Ayer,
en un intervalo de menos de dos horas, tuve la ocasión de presenciar dos
eclipses atípicos, de esos que no se suele hablar mucho, y muy diferentes uno del otro; aunque ambos
tuvieron algo en común.
7 de agosto de 2017, eclipse de Luna. Ya lo anuncié a comienzo de año, junto a
los otros tres eclipses que iban a producirse este 2017 ("Eclipses de libro"), y dejaba en el aire si
volvería a hablar de cada uno,
según las circunstancias e intereses
despertados:
Finalmente
decidí que este de ayer no merecía la pena anunciarlo nuevamente. Un eclipse parcial, que
no sería observable por la mayoría de mis lectores porque solo se vería en Asia
y parte de Europa, pero en España únicamente en la costa mediterránea y muy muy
poco porque la fase parcial acababa pocos minutos después de la salida de la
Luna. Hablar de ello podría crear expectativas para nada.
Desde
donde yo estaba, cerca del centro peninsular, cuando saliese la Luna el eclipse
parcial ya habría acabado y solo podría observar, suponiendo que el cielo
estuviese limpio por el horizonte Este, el levísimo oscurecimiento de la penumbra.
Sin
embargo, mereció la pena observarlo porque el espectáculo fue mucho mejor de lo que yo
esperaba y, aunque vuelva a salirme de la línea habitual del blog, me apetece
contarlo.
7-8-17, 21:34. En la fase penumbral del eclipse, se nota un ligero oscurecimiento en la zona inferior derecha de la Luna, que aparece majestuosa cerca del horizonte y adornada por una franja de nube. |
La
cosa no tenía buenas perspectivas. Por primera vez en las últimas 3 semanas
fueron apareciendo nubes que a las 21h, solo 20 minutos antes de la salida teórica
de la Luna en mi horizonte, cubrieron todo el cielo. Pero como la esperanza es
lo último que se pierde, me dirigí cámara en mano a mi lugar de observación
preferido.
Oteando
el horizonte Este, por si aparecía algún pequeño claro por donde pudiera pasar
la Luna, de pronto empezó la función con una imagen extraña e inesperada.
Al
volverme hacia allí girando 180º, la imagen era surrealista con una luz difusa envolviendo
el ambiente.
Por fin, a las 21:29 se pudo intuir la Luna sobre la bruma.
Fantasmagórica,
fue ascendiendo.
Al ir aumentando la altura sobre el horizonte y librarse de la bruma más intensa, pudo intuirse la zona más oscura de la penumbra por la parte inferior derecha del disco lunar cuando ya habían pasado 16 minutos del final de la fase parcial del eclipse, circunstancia que recoge la primera imagen de este post.
21:32 |
21:33 |
21:37 |
Aumentando el brillo de la imagen anterior, la Luna parece disfrazada de Saturno. |
La prenumbra se aprecia mejor en este primer plano, en la zona inferior derecha de la Luna , a las 21:38. El oscurecimiento de la zona superior es debido a las nubes. |
A las 21:40 volvió a ocultarse en otra franja brumosa situada a mayor altura.
Fueron unos pocos minutos mágicos. Probablemente porque ya no esperaba ver nada y en esos instantes se mezclaron inesperadamente una ensoñadora puesta de sol, la espectacular salida de la Luna, ¡Y el eclipse!, lo que había ido a ver con la casi certeza de que no lo vería.
Para
mi solo iba a ser un eclipse penumbral, de esos que casi no merecen la pena, y que
además ya había observado otro hace 6 meses. Pero las circunstancias lo
convirteron en una experiencia inolvidable.
Si
quieres saber más sobre lo que es un eclipse penumbral de Luna, puedes mirar
en este artículo que también mencioné al principio.
¿El otro eclipse del
título del post? ¡Ah
si! El que sufrió la ISS a las 23:12.
Solo
22 minutos después de que la Luna saliera totalmente de la sombra de nuestro
planeta (del borde de su penumbra) entró en ella la Estación Espacial, dejó de
brillar al no recibir la luz solar y desapareció como un fantasma.
En
realidad le ocurrió lo mismo que a la Luna cuando se eclipsa. A ambas las vemos
brillar porque reflejan la luz del Sol, y cuando entran en la sombra de la
Tierra dejan de hacerlo.
Quizás en un par de semanas vuelva a hablar de la ISS con dedicatoria especial para los lectores del hemisferio Sur.
Al
igual que el anterior, este post tiene muchas imágenes y pocas explicaciones, para
lo que suele ser habitual. Intento que el blog sea variado, incluyo temas con
enfoques didácticos y planteamientos iniciales para todos los públicos, frecuentemente
aparecen también algunos aspectos de más calado que incluso pueden resultar arduos
de seguir, y aunque últimamente ha ido ligero como corresponde a esta época de
calores y vacaciones, y solo han sido intentos de compartir mis experiencias y
emociones en las observaciones del cielo, … no te fíes porque espero “volver a
las andadas”
Si
no te gustan los tecnicismos tengo que decirte, al contrario que otras muchas
veces, que disfrutes de las imágenes de este post, porque el siguiente promete
ser árido. Bueno, si es que finalmente me atrevo a publicarlo, porque algunas
cuestiones no las tengo del todo claras, y mi asesor particular aún no me ha
dado el visto bueno.
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