¿Hay magia en las inmediaciones del sexto planeta?
Alguien que lo observara sin más, un espectador no demasiado
quisquilloso que no vaya decididamente a pillar el truco, sorprendido por lo
que ve diría que sí.
Pero como siempre en estos casos existe una explicación, lo que lo convierte en una simple sesión de ilusionismo. Una sesión con dos ayudantes casi desconocidos que dan la cara en el escenario, aunque detrás de bambalinas está el mago, mucho más famoso, cuya aportación es fundamental.
Una sesión que, quizás para salvaguardar el “truco” como aconsejan todos los ilusionistas, no se prodiga demasiado. Solo una vez cada 4 años, pero nunca falla. Ni en la puntualidad ni en su sorprendente y cuidada realización.
Pero como siempre en estos casos existe una explicación, lo que lo convierte en una simple sesión de ilusionismo. Una sesión con dos ayudantes casi desconocidos que dan la cara en el escenario, aunque detrás de bambalinas está el mago, mucho más famoso, cuya aportación es fundamental.
Una sesión que, quizás para salvaguardar el “truco” como aconsejan todos los ilusionistas, no se prodiga demasiado. Solo una vez cada 4 años, pero nunca falla. Ni en la puntualidad ni en su sorprendente y cuidada realización.
Cuando me puse a escribir este post lo que más me costó fue
elegir el título. Tardé en decidirme, después de dudar entre unas cuantas
opciones:
- “Dos lunas encadenadas entre sí, pero que no se pueden
encontrar”.
- “La atracción les aleja. Como dos amantes malditos, su
propia atracción mutua hace que no puedan ni siquiera tocarse”
O incluso: -“El satélite de dos caras o ... ¿dos
satélites en la misma órbita?”, -“Danza salvadora”, -“Baile mágico” , o -“Lo más
increíble del Sistema solar, que nunca hayas imaginado”.
Esta última sería muy apropiada para atraer la atención pero me
pareció demasiado larga para un título.
Desde el tercer planeta nuestros protagonistas, los satélites de Saturno Jano y Epimeteo, se verían muy
débiles, y su magnitud ronda la 14 y 15 (a simple vista no se puede ver más
allá de la 6), Desde luego, están fuera del alcance del equipo de un astrónomo
aficionado medio, no tanto por su poco brillo sino sobre todo por la proximidad al planeta y a su anillo, cuya luz saturaría la zona. Pero con el rápido avance tecnológico y los nuevos
equipos que sin duda irán apareciendo, probablemente desaparecerá ese problema dentro de poco
tiempo.
Como imaginar es libre, imaginemos
que ya podemos captar su imagen o que nos la pasa alguien con acceso a un gran
telescopio, y yo te cuento lo que veríamos: