El título de esta entrada es un refrán popular muy conocido
al menos por estos lugares donde yo vivo.
Aprovecho el que precisamente hoy 13 de diciembre el
santoral católico celebra la festividad de Santa Lucía para hablar del tema,
pero a diferencia de otras veces en que me limito a exponer una situación,
ahora me gustaría que sirviera para contrastar ideas e incluso si fuera posible
para que deis vuestras opiniones.
Porque hay varias circunstancias que hacen que yo no pueda
zanjar el asunto a pesar de que eso de la duración de los días, de la medida
del tiempo sea uno de los temas que más me interesan y sobre los que más he
intentado profundizar.
Pero aquí hay varias cuestiones que se salen de lo puramente
astronómico sobre todo en cuanto al origen e interpretación de esta frase
emanada de la sabiduría popular:
1- Diferentes
enunciados del dicho popular
En primer lugar, hay que decir que hay distintas variantes
de este dicho. Yo siempre lo oí tal como aparece en el título (1), incluso con
algún añadido como “Por Santa Lucía alarga el día apenas un paso de gallina” u otros que matizan la afirmación. Pero parece
que incluso más extendida en algunas zonas hay otra versión más completa “Por Santa Lucía acorta la noche y alarga el
día” (2).
Está claro que la versión (2) es incorrecta, al menos
actualmente. El día más corto y la noche más larga corresponde al solsticio de
invierno, el día 21 o 22 de diciembre en el hemisferio Norte, y todavía faltan 8
días. Después del solsticio es cuando empezará a acortar la duración de la noche y a alargar la del día.
2- Podría
considerarse correcto.
A pesar de lo anterior, el enunciado (1) que da título a
este post, la frase escueta "Por Santa Lucía alarga el día", es correcta en latitudes no muy lejanas a donde yo vivo (43º N), y
luego en el anexo después de los rombos precisaré más, porque debido al
desajuste entre la hora media y la hora solar verdadera (también lo explicaré
en el anexo) el día que más pronto anochece por aquí es el 8 o el 9 de
diciembre (dependiendo de la proximidad del año bisiesto) y para el día 13 el
Sol se pone ya un poco más tarde, en Bilbao apenas 25 segundos según los datos de las efemérides, y esa diferencia ¿ya podría
ser apreciada si uno se fija?
Así lo he visto yo desde mi "ventana mágica":
Así lo he visto yo desde mi "ventana mágica":
Considerando la hora solar verdadera, el día del solsticio
de invierno es cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto. Pero esa hora
que es la que marcan los relojes de sol ya no es la que nosotros utilizamos, y
su diferencia con la hora oficial no es siempre la misma, va cambiando de día
en día y por eso se produce esta aparente contradicción.
¿Podría haber ocurrido que en origen el enunciado fuera el
(1) que ahora es correcto, y utilizando la lógica aparente (en este caso lógica
errónea) se hubiera ampliado luego a la versión (2)? Es una posibilidad.
3- Efecto de la adopción
de la hora media
Si el origen del refrán fuese anterior al siglo XVIII
incluso la versión (1) sería incorrecta porque siendo los relojes mecánicos aún
muy imprecisos en aquella época, la hora oficial era la que marcaban los
relojes de sol, en ese caso el mediodía
no está desplazado y el día que más pronto anochecía era el más corto, el del
solsticio de invierno.
Incluso al comenzar a colocarse relojes mecánicos en las
iglesias, junto a ellos había un reloj solar (normalmente una simple meridiana
que indicaba el mediodía) para corregir y poner en hora al otro, porque los de
sol eran más precisos y por ello la referencia correcta.
En la catedral de Girona ha quedado plasmada la sustitución del reloj solar por el reloj mecánico que se colocó sin borrar el anterior. |
La utilización de los relojes mecánicos más exactos que indican
la “hora media” hace que el enunciado (1), la frase escueta “Por Santa Lucía
alarga el día” del refrán popular, sea correcto
4- La culpa ¿es del calendario
gregoriano?
En algún lugar he leído que el refrán completo (2) era correcto
originalmente y hasta la implantación del calendario gregoriano, que ocurrió en
1582.
Efectivamente, antes de ese cambio el solsticio de invierno
ocurría precisamente el día 11 o 12 de diciembre y justo en la festividad de
Santa Lucía la duración del día empezaba a aumentar, tanto por la mañana como
por la tarde. Cuando Gregorio XIII al realizar la reforma del calendario
eliminó 10 días el solsticio pasó al 21 o 22 y la rima de Santa Lucía habría
dejado de ser correcta.
El papa Gregorio XIII quien estableció el nuevo calendario |
Esto podría ser así, pero hay varios factores que habría que valorar:
- A partir del solsticio los días empiezan a aumentar pero
muy poco a poco, de manera casi inapreciable. Solo un astrónomo podría
determinarlo y es difícil que el saber popular lo señalara. Es al cabo de varios
días cuando ya se aprecia ligeramente.
La variación de un día a otro es tan pequeña que ningún
reloj de aquella época podía medirlo, solo una levísima diferencia en el lugar en
que el Sol se pone podría indicarlo, y precisamente en el solsticio (palabra
derivada de Sol stare – Sol quieto) apenas hay cambio.
- Exigiría una gran antigüedad al refrán (aunque les hay mucho más antiguos), y además el hecho
de que haya perdurado durante tantos siglos siendo claramente erróneo tras el
cambio de Gregorio XIII.
- También exigiría que hubiera surgido precisamente en esa
época y no mucho antes, porque si se retrocede varios siglos más, el solsticio
ocurría en fechas posteriores de diciembre pues se había ido adelantando desde
el día 24-25 en época de la implantación del calendario juliano, hasta el 11 o
12 en el siglo XVI.
Por ello, si efectivamente la incongruencia actual del refrán completo está motivado por la instauración del calendario gregoriano, la astronomía serviría para datar aproximadamente el momento en que apareció.
En definitiva, si supiéramos la fecha aproximada
de su origen tendríamos la solución en cuanto a la corrección del refrán y en
cuanto a la versión original del mismo. ¿Alguien tiene algún indicio al
respecto aparte de los razonamientos expuestos?
Aunque puede ser indicativo, no es definitivo el suponer que la sabiduría popular es totalmente correcta y que es un método fiable para
datarlo, porque hay muchos ejemplos de errores y evidentes contradicciones en
distintos refranes populares de muchos ámbitos diferentes. Incluso el detalle
de la rima “Lucía” con “día”, tan fundamental en estas frases, habría hecho que se eligiese el día
13, y no otro, para resaltar el hecho astronómico.
Además, como explicaré en el siguiente anexo, la
circunstancia que recoge este refrán es diferente según la latitud del lugar,
con lo que se añade una nueva variable respecto a su origen geográfico.
La ecuación del tiempo.
Puede parecer extraño lo que se ha dicho antes, que aunque
el día más corto sea el 21 de diciembre (en el hemisferio Norte) el día que más
pronto se pone el Sol sea dos semanas antes. Hay que insistir en que eso es
porque utilizamos como referencia la hora oficial, la que marcan los relojes
mecánicos o electrónicos. Esta hora considera días exactamente iguales, de 24
horas, y se basa en la denominada “hora media”, con un adelanto o retraso según
la longitud geográfica o el uso horario, que no afecta a este tema porque la
diferencia siempre es la misma.
Pero la duración del día astronómico (día más noche), desde
que el Sol pasa por el meridiano hasta que lo vuelve a hacer la vez siguiente,
no es siempre la misma. Pueden ser unos segundos más de las 24 horas (hasta casi
30 segundos), o menos (hasta 21 segundos menos)
Esto, y los motivos por los que se produce, lo expliqué detalladamente
hace casi un año en el artículo “22 de diciembre ¿el día más largo?“. Si estás interesado puedes verlo linkando el enlace, y aquí solo cito las
causas y utilizo los resultados finales para no hacer este post demasiado largo.
Tal como se dijo en el mencionado artículo, aunque la
rotación de la Tierra
es prácticamente uniforme, la traslación no lo es y esto también influye en la
duración del día. Así mismo hay otro factor que condiciona este desajuste y es la
inclinación de la eclíptica.
Se vio que debido a estos dos motivos la duración del día
varía a lo largo de un año según esta gráfica:
Duración del día desde un paso del Sol por el meridiano local hasta el siguiente (día más noche), según la fecha, |
Como el efecto se va acumulando de día en día, la diferencia
entre la hora verdadera, que es la que marca un reloj de Sol (siempre las 12
cuando el Sol está en el Sur) con la que marca un reloj mecánico o electrónico
(que considera todos los días iguales de 24 horas) varía a lo largo de año
según la llamada ecuación del tiempo, que recoge la acumulación de esas
diferencias y corresponde al siguiente gráfico.
Utilizando nomenclatura matemática, sería la integral de la
función de la gráfica anterior, considerando el origen cero en las 24 h, según la escala de la derecha.
Como se aprecia en la primera de las dos gráficas, precisamente
en esta época desde principios de
noviembre hasta mediados de febrero los días (día más noche) duran más de 24
horas y nuestros relojes van adelantando respecto al Sol. O visto de otra
manera, el Sol se va retrasando respecto a la hora que marcan nuestros relojes.
Este efecto de unos pocos segundos se va acumulando hasta unos cuantos minutos
y esa acumulación es precisamente lo que se refleja en el segundo gráfico.
En él se ve que durante estas fechas el mediodía se atrasa,
y el Sol sale y se pone cada vez más tarde, siendo ese efecto mayor que el
adelanto en la puesta de Sol por el efecto estacional al acercamos al
solsticio.
Por la variación estacional, el día 21 de diciembre en mi
latitud debería anochecer 3 minutos antes que el día 8 (y amanecer 3 minutos después), y
así ocurre considerando la hora solar verdadera que marcan los relojes de sol. Pero
la ecuación del tiempo nos dice que los relojes de sol entre esos dos días
adelantan 6
minutos (en el segundo gráfico en rojo, el día 21 retrasan 6 minutos
menos que el 8), y por eso al final en hora media (hora oficial que marcan
nuestros relojes) el Sol el día 21 se pone 3 minutos después que el día 8 (3=6-3)
En otras latitudes
La fecha y los datos que se han dado corresponde a una
latitud 43º Norte
Como he dicho, hay dos factores que determinan las
diferencias en la hora de la puesta del Sol:
La ecuación del tiempo que es igual en todo el planeta, y el
efecto estacional que es más pronunciado cuanto más lejos del ecuador. Para latitudes
grandes influye más el primero y para lugares cercanos al ecuador, el segundo.
En el ecuador el efecto estacional es nulo. Todos
los días del año duran igual igual, desde que el Sol sale hasta que se pone.
Por ello el día que más pronto se va el Sol es el 3 de noviembre, cuando la
ecuación del tiempo marca el mínimo.
En la latitud 20º N es el día 26 de noviembre y cerca
de los círculos polares el efecto estacional es muy pronunciado y por ello el día
que más pronto se va el Sol, por ejemplo en
la latitud 65º es el 19 de diciembre. Dentro de los círculos polares
(latitud mayor de 66º 33`) no tiene sentido hablar del día que antes se va el
Sol, porque hay días que no aparece.
En el hemisferio Sur como las estaciones son diferentes la fecha en que más pronto se va el Sol es en otros meses.
Por ejemplo en las proximidades de la latitud 35º Sur, en Buenos Aires, Montevideo e incluso Santiago de
Chile, esta circunstancia ocurre el 11 o el 12 de junio. También es antes del
solsticio de invierno austral, porque también en esa época la ecuación del
tiempo está creciendo, aunque en menor medida, tal como he recogido en el
último gráfico en las indicaciones de color verde.
Como se deduce de estos ejemplos, lo de Santa Lucía solo
sirve para latitudes cercanas a la mía, aunque es una buena excusa para caer en
la cuenta de que el día que antes anochece no es precisamente el más corto y
analizar las circunstancias que lo determinan.
Por dar un dato más, como el dicho popular debe haber
surgido en algún lugar de la península Ibérica (la rima funciona en español y
es válido solo en algunas latitudes Norte), como los datos detallados que he
dado antes corresponden a Bilbao, en el norte de la misma, recojo los de la
latitud 37º, aproximadamente la correspondiente a la mayoría de las capitales
andaluzas en el Sur. En este caso el día en que antes se pone el Sol sería el 6
de diciembre, y el día de Santa Lucía lo hace unos 50 segundos después, mucho
más fácil de apreciar que el día alarga, que en Bilbao donde la diferencia, tal
como señalé, es solo la mitad.
En todo el contenido de este post no se han considerado los
cambios horarios de invierno-verano que establecen los políticos, a veces
arbitrariamente. Hace poco escribí algo similar a esto respecto al amanecer
pero teniendo en cuenta esos cambios estacionales, y el enfoque, las consideraciones y resultados
eran totalmente diferentes. Si todavía te quedan ganas de seguir dándole
vueltas al tema, lo puedes ver en este enlace: El día que más tarde amaneció
Este es refrán tal y como lo decía mi abuela:
ResponderEliminarPor Santa Lucia, alargan las noches y acortan los días.
Por Santo Tomás, un ciego lo verá
Gracias por la aportación, Kruchi. Lo apunto.
EliminarSi. Para el día 21, Santo Tomás, es mucho más claro que el día alarga por la tarde.
La versión que yo sabía es:
EliminarPor Santa Lucía, menguan las noches y crecen los días.
Y por Navidad, cualquiera lo verá.
Y algunos añaden:
Y por Reyes, lo verán hasta los bueyes :)
Gracias Neila. Una versión muy completa del refrán, y que efectivamente sería válida antes del cambio de calendario en 1582.
EliminarMuy interesante, me ha sido muy útil. Creo que ha hecho un buen trabajo investigando delicadamente el tiempo entre estos días. Gracias
ResponderEliminarGracias por el comentario. Me alegro de que haya sido útil. Por la hora en que lo ha escrito, ¿es posible que viva en América? Si fuese en el hemisferio Sur allí en esas fechas de diciembre ya se acerca el solsticio de verano y la situación es diferente. En los artículos que escribo ahora intento dar ambas versiones, pero este es de hace varios años, cuando pensaba que no tenía tantos lectores en esa parte del mundo (ahora parece que son bastante más que en Europa) Un saludo
EliminarEl de Santa Lucía es un refrán que mi madre utiliza mucho por estas fechas... Gracias Esteban...
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