Resonancias (1)
Tampoco son casualidades numéricas como lo que conté recientemente en el post titulado “El planeta PI”, aunque en un principio también podría parecerlo,
Simplemente se trata de consecuencias directas del fenómeno físico de las resonancias y aunque en el pasado algunos pensaran en aspectos mágicos o esotéricos, está claro que se deben la acción de la fuerza gravitatoria.
A los planetas les
gustan los números enteros.
El pasado día 25 de marzo Venus estuvo en conjunción
inferior. Eso ya lo comenté en su día, incluso creo que fui un poco pesado con
el tema.
Conjunción inferior de Venus |
El término “conjunción inferior” significa que la Tierra , Venus y el Sol estaban alineados en ese orden, vista la
situación en planta (en un lugar por encima del Sol, perpendicular al plano orbital
terrestre)
Como dije, es el momento en que el segundo planeta pasa de ser
visible en el crepúsculo vespertino al matutino, cuando desde aquí lo vemos en
su máximo tamaño aparente porque está en el lugar más cercano posible de su
órbita, cuando su fase pasa de menguante a creciente, a veces sin pasar por la
fase “nueva” y nos sigue mostrando un finísimo borde semicircular iluminado
como en la siguiente foto que obtuve desde mi casa, de Venus en pleno día la víspera de la conjunción.
Imagen obtenida colocando una cámara delante del ocular del telescopio sin adaptador. Bilbao |
También recordé que la anterior vez que esto ocurrió fue el
16-8-15 (aproximadamente 19 meses antes)
Y volverá a ocurrir el 27-10-2018, el 4-6-2020, el 9-1-2022 y el 13-8-2023, esta última casi
justo 8 años después de la primera que he referenciado, por lo que aproximadamente
las fechas de las siguientes se volverán a repetir.
Como la
Tierra en cada fecha está en un mismo lugar en su órbita
(excepto la pequeñísima variación por el fenómeno de precesión), si hacemos el
gráfico con estas 6 situaciones y unimos los puntos correspondientes a la posición
de Venus (o la de la Tierra ),
queda un pentágono regular que se irá repitiendo casi exactamente.
Un pentágono o una estrella de 5 puntas, como habitualmente se representaba esta circunstancia |
Como la posición 6 ocurre casi en la misma fecha que la 1,
quiere decir que entre una y otra tanto Venus como la Tierra han dado un número casi
exacto de revoluciones alrededor del Sol. Concretamente la Tierra 8 vueltas y Venus
13, lo que se puede comprobar haciendo números porque Venus tarda 224,7 días
terrestres en completar una traslación (0.6152 años terrestres), y el producto
de 13 por 0.6152 es casi igual a 8.
Por eso se dice que ambos planetas están en resonancia 13:8
Eso hace que restando (13-8 = 5), se encuentren siempre en uno
de 5 lugares concretos equidistantes. Es como si un atleta da 13 vueltas a la
pista en el mismo tiempo que otro da solo 8, al cabo de ese tiempo le habrá
doblado 5 veces y si las velocidades son aproximadamente constantes, le doblará
en lugares análogos.
Esta circunstancia de acoplamiento entre el segundo y el
tercer planeta ya era conocida hace mucho tiempo y debido a la aparente
casualidad de la situación, fue recogida y asimilada a razonamientos
esotéricos, como se puede ver en muchas publicaciones que tratan estos temas, como ésta:
Texto e imagen tomadas de https://santuariodelalba.wordpress.com |
Esto es solo para mostrar como en la antigüedad los aspectos del cielo daban lugar a elucubraciones de carácter mágico. O si lo prefieres, para que te rías un poco.
¿Otra vez numerología? NO. Como he dicho al principio, todo
es una consecuencia de las atracciones gravitatorias mutuas que producen el
fenómeno físico de la resonancia: Si dos planetas se acercan entre sí en
lugares relativamente cercanos una y otra vez, sus órbitas y con ello sus
periodos se van modificando poco a poco de manera que esos lugares estén cada
vez más próximos y se produce este acoplamiento.
De hecho hace millones de años la resonancia entre Venus y La Tierra no era tan exacta y
lo será cada vez más. O, mejor dicho, lo sería si no influyeran otros factores
como las atracciones gravitatorias de otros planetas.
Júpiter y Saturno también, y eso nos salvó.
Analizando las posiciones de los dos planetas mayores del Sistema Solar ocurre algo
parecido: están en resonancia 5:2 porque mientras Júpiter completa 5 vueltas
alrededor del Sol, Saturno da prácticamente 2. Efectivamente, si hacemos
números la traslación de Júpiter dura =11.86 años, la de Saturno 29.46, y 11.86
x 5 = 59.3, casi igual a 11.86 x 2 =58.92.
Otra vez aparecen los números enteros y con ellos los
poliedros regulares al representar gráficamente las posiciones, en este caso el
triángulo equilátero porque 5-2=3 y Júpiter adelanta a Saturno en 3
determinados lugares de su órbita.
Aunque estas historias de figuras geométricas y números
enteros provocados por las resonancias no tienen ninguna influencia en nosotros
en el sentido que antiguamente algunos pensaban, podría ser que de alguna otra
manera sí la hayan tenido, y mucha: Según las teorías de migración planetaria,
estos dos grandes planetas del Sistema solar estaban situados en otras zonas más
lejanas, donde se formaron. Pero se produjo una migración, y ambos se fueron
acercando al Sol, Saturno más rápido que Júpiter.
Al variar la distancia al Sol, varía el periodo de traslación
porque ambos números están ligados de manera rigurosa y estricta por la tercera
ley de Kepler: Los cuadrados de los periodos son proporcionales a los cubos de
las distancias al Sol.
La migración de Júpiter hacia el interior del sistema solar,
que habría arrasado los planetas interiores entre ellos la Tierra , fue frenada por
Saturno cuando ambos planetas se situaron en resonancia.
Marte con la Tierra no, pero Neptuno y Plutón si.
Estas resonancias no siempre se dan. Por ejemplo entre los
periodos de Marte y la Tierra
no hay ninguna relación de números enteros y por eso las oposiciones del cuarto
planeta se producen en lugares muy diversos sin las regularidades mencionadas
en los otros casos.
Pero sí ocurren en otros muchos casos, como la resonancia 3:2 entre Neptuno y Plutón (incluyo a Plutón por si no estás de acuerdo con mi
protesta en el post anterior de este blog) y con otros astros del cinturón de
Kuiper que tienen un periodo casi igual al degradado noveno planeta, y que
reciben el nombre de plutinos, de los que ya se conocen más de 15.
Otros ejemplos de resonancias y de no resonancias.
También se producen en muchos otros casos en diversos tipos de astros: entre los 4
satélites galileanos de Júpiter de una manera aún más clara y sorprendente, en
tres parejas de satélites de Saturno, y en los famosos exoplanetas del sistema
Trappist-1, por citar un ejemplo del que se ha hablado recientemente. A ellos
también les gustan los números enteros, y mucho más que a los planetas del
Sistema Solar.
Les dedicaré otro
artículo. Este es solo “Resonancias (1)” y tendrá continuación
Sin embargo ocurre todo lo contrario con los asteroides del
cinturón principal y con las partículas de los anillos de Saturno.
En estos casos de multitud de pequeños astros o partículas,
precisamente en los lugares que estarían ocupados por elementos en resonancias
en números enteros con Júpiter (en el caso de los asteroides) o de algunos
satélites de Saturno (en el caso de los anillos) hay una ausencia casi total y
se producen huecos:
Hace ya más de siglo y medio el astrónomo estadounidense
Daniel Kirkwood se dio cuenta de que los asteroides del cinturón principal
no estaban distribuídos de manera uniforme y que había estrechas zonas donde de
manera repentina y aparentemente inexplicable, casi no se encontraba ninguno,
como se aprecia en el gráfico.
Distribución de los asteroides del cinturón principal donde se aprecian varios huecos que se hallan a distancias en que los asteroides estarían en resonancias 1:3, 2:5, 3:7 y 1:2 con Júpiter. |
Por otra parte, la llamada “división de Cassini”, una zona
casi vacía que separa los dos principales anillos de Saturno y que es visible
incluso con pequeños telescopios, se encuentra en el lugar correspondiente a
una resonancia 1:2 con el satélite Mimas y 1:4 con Tetis, lo que significa que
por cada 4 vueltas que describirían las partículas que se encontrarían en este
lugar, Mimas da 2 vueltas y Tetis una.
Estas situaciones contradictorias tienen su explicación,
porque los efectos son totalmente diferentes en las interacciones de dos astros
de tamaño relativamente similar que tienen un margen de variación de sus
órbitas sin obstáculos, o la influencia de un astro en otros de masa muchísimo
menor que además está rodeado de otros próximos donde el cambio de sus órbitas al
irse acoplando a las resonancias concretas provocaría un aumento en las
excentricidades y ello ocasionaría colisiones con ellos, por lo que la zona se
vuelve inestable.
Sin embargo, esto de las resonancias no es un cajón de
sastre donde cabe todo y algunas veces se ha utilizado de manera inadecuada
para recoger situaciones de aparentes relaciones numéricas aproximadas en
periodos de algunos otros astros, que no tiene que ver con este fenómeno.
También hablaré de ello.
¿Quieres
calcular resonancias?
Solo si te gusta hacer operaciones matemáticas y descubrir algo nuevo por tu cuenta.
En caso contrario, mejor no sigas leyendo.
Es sencillo
averiguar si dos astros que giran alrededor de otro están en resonancia.
Ya te he
dado algunas pistas por dónde buscar, que espero detallar próximamente, pero
incluso si tienes curiosidad puedes ir probando hasta encontrar algo.
A) Si
tenemos los datos de los periodos de traslación
Por
ejemplo, los satélites de Saturno Titán
e Hiperión
- Buscamos
los datos de la duración de su traslación. En la Wikipedia , por ejemplo,
aparece
Titán
15.94542 días, Hiperión 21.27661
No utilices
todos los decimales, con 4 o 5 cifras significativas es suficiente (decenas,
unidades y 2 o 3 cifras decimales).
- Vamos
multiplicando esos números por 2, por 3, 4, 5, …, y no olvidamos en valor
inicial (multiplicar por 1). En este caso, redondeando los resultados
obtenemos:
Titán: 15.94 , 31.89 , 47.83
, 63.78 , 79.73 , …
Hiperión :
21.28 ,
42.55 , 63.83 , 85.1 …
- Buscamos
entre los resultados dos números que sean muy parecidos:
63.78
(periodo de Titán x 4) y 63.83 (periodo
de Hiperión x 3)
Por lo
tanto están en resonancia 4:3.
Como se ha
dicho las resonancias se suelen producir con con números enteros no muy altos,
pero no siempre; y en algunos casos habría que seguir. Por ejemplo en el caso de
Venus con la Tierra ,
hay que multiplicar hasta por 13 el periodo de Venus.
Los
resultados nunca nos saldrán exactos por dos motivos: Como se ha dicho las
resonancias no son totalmente exactas porque influyen otros factores, y nunca podremos
utilizar el valor exacto de los periodos porque normalmente son números
irracionales, con infinitas cifras decimales y los datos se dan necesariamente
redondeados. Por ambas razones no merece la pena utilizar todas las cifras de
los datos que encontremos.
Si quieres practicar, pero yendo sobre seguro, puedes buscar la resonancia entre Ganímedes y Calisto, o entre dos cualesquiera de los recientemente anunciados exoplanetas, te sugiero por ejemplo Trappist-1 c y Trappist-1 d.
Si quieres practicar, pero yendo sobre seguro, puedes buscar la resonancia entre Ganímedes y Calisto, o entre dos cualesquiera de los recientemente anunciados exoplanetas, te sugiero por ejemplo Trappist-1 c y Trappist-1 d.
B) Si de
uno de los elementos no conocemos el periodo, pero sí las distancias.
Sería el
caso de la división de Cassini de los anillos de Saturno con el satélite Mimas,
porque el dato del periodo no es fácil de encontrar.
-
División
de Cassini: Distancia al centro de Saturno: 119850 kilómetros
-
Mimas:
Distancia al centro de Saturno: 185520 kilómetros .
Podemos
utilizar también el dato del periodo de Mimas 22h, 37m 5s. Calculando en horas
y redondeando: 22.618 horas. Este dato no es imprescindible y al utilizar la
fórmula podemos llamarlo P y operar con él, aunque si no estás acostumbrado a hacer estas cosas te
será más cómodo usar el número. A mis colegas matemáticos les parecerá absurdo, pero mucha gente lo prefiere..
Bajo el gráfico, aparecen las dos opciones y se
utilizan números redondeados expresados en miles de kilómetros.
Utilizamos
la fórmula de la tercera ley de Kepler: Los cubos de los periodos son
proporcionales a los cuadrados de las distancias.
Así
obtenemos el periodo de una partícula teórica que estuviera en la división de
Cassini: bien numéricamente : 11.76 días o en función de P: 0.52 P, que para hacer las
multiplicaciones se puede eliminar porque P estará en todos los productos.
Con estos
dos números, debemos hacer multiplicaciones lo mismo que en el caso anterior A), pero
ahora no es necesario hacer muchas porque se ve enseguida que el periodo de
Mimas es casi el doble que el de la partícula en la división de
Cassini, y por tanto la resonancia es 1:2 (no es muy exacto porque la división
de Cassini tiene cierta anchura y se ha tomado un valor concreto)
Utilizando las mismas fórmulas podría calcularse el lugar que debería ocupar un hipotético astro para que estuviese en una determinada resonancia con otro conocido, e imaginar que podríamos descubrir algo nuevo que aún nadie vio. En este caso en la fórmula habría que sustituir los valores de los periodos y despejar la distancia mediante una raíz cúbica.
Es solo un juego para calculadores empedernidos e imaginativos, pero incluso podría ilustrar una novela de ciencia ficción.
Utilizando las mismas fórmulas podría calcularse el lugar que debería ocupar un hipotético astro para que estuviese en una determinada resonancia con otro conocido, e imaginar que podríamos descubrir algo nuevo que aún nadie vio. En este caso en la fórmula habría que sustituir los valores de los periodos y despejar la distancia mediante una raíz cúbica.
Es solo un juego para calculadores empedernidos e imaginativos, pero incluso podría ilustrar una novela de ciencia ficción.
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