Los primeros días de septiembre no suelen ser muy
atractivos para gran parte de la población. Mucha gente acaba de terminar sus
vacaciones y se incorpora a la rutina de siempre: madrugar, recuperar ritmos de
trabajo perdidos, quizás volver a ver a ese compañero que nos cae tan mal...
Pero a quienes nos gusta mirar el cielo, este año tenemos un aliciente, y es
que al ir a nuestras ocupaciones por la mañana, si somos madrugadores, volvemos a ver a ese otro personaje
tan atractivo: Venus, el lucero del alba.
El planeta Venus puede aparecer bien en el crepúsculo matutino o bien en el vespertino. Ahora lo tendremos todas las mañanas hasta el final del
invierno para darnos los buenos días. Cuando aparece por la tarde en algunas
zonas rurales se le conoce como “el lucero borreguero”, haciendo referencia a
la hora en que se recogen los rebaños. Esta situación se ha dado en los últimos
meses y ahora es cuando vuelve a recuperar su apelativo de “lucero del alba”.
Sin duda eso "del alba" es más sugerente, incluso atractivo y usado por quienes no suelen observar el cielo o quienes no suelen madrugar. Aparece en títulos de películas, libros, etc. Algo similar ocurre por ejemplo con la lluvia de estrellas "Líridas" que todo el mundo quiere verlas, se anuncian en todas partes, y pocos se acuerdan de las "Eta acuáridas" que ocurren solo dos semanas después y son mucho más interesantes.
En la antigüedad varios pueblos creían que se trataba de dos
astros diferentes, hasta que la comprobación de que cuando aparecía por la
mañana no se le veía por la tarde, les hizo darse cuenta de que eran el mismo. Los griegos lo llamaron Afrodita, por su belleza y los romanos lo rebautizaron como Venus.
Muchas veces hemos oído: “Venus es la primera estrella que
aparece y la última que se va”. ¡Pues no! O lo uno, o lo otro, y a veces ninguna
de las dos cosas. Cuando es la primera que aparece, se va enseguida por el
horizonte con el comienzo de la noche. Y cuando es la última que se va, vencida
por el brillo del cielo matutino, apareció muy tarde, de madrugada.
Como el ciclo sinódico de Venus (periodo en que se repiten
las posiciones visto desde la
Tierra ) es de casi 19 meses, durante 9,5 meses estará al Este
del Sol, a su izquierda si lo vemos desde el hemisferio Norte (elongación Este)
y se verá por la tarde y los 9,5 meses siguientes al oeste (elongación Oeste)
y se vería por la mañana.
En la práctica, los periodos de visibilidad a simple
vista son más cortos. Cuando pasa de un lado del Sol al otro hay un tiempo que
no es observable a simple vista por estar situado muy cerca del Sol desde nuestra
perspectiva. Como se explica luego, estos periodos de no visibilidad no son
todos iguales. Los últimos días del pasado mes de julio y seguramente alguno de
los primeros de agosto aún pudo verse Venus por la tarde, y no hubo que esperar
demasiado para que antes del final de mes pudiese ver nuevamente, ahora por la
mañana. Sin embargo en el cambio anterior durante todo el otoño de 2014 no se
vio.
Por las características del movimiento relativo de Venus y la Tierra , el paso de la
visibilidad matutina a la vespertina (en la conjunción superior) es muy lento y
hay un periodo de cerca de 3 meses en
que es difícil verlo por su cercanía relativa con el Sol. En el caso contrario,
es mucho más rápido, como se ve en el siguiente gráfico. Esto lo hemos visto en la última
conjunción inferior que ocurrió el 15 de agosto. Solo durante unas 3 semanas
alrededor de esa fecha fue imposible verlo a ojo desnudo, aunque pudo seguirse
diariamente en pleno día con telescopio.
Es curioso que al tener Venus una latitud eclíptica negativa, en nuestras latitudes medias del hemisferio Norte, los días próximos al cambio (conjunción) ha salido después que el Sol y se ha puesto antes, por lo que en ausencia del Sol ha estado siempre por debajo del horizonte. En el hemisferio Sur, durante esos días ha sido matutino y vespertino a la vez, aunque su observación a simple vista fuera imposible.
También hay diferencia en la fase y en el tamaño de Venus si
observamos por un telescopio. En las cercanías a los pasos de vespertino a
matutino, como en el presente caso, Venus está más cerca de la Tierra , a este lado del
Sol. Por ello el tamaño aparente es mucho mayor y la fase mucho más fina. Lo
contrario ocurre en los pasos de matutino a vespertino.
En esta ocasión, al pasar Venus a casi 8º al Sur del Sol,
pudo seguirse con un telescopio incluso el mismo día de la conjunción,
mostrando una preciosa imagen de estrecha lunita.
Hay otro factor que hace que la reaparición de Venus después
de una conjunción sea más o menos temprana en fecha: La inclinación de la
eclíptica respecto al horizonte. En este mes de septiembre este factor favorece
a los observadores del hemisferio Norte, que nos será mucho más fácil localizar
a Venus de madrugada, que en latitudes equivalentes del hemisferio Sur donde lo
vieron mejor que nosotros por la tarde, antes de la conjunción.
Desde aquí, mientras que a finales de julio (20 días antes
de la conjunción) ya era difícil localizarlo a simple vista, hacia el 25 de agosto
(solo 10 días después de la conjunción) se veía claramente como se recoge arriba en las fotos.
Este tema, de la diferente inclinación de la eclíptica, tiene
interesantes implicaciones en la observación de otros astros, y ya lo trataremos en futuras entradas.
Que clarito y qué interesante!! El 10 de septiembre voy a madrugar para verlo, si las nubes lo permiten. Gracias!!
ResponderEliminarGracias Isabel. Como dependemos de las nubes, como tú dices, si la previsión para el día 9 fuese mejor que la del 10, aprovecha que también se verá: La Luna encima de Venus (unos 12º, lo que ocupa un puño con el brazo extendido). El día 10 estarán juntitos.
EliminarTambién andarán por ahí Marte y Júpiter, aunque seguramente harán falta prismáticos para verlos. A éstos, mejor dejares madurar hasta octubre, ya os contaré.
Estupendo artículo Esteban. Muchas gracias y animo.
ResponderEliminarGracias a tí, Iñigo, y a quienes seguís el blog.
EliminarHola Esteban, muchas gracias por ilustrarnos a quienes, aunque iniciados, no pasamos de ahí.
ResponderEliminarNo sé si existe la posibilidad de suscribirse, en otros blogs que sigo, me he suscrito y cada vez que hay una entrada nueva me aparece un aviso en la ventana del navegador (creo que la llaman RSS) y alguno incluso en el correo electrónico.
Un saludo.
Hola
EliminarMuchas gracias a tí por leer el blog y valorarlo.
Creo que sí se puede suscribir al blog, porque cuando voy a hacer modificaciones me sale una ventana donde dice que hay varias personas que lo siguen. Pero no sé cómo se hace porque todavía no controlo muy bien los temas técnicos o informáticos.
Si encuentro el modo de hacerlo, ya te mandaré un correo.
Un saludo
Buenos días Esteban!
ResponderEliminarEl asunto es que anoche el dya 30/09/15 sobre las 22:50 ( no estoy muy seguro de la hora pero, no dieron las 23:00 todavía) estaba conduciendo dirección Lekeitio y he visto creo cayendo un meteorito. Era una bola de fuego del tamaño un poco menos que un balón de fútbol y efervescente de color blanco (como los led de color blanco)
Por los bordes era de color azul llamas y rojo anaranjado. La cola de unos 3-5 metros y color blanco azulado. Es la primera vez en la vida que me ha pasado esto. Conmigo estaba una señora de Lekeitio que tambien lo ha visto y solamente le ha dado tiempo levantar los brazos y decir: Ai Señor!
La verdad pensaba que llegaría a cayer sobre la tierra, pero se apago rápido, creo que hubo una pequeña explosión, porque luego desapareció.
He estado buscando algo sobre el asunto esta mañana y no encuentro nada en las noticias.
Te agradecería mucho si pondrías algun comentario sobre esto.Muchas gracias.
Buenas tardes, Valériu. Lo que visteis se llama técnicamente un bólido. Un objeto de varios centímetros, rocoso o metálico (o incluso varios metros como el que cayó en Chelyabinsk – Siberia - hace ahora un par de años) que viaja por el Sistema Solar y de manera imprevista entra en la atmósfera de la Tierra. A unos 100 km de altura se pone incandescente por el roce con el aire, que además es ionizado. Lo que se ve no es el objeto en sí, sino la luz que produce por esa causa.
EliminarNormalmente se desintegran en el aire pero en algunos casos llegan hasta el suelo pequeños fragmentos, que son propiamente los meteoritos. No se puede prever cuándo puede caer uno de ellos.
Una de las personas que más sabe del tema es Josep Mª Trigo de la organización SOMYCE (http://www.somyce.org/) que se encarga de estos fenómenos. Puedes contactar con ellos, e incluso seguramente te lo agradecerán porque recogen este tipo de datos.
Y enhorabuena, porque ya me hubiese gustado a mí el haberlo visto.