Seguro
que últimamente no se han organizado muchas observaciones astronómicas para público en general porque, aparte de la
Luna, siempre es conveniente (casi imprescindible) que haya algún planeta que
llevarse al ocular del telescopio.
Y últimamente no se ha visto ninguno a horas prudenciales.
Y últimamente no se ha visto ninguno a horas prudenciales.
Las
estrellas y constelaciones repiten actuaciones de manera periódica y previsible
cada año: Por ejemplo Orión siempre es visible en invierno y Escorpio en Verano.
Pero los planetas no. Cada uno tiene su ciclo particular, se mueven sobre el fondo estrellado, y no valen experiencias anteriores pasa saber cuándo o dónde podemos localizarlos. Al menos si tratamos de utilizar referencias anuales. Si al comienzo del pasado año 2017 Marte y Venus aparecían en una misma zona, sobre el horizonte Oeste al principio de la noche, tal como se ve en a imagen, este año ni el uno ni el otro.
Pero los planetas no. Cada uno tiene su ciclo particular, se mueven sobre el fondo estrellado, y no valen experiencias anteriores pasa saber cuándo o dónde podemos localizarlos. Al menos si tratamos de utilizar referencias anuales. Si al comienzo del pasado año 2017 Marte y Venus aparecían en una misma zona, sobre el horizonte Oeste al principio de la noche, tal como se ve en a imagen, este año ni el uno ni el otro.
Venus y Marte (arriba en el centro) en el cielo de Bilbao en enero de 2017 |
Es
cierto que hemos tenido en los últimos meses varios espectáculos con
conjunciones y encuentros de varios planetas en una misma zona del cielo, pero todos han sido de madrugada.
Una muestra se puede ver en estas dos imágenes:
Una muestra se puede ver en estas dos imágenes:
Conjunción de Júpiter y Marte el 7-1-2018 en una imagen obtenida por John C McConnell, publicada en Spaceweather.com |
Saturno, Mercurio y la Luna el 15 de enero poco antes del amanecer en una imagen tomada por Esmeralda Sosa en Argentina, publicada en Spaceweather.com |
Desde
que Saturno dejó de ser visible al principio de la noche, hace ya varios meses,
en el otoño, el cielo ha estado huérfano a las horas en que la mayoría de la
gente está dispuesta a mirar el cielo. Ni uno solo de los 5 planetas visibles
sin ayuda de instrumentos. Urano y Neptuno sí, pero esos no cuentan.
Cuando
acuden los grupos de alumnado al Aula de Astronomía de Durango, les suelo
preguntar si alguien ha visto planetas sin telescopio. Me suelen decir que no,
y les aclaro que los planetas se ven como si fueran estrellas, y que si una
noche estrellada miran al cielo, aunque no sepan distinguirlo, estarán viendo
casi seguro algún planeta. Pero estos últimos meses eso no ha sido cierto.
Afortunadamente la situación está a punto de acabar. El primero en romper el fuego será Venus que ya en
unos días podrá avistarse sin problemas sobre el horizonte Oeste en el
crepúsculo vespertino.
Es
posible que algún lector de este blog ya haya conseguido verlo. Yo lo intenté
el día 16-2 en que estuvo junto a la luna de un solo día, pero las nubes me lo
impidieron. Sí lo vio ese día David Blanchard desde el Gran Cañón, en USA, unas horas
más tarde cuando la Luna había aumentado ligeramente la fase y se había separado
algo de Venus, como se ve en la imagen
Imagen publicada en spaceweather.com |
Venus
seguirá acompañándonos diariamente tras la puesta de Sol hasta finales de septiembre. En
estos casi 8 meses el segundo planeta volverá a ser “La estrella más brillante
y la que antes sale cada atardecer”, como en muchos sitios se dice, pero que
solo es cierto cuando, como ahora, aparece en el crepúsculo vespertino. Muy
fácil de localizar, hacia el Oeste.
Unos
días después de Venus hará su aparición Mercurio, como si ambos se hubieran
puesto de acuerdo para romper la sequía de planetas. El 3 de marzo estarán muy
próximos entre sí aunque todavía muy bajos sobre el horizonte, y durante la
mayor parte de ese mes el brillante Venus nos ayudará a encontrar al
escurridizo Mercurio, que se irá situando incluso más alto sobre el horizonte
que el segundo planeta pero con un brillo mucho menor.
Estos
días tendremos la mejor oportunidad en todo el año de ver al primer planeta desde el hemisferio norte.
Como
plato fuerte, los días 18 y 19 de marzo la Luna en finísimo creciente se situará por
allí. El domingo 18 formando una línea recta Mercurio-Venus-Luna, pero desde
Europa con el satélite muy fino, apenas 29 horas después de la luna nueva y el
más bajo de los tres astros, no será fácil verlo. Desde América unas horas más
tarde mejorará un poco la fase y la separación angular desde el Sol, aunque
desde el hemisferio Sur la inclinación de la eclíptica empeorará mucho la
situación, y además el más débil (Mercurio) será el más cercano al horizonte.
El
lunes 19 ya será más fácil ver al trío completo, aunque la Luna no tan cerca de
los dos planetas y con fase mayor, dará una imagen menos atractiva.
Tres gráficos correspondientes al 18-3-2018 desde lugares de Europa (43º), Norteamérica (40º) y Sudamérica (-30º), con el Sol a 8º por debajo del horizonte, unos 40 minutos tras la puesta de Sol |
Estos
encuentros de Mercurio y Venus son sin duda los más fotogénicos que se pueden
producir entre los diferentes planetas porque ocurren siempre en los
crepúsculos (únicos momentos en que pueda verse a Mercurio desde el hemisferio norte) cerca del horizonte
y además el día que pasa por allí la Luna lo hace siempre en una fase muy fina.
Como
ejemplo, esta imagen que obtuve en la madrugada del 6-2-2016 desde
Orozko con estos mismos protagonistas.
La Luna, Venus y Mercurio (junto al horizonte) |
Ahora
será en el crepúsculo vespertino, a buena hora, sin tener que madrugar.
Para
ver a los planetas exteriores al principio de la noche, hay que esperar casi a
la fecha de su oposición: Júpiter el 9 de mayo, Saturno el 27 de junio y Marte el 27 de julio. En
esos días se verán durante toda la noche. Unas semanas antes se podrán observar
esperando unas horas después de anochecer, y durante los meses de julio, agosto y septiembre en cuanto se haga de noche tendremos a Venus, Marte
Júpiter y Saturno a disposición de nuestros ojos o nuestro telescopio.
A
finales de Junio y primeros de julio volverá a aparecer Mercurio en el crepúsculo
vespertino, con lo que desde algunos lugares podrían verse los 5 planetas. Desde el hemisferio Sur tendremos casi todo el mes de julio
(excepto la primera semana) con el repóker de planetas, mientras que en el
hemisferio norte solo será posible ver los 5 el día 21 de julio y eso si
tenemos el horizonte muy bajo tanto por el Sureste donde aparecerá Marte como
por el Oeste por donde se va Mercurio. La culpa de esa gran diferencia entre
los dos hemisferios es Mercurio (“El esquivo planeta sureño se asoma por el norte”)
Venus
no se verá tan cerca de Mercurio como en marzo,
pero el día 14 de julio la Luna se situará a su lado.
Situación de los 5 planetas en cada uno de los dos hemisferios el 21 de julio en el crepúsculo vespertino |
Desde
el hemisferio Sur el trío Mercurio-Venus-Luna se verá mucho mejor que el 18 de
marzo.
A
pesar de tener tantos planetas visibles, en todo este año no habrá ningún encuentro cercano entre dos ellos aparte del de Venus y Mercurio el 3 de marzo. Aparecerán
distanciados en el cielo, trazando la línea de la eclíptica (la proyección del
plano orbital) de Este a Oeste en este orden Marte, Saturno, Júpiter y Venus
Durante
este año, que empezó sin ningún planeta visible al principio de la noche se
llegará, poco después de mitad del año, a que puedan verse todos.
Ciclos y características
de cada planeta.
Como
se explicó en “el planeta sureño se asoma por el norte", Mercurio no es nada fácil de ver. Desde el
hemisferio Norte solo unos días al año y en el crepúsculo, coincidiendo con las
máximas elongaciones.
En 2018 las mejores son alrededor del 15-3 al atardecer o
del 27-8 al amanecer. En el Hemisferio sur es mucho más fácil, y este año se
verá por la mañana en gran parte de abril y mayo, y por la tarde a finales de
junio y todo el mes de julio.
Venus
es el más brillante, tiene periodos de unos 8 meses en que se ve por la mañana,
3 meses sin verlo y otros 8 visible por la tarde, que como se ha dicho acabará a
finales de septiembre. Luego en noviembre comenzará de nuevo el ciclo con la
aparición matutina. (Ver “El segundo planeta recupera su apelativo más sugerente”)
Los
planetas exteriores tienen su mejor presentación en el momento de su oposición
(Gráfico). Es cuando están más cerca de la Tierra y por lo tanto cuando
alcanzan mayor brillo, y además son visibles durante toda la noche.
Marte
alterna un año bueno, donde alcanza gran brillo en la oposición, con uno malo
en que baja mucho. Este año estará muy favorable porque además la oposición se
produce en un lugar de su órbita cercana a la de la Tierra. Las mejores
oposiciones son las que ocurran a final de agosto, y este año en julio, está
cerca. (Ver "Marte en oposición…")
Júpiter
luce siempre con gran brillo, y sus posiciones de un año a otro se retrasan un
mes.
Saturno
es el que menos cambia. Con un brillo modesto comparado con los otros, y modificando
poco sus posiciones de un año a otro ya que tiene un periodo de casi 30 años.
De izquierda a derecha, Saturno, Marte y Venus, el 28-7-2010 desde Araúzo de Torre. |
¿Situación excepcional?
El
hecho de que estas últimas semanas no se haya visto ningún planeta al principio
de la noche es poco frecuente.
La
probabilidad de que no se vea ningún planeta en un determinado momento
teóricamente sería 0.5 elevado a 5, es
decir 0.03 que equivale a un 3%. Porque 0.5 (o un 50%) es la probabilidad de
que cada uno de los planetas esté por debajo del horizonte ya que en principio
tienen la misma probabilidad de estar por encima o por debajo. Como son 5
planetas, hay que multiplicar 5 veces esa probabilidad de cada uno.
Pero
este resultado no es real porque ese 0.03 es la probabilidad de que en un
determinado momento estén todos debajo del horizonte sin tener en cuenta si es de día o de noche. Pero para que se vean
tiene que ser de noche y tanto Venus como, sobre todo, Mercurio, la mayor parte
del tiempo que están sobre el horizonte es de día ya que al ser planetas
interiores desde aquí se les ve cerca del Sol. La probabilidad de que siendo de noche Mercurio o Venus están por encima del horizonte en más reducida.
Por
lo tanto la probabilidad de que en en un momento del principio o final de la noche (incluido el crepúsculo) no
se vea ningún planeta es mucho mayor, pongamos (compensando la situación de Mercurio y
Venus) que del orden de 0.5 elevado a 4 que sería un 6%. Y si es en plena
noche, sería 0.5 elevado a 3, equivalente a un 12.5 % , porque solo intervienen
los tres planetas exteriores.
De cada 100 noches que miremos al cielo, solo en 12 o 13 no se verá ningún planeta.
También
se podría calcular la probabilidad de que se vieran todos a la vez, como
ocurrirá este año 2018 en julio. En plena noche es imposible, pero si tomamos
los crepúsculos, teóricamente sería también de un 3% (0.5 elevado a 5): de cada
100 veces que mirásemos el cielo en un crepúsculo solo en 3 de ellas veríamos
los 5 planetas. En realidad algo menos
porque si alguno está cerca del horizonte, en el crepúsculo no se verá.
A
pesar de eso, estas situaciones ocurren, e incluso a veces se ven los 5
planetas en una misma zona del cielo, muy cercanos unos a otros (conjunciones). Fue
especialmente llamativa la situación de mayo de 2002 con 4 planetas muy próximos entre sí y el quinto no muy lejos, y lo será también la de
septiembre de 2040 con los cinco planetas extraordinariamente cercanos, tal como se verá desde el hemisferio sur. porque en el norte será difícil de ver. Esto se recoge en los siguientes gráficos.
ondo dago
ResponderEliminarEskerrik asko
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