Prácticamente todo
el mundo ha visto muchas veces el Sol, la Luna, las
estrellas e incluso algunos planetas aunque no les haya reconocido.
Sin embargo se estima que un tercio de la
población actual del tercer planeta no ha visto nunca el objeto celeste más
grande que se puede observar en el cielo (el que más zona de cielo ocupa),
siendo además uno de los más atractivos y extraños: Esa franja blanquecina que
sobre todo en estos meses de verano puede verse al principio de las noches sin
luna como un arco que cruza el cielo y parece sostener la bóveda celeste y que
los antiguos griegos imaginaron como un reguero o camino lechoso y por ello se le
conoce como “Vía Láctea”.
La razón de esta paradoja es que es bastante
tenue, y con gran parte de la humanidad viviendo en ciudades o en zonas con
elevada contaminación lumínica, desde allí resulta imposible apreciar.
Ahora
en verano (invierno en el hemisferio sur) es la época en que mejor puede
observarse la Vía Láctea a horas prudenciales, y siempre que la Luna no esté presente molestando con su luz. Precisamente estos días en que publico el post.
Las dos acepciones:
Es
curioso que si preguntamos a la gente qué es la Vía Láctea, podemos obtener dos
respuestas, que aparentemente serían incompatibles, y sin embargo ambas son
correctas y se refieren al mismo concepto.
La
mayoría de personas de más edad, y sobre todo en el ámbito rural, te dirán que
es “esa franja blanquecina puede verse en el cielo, cruzándolo, en muchas de
las noches sin nubes ni luna y a la que muchos también llaman “El camino de
Santiago”.
Pero
si se lo preguntas a alguien joven y urbanita muy probablemente contestará que
es una galaxia: nuestra galaxia. Quizás no la ha visto nunca, pero lo ha
estudiado.
Incluso
hay quien conoce los dos significados, como dos acepciones distintas de la
misma expresión, sin saber que es lo mismo.
¿Cómo
pueden ser ciertas y coincidentes las dos respuestas? ¿Cómo es que la vemos en
el cielo allá arriba, lejana, si al ser nuestra galaxia nosotros estamos
dentro?
La
razón es que tiene una forma muy plana, como un disco, o mejor una espiral
plana, y la banda luminosa que podemos ver atravesando el cielo es solo una imagen
del perfil de la galaxia vista desde
dentro.
Como
estamos dentro de esa espiral plana, el semicírculo aproximado que forma en
nuestro cielo continuaría por debajo del horizonte hasta completar el círculo
por el otro lado, y justo la mitad de la Vía Láctea que no esté ahora en
nuestro cielo, estará en el de nuestras antípodas (Ej desde Nueva Zelanda si
nosotros estamos en España), aunque solo se verá simultáneamente desde uno de
los dos lugares porque en el otro será de día.
- Casi todo lo que vemos
a simple vista en el cielo está también en la Vía láctea.
Todas
las estrellas que vemos al levantar la mirada durante la noche, por cualquier
zona de nuestro cielo, forman parte también de la vía láctea ¿Cómo
puede ser?
Debido a su forma plana, imaginemos que nuestra galaxia es como una pizza, dispuesta horizontal sobre la mesa, cuyas moléculas o partículas son las diferentes estrellas, una de ellas la nuestra, y nosotros estamos ahí dentro. Tal como se ha dicho antes antes, si miramos en la dirección del perfil del disco (en horizontal), veremos muchísimas otras partículas distribuidas casi en una línea, que es esa imagen lechosa a la que siempre se le ha llamado vía láctea. La mayoría están tan lejos que no las distinguimos individualmente sino solo en su conjunto.
Debido a su forma plana, imaginemos que nuestra galaxia es como una pizza, dispuesta horizontal sobre la mesa, cuyas moléculas o partículas son las diferentes estrellas, una de ellas la nuestra, y nosotros estamos ahí dentro. Tal como se ha dicho antes antes, si miramos en la dirección del perfil del disco (en horizontal), veremos muchísimas otras partículas distribuidas casi en una línea, que es esa imagen lechosa a la que siempre se le ha llamado vía láctea. La mayoría están tan lejos que no las distinguimos individualmente sino solo en su conjunto.
Pero
si miramos en dirección perpendicular veríamos solo unas cuantas partículas,
las que están situadas por encima y por debajo de nosotros, mucho más cercanas
y por ello distinguibles individualmente. Son todas las estrellas que vemos en
nuestro cielo formando las constelaciones.
Cualquier constelación, aunque la veamos en el cielo en una zona alejada de esa banda blanquecina, también está formada por estrellas que pertenecen a la Vía Láctea considerada como galaxia, pero evidentemente no pertenece a la banda lechosa del mismo nombre.
Solo
hay 3 objetos en el cielo observables a simple vista (solo con cielo limpio y
sin contaminación lumínica) que no pertenecen a la vía láctea. Desde el
hemisferio Sur cualquier noche sin luna pueden verse, si en ese momento están a
suficiente altura sobre el horizonte (desde latitudes medias Sur prácticamente
cualquier noche porque al estar cerca del polo Sur celeste, son circumpolares y no se ocultan, en muchas latitudes) dos amplias manchas blanquecinas de forma irregular a las que
se les ha llamado las nubes de Magallanes y que en realidad son otras dos
galaxias independientes de la nuestra, situadas a una distancia algo superior
al tamaño de la Vía Láctea.
Cualquier constelación, aunque la veamos en el cielo en una zona alejada de esa banda blanquecina, también está formada por estrellas que pertenecen a la Vía Láctea considerada como galaxia, pero evidentemente no pertenece a la banda lechosa del mismo nombre.
Aunque muchos dirán que las famosas Osa Mayor y la Osa Menor no están en la Vía Láctea, al igual que todas las demás constelaciones, están dentro de nuestra galaxia |
Desde
el hemisferio Norte, mucho más difícil de apreciar que las citadas Nubes de Magallanes, se puede ver otra galaxia, la
conocida como M31 o galaxia de Andrómeda.
La galaxia M 31 tiene una forma espiral similar a la de la vía láctea, casi el doble de tamaño que ella y se encuentra a una distancia algo mayor de 10 veces su tamaño que es casi el doble de la nuestra.
La galaxia M 31 tiene una forma espiral similar a la de la vía láctea, casi el doble de tamaño que ella y se encuentra a una distancia algo mayor de 10 veces su tamaño que es casi el doble de la nuestra.
Siempre se dice que M31, situada a 2.5 millones de años luz, es el objeto más lejano que puede verse a simple vista; aunque algunas
personas con buena agudeza visual aseguran que han llegado a ver también otra
galaxia, la M33 que está aún algo más lejos.
Ahora, el mejor momento para ver la Vía Láctea.
En
estos meses de julio y agosto, desde latitudes medias del hemisferio Norte, aparece
sobre nuestras cabezas como un arco que casi pasa por el cenit 2 o 3 horas
después de ponerse el Sol, y hacia el Sur o SurOeste puede verse su zona más
destacada, correspondiente al centro galáctico situado en la
constelación de Sagitario, que nos daría un brillo enorme, similar al de la
Luna llena, si no fuera porque enormes nubes de polvo lo dificultan. Luego
sigue en buena posición durante el otoño aunque en horas más avanzadas y tramos
menos interesantes.
En
el hemisferio Sur la situación es mejor, con el centro galáctico mucho más
alto, como se recogerá más detalladamente en el anexo, y también ahora es cuando
se ve más espectacular.
Desde que publico este artículo aún quedan más de 10 noches para verla en
todo su esplendor antes de que la Luna sea un obstáculo. Aunque ya en fechas
próximas al cuarto creciente (7-8-19) no se vea bien al principio de la noche,
cuando la Luna se ponga y su luz deje de molestar, la Vía Láctea se nos mostrará
en la mejor posición.
Volviendo
al título de este post, efectivamente la Vía Láctea es esa gran desconocida. A
pesar de que la tenemos ahí, casi siempre encima de nuestras cabezas, mucha gente nunca la ha visto o no se ha
fijado en ella, e incluso sabemos menos de nuestra galaxia de que algunas
otras, porque no podemos verla desde fuera y se ha deducido su forma y
estructura con los indicios que estudiamos desde dentro y con los ejemplos de
otras supuestamente similares que vemos allá lejos.
Si no la has observado nunca aprovecha las templadas noches de verano (o abrígate si estás en el hemisferio Sur) ahora que mucha gente tiene vacaciones y viaja lejos de sus ciudades a lugares con un mejor cielo, vete a un lugar adecuado y no pierdas la ocasión de admirar algo único. Y si tienes la suerte de vivir en lugares desde los que estás acostumbrado a verla y no lo das importancia como ocurre con muchas cosas de nuestra propia ciudad que solo admiran los turistas, párate un rato; mírala imaginando lo que realmente es, y la cantidad de posibles seres que podrían habitar esos más de 100000 millones de sistemas estelares y que ahora mismo algunos pueden estar mirando hacia aquí.
Vísta de la Vía Láctea desde Araúzo de Torre, 24-7-19 |
Si no la has observado nunca aprovecha las templadas noches de verano (o abrígate si estás en el hemisferio Sur) ahora que mucha gente tiene vacaciones y viaja lejos de sus ciudades a lugares con un mejor cielo, vete a un lugar adecuado y no pierdas la ocasión de admirar algo único. Y si tienes la suerte de vivir en lugares desde los que estás acostumbrado a verla y no lo das importancia como ocurre con muchas cosas de nuestra propia ciudad que solo admiran los turistas, párate un rato; mírala imaginando lo que realmente es, y la cantidad de posibles seres que podrían habitar esos más de 100000 millones de sistemas estelares y que ahora mismo algunos pueden estar mirando hacia aquí.
Si
no te viene bien ahora, busca otra ocasión a finales de agosto y primeros de
septiembre, o programa las vacaciones del siguiente verano a un lugar adecuado,
pero no lo dejes demasiado porque es posible que la creciente contaminación
lumínica llegue a borrarla definitivamente de nuestros cielos.
Dejo el habitual anexo, en el que aparecerán aspectos complementarios, unos anecdóticos y otros más técnicos, para el siguiente post.
Dejo el habitual anexo, en el que aparecerán aspectos complementarios, unos anecdóticos y otros más técnicos, para el siguiente post.
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