
Como casi todos los satélites principales están muy cercanos al plano del ecuador, en fechas relativamente próximas a los equinoccios producirán eclipses solares en la superficie de Saturno cada vez que están en fase llena, y serán eclipsados en cada fase nueva, produciéndose por tanto una gran cantidad de eclipses, que dejan de ocurrir en épocas más cercanas a los solsticios.
En el caso de Titán, por ejemplo, se eclipsa cada 16 días (terrestres) durante casi un año (terrestre) y luego más de 14 años sin ningún eclipse.
Pero los satélites más internos tienen muchos más eclipses. Encélado se eclipsa cada menos de 3 días, durante 11.5 años, un periodo más largo que el que está sin eclipses.
En un calendario basado en los movimientos del sexto planeta sería muy fácil predecir los eclipses porque ocurren siempre en las mismas fechas.
La situación es muy diferente a lo que ocurre en nuestro planeta porque la órbita de la Luna no está situada en el ecuador celeste.
Los planetas en el cielo de Saturno.
Al haber tantos satélites será frecuente ver algunos en conjunción o muy próximos unos a otros, como en este gráfico, correspondiente a la situación el próximo 5 de junio.
La línea vertical sería el anillo visto de perfil desde el ecuador de Saturno |
Como casi todos los satélites principales están muy cercanos al plano del ecuador, en fechas relativamente próximas a los equinoccios producirán eclipses solares en la superficie de Saturno cada vez que están en fase llena, y serán eclipsados en cada fase nueva, produciéndose por tanto una gran cantidad de eclipses, que dejan de ocurrir en épocas más cercanas a los solsticios.
En el caso de Titán, por ejemplo, se eclipsa cada 16 días (terrestres) durante casi un año (terrestre) y luego más de 14 años sin ningún eclipse.
Pero los satélites más internos tienen muchos más eclipses. Encélado se eclipsa cada menos de 3 días, durante 11.5 años, un periodo más largo que el que está sin eclipses.
En un calendario basado en los movimientos del sexto planeta sería muy fácil predecir los eclipses porque ocurren siempre en las mismas fechas.
La situación es muy diferente a lo que ocurre en nuestro planeta porque la órbita de la Luna no está situada en el ecuador celeste.
Los planetas en el cielo de Saturno.
Los
cinco primeros planetas, de Mercurio a Júpiter, desde allí son interiores y por ello nunca se alejan
mucho del Sol angularmente. La máxima separación (máxima elongación) es de 32º,
en el caso de Júpiter. Mucho menos de lo que desde la Tierra vemos separarse a
Venus. Por ello, ninguno de estos planetas será visible en plena noche.
Presentan
un aspecto muy pobre. Ninguno llega a tener una magnitud negativa (un brillo
similar a las estrellas más brillantes) aunque en ocasiones se acercan a cero tanto Júpiter como Venus o La Tierra; pero en otras ocasiones bajan mucho pudiendo llegar a ser inobservables. En
realidad, al verse siempre muy cerca del Sol su visión sería muy
problemática, excepto Júpiter en las mejores situaciones.
Urano
solo sería observable a simple vista cerca de la oposición (en la parte opuesta
al Sol) y Neptuno nunca.
Son
famosas dos imágenes de la Tierra obtenidas desde las cercanías de Saturno y
casi a través de sus anillos, La
primera que reproduzco aquí, fue obtenida por la misión Cassini aprovechando una situación en que se podía apreciar mejor de lo habitual porque el Sol estaba ocultado por Saturno.
Nasa/JPL-Caltech |
Y
quizás aún más famosa la obtenida por la nave Voyager 1 que se ha publicado muchas
veces con el título, “Un punto azul pálido”, para hacernos ver la pequeñez de
nuestro mundo en la inmensidad del Sistema Solar.
Nuestro planeta desde Saturno, imagen del Voyager 1 |
Si después de leer este post tienes curiosidad por conocer el cielo de otros planetas, y no leíste los anteriores, aquí están algunos enlaces.
Desde el primer planeta (En mi opinión, el más interesante)
Tres eclipses simultáneos (El cielo de Júpiter)
Gran artículo Esteban. Me has enseñado cosas que no conocía o que no me había preguntado.
ResponderEliminarGracias, José Manuel. Yo también voy aprendiendo cuando tengo que escribir algo, me planteo ciertas cuestiones e intento resolverlas.
EliminarDisculpa amigo, soy de Mexico y tengo esta duda: podrías ayudarme? La presión atmosfeatmo de 1.5-1.6 de lamluna Titán , ayudarían a equilibrar la baja gravedad de la.luna respecto a los daños en el cuerpo humano, o aún así no sería "habitable" por nosotros aunque fuera temporal?
ResponderEliminarAmigo Iván. Siento no poder responderte con seguridad porque no soy experto en esos temas. De todas formas para una estancia no demasiado prolongada la baja gravedad no sería problema (En la ISS los astronautas pasan varios meses en microgravedad). Otro tema es la necesidad de oxígeno, ya que la atmósfera de Titán es fundamentalmente de metano.
EliminarAh, y crees que pudieras hacer uno del cielo desde Titan? Aunque claro, aún no sabemos si la densa atmósfera deja ver el cielo. Saludo.
EliminarOk, muchas gracias. Me ha gustado mucho tu página.
ResponderEliminarPd: disculpa los errores al escribir. El celular no ayuda y después no pude editar.
Gracias. Me alegro de que te guste.
EliminarSi, tengo pensado hablar de los cielos de algunos satélites. El problema de Titán es que su atmósfera no deja pasar la luz visible. Las imágenes que nos han llegado de su superficie están en otras longitudes de onda. De todas formas siempre se puede imaginar que estamos observando desde fuera de su atmósfera, como hice con Venus.
Muy bien!
ResponderEliminarMuchas gracias
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