Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

lunes, 7 de marzo de 2016

ORIÓN: La constelación

La mayoría de las personas que nos gusta mirar del horizonte para arriba, de noche, y observar los astros, estamos de acuerdo (por supuesto hay excepciones) en que de los 88 grupos de estrellas en que los astrónomos han parcelado el cielo, la constelación más llamativa es Orión. Cuando hay alguien enseñando el cielo a los curiosos o aficionados neófitos, casi siempre se le oye decir que es su preferida.

Aunque Orión es la típica constelación de invierno, en agosto se la puede ver al alba. (Araúzo de Torre, 14-8-2015)
Nunca olvidaré cuando yo la descubrí una preciosa noche de noviembre, surgiendo imponente por el horizonte Este en aquel lugar donde habíamos puesto las tiendas de campaña, una campa del macizo montañoso del Gorbea a mil metros de altura, muy lejos de las luces de pueblos y ciudades.

Era la época de la que guardo un mejor recuerdo con respecto a esta mi afición hacia las estrellas porque era el comienzo, la etapa de los descubrimientos. Con ayuda de un planisferio celeste (un mapa de estrellas), llevaba varios meses aprendiéndome poco a poco las constelaciones, comparando el cielo con el mapa, comprobando, siempre con admiración, casi con asombro, cómo esos puntitos de luz que había visto toda la vida y que salvo “ligeras” diferencias de brillo me parecían todos iguales, coincidían uno a uno en su posición con los puntos marcados en el mapa. Y cómo, memorizando las formas de esos grupos de estrellas ¡que tenían nombre!, era capaz de reconocerlos la noche siguiente.

Sé que no te importan los detalles de mi descubrimiento, te puedes saltar este párrafo y los dos siguientes, pero yo no me voy a quedar con las ganas de rememorarlo porque me trae emotivos recuerdos y se lo quiero dedicar a una de las personas que estaba allí conmigo, que precisamente hoy, cuando publico esto, es un día muy importante para ella.

Hace ya muchos años, demasiados, pero no se me olvidan los detalles de aquella noche. Estábamos a punto de meternos en las tiendas de campaña donde nos esperaban los sacos de dormir, después de una agotadora travesía montañera, luego de habernos extraviado por una zona laberíntica, habérsenos echado la noche y habernos encontrado con un pastor, que cual ángel de la guarda nos llevó al camino que habíamos perdido bajo un cielo totalmente limpio, claveteado de estrellas que parecía a punto de desplomarse sobre nosotros. Yo ya conocía algunas constelaciones y había localizado sin problemas la estrella Polar, gracias a la cual sabía hacia dónde teníamos que ir, pero nos era imposible encontrar un sendero que nos permitiera pasar entre las profundas simas de aquel terreno cárstico, sin un mínimo espacio de suelo liso donde plantar las tiendas y pasar la noche.

A pesar del cansancio y del mal rato que habíamos pasado, la inevitable conversación, ya relajados antes de acostarnos, y de repente miré hacia el Este y el grupo de estrellas que vi junto al horizonte, nunca antes observadas, me llamó tanto la atención que las dibujé en un papel con intención de buscar en el planisferio en cuanto llegara a casa para ver de qué constelación se trataba.

Fue el único caso en que me aprendí la “forma” de una constelación sin ayuda del mapa, y antes de consultarlo, ni de ningún entendido que me la enseñara. ¡ Es que era muy fácil !
Casi simétrica, tres estrellitas perfectamente alineadas a intervalos exactos en el centro, dos estrellas muy brillantes por encima que luego supe sus nombres (Bellatrix y la espectacular Betelgeuse, claramente rojiza), otras dos por abajo (Saiph y la más brillante Rigel), incluso otras tres pequeñitas también alineadas dentro de la zona inferior, con una curiosa nebulosidad, que luego supe que era la famosa nebulosa M42, situada en “la espada”


Contra lo que parece lógico, la primera vez que una persona se fija en esta constelación, lo que más le llama la atención no suelen ser las estrellas más brillantes, sino las tres estrellitas situadas en el centro, perfectamente alineadas y separadas por intervalos casi iguales. Popularmente se les conoce como “las tres Marías”, y más técnicamente se dice que es “el cinturón de Orión”, porque correspondería a la situación de la cintura, en el personaje mitológico que los antiguos griegos imaginaron en este grupo de estrellas al que dieron el nombre del gigante cazador de su mitología, situándose las cuatro que forman el contorno trapezoidal en los hombros y las rodillas.

Pues bien: Si no conoces Orión, es el momento de que te lo presente, aunque con la descripción que te he hecho, y sin ni siquiera mirar las imágenes que acompañan a este texto, estoy casi seguro que si esta noche tienes el cielo despejado la vas a encontrar sin dificultad.
Este mes es el mejor momento.
Si esto se lo comentas a alguna persona que le guste mirar el cielo y conozca las estrellas, posiblemente te dirá que Esteban está equivocado. Que todos los aficionados saben que Orión es la constelación típica de invierno, y ya vamos a entrar en la primavera. Que “Bueno. Sí lo verás, pero vas un poco tarde”
No le hagas caso. Ocurre algo parecido a cuando te invité a ver el triángulo de verano a principios de enero. Se dice que Orión es una constelación de invierno, porque en los días centrales de esta estación se ve durante toda la noche. Pero la mayoría de la gente que mira esporádicamente o casualmente las estrellas lo hace al principio de la noche que es el  momento más cómodo, cuando da el paseo vespertino o vuelve a casa a cenar. Nunca se levanta y mira por la ventana o sale a la calle a ver las estrellas a las 2 de la madrugada. A esas horas del principio de la noche, ahora es precisamente cuando Orión está mejor situado en el cielo, alcanzando su máxima altura. Lo encontrarás a una altura igual a 90º-la latitud del Lugar: Por ejemplo, si vives en 40ºN lo verás a unos 50º por encima del horizonte Sur (más aproximadamente, entre los 40º y 60º), es decir a media altura, el lugar más cómodo para mirar sin forzar el cuello y sin el obstáculo de montes, edificios, árboles o bruma. Y si estás en el hemisferio Sur, por ejemplo en una latitud cercana a 30ºS lo encontrarás bastante alto en el cielo a 60º en dirección Norte, como te he dicho al principio de la noche en estas fechas. Luego todo cambia.
Es cierto que a media noche se ocultará, pero a esas horas normalmente no estarás mirando el cielo.
Al comienzo o mitad del invierno, Orión surge por el horizonte Este ya en plena noche. Al principio de la misma estará muy bajo, quizás ocultado por los montes o algún otro obstáculo, y te habría sido mucho más difícil localizarlo que ahora.

Por si fuera poco su llamativo aspecto, Orión está rodeado de otras constelaciones y estrellas muy brillantes, constituyendo esa zona la más espectacular del cielo, al menos de lo que se ve desde una latitud media del hemisferio Norte, y se recoge en estas 3 imágenes, tomadas de madrugada a finales de agosto desde Araúzo de Torre; la primera en 2015 y las otras dos en 2009:

Hacia el Sureste de Orión se encuentran dos estrellas muy destacadas: Proción de la constelación de Can menor, y sobre todo Sirio de Can mayor, la más brillante de nuestro cielo.
Hacia el Nordeste las constelaciones de Auriga con forma de pentágono y Tauro con sus estrellas más destacadas, Capella cerca del centro de la imagen y Aldebarán a la derecha, respectivamente. En la esquina inferior derecha, Betelgeuse, la estrella roja de Orión (única de esta constelación que aparece en la foto). Junto a Aldebarán está el amplio cúmulo de las Híades y en el borde superior de la imagen el bonito y mucho más tenue y compacto cúmulo de la Pléyades.
Hacia el Nordeste de Orión, la constelación de Géminis con sus dos estrellas emblemáticas, que llevan los nombres de los gemelos Cástor y Pollux, a la izquierda de la imagen.
Además, si te engancha el tema y te gusta la mitología clásica puedes ver en esta época la ilustración de la leyenda del cazador Orión y su enemigo el Escorpión. Después de morir ambos en la pelea mutua, los dioses del Olimpo les convirtieron en constelaciones pero para que no volvieran a pelearse les colocaron en zonas opuestas del cielo, de manera que no puedan verse. En estas fechas, si estás despierto después de la media noche, puedes ver como justo poco después de ocultarse Orión, aparece Escorpio por la zona opuesta del horizonte. Esta circunstancia, junto a otras antiguas leyendas griegas en las que aparecen otras constelaciones y su relación con la mecánica celeste, se citó en otra entrada de este blog, de título "La osa no se baña
Las dos constelaciones clásicas de invierno y verano se dan el relevo, después de la medianoche, en estas fechas de final del invierno. 

Aunque "oficialmente" Orión representaba un cazador, una figura humana; por su forma simétrica que se estrecha en la parte central, podemos imaginar mucho más fácilmente otros dibujos:

Una cafetera italiana, una mariposa volando, un diábolo (ese juguete que se maneja con dos palos unidos por una cuerda), un lazo, …



Además de ser la constelación más llamativa para la mayoría de las personas que les gusta ver el cielo, Orión es una constelación muy especial debido a su posición en la esfera celeste:

- Está situada justo en el ecuador celeste, que la divide casi según su eje de simetría quedando prácticamente media constelación en cada uno de los dos hemisferios.

- Por ello es la única constelación destacada que se puede ver desde cualquier lugar de la Tierra. Se verá completa en todas las zonas habitadas, en latitudes desde 80ºN hasta 80ºS, pero incluso desde los dos polos puede verse media constelación de manera ininterrumpida durante los meses de la larguísima noche invernal.

- Cualquier otra constelación que veamos en un viaje al otro hemisferio en que vivimos habitualmente nos sorprenderá porque la veremos boca abajo, ya que nuestra posición ha cambiado. Con Orión quizás no tengamos esa extraña sensación porque debido a su simetría es posible que en un primer vistazo no nos demos cuenta que nos la han colocado al revés. Posiblemente el ver “fuera de sitio” otras estrellas cercanas muy brillantes, sobre todo Sirio, será lo que nos indique inconscientemente que algo no cuadra.
Aquí se ven tres imágenes de Orión en “diferente postura”:

A)  como se ve desde el hemisferio Norte después de aparecer por el Este, en la posición típica en que se suele representar habitualmente. La foto corresponde al mes de agosto de madrugada, pero la posición será la misma que en pleno invierno (desde el Hemisferio Norte) al principio de la noche. Debajo de Orión aparece Sirio, la estrella más brillante del cielo.  (Araúzo de Torre, 41.8ºN, agosto 2009)

B) En posición casi “vertical”, como la veríamos ahora desde el hemisferio Norte poco antes de medianoche a punto de ponerse. Sirio a la izquierda. (Sitges, 41.2ºN, febrero 2016)

C) Tal como yo la ví (al revés de lo que estaba acostumbrado) desde el hemisferio Sur en el otoño austral al principio de la noche (Atacama, 23ºS, abril 2013). Similar a la anterior, pero Sirio está a la derecha, y la Estación Espacial que dejó su estela en la foto, también se movía “al revés” de como yo la suelo ver desde mi casa, cuando pasa cerca de Orión.

4 comentarios:

  1. Fantástico comentario Estaban. Hace un par de años que me tiene enganchado el veneno de la astronomía y efectivamente poder disfrutar de un cielo oscuro y poder apreciar en todo su esplendor a Orion por primera vez, es algo que no se olvida.
    Investigar e ir descubriendo cada detalle de sus estrellas o coger unos binoculares y "meterse" dentro de M42 es algo que solo quien es consciente de lo que esta viendo puede apreciar en todo su potencial.
    Mucho animo con el blog. Una maravilla.

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    1. Iñigo, es una gozada tener lectores como tú.
      Cuando me canse o se me vayan acabando los temas, volveré a leer tus comentarios.

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  2. HOLA.
    Se nota que sabe mucho sobre la constelación y tengo dudas.
    Yo también de niño la miraba hasta que leí un libro por el mismo interés y supe su significado.
    Habían cosas que me llamaban la atención, como cuando miraba el cinturón y me fijaba en él fuertemente sentía viajar a él.
    Ahora noto también que con mis lunares en mi cuerpo se dibuja perfectamente la constelación sin faltar una sola estrella.
    También se me dibujan las estrellas perro en la espalda.
    Entre otras cosas tengo ojos verdes y tengo buenas calificaciones sin estudiar mucho.
    Si sabe algo o un conocido sobre esto me gustaría saber qué puede ser o mucha coincidencia.
    También mi nombre se relaciona con Júpiter, Zeus, que se dice la etimología griega es creador de Orión.
    Y mi otro nombre data de un ángel que se le apareció a Moisés.
    Y nací un 2 de agosto, día de los ángeles.
    Tengo muchas dudas.

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    1. Hola Josué. Yo tengo a Casiopea en el cuello. Bueno, casi entera, que me falta una de las estrellitas. Suelo mirar de vez en cuando a ver si me sale un lunar nuevo ahí, pero de momento no.
      Aún no siendo experto en temas médicos, y desconociendo las causas por las que aparezca un lunar en un determinado sitio, estoy convencido de que esas cosas son casualidades.
      Tremendas casualidades, como que te toque el premio gordo de la lotería. Pero a alguien le toca. Entre las miles de millones de personas que vivimos en el tercer planeta, y los montones de lunares que tenemos cada uno, a alguno le tiene que coincidir con la figura de alguna de las 88 Constelaciones. Mi enhorabuena, porque tú tienes una constelación completa, y además te ha tocado la más bonita.
      Sé que parece imposible que sea una casualidad, pero a mí me han ocurrido (las tengo apuntadas) algunas casualidades más increíbles que esa. Entre los millones de circunstancias que nos ocurren diariamente, de repente nos damos cuenta que una de ellas coincide con otra circunstancia y nos parece increíble, aunque sería casi imposible lo contrario, que ninguna coincidiera.
      Respecto al tema de la fecha de nacimiento y lo que sobre eso se dice que puede influír, puedes ver mi opinión en esta otra entrada del blog: http://www.tercerplaneta.net/2015/11/en-el-dominio-de-ofiuco.html
      Nuestros nombres nos los pusieron nuestros padres, habría que preguntarles a ellos el motivo. Algunos ponen a su hijo el nombre del santo del día que nació, pero porque una persona se llame de una manera eso no va a cambiar su personalidad, a no ser que ella se lo crea y la modifique inconscientemente. Es solo mi opinión. Todo el mundo tiene derecho a imaginar y disfrutar con ello, siempre que no perjudique a los demás (ni les quite su dinero como hacen los que venden horóscopos).
      Un saludo, enhorabuena también por las buenas calificaciones y gracias por leer el blog.

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