En la madrugada de este domingo 26 de marzo, a las 2 serán
las 3.
¿Para qué cambiamos el reloj?
Como cualquier información, aunque provenga de un blog personal y se deje claro que es una opinión de su autor, debe ser mínimamente objetiva y sobre todo parecerlo, te pediría que todavía no asocies el título de este post con la respuesta a esa pregunta.
Porque para ser honrado debo decir que si. Que tal como en
general solemos oír, algunos ahorrarán energía con el horario de verano que
entra en vigor este domingo, sobre todo en Europa central (Alemania, Polonia, Chequia, Hungría...) y posiblemente también
en Portugal e Inglaterra. Aunque las cifras que nos dan de este ahorro quienes
proponen y defienden el cambio horario, sean totalmente ridículas.
Pero yo, simplemente observando y analizando la situación,
las condiciones de iluminación en cada región derivadas de un cálculo de las
horas de salida y puesta de sol, que es lo que una astrónomo puede hacer, estoy
convencido de que hay muchas personas, sobre todo quienes viven en la zona más
occidental de España, que estas próximas semanas con el cambio del reloj
gastarán más energía.
Si eres lector habitual de este blog, debo advertirte que
este post es diferente de todos los demás porque recoge una opinión personal. y
lo que leerás podría parecerte que no es objetivo.
Mi punto de vista coincide con lo que han manifestado la mayoría de las personas que trabajan en mi
campo, pero sé que no es compartido por otras.
Pero yo lo tengo tan claro, y veo que mucha gente no lo
entiende así, que para no repetir de la misma manera las mismas cosas que de
tanto oírlas nadie les hace caso, junto a una mayoría de razonamientos serios, voy
a introducir algunas dosis de ironía, porque creo que es la mejor manera de que a algunos les llame
la atención y piensen sobre ello. Para que no haya malentendidos, el texto irá en diferente color.
Está claro que el tema es muy controvertido. Hay muchas opiniones a favor y en contra del cambio horario, pero en la mayoría de los casos no son debidas a estar de acuerdo o no con el motivo por el que se cambia la hora, sino que muchas de ellas están condicionadas por aspectos o consecuencias puntuales que personalmente a cada uno le gustan o le disgustan de cada situación, sin hacer una valoración global.
Hace ya año y medio, con motivo del reajuste que se hace en
octubre para recuperar la hora que se elimina ahora en marzo, ya escribí sobre el tema recogiendo los aspectos destacables, y mi opinión, del cambio de otoño.
Pero tal como dejé claro, el origen de todo esta historia y la clave para
analizarlo, está en el cambio que se hace ahora en primavera, y sobre lo que
prometí escribir.
Antes de nada hay que dejar claro que en este tema se suelen
mezclar dos aspectos que no tienen nada que ver aunque su influencia en algún
caso se pueda sumar. No voy a hablar aquí de si España está en su huso horario
adecuado o no, porque eso ya lo hice en otra ocasión.
El tema de hoy es pensar en si es lógico y conveniente cambiar el reloj dos veces
al año, como se hace ahora, o no; como
cuando yo era niño, que nunca se cambiaba, y además de recordarla como una época feliz, también me viene a la memoria mi incredulidad cuando una vez oí que iban a cambiar la hora del reloj. ¿Cómoooo?
1- Primera propuesta del cambio de hora.
Conviene empezar por el principio y mencionar que,
curiosamente, quienes primero pensaron en la conveniencia de cambiar los
relojes en el comienzo de la primavera no lo hicieron pensando en el ahorro de
energía, sino en poder disfrutar durante más tiempo de su afición favorita.
Aunque la cita se repite en muchas publicaciones, copio
literalmente de
“En 1905 el constructor inglés William Willett concibió el
horario de verano durante un paseo a caballo al amanecer, cuando se sorprendió
pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de
verano. Muy aficionado al golf, le disgustaba acortar su recorrido
en el crepúsculo"
Aunque parece que William consiguió llevar su propuesta al
parlamento, finalmente no le hicieron caso.
Sin pretender ofender, yo pienso que William era un egoísta.
Una persona de su rango y con sus medios, podría organizar su horario a su
gusto: levantarse una hora antes, acabar sus tareas una hora antes y empezar a
jugar al golf una hora antes (que es exactamente lo que habría hecho con el
cambio que proponía, aunque su reloj marcase diferente hora) pero que no
obligue a levantarse antes a todos los demás (seguramente más perezosos que él)
para que tengan más tiempo para acompañarle de hoyo en hoyo.
2- Primeros cambios de hora
Pero pocos años después, con una motivación mucho más
importante (aunque mucho menos noble) sí se hizo. Copio de otra fuente que también se repite en muchas más:
“A raíz de la 1ª guerra mundial y con el propósito de
ahorrar combustible, el kaiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del
cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y
las zonas ocupadas, siendo los primeros países europeos en emplear el horario
de verano.”
Había que ahorrar carbón para utilizarlo en las máquinas de
guerra para matar a los europeos del otro bando.
Pero ahora ya no hay guerra en Europa y no hay que ahorrar
para poder matar más europeos enemigos.
En España la primera vez que se implantó el horario de verano fue en 1918. Posteriormente se alternaron épocas con cambio de horario estacional y otras en que se dejaba tranquilos a los relojes.
La última vez que en Europa, y gran parte del mundo, se decidió cambiar la hora en primavera, criterio que se ha mantenido hasta la actualidad, fue en 1974 con motivo también de la guerra. En este caso la guerra en Oriente Medio que originó la crisis del petróleo y el brusco encarecimiento de la energía.
Esta situación también pasó a la historia, pero los cambios de los relojes no.
3- Situación actual (excusas actuales):
En 1916, la iluminación se llevaba una parte importante del
gasto energético y cambiando la hora se podía ahorrar por ahí, pero ya no se la lleva.
La cantidad de luz natural no se modifica con ningún cambio
horario. No se consiguen más horas de luz por la mañana. Eso es mentira. El Sol
sigue saliendo cuando debe hacerlo. Dejemos el reloj como está y organicemos
nuestras actividades y horarios de la manera más adecuada en cada fecha.
Voy a concretar, y detallar más, varios aspectos por los que yo
opino que no tiene mucho sentido cambiar la hora en la actualidad.
a) La energía que pueda ahorrarse con el cambio de hora es únicamente
en la iluminación, y en algunas regiones incluso se gasta más a causa de ese cambio.
Alguien dijo que quizás también se ganaría mínimamente en
calefacción o aire acondicionado, pero va a ser que no; yo creo que más bien
todo lo contrario, como explico luego en el apartado c)
Además de que, como he dicho, la iluminación hoy en día no tiene gran relevancia en el
gasto energético total, por el aumento del gasto en la
industria y en transportes, hay otros motivos que pueden hacer pensar en lo innecesario de cambiar la hora, algunos de los cuales
se agudizan en las regiones que, a pesar de estar situados al Oeste del
continente europeo, su hora oficial es la de la zona Central Europea.
- En la mayoría de los lugares de trabajo la iluminación
artificial es continua y no depende de que haya luz natural o no. En el caso de
la iluminación de la vía pública no influye nada el cambio horario que lo único
que hace es desplazar la hora de encendido y apagado pero no acortar el periodo
en que están encendidas.
- En Europa central en verano amanece pronto, mucho antes
que en España, y si las empresas o los
individuos no son capaces de cambiar sus horarios, sí pueden “obligarles” los gobiernos
con el cambio de hora, pero cada sector es diferente y mejor sería una gestión
individualizada de cada horario sin cambiar todos los relojes a la vez.
En la zona más occidental de Europa amanece mucho más tarde.
Sobre todo en Galicia en los meses de abril, septiembre y octubre la gente se
tiene que levantar de noche a causa del absurdo cambio horario y tiene que dar
la luz de casa. Hace la cama de noche, desayuna de noche, va al trabajo o a la
escuela de noche donde comienzan la jornada con la luz encendida, y allí ve
cómo amanece al cabo de un tiempo.
Por la tarde dura más el día, pero en las
escuelas, oficinas y la mayoría de lugares, donde no se trabaja hasta muy
tarde, no se recupera la energía gastada en iluminación por la mañana porque en
esos meses ya anochecería después de haber echado la persiana aunque no se
hubiera realizado el cambio horario.
En esas zonas, debido al cambio horario, no se ahorra energía
sino que se gasta más, y espero que mis amigos gallegos estarán de acuerdo con
el título de este post.
b) Hasta el año 1996 se deshacía el cambio de hora en
septiembre, cuando se recuperaba el horario de invierno. Pero ahora se hace a
finales de octubre, a lo cual yo no le veo ningún sentido y me parece un
disparate más que confirma lo absurdo del cambio y el poco criterio que tienen
quienes lo gestionan. “Algo deberá de haber porque si no no lo habrían
modificado” – He oído alguna vez - pero
nadie ha sabido decirme el qué puede ser.
Astronómicamente las horas de luz el 21 de marzo en el
equinoccio de primavera son exactamente las mismas que el 22 de septiembre
cuando empieza el otoño, en cualquier lugar.
La última semana de marzo cuando se hace el
cambio, aproximadamente igual que la
tercera de septiembre, según el día que caiga en domingo. Es verdad que hay un
pequeño desplazamiento de la hora de salida y puesta del Sol debido a la
ecuación del tiempo, con lo cual es la última semana de septiembre cuando, en
hora solar, amanece a la misma hora que cuando se hace el cambio de marzo, y
eso justificaría deshacer el cambio a final de septiembre, pero lo de realizarlo en octubre no tiene ninguna justificación astronómica.
Por pensar alguna razón, lo único que se me ocurre es que
algún mandatario con “influencias” en el tema viera con agrado como se alargan
las tardes veraniegas y hubiera decidido seguir un poco más con ese aspecto agradable. Un
capricho que dejaría claro el poco criterio de quienes gestionan el tema.
El hacer este cambio a
finales de octubre agudiza aún más las oscuras mañanas de Galicia e incluso
parece que hay algún estudio que indica que aumenta el gasto en antidepresivos
en ese mes. Lógico. Tiene que ser deprimente tener que levantarse y empezar a
trabajar de noche, y pensar que eso es debido a una decisión absurda que allí
no tiene ningún beneficio.
c) En mi opinión, con el cambio horario se gasta más en
calefacción y aire acondicionado.
En estas fechas de comienzo de primavera en que todavía hay
que poner la calefacción muchos días por la mañana para templar la casa y la
oficina, con el cambio del reloj habrá que ponerla más fuerte y durante más
tiempo porque la gente se levanta antes y tiene que pasar más tiempo en el
trabajo hasta que la temperatura empiece a subir con el sol mañanero.
Cuando el calor aprieta en julio y agosto, el aire
acondicionado necesario para refrescar los lugares donde la temperatura se hace
insoportable en verano, se usará más a causa del cambio de hora porque con él
se intenta “por definición” que las diferentes actividades se realicen de
acuerdo con las horas de sol “para ahorrar en iluminación”
En cualquier caso cada actividad (laboral, recreativa,…)
tiene sus particularidades y lo que habría que hacer (lo repito a ver si queda
claro) no es cambiar el reloj todos igual y a la vez, sino adecuar el horario
de cada una de esas actividades según las necesidades y aspectos importantes de
cada una.
d) Las cifras que dan los que están a favor del cambio son absolútamente
ridículas y no justifican en absoluto el modificar el reloj y las consecuencias
negativas que tiene para muchas personas.
Solo el coste de los medicamentos
(somníferos, analgésicos para quitar el dolor de cabeza o malestar, los citados
antidepresivos) que palíen las consecuencias que muchas personas sensibles
sufren con los cambios de hora, podría ser mucho mayor que lo que dicen que se
ahorra quienes son favorables al cambio, porque que es increíble lo que puede
leer por ahí:
Copio literalmente de
la web que cité al principio, y que aparece idéntico (claramente copiado
y pegado) en otras muchas webs y blogs: “En la vida actual el ahorro energético
es impresionante. Según
estimaciones del (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de
Industria, Turismo y Comercio, en nuestro país el ahorro en iluminación en el
sector doméstico, por el cambio de hora, durante los meses que tiene efecto; es
decir, desde final de marzo hasta final de octubre, sería de más de 6 euros por
hogar”
Cuidado: 6 euros de ahorro en todo el año.
Cuidado: 6 euros de ahorro en todo el año.
La palabra impresionante y los 6 euros los he remarcado yo.
No sé cuántos sois en tu casa, pero a mí me toca un eurito y
medio de ahorro. Lo voy a echar en una hucha, y si no me lo tengo que gastar en
aspirinas para quitarme el dolor de cabeza que estas alteraciones repentinas
del reloj me suelen producir, ya tengo mi plan de jubilación.
O también, como buen ciudadano agradecido, puedo donarlo a
las arcas del estado para que vea que sus medidas al respecto le reportan pingües
beneficios con los que poder rescatar a los banqueros que quebraron (Tendrían
que pasar varios siglos para que todos los ahorros en este país por el cambio
horario fueran suficientes para compensar el coste del rescate de Bankia y los otros)
e) Para quienes les gusta las tardes largas y luminosas, el
cambio ¡debería hacerse al revés!
Una consecuencia del cambio horario, en principio no
perseguida pero que es lo que a la gente más le gusta, es lo mismo que al
golfista William: tardes largas.
Pero por cambiar la hora no anochece más tarde, como suele
decirse.
La naturaleza cambia poco a poco y si no hubiera cambio
horario nos acostumbraríamos sin darnos cuenta.
Estos cambios artificiales son bruscos y tienen repercusiones
negativas. Para quienes les gusta las largas tardes luminosas, el impacto en
octubre cuando se deshace el cambio es tremendo: cuando ya va acortando el día, de
repente ¡Te dan el palo! ¡Todavía una hora antes! Y ahora cuando van alargando, ¡toma
tomate!, te la alargan de repente otra hora. ¡El mundo al revés!
Sin el cambio horario, la modificación paulatina no tendría
ese efecto como ocurre con la mayoría de los ciclos naturales.
Cuando el pasado octubre mencioné este tema ya dí una propuesta concreta y definitiva, en plan de broma, a propósito para dejar en
evidencia este tema, con la que se conseguirían tardes con luz durante todo el
año (si se quiere hasta las 20 o 21 h. incluso en invierno) sin tener que
volver a cambiar nunca más el reloj.
f) Incluso en nuestro día a día hay otras consecuencias que habitualmente no
se suelen mencionar:
Los que les gusta la juerga nocturna veraniega, también están
puteados por el cambio horario. Como la oscuridad de la noche es su ambiente
necesario para ir de fiesta, ahora tendrán que esperar una hora más.
A los muy jóvenes casi les da igual porque en vacaciones no
tienen horarios, pero conozco algunos no tan jóvenes que también les gusta la
noche pero a veces se aburren de tanto esperar a que empiece la música y se van a la cama, quedándose
sin fiesta.
Por otra parte muchos padres y madres con niños pequeños tienen verdaderos
problemas en las últimas semanas de curso para conseguir acostarlos a una hora
adecuada y que duerman lo suficiente antes de ir a la escuela, porque los
pequen ven por la ventana que “todavía es de día”
g) La hora es la hora y no tiene sentido cambiar la unidad
de medida o su escala. Dejémosla como es y utilicémosla adecuadamente según las
conveniencias en cada sector.
Lo que se hace, es como si para paliar el efecto de la
diferencia de temperaturas según la época del año, en invierno se implantase la
medición en grados Farenheit (los termómetros marcarían mucho más y nos
parecería que estamos más confortables) y en verano se volviera a los
centígrados.
O lo que se hizo en la
reforma educativa: de la LOGSE
en vez de puntuar de 0 a
10 como siempre, la nota mínima era el 1. ¿Qué sentido tiene? ¿Se reduce así el
fracaso escolar?.¿Se consigue con eso que el alumnado aprenda más? No. Es un
engaño. Pues esto a mi me parece lo mismo.
Bueno, ahí queda. Por supuesto acepto que no estés de
acuerdo, y si tienes alguna razón que se me escapa para justificar el
cambio de hora estacional, me lo puedes decir. Quizás haya algo que yo no haya
tenido en cuenta y me haga cambiar de opinión. No sería la primera vez. Te
aseguro que cuando eso ocurre uno se queda mucho más satisfecho por haber
encontrado la verdad.
La mayoría de opiniones expresadas y circunstancias concretas son válidas para las regiones cercanas a donde yo vivo. En cada zona del mundo e incluso en casa país las situaciones son diferentes y cambiantes.
Como sé que hay lectores de este blog en lugares muy distantes, intentaré en otra ocasión buscar y recoger datos de otras zonas. Mientras, vosotros de allá lejos podéis sorprenderos y reíros un poco de algunas decisiones absurdas que se toman en algunos países del viejo continente.
La mayoría de opiniones expresadas y circunstancias concretas son válidas para las regiones cercanas a donde yo vivo. En cada zona del mundo e incluso en casa país las situaciones son diferentes y cambiantes.
Como sé que hay lectores de este blog en lugares muy distantes, intentaré en otra ocasión buscar y recoger datos de otras zonas. Mientras, vosotros de allá lejos podéis sorprenderos y reíros un poco de algunas decisiones absurdas que se toman en algunos países del viejo continente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario