Hace unos
días, cuando finalizaba el mes de agosto, se hizo pública la noticia de que
había sido detectada una extraña señal mediante un radiotelescopio ruso, que
podría tener origen extraterrestre y, aunque ahora parece que la mayoría de los
expertos creen que en realidad el origen de esa señal está en el tercer
planeta, en la Tierra ,
algunos ya se hicieron esa pregunta que he elegido como título de este post: ¿Quién ha sido?
La misma
pregunta que surgió en 1977 cuando en
plena efervescencia del programa SETI (en ingles, las siglas de Búsqueda de
Inteligencia Extra Terrestre) se captó otra señal de radio procedente del
espacio, que todavía muchos piensan que no es de origen natural aunque no se haya
vuelto a repetir, y a la que se le llamó “Wow!”
por la expresión de asombro que lanzó la persona que tuvo la suerte
de descubrirla.
Si. En
ambos casos mucha gente se hizo la
pregunta que da título a este post.
El radiotelescopio Big Ear donde se captó la supuesta emisión extraterrestre conocida como “señal Wow”: |
Sin
embargo, yo al titular esta entrada no me he querido referir a eso sino a algo totalmente
distinto que ocurrió al comienzo de la semana pasada y que para mí tiene mucha
más importancia que el saber de donde proceden realmente estas extrañas señales
o si los extraterrestres están intentando comunicarse con nosotros. A algo
referente a la difusión de este blog que ocurrió en un momento clave.
En algunas ocasiones suelo enlazar “cuestiones de la vida diaria” con temas de astronomía que
justifiquen su aparición aquí y que sean interesantes para mis lectores y
lectoras.
Por ello continuando con el tema y sin irnos tan lejos, a supuestas
civilizaciones que habiten lejanos planetas, hay que decir que también en asuntos relacionados con los astros muchas veces ocurren cosas, cuyos efectos son perceptibles,
incluso muy evidentes, pero en principio no se sabe qué o quien los ha
ocasionado, aunque en la mayoría de las ocasiones posteriormente sí se acaba averiguando.
- ¿Quién era el que “empujaba” a Urano? ¿Qué
era lo que provocaba las anomalías en los movimientos en su órbita?
Dos
matemáticos, el inglés Adams y el francés Le Verrier, fueron quienes
propiciaron el descubrimiento de Neptuno
después de analizar los efectos que la atracción gravitatoria de un supuesto
astro desconocido ejercía sobre el séptimo planeta.
Existe un
debate sobre cuál de ambos tiene un mayor mérito, agrandado por la histórica
rivalidad entre los dos países de los que eran originarios.
Pero lo
importante es que uno u otro, y finalmente los dos, se dieron cuenta de que había algo desconocido
que provocaba unos efectos evidentes en el planeta Urano, y una vez convencido a los
astrónomos dónde tenían que buscar, no tardó en encontrarse.
Le Verrier y Adams, verdaderos artífices del descubrimiento de Neptuno, aunque no fueran ellos quienes lo vieran. |
-
Después
de descubrirse Neptuno, ¿Quien seguía
causando todavía una pequeña parte de esas anomalías que el octavo planeta
no podía explicar totalmente?
La
respuesta era "Nada" o "Nadie" y aquí los científicos se equivocaron, le echaron la
culpa al pobre Plutón (empeñándose en la búsqueda de un noveno planeta que
luego llamaron así), y hasta que el Voyager 2 pasó por las cercanías de Neptuno, y luego se analizaran detenidamente los datos obtenidos permitiendo medir con precisión su masa, no se supo que los culpables eran los
propios astrónomos que habían estimado erróneamente la densidad de este planeta y con
los parámetros correctos no quedaba ninguna anomalía por explicar.
Los datos recogidos por la nave Voyager al pasar cerca de Neptuno permitieron saber que esta vez la respuesta era "NADIE" |
- ¿Quién ha sido? (o, ¿qué y cómo es el causante de
ese efecto?)
La inmensa
mayoría de los miles de planetas extrasolares que han sido detectados desde que en 1995 encontraron al primero (los anunciados en 1992 alrededor
de un púlsar no cuentan), nadie les ha visto nunca, pero han sido delatados por
los efectos en sus estrellas madre, que sí las vemos.
Bien sea
por los levísimos movimientos oscilatorios de esas estrellas debido a la atracción
del supuesto planeta, detectado por
métodos fotométricos o el efecto Doppler (mediante
fotografías de la estrella o análisis de las variaciones de las líneas en su espectro) o por la levísima disminución de la luminosidad de
una estrella cuando un planeta pasa por delante y oculta una pequeña parte de
su superficie) detectado por el método de "los tránsitos", los astrónomos saben
“quien ha sido”. Qué características tiene el supuesto planeta.
A partir de
la oscilación de la estrella, según sea el periodo y la amplitud de la misma,
se puede calcular fácilmente la masa del planeta y la distancia a la que se
encuentra, y deducir luego otras características como su temperatura, …
A partir de
la observación de un tránsito, analizando la duración del mismo y la variación
en el espectro de la estrella, se estima su velocidad orbital, el tamaño del supuesto planeta e incluso la
composición de su atmósfera.
Con todos
los datos, se sabe cómo son, se describen con bastante precisión las
características de estos astros que nadie ha podido ver, e incluso se especula
sobre su posible habitabilidad.
Representación artística de algunos exoplanetas que podrían ser similares a la Tierra. Se conocen sus caraterísticas y se ha imaginado su posible aspecto, sin haber sido vistos nunca. |
- ¿Quién ha sido?
Habría sido
la primera reacción instintiva del genial Newton al notar el golpe, si la
historia de la manzana que se dice provocó su trascendental descubrimiento
hubiera ocurrido realmente.
- ¿Quién o qué era lo que producía
aquellas interferencias?
Pensaron A. Pencías y R. Wilson cuando en 1965 intentaban ajustar la antena Bell Labs en Crrawford Hill para trabajar en comunicación con satélites.
Pensaron A. Pencías y R. Wilson cuando en 1965 intentaban ajustar la antena Bell Labs en Crrawford Hill para trabajar en comunicación con satélites.
La
radiación del fondo cósmico de microondas captada accidentalmente, era
el efecto de algo que ellos en principio no identificaban y que luego confirmaría
la teoría del Big Bang.
Los descubridores de la radiación de fondo, junto a la antena con la que la detectaron |
Acabo, volviendo
a lo que ha ocurrido hace unos días, que es lo que a mí me importa y cuyo
efecto ha sido evidente:
Amigo lector
o amiga lectora:
Si has sido
tú, que sepas que sé que lo has hecho. Que Google me lo ha chivado. Me ha dado unas
pistas evidentes.
Pero no sé
quién eres, ni cómo lo has hecho. Solo puedo decirte que has hecho una buena acción,
cuyos efectos van muchísimo más allá de lo que pensaste cuando lo hiciste.
Que con esa
acción hiciste bien a mucha gente.
Pero sobre todo a mí.
Que aunque
no sé quien eres, te estaré eternamente agradecido.
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