Este post es
continuación del anterior, donde hablé de los eclipses de este año, y en
especial del primero de ellos, el penumbral de Luna que ha ocurrido entre la
publicación de aquel y éste artículo. Si no leíste aquel, convendría que lo
hicieras antes que éste, clicando en este enlace.
Tuve mucha suerte y pude verlo.
Tal como tenía previsto, ayer de madrugada me levanté 15
minutos antes del máximo del eclipse (en mi reloj era a las 1:44 y en T.U a las
0:44) y se veía una Luna esplendorosa con la parte superior ligeramente más
oscura, en el centro de un enorme claro entre las nubes. Como “era de esperar” las
nubes se fueron acercando a la
Luna , pero “Murphy (el de la odiosa ley) no fue lo
suficientemente rápido” y no la taparon hasta unos segundos después del máximo.
Tampoco era decisivo porque los cambios son muy paulatinos y en esos minutos no
se apreciaron.
11-2-17, 0:44 T.U. en el momento del máximo del eclipse penumbral de Luna, desde Bilbao. |
En esta imagen se puede apreciar el diferente efecto de la
penumbra según la zona y todas sus distintas intensidades, desde el borde
superior que está muy cerca de la sombra, hasta el extremo inferior que está
justo en el borde de dicha penumbra. Tal como dije, el efecto de la penumbra
disminuye muy rápidamente al alejarse de la zona de la sombra.
La imagen está sin modificar el contraste, como lo vio mi
cámara.
Tal como anuncié, a simple vista parecía mucho menos contrastada, mucho
menos oscura la parte superior de la
Luna , pero eso es
culpa de nuestros ojos o nuestro cerebro (en eso no soy experto), que se adaptan para apreciar mejor
todas las zonas con diferente intensidad lumínica, en cualquier situación o
imagen. Esto es muy fácil de comprobar si hacemos una foto a contraluz, o en un
lugar con sombras pronunciadas y comparamos lo que vemos nosotros y lo que sale
en la foto. La cámara es objetiva, nuestra visión no.
Al cabo de hora y media me volví a levantar y me asomé por la ventana por si se se veía
algo. La Luna se
intuía detrás de las nubes no muy espesas, pero después de unos minutos un pequeño
claro me permitió obtener esta otra imagen.
Para entender mejor la situación, imaginemos lo que ocurría
en los distintos lugares de la
Luna en cada uno de esos momentos, porque siempre que desde
aquí vemos un eclipse de Luna, desde nuestro satélite se vería un eclipse de
Sol. Concretamente si vemos un eclipse penumbral de Luna, desde allí se ve un
eclipse parcial de Sol.
En este montaje se pueden apreciar las distintas
situaciones:
Visión del Sol desde diferentes lugares de |
En el momento del máximo: Si alguien hubiera estado en la Luna , al Norte del mare
Frigoris, en la zona que vimos más oscurecida, desde allí habría visto un
eclipse parcial de Sol muy profundo, el astro rey tapado casi totalmente por la Tierra pero no del todo, y
habría apreciado un ligero oscurecimiento del ambiente, como ocurre desde la Tierra poco antes antes de
que comience la totalidad de un eclipse de Sol. Pero desde la zona opuesta, al
Sur del cráter Tycho, por ejemplo, se habría visto un eclipse parcial poco pronunciado, y no
se habría notado prácticamente nada de oscurecimiento.
El hecho de que desde el primer lugar la porción de Sol aparezca por debajo de la sombra de la Tierra y en el otro por encima, es debido al distinto hemisferio (Norte o Sur) de los dos lugares de Luna desde los que se vería y por lo tanto a la diferente orientación de la imagen.
El hecho de que desde el primer lugar la porción de Sol aparezca por debajo de la sombra de la Tierra y en el otro por encima, es debido al distinto hemisferio (Norte o Sur) de los dos lugares de Luna desde los que se vería y por lo tanto a la diferente orientación de la imagen.
En la segunda imagen, la de las 2:23 T.U. la mayor parte de la Luna está ya fuera de la
penumbra. Desde allí se vería íntegro el disco solar, pero desde otras zonas estaría
acabando el eclipse parcial de Sol, ya con muy poca porción oculta, y no se
notaría ningún oscurecimiento.
Un detalle añadido es lo alta que estaba la Luna con lo que me costó colocar la cámara. La Luna llena de invierno, cantada por los poetas. Esta es otra cuestión a recoger en una futura entrada.
Un detalle añadido es lo alta que estaba la Luna con lo que me costó colocar la cámara. La Luna llena de invierno, cantada por los poetas. Esta es otra cuestión a recoger en una futura entrada.
Todo esto ha sido "un
extra" porque no estaba muy seguro de que pudiera ver el eclipse, pero había
prometido unas explicaciones sobre las frecuencias de los eclipses, de lo que
este año tenemos un magnífico ejemplo, y a continuación lo cumplo.
Como hago habitualmente, lo he incluido dentro
del anexo opcional “Si quieres saber más” porque hay gente a la que no le interesan estas
cosas. El comienzo no tiene problemas para seguir fácilmente, pero si luego te
aburres o te parece demasiado técnico para tu gusto, como suelo decir, déjalo y
espera al siguiente post que será “diferente”.
Bueno, el último apartado de este primer anexo, con un consejo práctico justo antes de los dos rombos, sí te lo aconsejo.
Periodicidades o frecuencias en los eclipses
Cuando se habla de la periodicidad de los eclipses siempre
se cita el ciclo de SAROS de 18 años y 11 días, al cabo de los cuales se
repiten los eclipses de manera parecida. Pero es un periodo demasiado largo
para ponerte ejemplos que te resulten cercanos, su justificación es matemática
y poco intuitiva: (En pequeño) Eso de los múltiplos comunes de los periodos,
pero que además no son totalmente exactos, y SAROS tampoco lo es de manera
absoluta.
Dejo a SAROS para otra ocasión, y a otros ciclos aproximados
que no suelen citarse, porque hay aspectos en el tema de las frecuencias de
estos fenómenos más sencillos, intuitivos y didácticos con ejemplos claros en
los eclipses de 2017, que quiero resaltar y que espero te hagan entender de una
manera fácil el porqué de las fechas y los tipos de eclipses que se producen en
2017.
Fases y eclipses
Para entender los diferentes razonamientos hay que aclarar
una circunstancia que aunque es casi evidente, muchas veces suele olvidarse: Los eclipses no ocurren en cualquier fase
lunar.
Como se aprecia en el siguiente gráfico, para que haya eclipse de Sol, la Luna se tiene que colocar
entre el Sol y la Tierra
de manera que su sombra incida en nuestro planeta. Esta es la situación de luna
nueva. (De manera análoga, para que se produzca un eclipse de Luna ésta debe
estar necesariamente en fase llena)
Situación esquemática de las posiciones de |
Pero no siempre que hay luna nueva habrá eclipse solar (ni tampoco en cada luna llena un eclipse
lunar) porque el plano de la órbita de nuestro satélite está inclinado
respecto a la eclíptica, habitualmente la Luna pasa un poco por encima o por debajo, y su
sombra no pega en la Tierra.
Para que ocurra un eclipse de Sol tienen que darse dos
circunstancias: Luna nueva y la
Luna en la cercanía de uno de los nodos de su órbita. Los
nodos son los puntos de cruce de las órbita de la Luna con el plano orbital de la Tierra dos órbitas, que
están en el plano orbital de la
Tierra. (Lo mismo, pero
con Luna Llena para que haya eclipse de Luna)
Representación en PERSPECTIVA.El gráfico es solo un esquema didáctico y no se han mantenido las proporciones ni en los tamaños ni en las distancias entre los astros. |
En la situación A no habrá eclipse porque en fase llena y nueva la Luna no se sitúa en los
nodos. En luna nueva su sombra pasa por debajo de la Tierra y en luna llena la Sombra de la Tierra pasa por debajo de la Luna.
En la situación B
esas fases ocurren en los nodos, por lo tanto con la Luna a la misma altura que la Tierra y se producirían
eclipses.
Como los astros no son un punto y tienen un cierto tamaño,
no es necesario que la Luna
llena o nueva esté exactamente en el nodo para que el eclipse se produzca. Debe
estar cerca pero hay un cierto margen que no siempre es el mismo porque varía un
poco según la distancia de nuestro satélite (cercanía al perigeo)
-----------------------------------
Para ilustrar las siguientes explicaciones pongo ahora un
gráfico que recoge las fechas de todos los eclipses desde 2011 hasta 2020, y a partir de él
se irán comprobando distintas circunstancias relativas a las frecuencias de los
eclipses.
Le llamaré “GRÁFICO
DE LA DÉCADA ”
y me voy a referir a él varias veces.
Este gráfico completa
al que realicé hace un año para explicar las frecuencias de los eclipses de
Luna, y ahora lo he ampliado también con los de Sol.
Las fechas del gráfico y la colocación de cada eclipse no
son rigurosamente exactas (solo son muy aproximadas), debido a la diferente
duración de los meses y el solapamiento de éstos.
Cada medio año, eclipses.
Hace casi un año expliqué por qué en la mayoría de los
casos, 6 lunaciones después de un eclipse de Luna, (unos 5 días menos de los 6
meses dependiendo del número de días de esos meses) se vuelve a producir otro,
aunque hay excepciones, y en ocasiones ocurre al cabo de 5 lunaciones o incluso
en dos lunaciones seguidas. Después de 7 u 8 eclipses lunares que siguen la
norma, se producen las excepciones
Con los eclipses de Sol ocurre lo mismo, y aquí pongo un
gráfico y una explicación similar al que utilicé con los de Luna:
Aunque desde nuestro punto de vista y lo que se observa en
los eclipses de Sol y de Luna corresponde a dos situaciones muy diferentes, en
realidad la geometría es análoga porque en unos la sombra de la Luna toca la superficie
terrestre y en los otros es la sombra de la Tierra la que incide en la Luna.
El siguiente gráfico es solo una primera aproximación a la
situación real para ilustrar los periodos aproximados de 6 meses, que más
adelante iré matizando.
En la situación 1 la luna nueva está en el nodo y hay
eclipse de Sol. Los siguientes meses, está por encima de la eclíptica, su
sombra pasa por encima de la
Tierra y no hay eclipse (por ejemplo en 2).
La situación 3 ocurre 6 lunaciones después de la 1, casi 6
meses después. la Luna
vuelve a estar cerca del nodo y nuévamente hay eclipse.
En las siguientes lunas nuevas la sombra pasa por debajo de la Tierra y no hay eclipse
(por ej. en 4)
Además, como voy a detallar enseguida, los eclipses se
producen siempre al menos por parejas (uno de Sol y otro de Luna) o a veces por
tríos, con 14 o 15 días de diferencia entre uno y otro, y por eso habitualmente
cada 6 meses (un poquito menos) tenemos varios eclipses seguidos.
Según parece deducirse del gráfico anterior, la frecuencia
debería ser de medio año porque es cuando la línea de los nodos vuelve a
alinearse con el Sol. Evidentemente no pueden ser 6 meses exactos porque la
luna nueva (o llena) no se repite al cabo de ese tiempo, sino habitualmente los
mencionados 5 días antes. Pero hay otro factor que hace que se adelanten un
poco más y en ocasiones el intervalo sea de 5 lunaciones en vez de 6, y por eso
se van adelantando poco a poco en el calendario. En caso contrario, ¡todos los
años sería en febrero y agosto como ahora!
Esto es porque la orientación de la línea de los nodos, que se
ha supuesto invariable en el gráfico para una primera explicación aproximada,
en realidad va girando (en sentido horario visto desde el Norte) dando una
vuelta completa cada 18.6 años, y en cada ocasión vuelve a estar alineada con
el Sol un poco antes.
De una vez a otra esta diferencia es pequeña pero se va
acumulando, y en un momento se produce un salto, siendo el intervalo de un
eclipse de Sol a otro de Sol (o de uno de Luna a otro de Luna) de 5 lunaciones en vez de 6.
En el "gráfico de la década" se ve que esto ocurrió en 2011, 2013 y 2017.
Como se verá ahora, hay otras excepciones donde la diferencia es de solo una sola lunación.
En el "gráfico de la década" se ve que esto ocurrió en 2011, 2013 y 2017.
La justificación teórica de esta excepción quizás sea demasiado técnica y lo paso al final, al otro anexo recomendado "solo para entendidos", para que nadie se aburra ahora y deje de leer lo que viene
a continuación, que en más interesante y sencillo.
Como se verá ahora, hay otras excepciones donde la diferencia es de solo una sola lunación.
Aunque el periodo del movimiento de la línea de los nodos es
de 18.6 años, como son dos veces cada año cada 9 años aproximadamente se
vuelven a repetir en los mismos meses, como se ve en el “gráfico de la década”
que en 2020 vuelven a ocurrir en torno a junio y diciembre, como ocurrió en
2011.
Por parejas
Siempre que hay un eclipse de Sol, cuando 14 o 15 días
después sea luna llena (o en la anterior, dos semanas antes), hay eclipse de
Luna porque si en el eclipse solar nuestro satélite estaba en el nodo o cerca
de él, dos semanas después la
Tierra se ha movido un poco en traslación pero no demasiado,
estará cerca del otro nodo y, como hay un margen, todavía le pillará en
situación de eclipse.
Concretando un poco más:
- Si en el eclipse de Sol la Luna nueva estaba un poco antes del nodo (en 1), dos semanas después la Luna llena estará un poco
después del otro nodo (en 2) y habrá eclipse de Luna, como se representa en el
siguiente gráfico:
- Si, por el contrario, en el eclipse de Sol la Luna nueva estaba un poco después del nodo, dos semanas
antes la Luna
llena había estado un poco antes del otro nodo y en este caso el primer eclipse
de la pareja fue el de Luna. Análogo que el anterior pero al revés.
- Si en el eclipse de Sol la Luna nueva está casi exactamente en el nodo (en el siguiente gráfico en 2), tanto la Luna llena anterior (1), como la
siguiente (3) están cerca del otro nodo pero no demasiado, por lo que no llega a
penetrar en la sombra, se queda en la penumbra y se produce un eclipse penumbral.
En este último caso, en vez de una pareja de eclipses
seguidos, tenemos un trío,
De manera similar, si es el eclipse que se produce muy cerca del nodo es de Luna, dos semanas antes y después habrá eclipses de Sol,
pero solo parciales y será otro trío.
En estos casos los dos extremos del trío corresponden a eclipses de un mismo astro (Sol o Luna), separados por una sola lunación.
Pero estos tríos ocurren cuando la Tierra está cerca del afelio porque se mueve más despacio y da tiempo a que se produzcan los tres. Por tanto prácticamente siempre ocurren en julio y los meses contiguos.
Aunque los episodios de tres eclipses seguidos parecen más
atractivos por su mayor número, en realidad no es así porque los dos de los
extremos son malos (penumbrales si son de Luna o si son de Sol, solo
parciales). Pero también tienen algo bueno, y es que el eclipse central de los
tres, será total y en principio de mayor duración de lo habitual, aunque en
esto puede tener más influencia la cercanía de la Luna a su perigeo.
Esta circunstancia se visualiza en el gráfico que apareció
antes, el "gráfico de la década", donde en 2011, 2013 y 2020 hay tríos con
un eclipse “bueno” escoltado por dos “malos”
Otro detalle a tener en cuenta es que aún cuando sigan la
norma general de 2 pares de eclipses separados por 6 lunaciones, y por tanto en un año natural serían de esperar 4 eclipses, como ocurre en 2017, pueden ocurrir 5 si
el primero es al comienzo de enero porque 12 lunaciones después todavía no ha acabado
el año y da tiempo para otro más.
Cuando aparecen las excepciones de los "tríos", puede haber 6, o incluso 7
eclipses en un año, si coinciden varias circunstancias:
Cuando hay un trío, se produce un adelanto (eclipse al cabo de 5
lunaciones en vez de 6) con lo que si a principio de año se produce la primera
pareja de eclipses, da tiempo a que haya otra antes de acabar diciembre. Esto
ocurrió en 1982, con eclipses en las fechas 9-1, 25-1 / 21-6, 6-7, 20-7 / 15-12, 30-12 , en cada grupo primero el
de Sol, pero lógicamente los de Luna fueron buenos, todos ellos totales, y los
de Sol malos, todos parciales.
Otros aspectos destacables
- Eclipses de Sol
anulares y totales:
A estos eclipses se les suele llamar “centrales” porque desde
algún lugar de la Tierra
la Luna pasa justo por en centro del Sol, y ocurrirán cuando nuestro satélite
esté muy cerca del nodo. Si se diese una exactitud total se vería desde el
ecuador, pero hay margen por el tamaño de la Tierra y se pueden ver totales desde otras zonas.
El que sea total o anular, depende del tamaño aparente de
los dos astros vistos desde la superficie de la Tierra. Por una tremenda
casualidad, ambos se ven casi del mismo tamaño (el Sol es unas 400 veces más
grande, pero está unas 400 veces más lejos).
Pero las distancias no son siempre las mismas ya que las
distancias varían. Si la Luna
está en el perigeo, al estar un poco más cerca se verá un poco más grande y
tapará completamente al Sol, pero no lo hará si está en el lugar más lejano
(apogeo)
También, en menor medida, el tamaño aparente del Sol varía,
viéndose más grande cuando la
Tierra está en el perigeo o cerca (primeros de enero)
Estas dos circunstancias favorecen el que vayan alternando total y anular, y por tanto que los dos eclipses de un mismo año sean de
diferente tipo, porque en 6 meses el efecto perihelio afelio es el contrario y
el perigeo apogeo casi también.
Sin embargo la llamada linea de los ábsides de la órbita
lunar (que pasa por el perigeo y el apogeo) no se mantiene fija y va girando
ligeramente. Como este factor es el que más influye, aunque en la mayoría de
los casos se produce la mencionada alternancia, hay muchas excepciones al tener
en cuenta los dos factores (cuando no ocurren muy cerca del perigeo – apogeo) y
que casualmente se han concentrado en estos años lo puedes ver en el manido “gráfico
de la década “que en este aspecto no es nada representativo respecto a otra
décadas.
Aunque actualmente se está produciendo una de esas
excepciones (dos anulares seguidos) por casualidad se produce la alternancia
considerando el año natural, tanto el año pasado como éste: En 2016
Total-Anular y en 2017 Anular-Total.
Hay otro tipo de eclipse de Sol, el llamado híbrido que en esta década ocurrió en noviembre de 2013 que se produce cuando en el recorrido de la Sombra de la Luna por la superficie terrestre en un tramo ocasiona un eclipse total y en otros tramos anular.
En esos casos vértice del cono de sombra de la Luna está muy cerca de la superficie terrestre, a veces la toca y a veces no, ya que debido a la curvatura del globo terrestre la Luna puede estar ligeramente más cerca o más lejos de dicha superficie. Es la misma cuestión que expliqué en noviembre con motivo de la famosa superluna:
Hay otro tipo de eclipse de Sol, el llamado híbrido que en esta década ocurrió en noviembre de 2013 que se produce cuando en el recorrido de la Sombra de la Luna por la superficie terrestre en un tramo ocasiona un eclipse total y en otros tramos anular.
En esos casos vértice del cono de sombra de la Luna está muy cerca de la superficie terrestre, a veces la toca y a veces no, ya que debido a la curvatura del globo terrestre la Luna puede estar ligeramente más cerca o más lejos de dicha superficie. Es la misma cuestión que expliqué en noviembre con motivo de la famosa superluna:
Ciclos buenos y malos
Está claro que los eclipses parciales de Sol y los
penumbrales de Luna, que ocurren cuando nuestro satélite no está demasiado
cerca del nodo, son mucho menos espectaculares e interesantes que los otros. Como
los desajustes se produce poco a poco, esto da lugar a que varios eclipse
“buenos” vayan seguidos en series de 4 o 5 y los “malos” también,
afortunadamente en número algo menor. Hay alguna excepción porque un eclipse
puede ser de un tipo u otro “por muy poco” y los factores que intervienen son
varios, cada uno con diferente periodo.
Esto también se puede observar en el “gráfico de la década”.
Las épocas buenas de los de Sol, corresponden con épocas
malas de los de Luna por las razones que he dado al hablar de los “tríos”, y
viceversa.
Como se ha dicho antes, considerando independientemente los
de Sol y los de Luna, lo más habitual es que ocurran eclipses al cabo de 6
lunaciones, pero a veces hay saltos en esa regularidad y se producen al cabo de
5. Estos saltos ocurren después de 7 u 8 eclipses “regulares” que siguen la
norma de las 6 lunaciones, y van alternando estas excepciones los de Luna y los
de Sol que nunca ocurrirán en ambos a la vez.
Esto se puede apreciar también en el “gráfico de la década”.
Todo ello lleva a que el año que los de Sol son muy buenos,
los de Luna sean malos; como ocurre este año 2017 (lo que también se puede apreciar
ver en susodicho gráfico), y viceversa.
También aquí puede haber pequeñas excepciones y hay que
señalar que hay matices que el gráfico no recoge. Aunque todos los totales
eclipses de Sol pueden considerarse “buenos”, unos lo son mucho más que otros,
tienen una duración y se pude notar una mayor oscuridad en el momento central
porque la Luna
está cerca y el Sol lejos.
Un truco para acordarte.
Es posible que te hayan entrado ganas de ver la próxima
pareja de eclipses de este año desde el mejor sitio posible aprovechando que quizás
en agosto tendrás vacaciones. Sabes que son en agosto porque los ha habido
ahora en febrero (6 meses antes) y leíste aquí que este año no hay excepciones.
Es posible que un día pases por una agencia de viajes, veas una oferta de esas
“solo si lo compras hoy” y te lances.
Pero claro, no te acuerdas de las fechas exactas y no
quieres que te pase como a la amiga de mi mujer, que nos la encontramos de
improviso en China en una tienda de jarrones, le comentamos que habíamos ido a
ver el eclipse, “-Que no sabía nada, ¿Cuándo es?” “- El próximo jueves” “-Vaya! y yo me vuelvo
el miércoles”
Not problem. Como encima de la mesa de la agencia tendrán un
calendario, que casi con toda seguridad recogerá las fases lunares,.. A tiro
fijo fijo: busca la luna nueva de agosto y ese día el eclipse de Sol, “-
Billete para EEUU”.
Y si andas bien de dinero y aún quieres más, el eclipse de
Luna, el día de luna llena. “- Billete para la India ”.
Solo cinco lunaciones después
Aquí recojo la explicación de cómo el leve movimiento de
retrogradación de los nodos (giro de la línea de los nodos) provoca las
irregularidades en los periodos de 6 lunaciones y se produce a veces la
excepción y hay un eclipse al cabo de solo 5.
Hago la explicación con los eclipses de Luna. Con los de Sol
la situación es análoga porque, aunque lo que vemos desde aquí son dos aspectos totalmente diferentes, geométricamente, y salvando las diferencias de
tamaño de los conos de sombra y penumbra producidos por la Tierra y la Luna , las circunstancias son
las mismas.
No todos los ciclos son idénticos porque intervienen otros
factores, pero son muy similares. Este sería un ejemplo típico.
Como se dijo, para que se produzca un eclipse no es necesario
que la Luna esté
exactamente en un nodo, y hay un cierto margen.
En un primer gráfico, en
perspectiva, se representa la órbita de la Luna y diferentes posiciones de nuestro satélite
en las situaciones tope para que se puedan producir los diferentes tipos de
eclipses.
Lo más importante son las distancias T, P y N que
representan las separaciones máximas entre el nodo y la Luna , en cada uno de los
casos.
Si hay eclipse total de Luna, ésta estará más cerca del nodo
que el ángulo T (en rojo)
Si hay eclipse parcial, la Luna estará más cerca del nodo que el ángulo P (en naranja)
Si hay eclipse penumbral, la Luna estará más cerca del nodo que el ángulo N (en verde)
Es solo un gráfico didáctico y no están a escala ni los
astros, ni las distancias, ni los intervalos T, P o N y se ha exagerado el
ángulo entre los planos de las órbitas lunar y terrestre (la eclíptica).
La línea de los nodos va girando, pero aquí se ha mantenido
fija y se ha supuesto el Sol en diferentes situaciones cuando hay luna llena, y
por eso aparecen los conos de sombra en diferente orientación.
Solo se ha dibujado el cono de penumbra en el último caso
porque en los otros no es importante, y para no recargar más el gráfico.
En el segundo gráfico, en
planta, se representan las posiciones de la Luna en sucesivos eclipses, cada 6 lunaciones hasta que se rompe la regularidad y ocurre al cabo de solo 5
lunaciones.
Está recortado y ampliado para apreciar los detalles. En la
esquina aparece completo.
Los intervalos T, P y N se han tomado a ambos lados del nodo.
La posición de nuestro satélite en luna llena se va separando cada vez más del nodo en los sucesivos eclipses (unos 5º) porquela
Tierra se encuentra en diferente lugar de su órbita (de un eclipse a otro unos 5º en sentido directo ), pero sobre todo porque la línea de los nodos va
girando (unos 10º en sentido retrógrado -como las agujas del reloj-).
Los intervalos T, P y N se han tomado a ambos lados del nodo.
La posición de nuestro satélite en luna llena se va separando cada vez más del nodo en los sucesivos eclipses (unos 5º) porque
Se han representado las situaciones (A, B, C, D, E) cada 6
lunaciones, una más (X) en el caso de la excepción de eclipse tras solo 5, y la siguiente (Y) otra vez 6 después.
En A la Luna está justo en el nodo y
se produce un eclipse total, lo mismo que en B, donde ya se ha separado un poco (del otro nodo). En C será total o quizás parcial (depende
de las posiciones del perigeo y perihelio), en D será penumbral y en E
quizás ya no habrá eclipse (podría haberlo penumbral –caso trío-).
Pero antes en X, 5 lunaciones después de D, hay eclipse penumbral porque se ha acercado al nodo por el otro lado. Ahí, en X ocurre el salto de las 5 lunaciones. El siguiente eclipse en Y, 6 lunaciones después de X (5 después de E) será también penumbral.
Dependiendo de que en E haya eclipse o no, la uniformidad de los 6 seguirá la secuencia 5-1-5 o solamente 5. (ver el gráfico de la década)
Pero antes en X, 5 lunaciones después de D, hay eclipse penumbral porque se ha acercado al nodo por el otro lado. Ahí, en X ocurre el salto de las 5 lunaciones. El siguiente eclipse en Y, 6 lunaciones después de X (5 después de E) será también penumbral.
Dependiendo de que en E haya eclipse o no, la uniformidad de los 6 seguirá la secuencia 5-1-5 o solamente 5. (ver el gráfico de la década)
Este proceso (de A a X, o de A a E) representa solo la mitad
de un ciclo. Antes de A las
situaciones serían simétricas.
En este último gráfico, aunque las distancias y tamaños tampoco están a escala, la separación angular entre las distintas posiciones y las sucesivas orientaciones de la línea de los nodos corresponden, con bastante aproximación, a los valores reales.
¡Gracias Esteban!
ResponderEliminarGracias otra vez por esta magnífica entrada y por la anterior. Más claro y más didacticamente no se puede explicar.
A tu reflexión de la anterior entrada he de decir que estoy contigo en que el programa de Eva es un excelente divulgador de la Ciencia en todos los aspectos y desde aquí un merecido reconocimiento a “La mecánica del caracol”.
Todo lo que hace referencia a eclipses lunares o solares me fascina. Alguna vez he comentado ya que vi el eclipse total de Sol de 1999 desde Austria, el anular de 2005 desde un pueblecito de Zamora y que veré el eclipse total total del próximo agosto en Nebraska….siendo de Bilbao no podía ser menos ;-)
Quería hacerte una consulta: los eclipses totales de Sol en otros planetas p.ej. en Júpiter debido a las satélites galileanos, ¿se ven como en la Tierra?
Aunque soy físico de formación nunca me he puesto a calcular los diámetros aparentes de Io, Ganímides, Europa y Calisto vistos desde la superficie de Júpiter, o mejor dicho desde la capa alta de la atmósfera de Júpiter, para compararlos con el del Sol.
Sí he visto fotografías de esos eclipses y me parecen que el círculo de sombra que se proyecta sobre la atmósfera se parece mucho a lo que ocurre en la Tierra.
Siempre se habla de esa “coincidencia” de los diámetros aparentes del Sol y la Luna visto desde la superficie terrestre pero ¿cómo se verían desde Júpiter esos eclipses?, ¿y también se pueden dar eclipses anulares?
Un saludo y gracias una vez más por esta entrada, por las anteriores y por todas las siguientes.
P.D.: Que sepas que a mí tu libro “2026 Eclipse Total” me gustó
Hola Rafa. Me ha llegado un comentario tuyo por medio de un correo de Bloguer. No lo veo aquí, quizás haya habido algún problema informático. De todas formas, te contesto:
ResponderEliminarMuchas gracias. Podemos quedar el 12-8-26 para ver el eclipse, como los protagonistas de la novela "2026 eclipse total". La narrativa no es mi fuerte, y me alegro de que te gustara.
Si. Alguna vez me he planteado el tema de los eclipses en otros planetas, he hecho algún gráfico con los tamaños aparentes del Sol y los satélites y lo suelo contar en algunas charlas.
Lo escribiré en el blog cuando llegue a los cielos del 4º y al 5º planeta, en la serie que ya empecé con el primero.
Concretando: Los cuatro satélites galileanos se verían desde el borde de la superficie nubosa del Sol bastante más grandes que el Sol y no producen eclipses anulares. Sí lo hace el satélite Amaltea, porque siempre se ve ligeramente más pequeño que el Sol, pero como o es esférico, el anillo quedará un poco irregular. Lo mismo ocurre con Fobos desde Marte.
Entre los fenómenos mutuos, que ocurren cada 6 años con los satélites galileanos, creo recordar haber visto entre toda la lista algún eclipse anular, que incluso se podría ver desde aquí con telescopios suficientemente potentes, pero son totalmente diferentes a los de Sol que vemos nosotros: Uno de los satélites proyecta su sombra sobre otro en fase llena, y esa sombra si es más pequeña, produciría un círculo oscuro en el centro del otro satélite.
Acabo de encontrar esto: https://ocultacionesliada.wordpress.com/eclipse-de-io/ El vídeo del final del artículo es impresionante. No es anular por muy poquito, pero podemos imaginar cómo lo sería en otras ocasiones.
Estimado Profesor, no dejo de sorprenderme leyendo posts antiguos como este, siempre se aprenden cosas nuevas releyéndolos. Para los apasionados de la matemática astronómica es un disfrute perderse entre sus artículos. Por cierto, me surge una duda con respecto al gráfico con el que explica las excepciones de las 5 lunaciones. Cuando indica "Pero antes en X, 5 lunaciones después de E, hay eclipse penumbral" ¿puede que tratara de decir "Pero antes en X, 5 lunaciones después de D..."? Muchas gracias, le animo a seguir escribiendo. Un fiel seguidor.
ResponderEliminarEfectivamente, tuve un despiste y lo has pillado. Si ves algo más, te agradecería que me dijeras.
EliminarYa está corregido, y es un gozada contar con colaboradores en esta tarea. Muchas gracias por ello y por los ánimos.