El
comienzo de 2018 va a venir marcado por una situación astronómica llamativa. Concretamente la
primera puesta de sol del nuevo año va a ser especial por varias circunstancias
relacionadas con el Sol y la Luna:
Por
un lado la noche del 1 al 2 de enero se produce la luna llena; además se da la
coincidencia de que la Tierra estará muy cerca del perihelio (el lugar de su
órbita más próximo al Sol) como todos los años en estas fechas, y la Luna en el perigeo (el punto más cercano a la
Tierra)
Todo ello hará que casi
coincida el momento de la puesta del Sol
con la salida de la Luna y que en ese momento ambos astros se vean un poco más
grandes de lo habitual, prácticamente lo más grande posible.
No
solo eso, sino que esa noche desde Europa se verá precisamente la Luna llena
más grande en muchos años, como detallo luego, y a pesar de lo que se dijo en noviembre de 2016.
Luna llena
Cuando se ponga el Sol (En Bilbao donde yo vivo sobre las 17:45 Hora Central Europea) faltarán unas pocas horas para el momento exacto de la Luna
llena (ocurre a las 3:25) por lo que sobre un
horizonte teórico aparecerá la Luna cuando el Sol se esté poniendo,
pudiendo observarse ambos astros en lugares opuestos del horizonte.
Cuando se esté poniendo el Sol saldrá la Luna |
En el Oeste de Norteamérica habrá que esperar unos minutos para que aparezca la Luna porque a la
puesta de Sol ya habrá pasado el momento de plenilunio y por eso el orto lunar
ocurre más tarde que el ocaso del Sol.