Ya me he referido varias veces en este blog a la magnífica presentación del segundo planeta durante los últimos 6 meses, sobre nuestros cielos en el crepúsculo vespertino y primeras horas de la noche, por ejemplo en "La estrella de este invierno..."
Pero como todo tiene su final,
también Venus va a dejar de verse a últimos de mayo, para aparecer en los
cielos matutinos unas dos semanas después como el “Lucero del Alba”.
Pero a pesar de que era el único planeta que en estos meses ha podido verse por
la tarde, no nos va a dejar sin presencia planetaria vespertina, porque
casualmente justo en las fechas en
que el segundo se marcha, aparece el
primero.
Pero es un relevo a la baja. Es como si en una carrera de 4X100 un atleta aficionado y en baja forma le cogiera el relevo al recordman mundial de velocidad, porque tanto en el brillo como en la duración diaria y total, de estas apariciones vespertinas la diferencia entre los dos es enorme.
El momento del relevo (la conjunción planetaria exacta) será el día 22 a las 10h (8 TU) cuando Mercurio pasará a menos de 1º al Sur de Venus. A las horas en que ocurre el crepúsculo (único momento en que serán visibles) desde el Oeste de Europa el 21 al atardecer ya se les verá muy próximos y el 22 el primer planeta ya estará más alto sobre el horizonte que el segundo
Pero aún así, los atardeceres en que sigamos viendo a Venus (cada vez más difícil, ocultándose antes y en un cielo más brillante) destacará mucho más que Mercurio e incluso nos puede servir de referencia para encontrar al esquivo primer planeta, porque su brillo será mucho mayor (Magnitud -4 frente a -0.3, cifras ya atenuadas por la atmósfera).
Tanto el día 21 como el 22 la separación angular será de menos de 2º durante el crepúsculo desde Europa y América (desde Australia incluso menor que 1º el día 22) por lo que serán visibles a la vez con unos prismáticos, uno al lado del otro, y se podrá apreciar la fina y espectacular fase de Venus mientras el pequeño disco de Mercurio apenas se verá como un puntito mucho más débil.
Es muy curioso el que la aparición vespertina de Venus empezó en noviembre cuando Júpiter se retiraba de la zona (como quedó recogido en "Zeus y Afrodita, ...!) y acaba ahora cuando comienza la de Mercurio. Esto ha sido una enorme casualidad y ni el mejor equipo de relevos se habría pasado el testigo de manera tan coordinada.
A simple vista el aspecto que
muestran Venus y Mercurio es muy distinto, como he dicho, por la gran
diferencia en el brillo aunque ambos se vean con aspecto puntual, comos si fuesen estrellas; pero vistos a través de un telescopio será aún mayor
por el tamaño y la forma.
Además de que el segundo planeta
es más grande que el primero, ahora está mucho más cerca de la Tierra. Y por su posición la fase será muy diferente:
La fase menguante de Venus, estas semanas muy fina, contrasta con el pequeño disco que nos muestra Mercurio, que aún estando también menguante (ambos presentan esa fase cuando son visibles por la tarde) todavía es casi llena.
Estas dos imágenes se veían ayer en
mi telescopio:
Días de espectáculos
Además de la conjunción de Venus
y Mercurio del día 22, que permitirá verlos muy cercanos entre sí, también en
fechas contiguas se producen otras circunstancias que se sumarán para hacer el
fenómeno más llamativo
-- La Luna de testigo
La Luna siempre adorna este tipo
de conjunciones cuando le da tiempo a pasar por allí en las fechas clave, añadiendo
el elemento más espectacular al fenómeno.
En este caso, aunque por la
proximidad al horizonte en el crepúsculo será muy breve, muy sutil por la
consecuente fina fase, y no dará tiempo a que mucha gente pueda fijarse por lo que no
será un espectáculo de masas, por esos mismos motivos será mucho más bello.
El día 24 una finísima Luna
creciente de solo dos días después de nueva, formará una preciosa coreografía
con los dos planetas. Mercurio quedará situado justo entre Venus y nuestro
satélite, ambos con la misma fase.
Como el movimiento de la Luna en
la esfera celeste es relativamente rápido, y el periodo de observación en cada
lugar muy breve, coincidiendo en cada lugar con el crepúsculo, la situación
cambiará según el lugar del planeta
desde el que se observe.
Desde América la simetría será
mayor, y Mercurio quedará situado casi exactamente en el punto medio entre
Venus y la Luna, mientras que en Europa (visible unas horas antes) se verá más
cerca de Mercurio que de Venus.
A diferencia de lo relatado antes, relativo a la variación en las posiciones de los dos planetas desde diferentes puntos de la Tierra, en este caso el movimiento de la Luna es mucho más rápido y esas variaciones serán mayores
-- También la ISS
El lunes 25, se incorpora a la
coreografía la Estación Espacial, que desde donde yo vivo se la verá pasar por
ahí, casi casi delante de Venus, completando un póker muy sugerente por momentos.
La ISS pasa a las 22h 18, pero muy bajo para verlo a simple vista. A solo 5º con magnitud -0.85 pasará junto a Venus. |
Aunque cuando la ISS se aleje de la zona de los dos planetas y coja más altura se verá bien a simple vista, su visita a Mercurio, Venus y la Luna habrá que fisgarla con prismáticos.
Situaciones desde distintos lugares de la Tierra
Postas de diferente duración
Lo de esta aparición vespertina de
Venus, relevando a Júpiter y siendo relevado por Mercurio justo en los momentos
del comienzo y final de su periodo de visibilidad vespertina ha sido una
tremenda casualidad, porque los periodos sinódicos (posiciones vistas desde la
Tierra) de cada planeta son muy diferentes, y normalmente no ocurre así,
solapándose unas y otras. Pero esto me da pie a analizar o comparar los ciclos
de cada uno.
- Empezando por el más
espectacular (Venus) como ya he citado en varias ocasiones, la duración de su
posta (su aparición vespertina, o de igual manera la matutina) es de 6 o 7
meses (en cada ciclo de 19). En este caso desde noviembre hasta finales de
mayo.
Debido a su brillo, podría
decirse en este símil atlético que el segundo planeta realiza las postas más
espectaculares, y se llevaría los mayores aplausos en la competición.
- Las apariciones de Mercurio son
mucho más breves, y la duración del periodo de visibilidad es relativo porque,
como las condiciones siempre son críticas, la determinación de si en un momento se puede ver sin ayuda óptica, o no,
depende de la vista de cada observador y de las condiciones de limpieza del
cielo (aún sin nubes) cerca del horizonte.
En cualquier caso estos periodos son
mucho más amplios en el hemisferio Sur, digamos que para latitudes medias pueden tener una
duración de un mes y medio, mientras que en el norte,
donde puede reducirse a menos de dos semanas el periodo en que se vea a simple vista, y eso si
hay suerte y el horizonte está limpio.
Mercurio es el atleta sureño que cuando corre en casa, ante su público, da todo lo que tiene, pero cuando lo hace fuera se limita a cumplir el expediente de manera muy rácana.
Estas curiosas diferencias según el hemisferio, que no se dan en ningún otro planeta, las recogí en el artículo "El esquivo planeta sureño se asoma por el norte"
- Júpiter y Saturno
Debido a su lejanía y por ello a
su lento movimiento real y en la esfera celeste vistos desde aquí,
prácticamente su ciclo es anual, alargándose un mes más en el caso de Júpiter.
Desde que comienzan a verse de madrugada pasan poco más de 5 meses hasta que
son visibles toda la noche, en su oposición, luego otros 5 en que podemos
verlos claramente antes de acostarnos pero no de madrugada y luego un periodo
en que no son visibles por estar angularmente cerca del Sol en las proximidades
de su conjunción.
Aunque Júpiter siempre será más
eficiente que Saturno, con postas un poquito más largas y mucho más
espectaculares (por su brillo), ambos son relevistas muy fiables, constantes, y
nunca fallan.
- Marte
Con el cuarto planeta hay que matizar porque su brillo (acorde con su distancia a la Tierra) es muy variable. Aunque considerando su situación en el cielo nocturno sus periodos son mucho más amplios, de casi 2 años, si se considera su observación clara y espectacular se reducen a pocos meses, de los cuales en un par de ellos destaca como el astro más brillante después de la Luna durante casi toda de la noche, compitiendo quizás con Júpiter si coinciden ambos en su máximo esplendor. Venus no será su rival porque no se ve nunca en plena noche.
Por ejemplo podría considerarse que la aparición actual de Marte comenzó en octubre de 2019, tendrá su máximo esplendor en otoño de este año y durará hasta el verano de 2021 en que difícilmente se distinguirá, muy débil, al comienzo de la noche.
Marte da unos relevos espectaculares en su tramo central pero parece que le cuesta coger velocidad cuando toma el testigo, y se queda agotado tras el explosivo esfuerzo mucho antes de entregarlo.
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