lunes, 30 de mayo de 2016

Retrogradación (1). Los rivales Ares y Antares, protagonistas.

En este y en el próximo post voy a hablar de una circunstancia que tuvo una importancia decisiva en la historia de la ciencia y en el avance del conocimiento humano, y que aunque por esa trascendencia histórica pudiera parecer algo excepcional, ocurre con relativa frecuencia y es observable en el cielo por cualquier persona.
Un fenómeno que estas próximas semanas, si te fijas bien, te va a ser muy fácil de apreciar incluso mirando directamente desde una ventana de casa que esté orientada hacia el Sur o Sureste.
Me estoy refiriendo a la retrogradación planetaria, origen de la revolución Copernicana.
Copérnico y los sistemas geocéntrico y heliocéntrico. La retrogradación planetaria, sobre todo la de Marte, fue lo que llevó al clérigo y astrónomo polaco a buscar una nueva teoría que explicara adecuadamente este fenómeno y con ello encontró la verdadera situación y movimientos de los astros del Sistema Solar.
En este post te voy a presentar a los protagonistas del evento, que precisamente en esta ocasión son dos astros en realidad muy diferentes pero a la vez muy parecidos, y que mantienen una curiosa relación entre sí. En el próximo, que publicaré dentro de 3 o 4 días, entraremos en detalles de lo que se traen entre manos. Se verá en qué consiste el fenómeno.

La retrogradación de Marte (o de otro planeta exterior) se produce en las semanas próximas a su oposición. Tal como puedes ver en esta entrada anterior, las oposiciones de Marte se producen cada poco más de dos años y en cada ocasión el cuarto planeta está en diferente lugar de su órbita, por lo que el fenómeno se observa teniendo como fondo una constelación diferente. Acaba de ocurrir la oposición y ahora precisamente, la retrogradación ocurre en Escorpio, donde Marte tiene a su rival.

- Ares

Ares era el dios griego de la guerra, con quien los griegos personalizaron al cuarto planeta y que posteriormente los romanos llamaron Marte.


Dos imágenes del planeta Marte:  Visto en nuestro cielo como una estrella rojiza a la derecha de la Luna el 3-8-2014 desde Araúzo de Torre, y la obtenida por el telescopio espacial Hubble el pasado 19 de mayo, solo 3 días antes de la reciente oposición. Crédito de la imagen: NASA/ESA/Hubble
Ambos pueblos, griegos y romanos, dieron a los diferentes planetas los nombres de algunos de sus dioses, y está clara la razón de la nominación de éste, debido a su color rojizo que recordaba a la sangre y al fuego, elementos asociados a las guerras.
Al igual que en otros casos la realidad no tiene nada que ver con esas supuestas características del planeta y quizás Venus sea el ejemplo más evidente porque la diosa de la belleza y el amor se asoció al planeta que hoy sabemos que es más infenal. Pero con Marte tampoco es lo que parece porque es un planeta frío, contra lo que los antiguos podían suponer. Su color rojizo se debe al hierro oxidado de su superficie. Aunque bien pensado, también el hierro se puede asociar al metal con que se elaboraban las armas, y los griegos no habrían estado tan descaminados. La frase “A hierro y fuego” asociada a las luchas violentas, al menos en su primera parte sí está representada en el planeta Marte.

- Antares

Ares es siempre el actor principal. Pero  aunque alguien pudiera pensar que este otro astro no pinta nada en esta historia de la retrogradación planetaria te voy a presentar a Antares: una estrella que en la función de este año (no suele actuar en otras representaciones de esta obra), aún sin ser la protagonista tiene un papel importante y te resultará clave para ver y entender lo que está pasando en el escenario del cielo en estas semanas próximas a la oposición marciana de 2016.
Antares luce espléndida con un tono rojizo en la constelación de Escorpio en esta imagen tomada en julio de 2015 desde Araúzo de Torre.

Hay algunas estrellas cuyo nombre no se debe solo a un capricho de alguien que se lo asignó casi al azar, y hay varios ejemplos claros: Algol “el demonio”, Polaris “la que está en el polo”, Spica  porque deja de verse cuando “caen las espigas”, Aldebarán en árabe “la que sigue” (a las Pléyades) o en latín “Oculum Tauri – El ojo del Toro”.
Pero uno de los ejemplos más evidentes es el de la estrella más brillante de la constelación de Escorpio: la llamativa estrella roja Antares, el ANTI-ARES.
Es una gigante roja. Una estrella de gran tamaño y en la última fase de su vida, tal como será nuestro Sol dentro de unos 5000 millones de años.
Aunque algunas estrellas cambian de brillo en breves periodos de tiempo, las llamadas estrellas variables, no es este el caso y Antares es la más brillante de la constelación de Escorpio y la decimosexta de todo el cielo, visto desde el tercer planeta.


- Los rivales

Ambos astros, aún siendo totalmente diferentes en tamaño y estructura (Una lejana estrella gigante y un pequeño planeta de nuestro sistema solar) pueden presentar un aspecto similar vistos desde el tercer planeta, desde la Tierra.  

Justamente en estos meses los dos se sitúan bastante cercanos entre sí en nuestro cielo, podemos verlos a la vez y compararlos, así como observar la variación de la distancia angular que los separa, vistos desde el tercer planeta.

Marte y Antares, los dos puntos más brillantes en esta imagen, acompañados de otras estrellas de Escorpio y de Saturno sobre el cielo de Bilbao hace poco más de una semana (el 21-5-2016).
Alguien que les eche un vistazo cualquier noche de éstas, podrá pensar que respecto al color, si. Ambos son rojizos, de un tono muy similar. Pero en cuanto al brillo, Antares no puede ser un rival digno del cuarto planeta que luce con un fulgor mucho mayor.
Sin embargo el brillo de Marte varía enormemente según su cercanía a la Tierra, como se dijo en la entrada de este blog mencionada antes, y hay veces que es inferior al de su “rival”. La magnitud de Antares es 1.1 y la de Marte puede oscilar entre -2.8 y  1.7 (a mayor brillo el número que indica la magnitud es menor)
Hace apenas dos años, en julio de 2014, también estuvieron relativamente próximos con un brillo mucho más parejo como se ve en la siguiente imagen de la izquierda.

Y en agosto de  2012 Marte brillaba incluso menos que Antares como se deduce de la imagen de la derecha. Aunque en ella no aparece la estrella de Escorpio, puede compararse el brillo de Marte ligermente inferior al de la estrella Spica, que es casi igual al de Antares. También está Saturno, cuyo brillo aunque también varía, lo hace en muchísima menor medida. Marte, Espica y Saturno aparecen en las dos imágenes, tomadas tambien desde Araúzo de Torre.

En estas fechas de finales de mayo y junio de 2016 Marte y Antares pueden verse en el cielo sobre el horizonte Este – Sureste en cuanto anochece. Fíjate en ellos y en la forma del triángulo que se completa con otra “estrella” también bastante brillante que está por allí cerca, un poquito más arriba (o más abajo si estás en el hemisferio Sur), que en realidad es el planeta Saturno. Los tres están en la siguiente imagen,
Mírales siempre que puedas y observa cómo va cambiando la forma de ese triángulo y la distancia entre Ares y Antares.
Aunque el planeta anillado nos aparece repetidamente en esta historia, no siempre tiene que ser así. Pronto hablaré sobre él


Esto ha sido solo "la previa". Las claves para interpretar esta función, en la segunda parte de este artículo puedes verla ya directamente clicando aquí.  

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