Una vez concluidas sus reuniones de madrugada durante casi dos meses, los planetas se separan y se va cada uno por su lado. Pero no se despiden de nosotros. Solo ellos entre sí y afortunadamente primero Júpiter y luego Marte nos
mostrarán en la primera mitad de este próximo año 2016 su versión más atractiva,
pero en solitario.
Venus desaparecerá antes, y ya a en febrero, cuando se
encontrará con Mercurio, será difícil verlo.
Pero a largo plazo, de tanto en cuanto volverán a tener sus
citas. En astronomía cuando termina algún fenómeno, la pregunta es ¿cuándo volverá
a ocurrir?
Por ejemplo a finales del próximo agosto, los dos más
brillante, Venus y Júpiter, se encontrarán de nuevo pero ahora en el crepúsculo
vespertino, mucho más cercanos entre sí que ahora, y al lado estará Mercurio de
testigo. El 23 de ese mes de agosto formarán un triángulo
casi equilátero, pero próximo a la dirección del Sol, y muy difícil de apreciar
sin prismáticos o telescopio.
También se verán las caras en noviembre de 2017, y en enero de 2019, aunque en todas estas
ocasiones serán mucho más discretos que ahora, se verán juntos durante mucho
menos tiempo y más escondidos entre las luces crepusculares.
Pero ahora es el momento de hacer una crónica de esta
extraordinaria conjunción, que en gran medida ha pasado desapercibida para el
gran público por ser visible solo a horas intempestivas de la madrugada.