miércoles, 10 de febrero de 2016

Mercurio, el planeta más cercano, a la Tierra.

El título es totalmente correcto. No es lenguaje metafórico como en otras ocasiones, ni me he confundido de planeta.
Tampoco pienses que en este caso con la palabra “cercano” me refiero a “más parecido” como a veces se dice, ni ha sido una traducción inadecuada del inglés, ni tampoco quiero indicar que “sintoniza contigo”, como en ocasiones utilizamos ese término al referirnos a personas.
El más cercano al tercer planeta, es el primero. En distancia, en línea recta, en kilómetros o en Unidades Astronómicas (Suponiendo que estás leyendo esto no más de 10 días después de que lo publiqué) 
¿Y qué pasa con el segundo, que está entre ambos? Me preguntarás.

Para que veas que no voy de farol, te pongo aquí los números que me acaba de dar ahora mismo el programa Stellarium, que coinciden con los datos que dan otras fuentes totalmente fiables, para hoy día 10 de febrero de 2016:
Distancia Tierra-Mercurio 1.05 Unidades Astronómicas (en kilómetros, multiplicar por 149.6 millones)
Distancia Tierra-Venus 1.40 U.A.
Distancia Tierra-Marte 1.28 U.A.
Está claro.
Se Puede comprobar con cualquier programa de efemérides, que Mercurio es el planeta que tenemos más cerca desde el pasado 24 de diciembre hasta el próximo 20 de febrero.
Seguramente ya te habrás dado cuenta de la “trampa”: Las distancias cambian continuamente porque los planetas se mueven en sus órbitas, con diferentes periodos y la configuración del sistema va cambiando.

A la izquierda, la posición de los planetas hoy mismo (10-2-16) con indicación de las distancias por medio de flechas, y a la derecha otra situación en que Mercurio también era el más cercano, a pesar de que estaba en la posición más lejana posible, al otro lado del Sol (a mediados de diciembre de 2014).
Estamos acostumbrados a ver los planetas dibujados en línea recta, partiendo del Sol, como en esta imagen, pero eso solo es una manera de representarlos, que evidentemente no corresponde a ninguna situación concreta de una fecha.


Está claro que normalmente quien pregunta “¿Cuál es el más cercano?” lo que en realidad quiere preguntar es “¿Cuál es el que más se acerca? ”, y en ese caso la respuesta correcta sería Venus, pero evidentemente el subconsciente le juega una mala pasada y se equivoca al construir la frase.
También el que responde a la pregunta si sabe un poco de astronomía, la oye bien pero su subconsciente la interpreta mal, con lo cual si se trata por ejemplo de un concurso, ganará el premio a pesar de responder incorrectamente.

No creo que nadie me tache de inmoral si te doy un consejo: Si en un concurso de televisión o en otro medio te hacen esa pregunta, tú no digas la verdad. Por una vez en tu vida pon cara de póquer y miente. Mi sugerencia es que digas que es Venus, porque es lo que el presentador del programa tiene apuntado en su tarjeta como respuesta correcta. No es broma; esta situación concreta (con Venus) yo recuerdo haberla visto en concursos de la tele al menos en dos ocasiones.

Tampoco es un consejo que te valga solo con los astros. Sea en un examen, en una pregunta del sargento chusquero (si no quieres ir al calabozo -tiempos aquellos de la mili obligatoria-), o en cualquier ocasión en que alguien te pregunte algo y de tu respuesta dependa el ganar un premio o evitar un castigo, nunca respondas lo que tú crees que es cierto, sino lo que pienses que cree cierto quien te lo pregunta.

En el caso concreto del planeta más cercano, si te lo preguntan en otra fecha cualquiera y por supuesto, ni tú, ni el preguntador se sabe la respuesta correcta, lo más probable es que también tengas que mentir, porque él siempre tendrá apuntado Venus y, en la mayoría de los casos, aunque evidentemente no en todos (porque según la fecha, también podría ser Venus o Marte), el más cercano es Mercurio. La razón es que es el planeta que menos se aleja. 
En el anexo incluiré próximamente explicaciones razonadas, datos y gráficos relativos a esta cuestión.
 
Hacia la izquierda (muy débil) la respuesta “correcta” (la mayoría de las veces) y a la derecha la que tú debes dar para que te la “acepten como correcta” Imagen  de Mercurio y Venus sobre el macizo del Gorbea, tomada desde Orozko el 5-2-16
Estarás pensando que todo este post es una pequeña anécdota sin importancia, que todos conocemos la situación y que no merece el que yo haya dedicado tanto tiempo a escribirla ni tú a leerla.
Sin embargo, estoy seguro que no tenías interiorizada la idea de que el planeta más insignificante y a veces incluso despreciado en los medios, (mi amigo, el planeta maravilloso) es el que más cerca tenemos en la mayoría de las ocasiones. Nos lo imaginamos inconscientemente allá lejos, casi junto al Sol, y pensamos que Venus y Marte están más a mano. No. Estos dos nos abandonan durante largos periodos de tiempo, lo que no hace el primer planeta.

Anécdotas incluidas, habrá que aclarar detalladamente la situación.

Para ello, está ya a tu disposición el siguiente post

Pero si quiere leer algo más relajado ...




Como también alguien me ha dicho que este post parece más de moral científica que de astronomía, añadiré y contaré cómo aprendí eso de que a veces conviene mentir y dar la respuesta que quien te pregunta crea que es la correcta aunque tú sepas que no lo es.

- Sin duda fue lo más interesante que aprendí aquel año que viví en Lanzarote con el alojamiento y manutención totalmente gratis a cargo del estado, a cuenta de que aprendiera a matar enemigos para defender a la patria.
Nos solía dar clase de “teórica” el cabo primero Lesmes, un joven burgalés, que había sido profesor de primaria en la vida civil. Amable, sabio, muy buena persona y alguien muy íntegro y comprensivo.
No recuerdo, ni me importa, el tema que en aquella ocasión nos explicaba, pero nunca olvidaré su frase: “Esto se hace de esta manera:… Y si tienes al enemigo delante, hazlo así por la cuenta que te trae. Pero como nunca lo vas a tener, si os lo pregunta el teniente Pulido, no se os ocurra decírselo de esta manera, porque él dice siempre esto otro: …”
El teniente Pulido, como os estáis imaginando, era una persona con todos los adjetivos contrapuestos a los del cabo Lesmes. (Excepto el de burgalés, porque aquí no hay contraposición)

Ahora un par de ejemplos de esto mismo, que sí son relativos a los astros.
- Cuando en mis sesiones didácticas con niños y jóvenes sale el tema de Plutón, les suelo hablar de lo absurdos y arbitrarios que somos los humanos, y les doy un consejo: Si alguna vez por azares de la vida te encuentras en EEUU, en el estado de Illinois, y te presentas a una oposición (quien sabe si te echas un-a novio-a de allí, te vas a vivir a su tierra y tienes que buscar trabajo), antes de entrar al examen comprueba con un programa informático si Plutón está o no por encima del horizonte. Porque si te aparece la pregunta de “¿Cuántos planetas hay en el Sistema Solar?”, deberás mentir y decir que son 9, porque eso es lo que dice una ley promulgada en 2006, y actualmente en vigor, en ese estado.

- Mi hijo mayor, a pesar de estar bien aleccionado, no me obedeció y le venció su orgullo filial cuando, con 11 años, en un examen del colegio contestó que una rotación terrestre dura 23h 56m, y no las 24 horas que ponía en su libro de texto y por eso le bajaron la nota. Resulta que estaba orgulloso de su padre, que en una revista de ASTRONOMIA que vendían en los quioscos, había publicado un artículo sobre la duración del día y la rotación en diferentes planetas, y decía eso.
Aunque, todo ofendido, le llevó la revista a su profesor, y en principio parece que todo se había arreglado, mi hijo encontró una buena excusa para justificar una nota de evaluación no tan buena como esperábamos. 

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